Cuando una peli desata tantos comentarios, buenos y/o malos, uno se arma una imagen que la mayoría no corresponde con la que se observa en una sala de cine. Prevenidos íbamos –por lo menos yo–, cuando fuimos a ver la última realización del británico Steve McQueen porque sin dudarlo 12 Years A Slave es la favorita este año tanto en la industria convencional de Hollywood –con nueve nominaciones al Oscar, nominaciones por doquier en los SAG, el gremio de directores y el gremio de productores– así como de la parte independiente –con siete sendas nominaciones en los Spirit–.
Es cierto, es una gran pieza; es un gran despliegue de actuaciones y cada detalle en la cinta es áspero, conmocionante, perturbador.
Seis cintas nominadas a ser las mejores están basadas en personajes reales –no se qué diga eso frente a la creatividad de los autores pero por lo menos esas seis deberían ser analizadas de manera diferente en contraste con el resto–. Solomon Northup fue un músico neoyorquino de principios del siglo XIX que era reconocido por sus habilidades con el violín y que llamó la atención de dos inescrupulosos que lo drogaron, lo secuestraron, lo vendieron en Washington como esclavo y terminaron cambiando su destino como el Negro Platt.
Durante 12 años, Platt pasó por diferentes plantaciones del sur de Estados Unidos, mayormente haciendo de carpintero, colectando algodón y cortando caña de azúcar. El bestialismo con el que fue tratado amainó la esperanza de ser libre pero nunca extinguió su llama. 12 Years A Slave recrea las memorias de este personaje y nos recuerda lo increíblemente estúpidos que hemos sido los seres humanos en momentos oscuros de nuestra historia. Los eventos relatados son anteriores al periodo de 1861-1865 que significó la Guerra Civil de los Estados Unidos precisamente por diferencias económicas frente a temas como la esclavitud.
McQueen es un gran director y en un tema tan delicado no se va por las tangentes sino que es pornográficamente elocuente, es decir, es gráfico y es implacable. Su discurso certero hace que cerremos los ojos en algunos momentos asfixiantes, experimentemos escalofríos cuando la carne se desprende de la piel y los huesos pero es fiel a su estilo parsimonioso y pausado que hace que cada momento sea aún más duro, es como si le echara sal a una herida abierta y profunda. Dos escenas nos encantan de McQueen en su estilo, la conversación del cura y Bobby en Hunger hasta que se consume un cigarrillo y New York, New York cantada por Sissy en el bar frente a su hermano en Shame; ambas demuestran, como hemos explicado anteriormente, el profundo descaro de los tiempos de exposición y madurez para tomar el toro por los cuernos para dominarlo; en 12 Years A Slave de nuevo hay muchas escenas que describen a la perfección la factura del londinense pero nos quedamos con Chiwetel Ejiofor, interpretando a Northup, descolgado de un nudo de horca, apenas sostenido por la punta de los pies en un barrizal; el juego de planos con el que llega el protagonista es claramente brutal pero McQueen quiere más y haciendo eterno el paso de la jornada, nos quita el último de nuestro aliento para dárselo directamente, casi de boca a boca, al casi extinto ahorcado. Una escena no menos que genial.
Dicen que la crudeza de McQueen satura la pantalla y que no estamos preparados para ver más y más de lo mismo sobre la esclavitud, ¿no estamos cansados de ver pelis y pelis de nazis como los más horrendos criminales de la historia? ¿No estamos acaso cansados de ver los lastimeros y lacrimosos melodramas judíos que los enfrentan al Holocausto? ¿No estamos cansados de presenciar como los conquistadores exterminaron a los aborígenes en toda América? ¿No es absurda la bellaquería con la que la iglesia católica quiere tapar el sol de La Inquisición con las manos untadas de sangre y dinero? O lo peor, ¿la única forma de ver estos horribles exámenes de nuestra historia son a través del humor negro y la socarronería de Quentin Tarantino? Espero que esto no sea cierto porque querría decir que se acabó en parte el cine, un arte de contar historias, que así sean las mismas, ha de estudiar de qué forma poder contarlas de diferente forma.
