Auteur, Den Danske Film, Drama, Indie, Lars von Trier, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Vacacion, World

Nymphomaniac: Volume I

nymphomaniac

La última creación de Lars von Trier llega a nuestras salas en una inusitada eficiencia por parte de los distribuidores. Mucho antes que en otros países –incluido Estados Unidos–, la extensa pieza llega partida en dos partes cuyo primer volumen ya está rotando en nuestras salas.

La historia es sobre Joe, una niña que descubre sus genitales precozmente e investiga sobre ellos, en una especie de lúdico aprendizaje hasta que entrada su adolescencia explota el placer que estos le generan, desencadenando una serie de aventuras sexuales que desenfrenan una patología, sólo revelada en el desenlace de este volumen. Su historia es relatada en su madurez a través de una mujer agobiada por sus experiencias en un manto de arrepentimiento, culpa y un fuerte juicio propio; dicho relato le es contado a un hombre maduro que la recoge de la calle, cuando yacía quebrada en el adoquinado.

Joe es interpretada por cinco actrices; a sus dos años por Ronja Rissmann; a sus siete años por Maja Arsovic; a sus diez años por Ananya Berg; en su adolescencia y su temprana juventud por Stacy Martin; y en su madurez por Charlotte Gainsbourg. Es precisamente Charlotte la que le cuenta sus vívidas experiencias a Seligman, el hombre que la recoge y que es interpretado por Stellan Skarsgård.

En Nymphomaniac hay un juego entre el relato de Lars von Trier y nosotros como espectadores donde la expectativa juega un papel importante en la tensión; por un lado, discutiblemente el título de la obra es «Ninfómana» pero este término es problemático porque siempre es tomado como un prejuicio sobre la sexualidad abierta o liberal de una mujer, mientras que ‘ninfómano‘ no es de uso común o por lo menos no se conoce como comportamiento negativo de un hombre. Investigando un poco el término médico correcto es «hipersexualidad» y por lo tanto la cinta debería traducirse como «Hipersexual»; esta condición se conoce cuando hay un aumento repentino del apetito y la actividad sexual pero aunque se asocia a medicamentos o problemas médicos su causa es mayormente desconocida.

Trastornos en la salud mental, como el desdoblamiento bipolar, el alto consumo de alcohol o narcóticos pueden resultar como disparadores de esta condición. Joe al no estar expuesta a ninguna de estas circunstancias, se hace una apuesta general en la que su inquietud exacerbada termina provocando la situación de pulsión imnanejable a través de un comportamiento sexual errático. La posición de Seligman se siente como la de un psicoterapista y no condena los supuestos síntomas que han acarreado una moral socavada en Joe; mientras ella bajo una mirada judeo-cristiana interpreta su búsqueda hedonista como pecado, culpa y deformación de su alma. Es un diálogo interesante el de Seligman y Joe, no obstante un poco acartonado cuando se empieza a volver predecible.

El primer volumen de la historia se reparte en cinco capítulos: “The Compleat Angler”, “Jerôme”, “Mrs. H”, “Delirium” y “The Little Organ School”; sin embargo, en ritmo cada media hora, independiente a los capítulos, la pieza va denotando una estructura particular donde cada 20 minutos aproximadamente se cuenta una historia completa (inicio, nudo, desenlace) y es comentada por los dos interlocutores principales; esto hace que la sesión de dos horas sea entretenida, no pierda tensión ni interés aunque, ahora en retrospectiva, pueda que no se diferencie mucho del diálogo que pudo haber entre Sylvia Kristel (Emmanuelle) y George Lazenby (On Her Majesty’s Secret Service) en Emmanuelle’s Love.

En fin, el volumen uno de esta extensa obra que es Nymphomaniac define los dos primeros actos de la historia hasta el punto del giro narrativo que devela el nudo de la trama; como siempre Lars von Trier se toma su tiempo y lo hace tan bien que no nos preguntamos si hubiera sido necesario partir la historia en tantos capítulos o extenderla tan vastamente. La única comparación que se me viene a la cabeza de una obra parecida es Il Decameron de Pier Paolo Pasolini pero la vi hace tanto que no valdría la pena la referencia; la otra es Kill Bill de Quentin Tarantino una extensa y caprichosa historia de venganza que se pierde precisamente dentro de la longitud de su narración; obviamente para terminar de dar un juicio de Nymphomaniac es necesario atender su desenlace y ver si las expectativas se cumplen o se descarrilan en su impulso.

