En 2002 Carlos Sorín nos sorprende con una coral sencilla, de tres personajes navegando en la Patagonia para enfrentar las consecuencias de sus propios destinos. Cada uno con una aventura de corte épico de acuerdo a las vicisitudes propias de la historia personal de cada uno. La mujer que no tiene ni luz, ni teléfono pero concursa mandando cartas a cuanto programa de variedades hay en la TV del pueblo; el hombre que es vendedor casi errante por toda Argentina y se enamora de una madre soltera en la Patagonia; y Don Justo, un viejito que tiene un secreto con su perro Mala Cara al cuál después de mucho tiempo quiere encontrar 300 kilómetros lejos de su casa.
No he vuelto a ver nada de Sorín, dicen que Bombón: El Perro es muy buena, yo tan sólo se que estas Historias Mínimas arrasaron en Latinoamérica llevándose mejor peli en Cartagena, La Habana, Lima, San Sebastian, Los Goya, Los Críticos de Argentina y Uruguay. Las actuaciones son muy buenas y la combinación de actores naturales con la producción de la peli es casi imperceptible.
No es pretenciosa, es muy conmovedora y las historias a mi parecer están muy bien contadas. La revisé hace poco después de haberla visto en cine hace más de ocho años. Muy recomendada.
uf, no me acordaba de esta pequeña joya. El cine argentino se pega unos golazos a veces. Esta fue de mis favoritas ese año. Historias mínimas a veces bastan para emocionar. La sutileza es algo que deberían conjugar las historias colombianas a veces. Por cierto, espero la reseña de Los colores de la montaña.
Si, qué buena es esta peli.
A mi me gusta el cine argentino, cuando nos sorprende y nos divierte con historias sencillas, creo que ahí hay una ventaja enorme entre los dos. Nosotros estamos tratando de hacer industria, ellos ya la tienen clara. Nosotros exploramos el cine comercial, latoso, un chiste contado en una hora y media para lograr financiarnos, ellos tienen el cine comercial establecido y el cine independiente consolidado.
Espero podamos salirnos del cliché del traqueto, el sicario y el tráfico para encontrarnos con esas historias sencillas que abundan en cada rincón de nuestro país, de nuestra ciudad, de nuestro barrio… En fin, le cuento cómo me va con Los colores de la montaña.
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No he visto esta peli pero justo tengo el gusto en este momento de tomar clase con Pablo Solarz, su guionista. Debo decir que su conocimiento sobre dramaturgia es amplio y la forma en que lo transmite es de lo mejor que he tenido oportunidad de ver. Muy interesante la entrada aunque no se haga nunca alusión al guionista y su capacidad. Saludos.
Amigo qué envidia nos da escuchar sobre su experiencia con este gran guionista. Indirectamente en la entrada hablamos de lo maravilloso del realismo de la historia y lo bien narrada que está la peli, esto obviamente no sería posible sin el trabajo del guión.
Un abrazo para el señor Solarz, extiéndale una gran venia y porfa dígale que en este blog lo admiramos mucho.
Muchas gracias por su comentario y sea bienvenido a continuar visitándonos
Justo esta semana se encuentra en Bogotá, dictándonos el diplomado en escritura de guión de la Escuela Nacional de Cine. Si puede contactar con ellos seguramente le podrían ayudar a agendar una cita con él. Seguro podría hacer una buena entrada para el blog. Saludos.
Oh por dios!!
Estoy en Medellín :_(
Esta hasta el sábado. Si lo logra me gustaría ver esa entrada :). La mejor de las suertes!!
Jajaja… Muy bien voy a intentarlo.