Este año no la tuvieron fácil ninguno de los jurados para dar su veredicto. Chiwetel Ejiofor es grande en su protagónico pero lo es aún más Michael Fassbender, ¡qué berraco para lograr ser odioso y despreciable! Los complementan perfecta y armónicamente Sarah Paulson, Paul Giamatti, Paul Dano y hasta Benedict Cumberbatch en sus pasmosas actuaciones; la fotografía y los encuadres de Sean Bobbitt son un despliegue delicadísimo de una perfecta narración; y hablando de narración, el montaje usado en la pieza es un rompecabezas que hila las memorias de un personaje profundamente estresado que no ve su pasado como una línea recta sino que vivió su presente recordando el pasado e ilusionado con el futuro –esa fue la interpretación de McQueen con Joe Walker–, es grato, gratísimo, ver como no es necesario el cierre de capítulos diciendo ‘un año después’, ‘tres años después’, ’12 años después’ sino que las sutilezas en el decaimiento del semblante de Ejiofor o las finas apariciones del pelo encanecido hacen todo el trabajo; seguramente esta pieza no es mejor que The Wolf of Wall Street o Her pero si sobresale del resto con gran prestancia; aclarando esto y siendo tan fino como lo fue McQueen durante su realización su mayor pecado es la indulgencia con su productor estrella Brad Pitt que es realmente lamentable e infortunado en su papel –y eso que soy gran fanático de la mayoría de sus interpretaciones–, tanto que uno pierde el sentido de seriedad que ha venido desarrollando en el relato y simplemente se le desvanece; ojalá que esto no le cueste la estatuilla.
Dos cosas para cerrar. Vamos a tener gratas sorpresas en los Oscar y 12 Years A Slave va a ser protagonista; y segundo la descalificación de Hans Zimmer por supuestamente usar acordes de Inception en esta partitura es simplemente infantil; las tonadas sombrías de la pieza encajan perfectamente en la narración, roban los escalofríos requeridos y generan el ambiente necesario para que los sentimientos fluyan como fluyeron, si es o no es parecida a Inception –lo siento mi oído no da para ello– es irrelevante o ¿es que el eterno pastiche de John Williams ha sido muy original?
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Haber visto Hunger y Shame nos dejó claro dos cosas: que Fassbender es un monstruo y que Mcqueen no se va por las tangentes y es un maestro. Me retracto con lo de Leto. Fassbender for the win!
La película es maravillosa, importante, tremendamente actuada. Es Oscar-bait con toda. Pero no es el tipo de pelis que controvierten, que sacan de la comodidad, a pesar de la crudeza de las imágenes. Y uno echa de menos eso en los reconocimientos. Si, la exclusión, la esclavitud, el racismo aun son temas que se viven a diario de distintas formas, pero su rechazo es una voz oficial, y las coyunturas han cambiado como para llegar a ser una denuncia vital y actual. Es más un “acordémonos de esta vaina tan paila que hicimos”
pds. por fin voy a saber como se dice Chiwetel Ejiofor. Actuación promedio, muy bien.
Que mal lo de Pitt. pa que se pone en esas.
Lupita impresionante. Puede ganarle a Jenny con mucho menos.
De acuerdo. Uno siente que Leto hizo un gran papel y se destacó y es conmovedor pero FASSBENDER es un tetrahijueputa y lo demuestra con toda. Al final de la historia, sabiendo uno el final, uno dice este man no la va a lograr, algo se va a inventar este maldito para no dejarlo ir… Y cómo uno no lleva la cuenta, o mejor McQueen no nos lleva la cuenta de cuántos han pasado, no sabemos si viene más látigo, más frustraciones, más ignominia.
12 Years A Slave si está hecha para ganar óscares a la lata pero ¿no fue la misma artimaña de Spielberg con Su Lista? Entre La Lista y los 12 Años, me quedo con la última; las dos están hechas para hacer llorar y conmover pero a pesar de las grandes figuras líricas de Spielberg en Su Lista, es un esquema clásico, lineal y aburrido (tan sólo avivado, para mi por Ralph Fiennes y la niña del abrigo rojo); me encanta que clasifiquen a 12 Años como una cinta de género de terror, no de esclavitud cambia mucho la percepción y en serio uno está horrorizado y aterrorizado todo el tiempo.
Jijijiji si maldito Pitt, me cae muy bien y espero se lleve su estatuilla como productor pero caray!! Qué daño hizo aquí.
Que soberana estupidez el tema de la partitura.
¿Cierto?
¿Le gustó la ambientación de Zimmer? ¿No está muy acorde a la narración de McQueen?
Si me gustó. No se mucho del tema pero en cuanto a ambientación solo espero que no me manipulen de frente, que no se sienta uno con violines de corin tellado para lagrimear. En cuanto a la auto-referencia pues no entiendo por qué está mal vista en este caso. Si fuera así con las actuaciones habrían miles de descalificaciones!
Exacto!
Una real pendejada… Y aunque hubo violines, el grueso fueron esas tonadas disonantes típicas de Zimmer (yo es que no tengo mucho oído pa esas cosas).
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