Brit, Drama, Folk, Indie, John Michael McDonagh, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Calvary

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Cuando escribía la reseña de The Guard, del director John Michael McDonagh, enfatizaba las pocas veces que Brendan Gleeson se había hecho al protagónico de una peli. Acompañado del mismo realizador, repite protagónico e interpreta a un sacerdote de una pequeña parroquia irlandesa que recibe una amenaza de muerte de una voz que no reconocemos en su confesionario. Las causas para tal agravio son explicadas al detalle e injustas, o no, se dicta la sentencia.

«Calvario», para los que no saben, es el monte a donde fue guiado Jesús para su crucifixión; se usa coloquialmente para enmarcar la cruz que se carga en el destino hacia una meta, el dolor, la redención y la expiación de los males que lo atañen.

…puedo decirle cuando uno se está haciendo viejo… Cuando uno deja de escuchar la palabra muerte de la boca de la gente que lo rodea…”. Con esta clase de líneas, un tanto profundas y otro tanto irónicas, Calvary de 2014 se desarrolla entre lo bucólico de esta alejada parroquia y el pequeño thriller de suspenso que nace cuando vamos investigando quién es el perpetrador de la sentencia. Rondando el final del tercer acto, el Padre James (Gleeson) habla con su hija –en la trama se resolverán los detalles de esta particularidad católica–, y entre cuestiones de Catecismo 101 se desenmaraña, no el desenlace de la cinta pero si el porqué: “…una de las virtudes que ha sido más subvalorada es el perdón” y es esa última palabra la que suspiramos cuando todo se diluye en negro al final.

La actuación de Gleeson y las líneas creadas también por McDonagh desembocan en una estimulante pieza de emociones fuertes y ritmo calmo. Gleeson impecable recorre los pasos del Calvario, pareciendo que va del cielo al infierno, en sus cuestionamientos. La pieza es genial y el desempeño de Gleeson logra eco en los British Independent y, obviamente, los Irish Film and Television Awards súper merecidamente.

Nota personal. Entre las picardías de las líneas escritas por John Michael McDonagh una que me llamó mucho la atención es cuando Fiona (Kelly Reilly), hija del sacerdote, juega con las palabras “padre” y “papá”, dándole sentido a la conversación que sostiene con él, cuando se siente alejada o cuando se siente conmovida (respectivamente). Pareciera un ir e venir muy personal de la relación del director con la iglesia católica donde no puede definir qué juicio tomar frente a ella. Ahora bien, extendiendo su audacia y volviéndola picardía, invita al mismo juego al mismísimo hijo de Brendan Gleeson, Domhnall Gleeson (About Time, Ex-Machina), donde se reafirma el divertimento pero ahora con connotaciones naturales.

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Auteur, Brit, Drama, Folk, Indie, Internet, Miguel Vaca, Movie, Road Movie, Steven Knight, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Locke

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Son las nueve de la noche y Ivan [aivan] Locke termina su turno de trabajo en una construcción de un edificio donde ligeramente podemos observar el hueco hecho para la cimentación de las columnas; está cansado y apenas puede dominar el volante; se ha cambiado las botas, el casco y dentro del carro se quita el chaleco reflectivo propios de la obra; maneja un BMW y tiene conectado su teléfono celular al volante para contestarlo en altavoz cómodamente, es decir, no es un obrero raso, su puesto es de jerarquía alta dentro de la edificación; llama a Bethan y le dice que pronto llegará, títulos y empieza la peli de Steven Knight.

¿Pero quién es Steven Knight? Knight es un escritor de la industria fílmica británica, nacido en Marlborough hace seis décadas, reconocido por los guiones de varias piezas cinematográficas como, por ejemplo, Eastern Promises, Dirty Pretty Things o la serie de TV, Peaky Blinders. Sin contar con Hummingbird con Jason Statham –estrenada también el año pasado– Locke es su debut como director.

Las críticas llaman la atención sobre el desempeño de Tom Hardy, y aunque estuvo nominado en los British Independent del año pasado, se quedan cortas frente al excelente trabajo del actor.

Locke tiene una pinta de cinta de «gangsters» –mayormente por el portafolio de Hardy– pero no es más que una «road-movie» desenvuelta en un sólo espacio explorando las tensiones, presiones y condenas de Ivan Locke en la víspera de uno de los mayores logros de su carrera como constructor. De principio a fin, se nota la transformación del actor tanto en su tono como en el desarrollo del personaje, que agobiado y algunas veces impotente, nos va contando sus preocupaciones, sus miedos y la razón de este largo viaje que emprende de noche hacia Londres.

Cercana a Devil (John Erick Dowdle) y a Buried (Rodrigo Cortés), Locke como decía desarrolla toda su trama en un sólo espacio. Mientras Devil tiene tomas en otros espacios por fuera del ascensor y Buried se desenvuelve estrictamente dentro del cajón que tiene enterrado a Ryan Reynolds, Locke es un punto medio entre las dos donde la cámara sale un par de veces afuera del carro y tiene otras tomas que dan contexto o refrescan en el montaje de la pieza. El encauzamiento de la historia se da de manera cautivante más por el trabajo de Tom Hardy que por la trama misma, sin embargo, el desenlace es inquietante y vale su espera a través de toda la peli.

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Marley

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Marley de Kevin Macdonald es uno de los mejores documentales musicales que he visto hasta ahora y además de impecable factura; y si, recuerden que ya habíamos revisado Searching for Sugar Man, también de 2012.

