El boliviano Juan Carlos Valdivia alcanza con Yvy Maraēy lo que para mi era la peli ganadora del festival; sin embargo al igual que The Act of Killing, La Paz en Buenos Aires, Anatomy of a Paperclip, La Camioneta, Soy mucho mejor que vos, Revelando Sebastião Salgado y Satellite Boy –que la vemos mañana– son pelis de muestra por fuera de competición.
Valdivia escribe dirige y protagoniza esta cinta: una aventura a «Tierra sin Mal».
«Tierra sin Mal» es una zona donde Erland Nordenskiöld, un arqueólogo sueco, estableció una serie de estudios sobre una cultura guaraní que se vuelve objeto de estudio de un cineasta. Ya habíamos visto un ensayo parecido con Antonio Dorado, recreando el libro The River de Wade Davis sobre la vida primitiva del biólogo e indigenista Richard Evans Schultes en el río Apaporis; pero donde Dorado se hizo debil, Valdivia se hizo grande.
Este cineasta protagonista de Yvy Maraēy no es más que Valdivia, atrapado en sus problemas personales, queriendo huir de la civilización hacia lo más profundo de la selva. En su aventura, su destino se topa con Yari, un guía guaraní interpretado espléndidamente por Elio Ortíz y comienza una relación de dominios, poder, rivalidad, a veces racismo pero, en general, de comprensión y mutua amistad.
Valdivia se pasa a veces de existencialista, melodramático y mamerto pero la historia, su falso documental, lo hala y lo encarrila en una divertida experiencia que nos deja boquiabiertos con la fantástica fotografía y la lúdica presentación de sus personajes. Ganadora de mejor sonido en La Habana y nominada a mejor film en Mar del Plata, Yvy Maraēy pagó la venida hasta Barranquilla.
Ya son tres años trabajando en este blog. Hemos acumulado en ese periodo 860 entradas, más de 80 mil visitas y un agradable acumulado de 2.000 comentarios. Todas estas cifras son más que alentadoras para continuar viendo cine con ustedes, cada vez que pueda.
Muchos hablan del 2012 como el año con el pico de las mejores pelis de la década -tardía- que termina, no sólo por la buena calidad de las producciones sino además por la cantidad de piezas que fueron promovidas. Gracias a esto esta entrada puede llegar a ser bastante extensa y nos ha tomado más de tres semanas llegar a redactarla completamente pero rigiéndonos por una pequeña regla de sólo nombrar cinco títulos por categoría, hemos logrado resumirlo bastante bien. Lastimosamente, se nos van a escapar un par de producciones importantes que hubiéramos querido incluir pero que no lograron llegar a nuestras salas o pantallas. A continuación este el listado que hemos preparado para ustedes sobre lo que vimos en este año.
Siendo estrictos con la clasificación y resumen del año hasta este momento, no hubo ninguna cinta perfecta -con una clasificación de 10 sobre 10- y la única ilusión para que esto cambie sería de pronto esperar a que The Master de Paul Thomas Anderson se estrenara en nuestras pantallas -porque Thomas Anderson siempre nos ha guardado una bella sorpresa con cada una de sus piezas-. Pero The Master no es la única esperanzadora a este nivel, también están Amour de Michael Haneke, Killing Them Softly de Andrew Dominik, Mud de Jeff Nichols y The Paperboy de Lee Daniels; lo que nos dice efectivamente que aún falta mucho por revisar para finalizar este año.
En este pequeño balance ya empieza a aparecer un protagonista y gran ganador, Matthew McConaughey. Con cinco producciones, Magic Mike, Killer Joe, Mud, The Paperboy y Bernie -si la aceptamos como una pieza temprana del 2012-, McConaughey demuestra que fue poco ortodoxo en sus decisiones de trabajo y que por el contrario fue muy arriesgado. De ser la cara más bonita de Hollywood casi que pasó a ser el texano más peligroso. Su riesgo le permitió con grandes directores independientes que sin duda sacaron lo mejor de él. Aunque pasó desapercibido en los Oscar de este año y en los SAG’s, en los Spirit logró dos nominaciones como actor principal y actor de reparto. Como una alineación especial de los planetas, no creo que Soderbergh, Nichols, Daniels o Friedkin vuelvan a dirigirlo el mismo año, en cuatro diferentes producciones. Sería este el año más especial dentro de toda su carrera y ojalá alcance los premios que le son tan merecidos en este periodo.
