Cuando algún director es consciente se sus gustos y potencias en los subgéneros de explotación generalmente, y contrario a Catching Fire -que recientemente nombramos-, sus piezas empiezan a adquirir un cierto estilo, se rodea de una fanaticada fundamentalista y se van volviendo de culto. Tom Six es un neerlandés que sorprendió al mundo hace cuatro años con su The Human Centipede (First Sequence), una terrible y sangrienta historia de secuestro, perversión y desesperanza.
La cinta y la historia fueron alabadas por el público y la crítica de Austin Fantastic Fest, Toronto After Dark Film Festival, Fangoria Chainsaw Awards y el Screamfest, lo que impulsó a Six a pensar en una segunda parte. Pero no le bastó sólo con eso, afirmó que esa segunda parte sería más grotesca, visualmente más repulsiva y de una poderosa violencia gráfica, haciendo ver The Human Centipede (First Sequence) como un cuento de niños.
Hay que decir que Six puede tener estallidos de genio y que con esta segunda parte logró plenamente sus objetivos.
Lo primero que hizo fue reducir un poco la producción al grabar en blanco y negro; no importa que sea digital y filmado con un HDCAM, como aprendimos en Escape from Tomorrow, el presupuesto de una producción se reduce considerablemente en posproducción al ser filmado en esta calidad porque los ajustes de tono, “color” y luz se hacen más fáciles de cuadrar; al grabar su Full Sequence en blanco y negro, el dramatismo aumenta, el sentido de “realidad posible” se hace más cercano y por lo mismo la historia se hace más intimidante.
Otro aporte en esta segunda parte es el protagonismo de Laurence R. Harvey, un actor británico que tiene un aspecto bastante peculiar y que Six se encarga de volverlo grasiento, desagradable y casi maloliente; desesperante con su asma crónica e intimidante con su lesión cerebral, Laurence R. Harvey interpreta a Martin un celador londinense que vive con su madre y es fanático de la peli de Tom Six -un ouroboros exquisito-. Todos los encuadres resaltan sus ojos saltones y su hediondez absoluta. Si en su First Sequence, su especie de Doctor Frankestein (Dieter Laser) atemorizaba por su retorcido ingenio, Martin aterra y al mismo tiempo genera la más profunda animadversión posible.
Finalmente, el objetivo de Martin es llevar al siguiente nivel el trabajo del Dr. Heiter; mientras Heiter logró, de alguna forma medianamente delicada, un organismo “cienpiés” de tres módulos, Martin más basto, más torpe y mucho más burdo trata de conseguir un “cienpiés” de doce módulos. La cacería es muy entretenida, el contexto con su madre y su mascota desarrollan muy bien el estado mental de su persona además que los momentos, casi parpadeantes, de color son la definición misma de lo grotesco.
Full Sequence vuelve a triunfar en los Fangoria Chainsaw Awards y aunque recoge mucho menos taquilla que en First Sequence, Tom Six se prepara para una tercera parte: The Human Centipede III (Final Sequence).