Si hablamos de piezas cinematográficas ganadoras en el 2012, la primera que se me viene a la cabeza es Searching for Sugar Man de Malik Bendjelloul. Es más fácil decir que no ganó los British Independents, Chicago, Toronto y Tribeca que decir que arrasó con Sundance, los Oscar, los BAFTA, los premios del Gremio de Escritores, del Gremio de directores además de Amsterdam, Moscú, Melbourne y Los Ángeles.
Malik Bendjelloul se topó con una paradoja increíble. El artista conocido como Rodriguez, en la década de los 70’s grabó un par de discos, con la compañía Motown Records y desapareció de la faz de la tierra. Tiempo después un par de sudafricanos (Stephen Segerman, Willem Möller, Craig Bartholomew Strydom) hablaban del mismo artista como si fuera un dios prehistórico, un héroe muerto, una leyenda. Bendjelloul unió cabos y se dio cuenta que Rodriguez vendió miles y miles de discos en Sudáfrica y había sido la inspiración de toda una generación en contra del Apartheid para luego desaparecer. Queriendo investigar más al respecto, viajó a Estados Unidos, se entrevistó con las disqueras -donde no fue bienvenido porque pensaban que el joven sueco venía tras las regalías del artista-, se dirigió a antiguos bares donde supuestamente este artista tocó y fue como rastrear a un fantasma.
Sixto Rodríguez le huía a la fama. Fue reverenciado como La Voz de los 70’s, incluso más fuerte y poderoso que Bob Dylan, pero al final no se interesó en llamar la atención o continuar con su carrera. El mundo pensó que se había muerto pero Bendjelloul lo hizo renacer. Logró sacarlo de su trabajo como obrero constructor, llevarlo a Sudáfrica y hacerlo tocar en una gira por todo el país, en varias fechas, siempre con escenarios a reventar.
La historia es conmovedora y la pieza es de una producción impecable. No pienso que haya sido superior a How to Survive a Plague, 5 Broken Cameras o The Invisible War pelis con un fuerte contenido político, que usan todas las herramientas documentales para transgredir el estatu quo. Se dice que el gran éxito de este tipo de piezas es que están en una corriente esnobista que saca a la luz pública artistas menospreciados y los vuelve estrellas. En ese sentido pienso que este filme es una pieza de explotación pero de gran entretenimiento.