Si hablamos de las mejores pelis del 2012 para mi existe sólo una y es Looper de Rian Johnson. Looper no sólo marcó expectativa sino que casi fue impecable en el uso de los viajes a través del tiempo, en donde tan fácilmente se pueden generar incongruencias. No es una cinta perfecta, como lo decíamos antes, en este año no hubo tal, pero logró manejar audazmente la historia, los vacíos y el ritmo en la trama hasta desencadenar un final espectacular. Looper además de ser una cinta de ciencia ficción permite que una serie de subgéneros se entretejan y sea aún más fascinante su experiencia. Realmente sobresaliente el trabajo de maquillaje que sutilmente pudo vendernos el truco de que Joseph Gordon-Levitt era el joven pasado de Bruce Willis y la partitura original de Nathan Johnson. Otras que no desentonaron fueron Seven Psychopaths de Martin McDonagh, Skyfall de Sam Mendes, The Avengers de Joss Whedon, Madagascar 3: Europe’s Most Wanted de Eric Darnell, Tom McGrath y Conrad Vernon. Todas a niveles muy diferentes, lograron cumplir sus promesas frente a los espectadores pero debemos hacer una excepción y nombrar, además, Moonrise Kingdom de Wes Anderson. Anderson con su estilo súper definido y su perfecta artesanía nos devuelve un resumen de su carrera en una historia de amor enmarcada en los bellos parajes de Rhode Island.
Aparecen apenas dos “rompe-taquillas” de todo el paquete de megaestrenos, Skyfall y The Avengers, que a su manera lograron sobresalir de la competencia y lograr millonarios retornos sin afectar sus agendas internas; por un lado, Skyfall fue la mejor forma de celebrar los 50 años de la franquicia, se erige como la mejor peli de James Bond de todos los tiempos (supera claramente a Casino Royale) y reconfirma a Daniel Craig como el mejor Bond; por el otro, The Avengers siendo una peli de súper-héroes de comics y un “rompe-taquillas” de verano fue la única que prometió, respondió, no defraudó y siendo la primera en revelar su golpe dejó muy mal parqueadas al resto con un estándar muy alto para superar.
Una gran ovación se merece el cine colombiano este año pues tuvimos para escoger muy buenas cintas. La Sirga de William Vega, Sofía y el Terco de Andrés Burgos, Chocó de Jhonny Hendrix Hinestroza, y si hacemos un esfuerzo, Apaporis de Antonio Dorado y El cartel de los sapos de Carlos Moreno son las destacadas de este periodo. Sobre todo las tres primeras, marcan un hito en el estilo de hacer cine en Colombia, definiendo una narrativa, una selección de reparto y una temática de expresión muy propias de un fenómeno que aún nos queda muy difícil definir como movimiento y -aunque nos faltó ver La Playa D.C., Apatía y El Resquicio– seguramente no van a ser las últimas de este movimiento.
Pero como en todo, siempre existen desafortunadas equivocaciones, este año no fue la excepción. Sin ser malas, las decepciones del 2012 fueron Argo de Ben Affleck porque comparada con su previa The TownAffleck se rindió frente a una chovinista y a la vez muy bien elaborada artesanía, Prometheus de Ridley Scott porque Lindelof sigue pensando que la fórmula de Lost es ilimitada y aplicable a todo y en Prometheus no sólo hay una gran cantidad de incongruencias que rompen la trama y su tensión sino que además posteriormente descubrimos que el guión original tenía mejor relevancia pero fue masacrado por la petulancia de él, The Bourne Legacy de Tony Gilroy porque descubrimos que fue creada para continuar la franquicia sin mayor sentido que eso, The Hobbit: An Unexpected Journey de Peter Jackson porque sencillamente es una gran salida en falso y The Dark Knight Rises de Christopher Nolan porque aunque es consecuente con toda la trilogía, Nolan fue víctima de su propio invento y todo lo que había construido sobrecayó sobre él duramente. The Dark Knight Rises es tal vez la cinta con la tengo más problemas, de alguna forma, borró con el codo lo que había definido perfectamente con sus dos salidas anteriores, además que Nolan infantilmente fue demasiado pertinaz, reticente y receloso con la imagen del Joker lo que provocó vacíos aún más profundos en la trama. Su universo más humanizado, más real y consecuente terminó dilucidando precisamente desdén y apatía hacia la franquicia para proveer un final que sólo es adecuado en una alucinación dolosa de Alfred.
The WordPress.com stats helper monkeys prepared a 2012 annual report for this blog.
4,329 films were submitted to the 2012 Cannes Film Festival. This blog had 22,000 views in 2012. If each view were a film, this blog would power 5 Film Festivals
Aunque ha habido varios avances en el cine nacional colombiano, no deja de ser muy irregular. Nos emocionamos cuando en cartelera hay producciones como La cara oculta, Silencio en El Paraíso, La vida Era en serio o incluso Apaporis que sin ser realmente malas intentan proponer suspenso, docu-drama, comedia o documental. En algunas piezas se siente la falta de presupuesto pero por lo menos se hacen explícitas las buenas intensiones a nivel de dirección, fotografía o partitura. Digamos eso sí que las malas actuaciones son generalizadas y que muy pocas sobresalen ahí.
