Disgrace es una peli de Steve Jacobs director más que todo de producciones de TV que en 2008 realiza este largometraje basado en la novela del mismo nombre que le mereció a J.M. Coetzee su premio nobel de literatura.
La estaban pasando en Cinemax en el pasado especial del día del idioma, cuando hicieron una recopilación de obras literarias adaptadas al cine, por lo que esta debería ser la quinta parte de esa edición.
El autor nació en Sudáfrica pero después se radicó en Australia y se hizo ciudadano, sus historias sin embargo siguen melancólicamente refiriéndose a su África natal. Esta historia, por ejemplo, narra la historia de un profesor de una universidad de Ciudad del Cabo que seduce de manera inapropiada a una estudiante quien a la postre lo denunciaría con la junta directiva. El descaro y convencimiento lo motivan a renunciar a su cargo sin ningún remordimiento ético pero su alejamiento al lado Este del Cabo y su enfrentamiento, o mejor el choque político-cultural con residuos del Apartheid, revolucionan su, en teoría, mente abierta y reflexiona sobre su propio accionar.
A la peli toca darle una oportunidad porque el comienzo no es el mejor, se roza el cliché y el acartonamiento e incluso la repetición histriónica de John Malkovich, que interpreta al profesor, es un poco molesta. Pero a medida que avanza todo y la trama se va desarrollando empieza a mejorar como un movimiento parabólico la fotografía (Steve Arnold), la música (Antony Partos) y la historia misma hasta un punto donde la reflexión se traslada a un par de personajes de la historia pero finalmente deja muchas dudas inquietantes en la mente del espectador.
Oficialmente, la peli concursó como selección oficial en varios festivales pero su logro más grande fue FIPRESCI en Toronto.