Macdonald rompe el estrellato con The Last King of Scotland, precedido de una docena de documentales realizados para la pantalla grande y la TV, en formato de cortometrajes y largometrajes. Sin embargo, la historia de Idi Amin logra megaproporciones cuando es nominada (y gana) mejor actor principal para Forest Whitaker en los Oscar de La Academia, además de seis BAFTA’s (tres de ellos escoceses), un Globo y dos British Independent. Hubiéramos pensado que Macdonald haría un cambio en su profesión y se dedicaría a los argumentales pero contrario a eso, logró un balance interesante realizando dos largos más y tres piezas documentales; entre ellas, su más reciente Marley.

En una vía opuesta a Malik Bendjelloul que optó por una fórmula de explotación en su forma de hacer Searching for Sugar Man y ganó casi todo lo posible en ese año, Kevin Macdonald toma una figura icónica como Bob Marley y se sienta a investigar su perfil como un verdadero documentalista; esto lo entenderemos más a fondo cuando repasemos pronto Life in a Day, otro documental del escocés.

Marley nació como Nesta Robert Marley en las colinas de Santa Ana en una población rural de Jamaica en 1945. Hijo de un colono blanco y una corpulenta nativa, el pequeño Bob fue menospreciado por los demás niños por ser mestizo; esto determinó una personalidad callada, introvertida y tímida que se volvió un plus muy atractivo para las mujeres que lo seguían en sus años como estrella. Dos objetivos interesantes se despliegan de este planteamiento en la pieza (A) Bob Marley no fue un dios, sino más bien un prolífico artista con una profunda debilidad por las mujeres que lo acediaban y (B) fue un negro capaz de darle la vuelta al apellido Marley naturalmente comprendido como de origen caucásico pero que gracias al cantante y su prole se le considera ahora legendario y afrodescendiente.

A muy temprana edad Marley empieza a interpretar y a digerir ritmos folclóricos de Jamaica como la soka, el calipso y el ska; hasta que llegados sus 16 años logra el tono indicado y graba el sencillo ‘Judge Not‘; ‘Simmer Down‘ es otro ejercicio de Marley con relativo éxito comercial pero se da cuenta que el ska que se exhibe en esas canciones es más cercano a la fiesta y él busca algo más trascendental; la ausencia de una figura paterna en la vida de Marley da cabida para que adopte a Haile Selassie (líder etipe) como modelo, incluso profeta y deidad; proclama el Jah y la religión Rastafari como suyas mientras la solución musical la encuentra en Bunny Livingston y Peter Tosh, con los que forma ‘The Wailers‘. De ahí en adelante, el documental se encarga con elocuencia de fascinarnos con los orígenes del «reggae» extraídos del soul de Estados Unidos mezclado con las antillanas raíces jamaiquinas.

Es posible que la inflexión de la narración cambie un poco, y lo que antes nos fascinó ahora sólo es una retaila de detalles y anécdotas de su estrellato pero es cierto que si se quiere hablar de Marley hay mucho de donde recortar y Macdonald logra un montaje siempre interesante y cautivante, dejando siempre claro que su gran clave del éxito deviene precisamente de su lucha contra las circunstancias en las que le tocó sobrevivir.

Dos brazos políticos se desarrollaron en Jamaica, el JLP y el PLP; casi como el negro y el blanco, el uno se odiaba con el otro y Marley en una posición más mística disentía de ambos poderes. Su posición neutral se vio como una amenaza, y sin decir de quién fue la autoría, una caravana del cantante fue víctima de un atentado con armas de fuego que logró herir a Bob pero dejarlo ileso de cualquier daño. El cantante lo tomó como un acto divino y dijo abiertamente que no estaba de acuerdo con las peleas entre hermanos, abandonó el país y se radicó en Londres donde finalmente desarrollaría su sonido -ya sin Bunny y sin Peter Tosh-. Le gustaba bailar, saltar y jugar fútbol; mantenía un cuerpo atlético y una alimentación sana a base de tés y comida natural; su única falencia en salud, se dio a causa de un accidental pisotón de un compañero con unos guayos; Marley se hizo revisar el pie y descubrieron tangencialmente un melanoma. Los diagnósticos eran mixtos. Se sabía que era un cáncer maligno y que algo debía hacerse; le recomendaron ir a Miami para un proceso de desarticulación de la cadera y amputación de la pierna afectada; otros aconsejaron amputar desde la espinilla para abajo; pero finalmente, aquel que sugirió una extracción parcial en el tobillo fue el escuchado. Años más tarde, con 36 años cumplidos, la pobre intervención de este mal se le extendió por todo su cuerpo llegando a órganos vitales y donde la quimio no tenía ya razón de ser. Suponemos que las grandes dosis de marihuana calmaban el profundo dolor de un cuerpo invadido por el cáncer pero lo que no se aclara es porqué no se trató esta maligna enfermedad como debió haber sido después de que fue advertida grave y letal.

El documental y la narrativa de Kevin Macdonald son hermosas. Una pieza increíblemente conmovedora así como rica y atractiva para cualquier melómano. Lo más interesante es la inquietante figura de Bob Marley que permanece como un profundo enigma al no poder definirlo como una figura paternal o como un empedernido conquistador, con más de siete cónyuges mujeres y alrededor de quince hijos reconocidos; como el resultado de un mestizaje entre blancos y negros, oponiéndose radicalmente a cualquier actitud radical social o política; conducido por su profunda creencia religiosa rastafari pero abandonando el hogar de sus hijos –Cedella y Ziggy– y doblegándose finalmente ante el tratamiento de una quimioterapia en las hélidas tierras alemanas cortando sus dreadlocks símbolos de su religiosidad y pureza.

