Al parecer cuando los europeos toman una actitud de oposición en contra de Hollywood, no sólo se hacen escuchar sino que de hecho muchos resultados de esas posturas generan movimientos y vanguardias importantes. No puedo ser tan fatalista con nuestro medio, pero si siento que nuestro modelo a seguir ha sido Estados Unidos, en sus buenas y sus malas apreciaciones, y pues nos ha dejado rezagados de las propuestas que somos muy capaces de hacer.
Hago esta pequeña introducción por una razón especial, demostrar que el título de esta peli de HBO tiene en su esencia la contradicción más profunda posible. Ya lo habíamos hablado en unos comentarios hechos sobre la peli, Karen llora en un bus, el Cinema Verité fue una tendencia europea en contraposición a la forma de hacer cine «hollywoodense» que apropiándose de las técnicas documentalistas trata de contar historias reales, alejadas de los dogmas de la industria para que aparezcan en la cinta elementos y/o personajes no necesariamente con una relación directa en la narrativa, como casualidades que enriquecen el discurso. Barthes en una entrevista para los Cahiers du Cinéma decía que mientras la narrativa argumental es divertida y se basa en la comprensión directa de las partes de una pieza cinematográfica, esto la hacía de derecha con una intención clara de seducción del espectador, por su lado el Cinema Verité es de izquierda y busca trasponer realidades a conceptos y contar verdades que seguramente chocarán con el espectador.
Así, esta peli de Shari Springer Berman y Robert Pulcini, en un arranque de creatividad, es llamada con el nombre de un producto que aunque refleje una realidad chocante lejos está de ser el cine de izquierda al que se refiere Barthes, una contradicción sustancial.
Igual, la pieza tiene un título errado pero no es mala, al contrario, desde la ambientación y el diseño de producción hasta las actuaciones de Diane Lane, Tim Robbins y James Gandolfini la historia es encantadora y súper entretenida. El nacimiento de los Reality Shows en manos de un productor que lo llevó hasta sus últimas consecuencias y acabó con su carrera completamente, al exponer en los 70’s una familia conservadora californiana con sus pros y sus contras pero sobretodo, seduciéndolos ingenuamente hacia el juicio público del televidente norteamericano. Lo que debió ser un estudio interesante sociológico, en manos de los más arraigados cristianos, en una de las sociedades más conservadoras del mundo, se convirtió en una cacería de brujas y un hecho casi blasfémico.
La están pasando por HBO y vale mucho la pena.
Pingback: James Gandolfini (1961 – 2013) | La Vacación