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Cosmopolis

cosmopolis

El maestro David Cronenberg vuelve a la serie B, en un cuasi thriller de ciencia ficción e independiente. Centrados anacrónicamente en Nueva York, Cronenberg y sus canadienses amigos –Howard Shore, Peter Suschitzky y Ronald Sanders– nos cuentan la historia de un distópico futuro donde un joven empresario ha logrado descifrar mediante un método profundamente acertado y millonésicamente detallado del sistema de la economía del mundo.

Cosmopolis es una larga y oscura carrera hacia ningún lado, donde no pasa nada y donde lo único interesante es la visión del Duque. Cada vez que se escucha de una producción que lo involucre me lleno de ansiedad y espero una pieza maestra pero últimamente siento que no llena mis expectativas, o peor que está perdiendo el toque. Sálvemos al maestro y digamos que no comprendí completamente la pieza, al igual que A Dangerous Method y Naked Lunch. Digamos que es un poco inconsistente, y así como realiza pelis geniales como Eastern Promises o A History of Violence, a veces sus versiones son tan personales que sólo él las entiende. Me gusta cuando en sus historias algo sucede, un hombre ve afectado su estatu quo cuando se revela su pasado, un hombre abandona su implacable actuación cuando se involucran inocentes en su fuego vengador o un hombre acepta su destino cuando su cuerpo se transforma en una mosca.

La primera vez que supe de Cosmopolis fue en el Hollywood News Report, en agosto del año pasado, mucho después de Cannes, y aparecía Robert Pattinson diciendo que cuando obtuvo el libreto, tuvo esa rara sensación de no poder dejar de leerlo y quiso participar a toda costa. Cronenberg, por su cuenta, no habló mucho de la relación entre él, la peli y Pattinson pero seguro le pareció divertido tener alguien que empujara comercialmente el proyecto. Uno de mis grandes problemas con Cosmopolis, muy diferente a A Dangerous Method, es que no hay liderazgo en la actuación de Pattinson. Este joven actor pertenece a la generación de Kristen Stewart, Taylor Lautner, Alex Pettyfer o inclsuo Las gemelas Olsen; no sabe actuar, se aprende sus líneas rigurosamente pero no ofrece tono en sus personajes y lo más grave daña todo a su alrededor. En Cosmopolis, Pattinson está rodeado de grandes actores que devuelven grandes desempeños: Juliette Binoche, Samantha Morton y Paul Giamatti. Jay Baruchel comparte una escena con él, y en serio, se siente más apatía, confusión y desesperación que en todo lo recitado por el británico. En algún momento me dió la sensación que El Duque se burlaba del jovencito de manera muy pícara; parecía una broma pesada para que todo aquel que pasaba frente a él, elaborara un excelente ejercicio, le diera una lección de histrionismo y desapareciera. El mismo Kevin Durand que es un peón de las producciones de bajo presupuesto, no lo estaba haciendo mal pero cuando logra su pico de actuación –¡bum!– desaparece. Es como que Cronenberg le estuviera diciendo: «¡Usted es muy mal actor! ¡Reivindíquese! ¡Aprenda!».

Cosmopolis es como un cuerpo de un paciente comatoso que entra en «línea mortal» y necesita reanimación con electrochoques. Finalmente, justo a la hora de estar viendo la peli llega la anhelada conmoción y parece que todo mejora pero -extendiendo la metáfora del comatoso- el pulso recuperado es débil y es innegable su muerte. La crítica afirma que Cronenberg es increíblemente fiel a la novela de Don DeLillo, el problema dicen es que la novela es pésima y no se explican para que pierde su tiempo y energías elucubrando alrededor de ella. Yo no le pierdo fe al maestro y sus capacidades de dirección, su narración es muy buena y sus temas increíbles. Con esta yo pasaría la página esperando su próximo proyecto y me llevaría la cita del poeta polaco, Zbigniew Herbert, como lo más rescatable de la pieza.

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The Fly

Creo que lo que hace maravillosas todas las pelis de David Cronenberg es la maravillosa edición musical que siempre lo acompaña gracias a su eterno coequipero, Howard Shore. Aunque Peter Suschitzky y Ronald Sanders son extrañados en esta peli, el estilo de Cronenberg persiste y es magnificado por los acordes elegantes y sofisticados de Shore. Lo que puede ser una típica y ordinaria cinta de serie B se convierte en una pieza maestra, más allá del terror, más allá del gore, una peli verdaderamente de autor.

Originalmente, The Fly es un thriller de ciencia ficción de 1958 dirigido por el alemán Kurt Neumann, basado en la novela corta de George Langelaan. Esta pieza tiene como ingrediente particular y magnificente la presencia estoica de Vincent Price, el actor que llena las pantallas con antagonismo y perversidad por excelencia. Casi treinta años después Cronenberg toma la historia de Langelaan, la adapta, la refresca y le pone su toque genial para relanzarla en 1986.