Marley de Kevin Macdonald se encuentra en este momento en el portafolio de Netflix.

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Den Danske Film, Drama, Thomas Vinterberg, World

Jagten

jagten

Cuando escuchamos que una cinta danesa se acerca a nuestras carteleras, nos preparamos para un momento inquietante y perturbador -a menos claro que estemos hablando de la melodramática y exasperante Susanne Bier-. Somos grandes aficionados del cine de este país nórdico cuyo sinonimo en nuestra cultura eran los vikingos y su barbaridad. Pero Dinamarca lejos está de ser barbárica en su cine, por el contrario es cuna de mentes sofisticadas que exponen grandes dramas, historias guturales o melódicas composiciones de lo más profano de sus psiques. Ejemplos, hay por montones, Nicolas Winding Refn es uno, Henrik Ruben Genz, Ole Christian Madsen o el mismísimo Lars Von Trier que de la mano de Thomas Vinterberg crearon el movimiento Dogma 95.

La última vez que supimos de Vintenberg fue en 2010 con Submarino y el año pasado logró muy buena prensa con Jagten al llevarse mejor filme en los British Independent, mejor guión en los European y mejor actor, premio ecuménico del jurado y mejor técnico (Charlotte Bruus Christensen) en Cannes además de estar nominado a la Palma de Oro -aún no he visto Reality de Matteo Garrone pero tiene que ser excepcional para haber batido a Jagten en esta última categoría-.

Mads Mikkelsen protagoniza Jagten como un dulce profesor de pre-escolar que vive una vida solitaria después de haberse separado de su esposa y de pelear por la custodia de su hijo de 15 años que aún vive con ella. Su existencia tiene algo de sosiego a medida que su trabajo es su dicha, sus amigos lo acompañan, un amor aparece y recibe las tan esperadas noticias por parte de su hijo que decide vivir con él; pero esta suerte cambia radicalmente cuando una mentira inocente va abriéndose camino vorazmente en el pueblo donde habita. Mikkelsen es acusado de abusar sexualmente de un menor.

Vintenberg no gusta del cine de género, sus cintas al igual que las de Von Trier son dramas viscerales, incómodos, plenos y sin rodeos. En esta ocasión la vida de su protagonista pende de un hilo que se sostiene sólo por su honor, su orgullo y la tozudez de pelear contra el que sea para conservar su dignidad a toda costa. Me encanta que no hayan jugado en mercadeo con el nombre de la pieza, la época escogida tiene multiples lecturas en sus tropos. El final del otoño desemboca en el solsticio de invierno (23 de diciembre) y en adelante continúan las acostumbradas festividades decembrinas católico-cristianas, con su apogeo más grande el 25 de diciembre.

El pueblo donde vive Mikkelsen se caracteriza por estas profundas creencias religiosas y aunque en principio el sistema está muy bien preparado para atender una alerta sexual como la presentada en la historia, su arquetipada forma de pensar y su intolerancia agravan el rechazo y la soledad del profesor, que con su revés, se acentúa en Nochebuena, con el frío de la primera nevada, las luces apagadas y una apatía intoxicada ligeramente con whisky. Invierno es además el inicio de la temporada de caza que proporciona un símil escalofriante entre el venado y Mikkelsen versus los cazadores y el pueblo; en el limbo de la culpa, consumidos por la duda, los locales parecieran tener licencia de caza y la única defensa que parece encontrar Mikkelsen es permanecer altivo, con la frente en alto esperando que el siguiente disparo también falle.

Los cazadores obtienes sus licencias cuando son muchachos, en el paso de la adolescencia a su adultez; esta última ceremonia es la que más aterroriza al afable profesor. Su hijo ha demostrado con creces que tiene sus valores morales y éticos intactos y es capaz de pelear por ellos; el problema es que cuando lo hizo se enfrentó a mano limpia y recibió de la misma forma una retribución de su impertinencia. En el día de sus 16 años, sin embargo, su hijo recibe la aceptación del pueblo y de ahora en adelante es dueño de su propio rifle que significa que tiene voz y voto. Imagino que por la cabeza del profesor pasarán todas las encrucijadas posibles en las que su hijo se vea empuñando esa arma contra esa sociedad retrograda y chapada a la antigua cuando él o ellos no estén de acuerdo.

Jagten es exquisita en sus actuaciones, en su partitura original y en su guión que nunca deja de sorprendernos. Vintenberg no usa trucos para llamar nuestras emociones, tiene un mazo de cartas y nos las va aventando, una a una, a medida que avanza la cinta. Constantemente. No para. Crea sensaciones a punta de pequeños pasitos y aunque todo el tiempo estamos súper tensos logra extraernos risas de un humor profundamente negro. Somos manipulados, somos llevados por su mano en un sinuoso waltz que el realizador ha compuesto magistralmente para nosotros. Pero Jagten también es extremadamente bonita en su fotografía, contrastado con la pestilencia que domina el pueblo donde habita el profesor; siendo finales de otoño, Charlotte Bruus Christensen, su directora de fotografía, vuelca la cinta hacía unos tonos cálidos dominados casi en su totalidad por la gama de amarillos y ocres; además, prueba constantemente con primeros planos llenos de hermosas texturas, abordados con sofisticados y pequeños movimientos de encuadre, que nos acercaban al gesto de los actores en momentos de mucha tensión sólo para enfatizar o acentuar el momento -un detalle de fina coquetería que paga la boleta completamente-.

