La primera peli que vi de Takeshi Kitano fue Kikujirô, y como les decía en Akiresu to kame esa es favorita. Es un thriller de gangsters pero que tiende al drama emocional, muy bonita y súper recomendada (de pronto me la repito en estos días para hacer su entrada como es debido). Recientemente vi Sono otoko, kyôbô ni tsuki (Violent Cop) que fue su primera peli como director (recordemos que Kitano ha participado en 51 filmes como actor, 17 de ellos como actor-drector) y me encantó el corte de thriller policiaco que me había encantado también Kikujirô. Mucho más joven y sin sus ya acostumbrados tics, Kitano interpreta a un policia que tiene una personalidad agresiva pero es respetado en el departamento. Gracias a la llegada de un nuevo dirigente en la fuerza, se pone en la mira por su particular accionar y su encuentro con las mafias japonesas.
La fotografía es agradable aunque un tanto desordenada y se limite a describir el recorrido de este policía sin ser demasiado protagonista. La narración es impecable, gracias a la ingeniosa ayuda de Kitano en el equipo de elaboración del guión, que permite una líneas interesantes y un desarrolo del perfil psicológico de los personajes realmente sobresaliente. Como espectador uno es conducido en ese vals de Kitano hacia un final común de los thrillers de acción, sin embargo el director audazmente cambia la trayectoria hacia un inesperado encuentro de Sukiyaki Western demostrando toda su rudeza y su coraje.
A excepción de pronto de Zatôichi, Kitano en su madurez se ha vuelto más tierno, más transcendental y existencialista, no es que esté mal pero su estilo en los thrillers es mucho más entretenido y profundo para mi gusto. Esta peli es fácil de encontrar, se las recomiendo.