The Fly fue el primer filme que vi de Cronenberg y definitivamente es el que más me gusta. Sabemos que últimamente está más involucrado con thrillers psicológicos como A History of Violence, Eastern Promises, A Dangerous Method o Cosmopolis donde lastimosamente sus títeres y artefactos biomecánicos desaparecen que permiten una perspectiva más aguda del director pero que de todas formas nos deja con cierta melancolía por el abandono a este generoso campo de la serie B.

La historia al igual que el filme de 1958, se trata de un ingeniero investigador que experimenta con teleportación, una forma de desintegrar cuerpos inertes para volverlos a integrar en un punto diferente, para este fin Cronenberg habla de los telepods sofisticadas cápsulas envueltas en el proceso de desintegración-integración. El problema es que todos los experimentos de Seth Brandle han fallado con seres vivos y se aventura a hacer una teleportación de él mismo después de hacer unos ajustes en el programa y haber tenido éxito con la teleportación de un babuino. En el momento que está practicando su experimento ingresa en la cápsula una mosca que confunde a la computadora en el proceso de desintegración, en vez de integrar cada individuo por separado la computadora fusiona la información genética de cada uno convirtiendo al ingeniero investigador en Brandlemosca, un ser mitad hombre, mitad mosca que desarrolla una pelea genética equilibrando las dos informaciones genéticas.

Si hasta ahora la peli no les parece interesante, repito Howard Shore se encarga de vendernos una experiencia inolvidable y Cronenberg por su lado nos deleita con el planteamiento y el exquisito final. La peli no sólo nombra al director dentro de Hollywood sino que delimita su estilo y su audacia como realizador. La peli finalmente recibe un Oscar por su destacado trabajo de maquillaje, gana tres Saturn en los Fantasy & Horror Films, uno para Jeff Goldblum como mejor actor, mejor película y de nuevo mejor maquillaje (Geena Davis, Cronenberg y Shore también fueron nominados en sus categorías), como si fuera poco estuvo nominada en los BAFTA’s por maquillaje y efectos especiales. Todo un revuelo en la industria.

A lo largo de este blog, hemos hecho una adoración sencilla a las pelis de este director en esta época biomécanica, Dead Ringers, eXistenZ, Spider son prueba de ello, ya nos ocuparemos de A History of Violence, Eastern Promises y el resto de su portafolio en su debido momento, por ahora si tienen posibilidad disfruten de este delicioso plato de ciencia ficción, gore y mucho del estilo de Cronenberg.

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eXistenZ

Tres pelis se me vienen a la cabeza que están involucradas creativamente con esta obra de David Cronenberg, Dark City en 1998, obviamente Matrix en 1999 y porqué no, ya habíamos hecho el ejercicio, Equilibrium en 2002. Ahora bien, si tomamos las palabras textuales de Nolan afirmando que el guión de Inception lo empezó a desarrollar en el 2000, entonces esta sería una cuarta protagonista abordando el mismo tema.

Lejos de ser un thriller común y corriente, o mejor apuntándole a ser un thriller de lo más común y corriente, Cronenberg nos vuelve a fascinar con su estilo de serie b, ciencia ficción y suspenso. Un mundo donde sin muchos efectos especiales, sin muchos alardes, confunde perfectamente al espectador y lo envuelve en un juego de «roll» o un juego clásico de interpretación de papeles, nos sorprende con un final inesperado y como siempre una historia muy bien desarrollada.

El reparto bastante ecléctico, una combinación bastante inusual con Jennifer Jason Leigh y Jude Law a la cabeza, acompañados de Ian Holm, Christopher Eccleston, Sarah Polley y Willem Dafoe. En la producción Cronenberg hizo de escritor, director y productor, y consiguió no sólo este destacado reparto sino que logró tener en su equipo de nuevo a Peter Suschitzky en cinematografía y Ronald Sanders en montaje, compañeros inseparables del director desde 1988 (Dead Ringers 1988, M. Butterfly 1993, Crash 1996, Spider 2002, A History of Violence 2005, Eastern Promises 2007, si hay un proyecto nuevo de Cronenberg, están involucrados por ejemplo está en producción A Dangerous Method a estrenarse este año y ellos imperdibles en el equipo). Finalmente, el equipo para esta peli lo cierra un maestro de mil batallas, el también canadiense Howard Shore ganador de tres Oscar de La Academia y que en esta peli aporta un acompañamiento sinfónico absorvente e hipnótico.

Para los que les gusta el thriller de suspenso, la ciencia ficción y la serie b esta peli está muy recomendada, para los que buscan pelis con premios y reconocimientos eXistenz logró Oso de Plata en Berlinale gracias a su destacado logro en arte y para los fanáticos del estilo gutural de Cronenberg la escena del restaurante chino es de no perderse.

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