Hacerle psicología del color a esos amarillos también es súper válido y congruente con la pieza que nos presenta Vintenberg. Jagten es definitivamente una producción para no dejar pasar.

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Adventure, Documentary, Exploitation, Folk, Indie, Malik Bendjelloul, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Svensk Film, Thriller, Vacacion, World

Searching for Sugar Man

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Si hablamos de piezas cinematográficas ganadoras en el 2012, la primera que se me viene a la cabeza es Searching for Sugar Man de Malik Bendjelloul. Es más fácil decir que no ganó los British Independents, Chicago, Toronto y Tribeca que decir que arrasó con Sundance, los Oscar, los BAFTA, los premios del Gremio de Escritores, del Gremio de directores además de Amsterdam, Moscú, Melbourne y Los Ángeles.

Malik Bendjelloul se topó con una paradoja increíble. El artista conocido como Rodriguez, en la década de los 70’s grabó un par de discos, con la compañía Motown Records y desapareció de la faz de la tierra. Tiempo después un par de sudafricanos (Stephen Segerman, Willem Möller, Craig Bartholomew Strydom) hablaban del mismo artista como si fuera un dios prehistórico, un héroe muerto, una leyenda. Bendjelloul unió cabos y se dio cuenta que Rodriguez vendió miles y miles de discos en Sudáfrica y había sido la inspiración de toda una generación en contra del Apartheid para luego desaparecer. Queriendo investigar más al respecto, viajó a Estados Unidos, se entrevistó con las disqueras -donde no fue bienvenido porque pensaban que el joven sueco venía tras las regalías del artista-, se dirigió a antiguos bares donde supuestamente este artista tocó y fue como rastrear a un fantasma.

Sixto Rodríguez le huía a la fama. Fue reverenciado como La Voz de los 70’s, incluso más fuerte y poderoso que Bob Dylan, pero al final no se interesó en llamar la atención o continuar con su carrera. El mundo pensó que se había muerto pero Bendjelloul lo hizo renacer. Logró sacarlo de su trabajo como obrero constructor, llevarlo a Sudáfrica y hacerlo tocar en una gira por todo el país, en varias fechas, siempre con escenarios a reventar.

La historia es conmovedora y la pieza es de una producción impecable. No pienso que haya sido superior a How to Survive a Plague, 5 Broken Cameras o The Invisible War pelis con un fuerte contenido político, que usan todas las herramientas documentales para transgredir el estatu quo. Se dice que el gran éxito de este tipo de piezas es que están en una corriente esnobista que saca a la luz pública artistas menospreciados y los vuelve estrellas. En ese sentido pienso que este filme es una pieza de explotación pero de gran entretenimiento.

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Brazucas, Brit, Documentary, Drama, Epic, Experimental, Folk, Indie, João Jardim, Karen Harley, Lucy Walker, Miguel Vaca, Movie, Vacacion, World

Waste Land

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Waste Land es el trabajo en conjunto de la británica Lucy Walker y la co-dirección y producción de los brasileros João Jardim y Karen Harley. Un gran equipo que se redondea con la producción del gran director Fernando Meirelles.

La historia de Waste Land (también conocida como Lixo Extraordinário) es la de los catadores de Rio de Janeiro, unos trabajadores organizados en el basurero municipal más grande del mundo -frase favorita de los brasileros para empezar a contar cualquier cosa-, encargados del reciclaje de todas las toneladas de materias depositadas diariamente en esa zona.

Aquí me permito una licencia para destacar el trabajo de la cinematógrafa colombiana Irene Tobón que viajó a San Pablo a estudiar una maestría en documentales brasileros y se topó con que la figura evidente en Waste Land del catador de lixo es una figura reiterativa a lo largo de la historia fílmica de los documentales brasileros -en pocas palabras este es el objeto de estudio de su tesis-. Ahora bien, igual que en San Pablo -que es donde ella centró su análisis-, en Río los catadores son asociaciones cívicas, sin relación con la Prefeitura que simplemente se desentiende del problema. Miles y miles de personas se reúnen diariamente en el Jardim Gramacho y, como cuenta el documental, la demanda particular de cierto material genera la definición del movimiento de reciclaje de esa jornada. Por ejemplo, si llega una empresa trituradora de vidrio, todos los catadores son anunciados y todos recogen vidrio en ese momento con las características especificadas. Esta empresa trituradora compra el vidrio luego lo lleva a su lugar de tratamiento, vuelve a clasificar lo colectado, lo limpia y lo transforma para volver a vendérselo a otra empresa que lo funde para que, finalmente, otra lo acople en su línea de ensamblaje de carros.