La verdad no veníamos tan mal, El Páramo fue una excelente apuesta a un verdadero thriller de suspenso y salió laureada en Guadalajara, Todos Tus Muertos logró mejor fotografía en Sundance, o Saluda al diablo de mi parte un gran thriller de acción que incluso estuvo a punto de representar a Colombia en los Oscar de este año. En ese sesgado balance el cine colombiano tenía indicios de grandes proyecciones y su promedio era bastante alentador.
Pero cuando en cartelera se empiezan a acabar las opciones e ir a ver cine nacional debería ser una alternativa viable, se topa uno con Sanandresito de Alessandro Angulo que no lo es. Recordé que Jörg Hiller era buen libretista y sin muchas más defensas me dejé llevar a ver esta cinta. Hace muchos años dejé de ver TV nacional cansado de la ramplonería y la chabacanería fortuita, Sanandresito no es más que eso. Una historia muy mal dirigida, que para sorpresa mía los únicos destacados eran Andrés Parra (La pasión de Gabriel, Satanás) y Jimmy Vásquez (La vida Era en serio).
No vale la pena despotricar por despotricar sin mucho que se pueda construir alrededor. Angulo se estrelló durísimo en su primera salida y la expereincia de Hiller en el guión o el buen desempeño de Parra y Vásquez en el reparto no lo ayudaron. Mi filosofía es que ya entrado en gastos uno debe relajarse y disfrutar. Al final me reí una que otra vez pero están muy equivocados las productoras colombianas si piensan que eso es hacer comedia o cine.
Pocas veces logro conmoverme tanto con un documental. Este en particular tenía un ritmo extraño pero su mensaje es contundente y al final a uno se le dobla el corazón. Y es que ver como hay mucha gente, entre ellos muchos colombianos pero sobre todo esos gringos locos que se transladan a vivir a las selvas durante años y años, y que se preocupan verdaderamente por el estado de nuestras selvas es muy emocionante. Lástima que nuestro país en guerra no nos permita a nosotros también transladarnos para allá a conocerlas pero también gracias porque de esa forma muchas de esas selvas se conservan vírgenes y en un estado de aislamiento saludable. Su estatu quo se ve sin embargo afectado por la tala indiscriminada de árboles y la siembra extensiva de coca, ya no para temas chamánicos sino para su comercialización como alcaloide. Hay una gran amenaza y la travesía de Antonio Dorado para reencontrarse con los Cabiyari y los Cubeo la devela crudamente.
Antonio Dorado es un profesor de la Universidad del Valle que se apasiona por el río Apaporis gracias al libro One River de Wade Davis, un alumno del también botánico Richard Evans Shultes. Es Shultes el verdadero eje de la historia porque es él quien logró adentrarse hasta los orígenes del río y vivió con los Cabiyari y los Cubeo durante más de diez años como si fuera uno más de ellos. El profesor Shultes logró catalogar trescientas nuevas especies de matas durante ese periodo que lo hicieron famoso (incluso hay una meseta con su nombre en el Vaupés) y fue gracias a sus vivencia y sus enseñanzas que muchos indígenas no se dejaron influenciar completamente por occidente para proteger sus lenguas y su entorno.
Digamos que la producción no es del todo excelente, se nota que fue realizada con bajo presupuesto y la calidad de la imagen no es necesariamente la mejor pero, y este es un gran pero, hay ocasiones en que uno puede cerrar los ojos y disfrutar tanto del sonido en vivo grabado por Mauricio Vergara que es excelente y maravillador cuando se combina con los ritos de los indígenas así como la música original compuesta por Alejandro Ramírez Rojas. De Alejandro conocemos ya su trabajo en Poker y La vida Era en serio pero creo que este es su mejor trabajo de lejos. Fue maravilloso el acompañamiento que hubo en los momentos de acción, en los de reflexión y de maravillamiento. La ayuda que le dió los Coros de la Universidad del Valle fue lo más impresionante de la pieza. Sentí momentos de pasión cuando la Filarmónica del Valle comenzaba su interpretación y los Coros sigilosamente entraban hasta que, llegado el punto, retumbaban poderosamente en la sala. Varias veces me pasaron escalofríos y fue emocionante.
Se acerca La Reina también de Dorado también con Alejandro componiendo. Esperemos a ver cómo les va en este nuevo proyecto. Por ahora, la audiencia está respondiendo muy bien y esta cinta aún se mantiene en salas. Agradezco mucho haberla podido ver en cine porque de otra forma no la hubiera podido disfrutar tanto como finalmente lo hice.