Una cosa deben desconfiar de la siguiente entrada. Soy súper fanático de Steven Soderbergh y eso podría afectar mi criterio sobre la reseña de la peli.
Magic Mike es el resultado de una conversación entre Channing Tatum y Soderbergh mientras rodaban en Irlanda Haywire. En dicha conversación, Tatum le confesaba al realizador que él fue un desnudista y que así sobrevivió por un buen tiempo hasta que llegó a Hollywood. Los ojos se le incendiaron y le brillaron inmediatamente a Soderbergh -que tiene fijación por este tipo de proyectos marginales como The Girlfriend Experience y Bubble– y le dijo que porqué no escribía al respecto y hablaban para un proyecto futuro. Tatum definitivamente no iba a escribir sobre el tema, no porque le diera pena sino porque no confiaba en sus habilidades como contador y narrador de historias.
Lo anterior fue una anécdota de una entrevista que dió Tatum para The Hollywood News Report a finales de junio cuando finalmente Magic Mike fue estrenada en Estados Unidos. Soderbergh, que es un agudo olfateador de proyectos, no permitió que la historia se volviera nada más que una anécdota y sentó al joven Reid Carolin para que trabajara en el guión de la historia y se apoyara de las experiencias de Tatum. Suponemos hay mucho de ficción pero el resultado es la historia de este desnudista entrando en el ocaso de su carrera con todas las intenciones de salir adelante, con un buen capital ahorrado y que veía truncados sus sueños a medida que seguía inmerso en ese mundo.
Una cosa es ver el musical Rock of Ages, típica historia de una estrella en formación sin mucho que nos aporte como espectadores y otra cosa es ver Magic Mike. Por un lado, los acontecimientos y desarrollos de las historias podrían ser casi que calcados pero Magic Mike sobresale con su maravillosa fotografía, montaje y dirección. Tres aspectos dominados por Soderbergh y que lo hacen su rúbrica inconfundible -recordemos que la cinematografía de Soderbergh desde Schizopolis la ha venido desarrollando bajo el seudónimo de Peter Andrews-.
La sensación melancólica que deja ese tono amarilloso es increíble pero más allá de los aspectos técnico-artísticos también sobresale Matthew McConaughey. En el nuevo aspecto de su carrera, revisando papeles más explorativos de sus raíces texanas -como lo venimos anotando en Killer Joe y Bernie-, aquí su papel que es claramente secundario se vuelve protagonista. Fluye en su fuerte acento texano y en su actitud extrovertida con otro papel que va madurando como actor de carácter. No soy muy entusiasta del trabajo de Channing Tatum pero su confianza en el papel de su vida y la clara instrucción de Soderbergh de hacer planos de una sóla toma con libertad de improvisación, hacen de la historia y los diálogos un ejemplo de autenticidad y mucha vida.
No estoy seguro que sea una de las buenas pelis de Steven Soderbergh, gratamente uno encuentra las particularidades que lo hacen grande, el reparto está muy bien dirigido y papeles como el de Olivia Munn o el de Alex Pettyfer son muy agradables de ver; el final es un poco predecible, un poco abierto para mi gusto pero sin duda una cinta entretenida de principio a fin.
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Sabía usted que tienen planes de hacer segunda parte? La verdad la vi por saber de dónde iban a sacar la historia pero viéndola descubrí que la historia de por sí ya es floja. Es como ver Showgirls pero con tipos y pues tal como lo dijo arriba, se predice el final desde casi el principio de la película. Eso sí, todo muy bonito, muy de la casa pero yo me muevo más por qué me cuentan y cómo me lo cuentan.
Noooooo… No sabía.
Al final si la comparé con The ROck of Ages y Showgirls (aunque Verhoeven es muy estimado en esta también se descachó).
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