La intención de los directores fue revisar el trabajo de Vik Muniz, un artista plástico brasilero radicado en Brooklyn que «sinecdoquiza» el material en su obra para contar una historia. Un proceso interesante y con varios ejemplos dentro del documental bien interesantes. Emprende esta empresa de sacar adelante un proyecto artístico en el Jardim Gramacho. Natural de Río y con una sede de su estudio en la ciudad, Muniz entrevista catadores, personajes icónicos y les toma fotos. Así se encuentra a Zumbi, Tião, Isis, Valter e Irmã, gente del común pero terriblemente carismáticos. El documental sigue avanzando y cuenta cada una de sus historias. Muniz decide estudiarlos fotográficamente y los pone actuar en escenas como madonnas, campesinos o en el caso de Tião como Marat en el cuadro de Jacques-Louis David. Personalmente, este momento fue duro porque se piensan en las implicaciones de ‘La muerte de Marat‘, “La muerte del amigo del pueblo“, “La Pietá de La Revolución” y pensé que de alguna forma, por eventos relacionados en el documental, el final de Tião iba a ser trágico. Sin embargo cuando empiezan a construir las obras en gran formato y las exportan a Londres para subastarlas, se entiende la situación, uno no puede más y afloja los lagrimales. Tião viaja en representación de los catadores y es testigo de las miles de libras que pagan los londinenses por su obra; Muniz que no busca provecho del asunto le da toda la plata y Tião ve por fin validada toda su labor. Se había convertido Marat, el amigo del lixão. De alguna forma, el documental aunque muy conmovedor se hace predecible. Gente que trabaja por obligación y que empieza a recibir atención siente que no debe volver. La gran preocupación de Muniz es ser responsable de esa disociación pero se arriesga y los lleva hasta las últimas instancias.

La pieza de Lucy Walker, Jardim y Harley es atractiva, rica artísticamente y muy interesante a nivel de documento. Ganó dos premios en la Berlinale, mejor documental del mundo en Sundance y fue nominada al Oscar y a los British también como mejor documental. Tan importante como la pieza misma me atrajo mucho la visión de Irene quien además me recomendó otro par de cintas que esperamos poder reseñar pronto. Gracias a sus conocimiento por fin entenderemos un poco más las herramientas del documental como género, los objetivos de la pieza y su comunicación que es bien diferente a la del argumental

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Auteur, Brit, Comedy, Film Noir, Folk, Gangster, Indie, Martin McDonagh, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Thriller, Vacacion, World

Seven Psychopaths

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Hemos sido bastante negligentes en este blog con una de las mentes contemporáneas más brillantes del Reino Unido. Martin McDonagh no sólo es un gran director que nos trajo la gran In Bruges sino que además es reconocido como un gran escritor teniendo ya en su haber un Oscar de La Academia, una máscara de los BAFTA, un BFI y nominaciones -de todos los festivales independientes que más respetamos-, mayormente por su buen guión de In Bruges.

In Bruges como tal se merece una entrada especial pero mientras la desarrollamos podemos afirmar que es una historia tipo novela negra sobre un par de sicarios perdidos en Brujas, esperando instrucciones de su jefe en Londres para solucionar un enredo laboral. Un gran eufemismo para un sangriento enredo de mafia y turismo en Bélgica que súper recomendamos.

Cinco años después McDonagh se sienta a escribir una historia en Seven Psychopaths sobre otro enredo pero más conceptual. Repite Colin Farrell y lo acompaña en el reparto Sam Rockwell, Christopher Walken, Woody Harrelson, Tom Waits y Abbie Cornish -además de las apariciones espectaculares de Harry Dean Stanton, Kevin Corrigan, Michael Pitt, Michael Stuhlbarg, Zeljko Ivanek, Olga Kurylenko– que si nos ponemos a pensar es de un lujo casi inexplicable en una cinta de corte independiente.

Seven Psychopaths, de alguna forma nos recuerda a The Greatest Movie Ever Sold, una cinta que se va cosntruyendo a medida que avanza la historia. Aquí Colin Farrell interpreta a un escritor irlandés que se encuentra en Hollywood escribiendo una idea para una peli llamada «Seven Psychopaths», esta ennoviado con Abbie Cornish y tiene como mejor amigo a Sam Rockwell. La trama plantea el deseo de Farrell por empezar este nuevo proyecto, recibiendo ayuda de todo su entorno pero sobre todo de Rockwell que lo va guiando en la investigación y desarrollo de los personajes. Sus profundas borracheras teminan erosionando su relación con Cornish y de un momento a otro se ve envuelto en una trama loca de secuestros y asesinatos. A medida que avanza la peli siete estereotipados psicópatas van definiendo su perfil psicológico en la historia de su pieza, el más rico sin duda es el vietnamita disfrazado de cura tratando de fornicarse a una prostituta -en este momento casi 17 personas se pararon de la sala y se fueron; lo cual es un buen síntoma, sólo me había pasado antes con Irréversible de Noe-. De ahí en adelante la trama tiene un giro y todos los personajes son susceptibles a grandes catarsis, enfrentamientos con sus némesis o duelos con sus destinos para que Farrell pueda terminar su historia. Lo más bonito es que el cliché es combatido con el cliché y la ganadora es esta grandiosa pero sencilla pieza cinematográfica.

Todos parecen jugando y se nota que gozaron mucho haciendo esta peli. Pero no todo es un gran divertimento, la música original compuesta por Carter Burwell es de una sofisticación pasmosa. Delicada y muy bien pensada para cada momento, es una gran protagonista, testigo de las aventuras de Farrell en busca de su guión. Otro que tampoco estuvo jugando y se tomó muy en serio su papel fue Ben Davis dirigiendo una fotografía fluida y cambiante en cada acto de la cinta para terminar como en las grandes películas del oeste, redimiendo a los personajes en medio del desierto en un duelo a muerte. El desierto fue filmado en el Joshua Tree National Park uno de esos parajes míticos donde estos maravillosos árboles se roban todo el encanto del paisaje. Casi a nivel de asfixia, las cámaras de Davis cambian su perspectivas a picados y nos hacen recordar esa frase tan bonita que en lo más oscuro de la noche es cuando mejor se ven las estrellas, justo en ese momento en que entendemos todo el objetivo de la historia y la cinta se vuelve aún más vibrante y conmovedora.

