Es muy fácil caer en la trampa, en la que lo envuelve a uno Gracia Querejeta director de Siete mesas de billar francés. Digo que es fácil caer en ella porque es una comedia costumbrista que nos va robando poco a poco sonrisas con sus historia y personajes y aunque en un principio se hace lenta y predecible a medida que pasa la peli, cada vez más nos vamos dejando llevar hasta terminar en un desenlace muy conmovedor y con un nudo en la garganta.
Bueno eso me pasó a mí.
No hay afanes, Querejeta se toma todo su tiempo para contarnos la historia de Ángela, una mujer que viaja con su hijo a visitar a su padre recientemente enfermo pero desafortunadamente llega muy tarde y ya ha muerto. Esta mujer interpretada por Maribel Verdú intenta pues acomodar ciertas cosas y huye de nuevo para alejarse de las responsabilidades, refugiarse en su casa pero al llegar su marido la traiciona y debe seguir huyendo. Sin más salida que la casa de su padre regresa, toma la decisión de retomar el local de billares de su padre y ponerlo a punto. Hasta ahora el argumento es un poco extenso, lleno de clichés y de alguna forma muy forzado pero poco a poco Querejeta le va dando vuelta a esta gran tortilla y la vuelve un plato exquisito, tanto que es la primera vez que no sólo sorprendido con el final puedo decir que es lo que vale la pena. Pero igual sería un poco injusto, en algún momento del giro narrativo la peli viene cadenciosa y uno puede contemplar la excelente fotografía de la pieza, no se nota mucho porque la peli, en general, es muy clásica y este tipo de detalles no saltan naturalmente sin embargo la paleta y los encuadres son cálidos y agradables.
Siendo justos la peli con un mejor ritmo narrativo sería muchísimo mejor, los problemas con la atención no serían graves y los clichés no se notarían tanto. El reparto es adecuado siendo la más destacada Verdú pero me agradó como desarrolló su personaje Blanca Portillo (de resaltar el trabajo de Lorena Vindel, Víctor Valdivia y el tuerto de Enrique Villén). Les decía la peli viene a Eurocine como una diva, en Los Goya ganó mejor actriz principal y mejor actriz de reparto para Amparo Baró (raro), en San Sebastián mejor guión y mejor actriz de reparto para Blanca Portillo y muchas alabanzas más por su excelente producción.