There Will Be Blood (Petróleo Sangriento) es la más reciente peli de Paul Thomas Anderson, otro de mis directores favoritos (ya habrá tiempo para hablar de todas y cada una de las películas del resto de favoritos como Wes Anderson, Bryan Singer, Spike Lee, Jim Jarmusch, Martin Scorsese, Alexander Payne, David Fincher, Los Hermanos Cohen, Steven Soderbergh, Quentin Tarantino, Werner Herzog, Wim Wenders, entre otros). Como casi todos ellos, mi juicio es parcializado hacia sus pelis pero es que no puedo sentirme culpable si cada vez que veo una de ellas no me defraudan y me cobijan en un ámparo súper bien estructurado. There Will Be Blood es una peli que es rica en historia, en actuación, en musicalización, en fotografía, en diseño de arte, en simbología y además como si fuera poco en profundidad de contenido.
Las actuaciones son impecables desde el pequeño Dillon Freasier interpretando a H.W hijo de Plainview (Daniel Day-Lewis) pasando por Paul Dano o Ciaran Hinds quien con un sencillo papel de soporte da vida a la personalidad del protagonista. A mi me sucedió, que salí enamorado de la maldad de este personaje que interpreta Daniel Day-Lewis, un ser seriamente complejo, introvertido y profundamente analítico, estricto, fiel a su moral y por lo mismo un ganador. No deja de darme escalofríos, por lo mismo, que uno salga con ganas de un bife de chorizo, un trago doble de whisky y con ganas de golpear una cabeza con un pino. Paul Thomas Anderson nos trae un perfecto anti-héroe a las pantallas y lo terminamos alabando, terminamos amando al antagónico, terminamos celebrando sus perversas hazañas y terminamos siendo conscientes de que ese sueño americano que nos vendía Hollywood hace unas décadas no puede lograrse si no se practica un estricto neoliberalismo salvaje.
La peli entonces es perversamente bella, la música y su diseño de sonido son oscuros como el mismo color del petróleo que abunda en las subtierras de Little Boston, una serie de percusiones sincopadas, un concierto para violines y orquesta o un estruendoso chelo animan la tensión reinante de la peli (y el silencio, el silencio en las escenas más dramáticas es una pincelada de color rojo intenso protagonista al igual que el petróleo durante toda la obra). La fotografía está pensada para espacios abiertos de colores intensos con poca saturación y se contrarresta con una iluminación, tanto de día como de noche, donde abundan las sombras fuertes y contrastadas que al final nos esgrime nuevas y dramáticas facetas de este gran personaje que es Daniel Plainview.
Merecido el oscar que alcanzó Day-Lewis, aplausos y venias, merecidísimas las nominaciones de su director lástimosamente no todos pueden ganar pero por lo menos perdió frente a otra muy buena peli (No Country For Old Men de Los Hermanos Cohen) que no nos deja con el sinsabor de la desdicha, fue incluso un buen año para Anderson ya que las nominaciones no faltaron e incluso los premios no fueron pocos.
There Will Be Blood es una peli ruda, hermosa, entretenida y por lo mismo no se sienten las casi dos horas y media de celuloide que pasan frente a nuestros ojos cada vez que presenciamos esta obra de arte. Con gusto me la seguiré repitiendo.
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