McDonagh no es para nada descuidado y en los créditos finales se da uno cuenta con la historia de Tom Waits. Seven Psychopaths aún está en cartelera y no se pueden perder esa oportunidad de verla proyectada. Esperemos que McDonagh no se demore otros cinco años en desarrollar otro proyecto cinematográfico y que si lo hace sea tan bueno como el portafolio que lo precede.

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Actor, Auteur, Brit, Chris Morris, Comedy, Folk, Indie, Miguel Vaca, Movie, Thriller, Vacacion, World

Four Lions

Cuando dejo grabada una peli en Cinemax, aparte de disfrutar la pieza que dejé grabada me encanta ver los cortos de lo que se viene. Si uno ve La piel que habito le anuncian Tuan yuan, ganadora de mejor guión en la Berlinale, que a su vez anuncia la mexicana Somos lo que hay, que a su vez anuncia la brasilera Trabalhar Cansa, que a su vez anuncia la británica Four Lions y así uno puede irse poniendo al día en lo que se refiere a cine independiente y festivales.

Cuando vi por primera vez los cortos de Four Lions pensé que iba a ser una cinta que abordaba el terrorismo desde una perspectiva muy dramática o desde el sentimentalismo ordinario. Pero al final del corto decía comedia. Me intrigó. La busqué. La grabé. Me sorprendió.

Four Lions dirigida por Christopher Morris es todo lo contrario a lo que hemos visto sobre terrorismo en cine. Es una historia políticamente incorrecta, aguda, de un humor negro impresionante y que hipnotiza con cada línea de diálogo que nos va dando su equipo de escritura (Jesse Armstrong, Sam Bain, Simon Blackwell y el mismo Morris). La sátira trata sobre una célula terrorista de cuatro pakistaníes establecida en Londres que aspiran a ser mujadines demostrando su honor en una inmolación. La historia se centra en Omar (Riz Ahmed) que lidera la célula como la mente más crítica frente al ocidentalismo infiel y el imperialismo. Omar se prepara con Waj (Kayvan Novak) para recibir órdenes del comando central en un campo de entrenamiento en el desierto pakistaní pero todo sale mal y deben salir huyendo a improvisar por si mismos un plan de ataque terrorista. Por su parte, Barry (Nigel Lindsay) y Faisal (Adeel Akhtar) esperan noticias de Omar pero Barry está muy resentido porque quedó aislado del plan de entrenamiento y emprende el reclutamiento de Hassan (Arsher Ali) para atacar una mezquita.

Mediante el absurdo dos críticas importantes se hacen evidentes. La primera es que el fanatismo y fundamentalismo va transformando a las personas en ignorantes. Digamos que los cuatro pintorescos terroristas parecen adolescentes inmaduros pero la aparición de Hassan en medio de un auditorio con una arenga incendiaria en contra del prejuicio racista es un discurso inteligente con por lo menos algo de elaboración -y que a la postre le valió su cupo en la célula-; el desarrollo del personaje de Hassan es impecable porque a medida que se va comprometiendo con la causa yihadista de «Los Cuatro Leones» sus errores aumentan y su audacia desaparece.

La otra gran crítica que aparece en la historia es que las causas que ennoblecen a los suicidas se van disolviendo en sus propios cuestionamientos. La continuación de un ataque terrorista ad portas de realizarse es una gran de cadena de manipulaciones que justifican sus actos no de la forma más congruente o acertada. La historia de Omar y su familia es muy loca, transforman la realidad de su núcleo familiar gracias a la firme creencia de sus actos que llenan de orgullo a todos sus integrantes. En momentos de duda siempre aparece alguien supuestamente más cuerdo o más calmo que los convence de continuar “sonriendo” hasta encontrar el paraíso.

Siento de Morris que fue muy arriesgado al hacer esta peli porque de alguna forma está ridiculizando a los fundamentalistas sin atacar directamente una etnia o algo por el estilo. No se queda sólo con la historia de los árabes su crítica podría llegar a cuestionar autogolpes o teorías de conspiración más grandes en los Estados Unidos después de los eventos del 11 de Septiembre. Con una comedia negra muy inteligentemente critica el terrorismo y su falta de razón. Morris es conocido por sus apariciones en The IT Crowd con esa agresividad y virulencia que expone su cara pero es mucho más reconocido por sus artículos denunciando el racismo en el Reino Unido. Con Four Lions debuta como escritor-director y logra ser reconocido en los BAFTA’s así como grandes nominaciones en Sundance, Chicago, los British y el mismo gremio de escritores británico.

La cinta la recomiendo mucho y la están rotando ahora mismo en Cinemax.

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Auteur, Brit, Drama, Indie, Lynne Ramsay, Miguel Vaca, Movie, Vacacion, World

We Need to Talk About Kevin

Pensaba que la crítica era un tanto descuidada cuando afirmaban que We Need to Talk About Kevin proponía la mejor actuación de Tilda Swinton y me ponía a pensar si realmente era posible superar Io sono l’amore, Michael Clayton o Broken Flowers. Personalmente, Swinton logra su máximo desempeño en Io sono l’amore pero esta cinta le puede hacer un buen contrapeso y por suma de elementos estructurales incluso ser tan interesante.

