Dicen los que saben que, otra de las víctimas dentro de los atracos de los Oscar de este año fue Stories We Tell de Sarah Polley; sin haber visto más que The Act of Killing, Cutie and The Boxer o Al Midan, competidores dentro de la misma categoría, me queda muy complicado seguir esta afirmación. Este documental, realizado no el año pasado sino el antepasado, fue la estrella de los premios de Toronto y es el cierre de la ópera prima de la joven pero veterana actriz-realizadora que ha logrado hacerse un espacio reconocido dentro de la crítica norteamericana, tanto canadiense como estadounidense -el año pasado se ganó mejor documental en los premios del Gremio de Directores de Canadá y este año concursa en la misma categoría en los premios del Gremio de Directores de Estados Unidos; la verdad sería muy extraño que se ganara este reconocimiento pero que La Academia ni siquiera la haya nominado-.
Sarah Polley es la quinta hija de Diane, una reconocida actriz canadiense que empezó su carrera en el teatro y como cantante de jazz en los años 50’s, para después ir mudando a las producciones audiovisuales contemporáneas pero cada vez más cediendo sus sueños hacia la crianza de sus hijos y la formación de su familia. Diane, murió de cáncer cuando estaba casada con Michael Polley, no sin antes encriptar una duda en la mente de su pequeña sobre la verdadera identidad de su padre biológico; siguiendo pistas de los allegados a su difunta madre encontró a Geoff Bowes quien fuera amante de Diane en par ocasiones pero que su verdadero progenitor era el dramaturgo y autor Harry Gulkin, cuyo posterior examen de ADN confirmaría su paternidad. Así pues, Los Polley, Los Gulkin y Los Buchan -que fueron los hijos de su primer matrimonio- se sientan a recordar y tratar de armar el rompecabezas que fue su madre.
Stories We Tell es una historia muy íntima -casi que demasiado- que recurre al recuerdo, la reflexión y la terapia de un grupo de personas que abogan por poseer la perspectiva original y fehaciente sobre la actriz Diane Polley pero que, como el mismo Harry Gulkin afirma, no se puede tomar como verdad aquello que redunda en el recuerdo y lo conveniente de un grupo de personas que deben cuidar su imagen actual y donde la principal protagonista ya no está para defenderse.
La urdimbre de esta pieza de Polley radica en la defensa de su padre adoptivo, la vigilancia del recuerdo de su madre y el cuidado de que otros no se aprovechen del relato para su propio beneficio. El montaje abrupto y tosco da la sensación de poca edición en el mensaje evocando la honestidad del mensaje, la narración cálida de Michael Polley es impecable incluso en los momentos más complicados de su propio relato, la ejecución de las recreaciones que usó la realizadora para mostrarnos supuestas imágenes de archivo son una gran herramienta pero lo más importante son las emociones honestas de sus protagonistas cuando se doblegan a sus recuerdos y quiebran en llanto cuando se dejan conmover.
Polley es autora de varios cortometrajes, dos largos y ahora este documental; ha sido nominada para el Oscar, triunfadora en Ohio, Nueva York, Los Ángeles, Boston, Toronto, Vancouver y dentro de sus recientes trabajos está nada más y nada menos que el papel de ‘Elise‘ en Mr. Nobody de Jaco Van Dormael, pieza que su madre también interpretaría en teatro en el fulgor de su carrera; su destino aún es ambivalente y no sabemos con certeza si ponerse detrás de cámaras finalmente fue un ejercicio psico-analítico o si lo explotará de aquí en adelante para convertirlo en el nuevo trayecto de su carrera artística.
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Soy fan de Sarah Polley por alguna razón, desde que la vi en My Life without me, me atrae mucho. Sobre los premios creo que no es una peli hecha para eso y el reconocimiento pudo haber llegado a un nivel muy personal. Llegué a pensar como usted, “tal vez es demasiado” íntimo. Es un ajuste de cuentas con su historia y me parece de una gran valentía, valentía que muchas veces echo de menos. Me gustó la forma como está narrada la historia, de a pocos, y la puesta en escena creo que es vital para ese ritmo y está demasiado bien hecha. Muy fuertes las emociones de los directos implicados,
Siempre que veo documentales digo, “yo debería ver más documentales”. Alguna sugerencia para conseguirlos, verlos online, saber más?
Tengo la misma inquietud pero al final de este año me topé con unos demasiado duros porque al final una peli lo puede trastocar a uno con su planteamiento pero es que si un documental lo llega a conectar a uno el golpe es duro, es un enfrentamiento a una realidad que a veces uno no está dispuesto a observar.
Vea a nivel de documentales le recomiendo Netflix, Cinemax y HBO. Con esos tres logro ver todo lo que estoy interesado en ver. Este año le recomiendo: Cutie and The Boxer, The Act of Killing y Dirty Wars… Un poco de todo en los tres.
A nivel de directores Alex Gibney. We Steal Secrets prácticamente es el guión de The Fifth State, Mea Maxima Culpa es putamente duro y súper recomendado y me imagino que The Amstrong Lie debe ser muy buena pero aún no la consigo.
Me han recomendado 30 for 30, una serie de documentales por ESPN… Suena loco pero he mirado las fichas de los que han hecho jodas ahí y están muy muy buenas.
Buenísimo, veo algunas de esas en cultmoviez.info, voy a chequear lo demás. Cutie se ve genial! gracias don V.
Siempre a la orden.
No se pierda tanto.