Wall Street: Money Never Sleeps es el resultado de volver una peli de los 80’s como Wall Street en franquicia. De nuevo dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Michael Douglas es el clamor de toda una generación de economistas que tomaron demasiado en serio las directrices de Gordon Gekko y las volvieron motores propios en sus rutinas diarias, según palabras del mismo Douglas en Cannes.
Me gustaba pensar en los 80’s y los 90’s que Stone era un director independiente, muchas de sus pelis se volvieron mis favoritas por su tono político, desafiante, auténtico y con un profundo sentido de la estética cienematográfica. Entre nos creo que se volvió viejo y le pasó la batuta al nuevo chico malo de Hollywood: Quentin Tarantino (de pronto se sintió culpable por la pataleta de este cuando de alguna forma empezó a modificar el guión de Natural Born Killers sin consultárselo).
En fin, mientras Tarantino cada vez madura su estilo casi iconoclasta en Hollywood los últimos proyectos de Stone cada vez son más esporádicos, desabridos y hasta pusilánimes.
No me pareció adecuada esta segunda parte de la historia, no le encuentro aún sentido y en aras de seguir con el mismo discurso de los 80’s tiene un tufillo pretencioso de mal gusto. Igual no esperaba mucho de la peli entonces no hubo problema.
Un reparto de lujo acompañando a Douglas como Susan Sarandon, Frank Langella, Josh Brolin y Eli Wallach. No logro adaptarme a Shia LeBeouf sin embargo puede que haya logrado en esta peli su mejor desempeño en su carrera. Aquí definitivamente hay que seguirle aplaudiendo a Stone su inmenso carisma como director de actores.
No le repruebo más la calificación a esta peli por tres factores importantes, la verdad dos importantes uno es muy personal; el primero es que las cámaras y fotografía a cargo de Rodrigo Prieto muestran una ciudad hermosa como lo es Nueva York, eso si lo dejaron muy claro en la peli es una ciudad posterrorismo; lo segundo David Byrne con su melodiosa voz y su tono folclórico le dieron una ambientación cálida y casi inusual al referirse a un tema como Wall Street o Nueva York; finalmente, lo que paga la peli es la actuación de Carey Mulligan, una actriz que tiene mucha madera para quemar. Ya la habíamos visto en An Education donde se ganó con creces la nominación al Oscar como mejor actriz principal y fugazmente en Public Enemies, también la empezamos a ver en muchos cortos de Hollywood y de seguro si nos sigue mostrando esas habilidades la seguiremos viendo protagonizando las ceremonias de grandes premios incluso podría estar de nuevo en las listas de los Globo de Oro o los Oscar del próximo año.
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