We Need to Talk About Kevin está basada en la novela del mismo nombre de Lionel Shriver. Lynne Ramsay es una joven realizadora escocesa que nos trae su interpretación proponiendo un frenético juego de tiempo para presentarnos la vida de Eva Khatchadourian (Tilda Swinton). Eva es una mujer exitosa, podríamos aducir que una especie de corresponsal, de pronto uno de esos viajeros que vemos en los canales de turismo que viajan y viajan para dar sus recomendaciones sobre Buñol, Rangún o París, uno de esos viajeros que tanto envidiamos y odiamos por tener el trabajo perfecto. Eva es neoyorquina, sofisticada, cosmopolita y aventurera. Su pasión por los viajes se ve truncado súbitamente por un embarazo no deseado y comienza su pesadilla. Sus calidades como madre la frustran, su incapacidad para calmar a su hijo la desconcierta y la falta de comprensión la llenan de un profundo vacío. De repente, todos los juegos de Ramsey se vuelven reflexiones de Eva sobre su pasado y de cómo ella tenía arreglada su vida en una realidad superflua pero feliz.

El producto de esa insatisfacción, de esa incapacidad y de esas frustraciones es un niño desenfrenado, desatado y sádico. Un niño llamado Kevin que fue capaz de leer a su mamá desde los dos años, manipularla a los ocho y envilecerse a sus dieciséis. We Need to Talk About Kevin es la historia de este niño en particular y la lucha de su madre para sobrevivirlo. Hay varios temas geniales en la pieza de Ramsay sin embargo antes de discutirlos a fondo, me gustaría dejar claro que no estoy muy de acuerdo en el regusto que deja la cinta al esclarecer la culpa de esta mujer por haberse extasiado en su juventud y sentirse orgullosa de su éxito. Una culpa judeo-cristiana que ataca los instintos naturales de los seres humanos por el placer y su búsqueda en el hedonismo. Muchos de los grandes traumas de la intelectualidad moderna se debieron a la asunción de estos dogmas y duramos mucho tiempo en nuestra contemporaneidad tratando de superarlos.

Esta vez el desempeño de Swinton no se ve afectado por el resultado directo de su actuación, al igual que The Iron Lady, el maquillaje y vestuario de la protagonista, más que acompañar, complementan un excelso ejercicio histriónico. Tilda Swinton es un mosntruo, es un monstruo de la misma especie de Michael Fassbender, en esta peli no sólo es diferente a todas sus presentaciones diferentes sino que cronológicamente es una mujer fragmentada y cada una de sus épocas tiene una apariencia y un comportamiento diferente. Por su lado, John C. Reilly lo hace bien pero no me convence como esposo de esta gran mujer -mismas deficiencias simpáticas que le sentí en Carnage-, sin embargo se siente como un padre relajado, llevadero, empático. Mi punto sobre la culpa se empieza a sentir aquí mismo, cuando Eva no es la única responsable del desenfreno de Kevin, el ausentismo del padre es un claro agravante en la educación de un niño, tratar ser el amigo y no la figura paterna, desafían la mente de un niño y le tergiversan su sentido de lo correcto y lo incorrecto.

Hasta ahora impecable Ramsay en su tesis y en el empoderamiento de su proyecto. Ahora bien, uno pensaría que hasta aquí el director de reparto -el grandioso y veterano Billy Hopkins– ya logró sus objetivos. Pues no. Su mayor logro no fue escoger a Tilda Swinton, su agudeza y destreza se ve reflejada en la escogencia de los tres actores para los tres momentos de Kevin: A los dos años (Rock Duer), a los ocho (Jasper Newell) y a los dieciséis (Ezra Miller). Si hablamos de Tilda Swinton, definitivamente hay que hablar de esta joven promesa llamada Ezra Miller. Lynne Ramsay hace un excelente trabajo dirigiendo a sus actores y el perfil retorcido de Kevin se nota en el niño de ocho años y en el trabajo de Miller absorbiéndolo y entendiéndolo perfectamente. Pero igual uno queda boquiabierto frente a este Damian contemporáneo. Frío, calculador, psicótico, simpático, retorcido, todos las facetas de Kevin logradas con absoluta exquisitez.

Si aún no están convencidos de irla a ver en cine, si después de decirles que su partitura es delirante (Jonny Greenwood), que su montaje es obra de la más fina artesanía (Joe Bini) de pronto se convenzan de que ganó mejor actriz en los European, resonó en los Globo de Oro, en el Gremio de Actores, en los BAFTA’s de este año, Ramsay ganó mejor dirección en los British Independent y en Cannes concursó por la Palma de Oro pero la tenía muy dura compitiendo con Terrence Malick, Nicolas Winding Refn y Lars von Trier.

