Rodrigo Bernal me recomendó ver esta peli y muy juicioso fui averla. Yo sabía que era de Amenábar que actuaba Rachel Weisz y que hablaba como de Alejandría. No más. Debo confesar que los cortos no eran atractivos, que la peli tampoco me llamaba la atención y el truco de las bajas expectativas funciona a la perfección. Por un lado, las pelis históricas tienen un cierto grado de atracción por contar eventos importantes de la humanidad sin el acartonamiento de los libros de historia misma y por el otro el desconocimiento total por parte mía de Hypatia me sobrecogió.
Este largo tiene muchas aristas para poderla analizar, pero muchas, y todas súper interesantes. A nivel histórico Alejandría tenía la biblioteca más impresionante de la antigüedad; papiros y papiros se acumulaban en sus anaqueles con historia, ciencias y arte. Se dice que el conocimiento albergado en ese espacio era tan asombroso que muchas de las teorías de la actualidad ya se conocían desde esa época. Para mi es claro que la confrontación judeo-cristiana y la ciencia tuvo su peor lunar en la destrucción de esta biblioteca y, como si fuera poco, la censura de muchos de los libros que se salvaron e iban en contra de esta fé terminó por definir el oscurantismo del medioevo. Es tan claro que la biblioteca se destruye en el siglo V y Leonardo logra todos sus avances e inventos científicos en el renacimiento cuando la ciencia retoma su posición sobre la fé. Casi diez siglos de letargo que quién sabe donde nos tendrían en este momento. Por ejemplo, las leyes del helicóptero contemporáneo y muchas otras grandes invenciones están guiadas por los manuscritos de este genio pero la tecnología del hombre no tenía medios para desarrollarla en su época. Diez siglos donde seguramente nuestro mayor avance podría no ser necesariamente volar, haber llegado a la luna o comunicarnos a través de redes cibernéticas ¿cómo se imaginan el mundo de aquí a diez siglos? Ese es el mundo que podríamos haber estado viviendo hoy en día si esa biblioteca no se hubiera destruido.
Me pareció interesante, también muy pegado a la historia y al último comentario, la sugerencia que Hypatia tenía en sus manos teorías como la de la gravedad, el heliocentrismo e incluso críticas a la geometría euclidiana cercanas al fractal y la teoría del caos. Esta mujer luchó contra los juicios, la tendencia filosófica y teológica de la época y continuó siendo fiel a sus conocimientos y sus pensamientos lo que le costó su muerte. Weisz protagoniza esta peli encarnándola como excusa perfecta para narrativa de este momento. Su muerte y la destrucción de la biblioteca son metáforas contra la testarudez de los cristianos. Al lado de Weisz estuvieron con buen desempeño Max Minghella, Oscar Isaac y Michael Lonsdale.
Pero Amenábar tiene muchas más metáforas a nivel plástico y tal vez la más importante sea el círculo. La forma de encuadrar las tomas, las vistas de la Tierra y el cono de Ptolomeo se manifiestan de forma exquisita en la peli en muchos de sus planos. La historia es lineal pero no es aburrida y la música orquestada de Dario Marianelli hacen de Agora una pieza majestuosa e imperdible. Al final, la peli obtuvo sus reconocimientos en Los Goya pero debió haber tenido mayor eco en otras ceremonia.