Nota personal. Se habrán dado cuenta que no nombré el trabajo de Seamus McGarvey director de fotografía y responsable de la cinematografía de esta peli. Pues resulta que lo dejo al final como un apartado personal para compartirles el ejercicio que hice con su, también sobresaliente, labor. Resulta que el color rojo tiene una significancia muy fuerte en la pieza. Rojo es el momento de pasión, de locura, de añoranza de Eva. También implica la manipulación, la sevicia, la mezquindad, la crueldad, la maldad. Cuando es joven y está en la tomatina de Buñol, el color está presente, la toma cenital y la sensación de la gente apretujada da una sensación de asfixia, de sexualidad, de gozo, de felicidad absoluta, de éxtasis; cuando Eva se resiente de su maternidad viste de rojo, se alimenta de rojo, bebe rojo; y cuando ella ha sobrevivido los eventos con Kevin, es atacada de muchas rojas maneras. Esto me puso a pensar en los momentos en los que el rojo está presente e hice la siguiente lista:

  1. Tomatina de Buñol, Valencia
  2. Reloj desenfocado e intermitente que nombra las 12:00
  3. El mismo reloj que ahora enfocado anuncia las 12:01
  4. El atentado contra su casa es con pintura roja
  5. La mermelada del sanduche de Kevin
  6. La salsa de tomate sobre los huevos revueltos con cáscaras
  7. El vestido rojo de navidad cuando por fin vuelve a sonreír
  8. El vino rojo
  9. El fondo de sopas de tomate L. Ramsay’s alegoría a las sopas Campbell’s pero renombradas con el nombre de la realizadora
  10. La sangre del hamster en las manos de Eva
  11. La pintura en las manos de Eva cuando limpia su casa
  12. Camiseta roja del niño de dos años cuando van a ir al pediatra para revisar si es autista
  13. Las sillas de la agencia de viajes donde va a pedir trabajo Eva
  14. La pelota con la que intenta jugar Eva con Kevin cuando este tiene dos años
  15. La camiseta del papá cuando está jugando video-juegos con Kevin -dicha camiseta no es completamente roja, es de rayas rojas y blancas, sólo los resortes son completamente rojos-
  16. El primer arco que recibió Kevin como regalo
  17. El vestido de Eva cuando está con el padre aguardando por el diagnóstico de su hija

Espero con esta nota no haber revelado mucho contenido dentro de la peli pero al igual que el tiempo, es un error tratar de reconectarlo en orden cronológico. La desesperación de Eva conllevan a la constante reformulación de su psiquis y ese ejercicio al desorden mental de su historia. Puede que a uno le cuenten el final de esta cinta pero eso no afecta ni la sensación ni la racionalización de la misma.

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Pina

Tengo dos sentimientos fuertes y muy encontrados con esta peli de Wim Wenders. La primera sensación es que es una pieza hermosa, delicada y estudiada hasta el último detalle. La segunda sensación es que el maestro se equivocó en su formato que poco o nada le aportan a su documental.

Digamos que en algunos apartes, donde las danzas se practicaban al aire libre, la profundidad de campo en el fondo se conjugaba muy bien con la técnica usada y la perspectiva tenía un grado interesante de observación pero es un detalle muy pequeño que no es dominante en el homenaje y que personalmente se vuelve más un distractor. Herzog por el contrario en su Cave of Forgotten Dreams nos incluye en una expedición a una cueva donde nunca más un civil va a poder entrar y la técnica del RealD es supremamente apropiada para mostrarnos las curvas y las perspectivas de este gran acontecimiento.

Superado el tema de las gafitas, Wenders se adentra en el discurso de Pina Bausch y su compañía de baile el Tanztheater Wuppertal. Una figura del baile contemporáneo que instruyó, motivó y guió a dos generaciones de bailarines de todos los orígenes del mundo y de todas las ascendencias culturales. Un discurso ecléctico que se vuelve repetitivo y percusor de una técnica donde se valora el conocimiento personal y su perfección cuando se comparte en un grupo más grande. El documental quiere dar a conocer la vida y obra de la bailarina pero ella súbitamente muere durante la filmación, acto que perturba al realizador y abandona el proyecto completamente. Los demás bailarines del Tanztheater Wuppertal lo convencen de reanudar la filmación y es entonces que la pieza se vuelve una introspección de cómo Pina cambió sus vidas en la danza.

Tanzt, tanzt sonst sind wir verloren” …Baila, baila de lo contrario estamos perdidos. Este es uno de tantos consejos que Bausch sembró en sus discípulos, algunos más aterrizados que otros, algunos más distantes y asertivos que otros pero siempre con una capacidad de transformar sus mentes y sus cuerpos para lograr lo que a la postre era una gran pintura en su cabeza. El ejercicio de repetición no sólo reflejaba la nulidad de la improvisación en el acto sino además una profunda disciplina para ejecutar perfectamente cada unos de los movimientos, cada vez más rápido y sin un rasgo de fallo. De las piezas mostradas me encantó el Café Müller y Kontakthof. La primera un espacio lleno de sillas vacías donde varios personajes se aman a pesar de la incomodidad de la escenografía y la segunda un espacio, una corte del contacto. Tal vez más interesante que las coreografías mismas fue la forma com Wenders logró hacer el montaje para cine. Por ejemplo, Kontakthof es una pieza coreografiada para quinceañeros, adultos y tercera edad, Wenders la montó en una sóla pieza con una agudeza genial contrastando los gestos y el paso del tiempo de una forma más directa.

Wenders logró grandes éxitos con esta cinta en la Berlinale del año pasado, que incluyeron mejor documental y fue nominado para mejor director. Ganó mejor documental en los European e igualmente fue nominado en Chicago, los British Independent, los BAFTA’s y en los Oscar. Finalmente, llega a Colombia después de mucho anhelarla. Lástima lo de las gafitas pero estando ya en el cine lo mejor es sentarse a disfrutarla hasta el máximo.

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