Una de las trampas en las que uno cae, y lo sugeríamos previamente en la entrada, es que el título Nymphomaniac, sumado al espíritu provocador de Von Trier y la campaña propagandística que se hizo alrededor del sexo no simulado en la peli hace que esperemos una pieza cruda, descarnada, grotesca pero que al final es un ejercicio dialéctico, un poco subido de tono y si muy pícaro; me pasó lo mismo en Brokeback Mountain de Ang Lee cuando en la escena del campamento, Heath Ledger aviva la fogata y en un plano muy posterior, muy desenfocado, sale Jake Gyllenhaal desnudo por ahí; uno piensa que se avecina una escena fuerte de cine rosa candela pero al final Gyllenhaal se mete a la carpa y no sucede nada, dejándonos una sensación inquieta de que los prejuiciosos, perversos y morbosos somos nosotros como espectadores. Tal cual es la sensación de esta primera parte, un tanteamiento de la situación, un humor sofisticado y una recurrente analogía de la sexualidad de la mujer con la pesca profesional de río.

El chileno Manuel Alberto Claro repite equipo con el danés, después de haber trabajado juntos en Melancholia ratificando el buen estado de la producción austral; al lado de Claro también repiten varios actores así como Simone Grau en el arte y obviamente Molly Marlene Stensgaard su llave en el montaje de sus piezas; hay un recurso inédito en esta cinta y es el diseño de los títulos, la infografía y el diseño gráfico, aún no he descubierto de quién es pero espero saberlo pronto porque es un punto destacado dentro de la producción. La segunda parte llega en marzo y ya nos tiene muy ansiosos.

Standard
3D, Adventure, Ang Lee, Emo, Epic, Epochal, Exploitation, Fantasia, Folk, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Road Movie, Storytelling, Vacacion, World, 映画館

Life of Pi

life_of_pi

No soy muy fanático de Ang Lee y sus pelis, gracias a que de casi todo su portafolio sólo me son afines Brokeback Mountain y Hulk -esta última con baja calificación de la crítica y los fanáticos pero que logró agradarme por su narración y su estética-; por lo mismo, es posible que varios de sus títulos no hayan aparecido con frecuencia por este blog.

Su última producción antes de Life of Pi fue Taking Woodstock. Una diluida versión de los eventos en el mayor concierto de la historia del Rock’n Roll. Nada que exaltar y al final sólo una pieza que se deja ver tranquilamente un domingo en la tarde.

Se le considera un director de culto por Brokeback, Sense and Sensibility y su previo rico cine mandarín que incluye Yin shi nan nu (Comer Beber Hombre Mujer), Xi yan (El banquete de bodas) e incluso Wo hu cang long (El Tigre y El Dragón). Con ellas dominó los grandes festivales y un Oscar por mejor dirección. Life of Pi es una de las favoritas en La velada 85 de los Oscar, con 11 nominaciones -las mismas de Lincoln-; aunque los gremios y los recientes BAFTA’s no la favorecen, aún hay mucho camino para sorprender.

Empezando por lo positivo de la peli, Life of Pi es una gran fábula contada para triunfar en la mente de un niño. Un tigre, una cebra, un orangután y una hiena quedan atrapados en un barco salvavidas a la deriva del Pacífico y su único testigo es un niño indio, con rastros de hinduismo, islamismo y catolicismo. En general, lo más desagradable de esta «road-movie» es su tono catequizador.

Su resolución es interesante pero el gran problema es el ritmo de la narración. Su comienzo es pobre y errático. Demasiados detalles, lo que me hace pensar que Lee y David Magee no son lo suficientemente audaces para tomar la novela y adaptarla, se ciñeron al lenguaje particular del libro y trataron de imponerlo sobre una pieza cinematográfica. No es por ninguna razón una tarea fácil, lo que me sorprende es que La Academia los reconozca como buenos contadores de historias y los beneficie con nominaciones al Oscar por mejor dirección y mejor guión adaptado, lo cual me parece un absurdo. Finalizado este acto, nos llenamos de desesperación queremos ver la historia que nos cuenta el corto y cuando por fin llegamos al desarrollo, volvemos a tener problemas con la narración. Por mi lado quería que todo sucediera un poco más rápido, es innecesaria su extensión, siendo una historia para niños -de acuerdo, con moraleja para adultos- mantener una duración clásica de 90 minutos hubiera ayudado muchísimo -eso y que en el cine gracias a la bendita clasificación permitieron entrar a una madre y su niño que no sabía leer; durante más de dos horas tuve una narradora increíblemente molesta, al lado mío – exactamente lo contrario que en Ted-.

Entiendo la importancia de la cinta por dos factores importantes. La fotografía y las cámaras de Claudio Miranda son im-pre-sio-nan-tes. Una verdadera exquisitez. Tanto, que busque el mejor afiche que contara la mejor parte de la historia, con la mejor imagen y creo que lo logré con el salto de la ballena. El otro punto es la fábula que está muy bien contada -no por Lee o Magee– por Yann Martel autor de la novela en la que se basó la pieza.

Al final, no le ha ido muy bien en los premios pero con el resultado final y su reconocimiento a través de las nominaciones deberían sentirse más que bien servidos.

Standard
Actor, Ben Affleck, Biopic, Drama, Epic, Epochal, Folk, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, Spy Film, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion

Argo

Argo es la última producción de Ben Affleck y créanme fuerte favorita para varios premios importantes a principios del próximo año. No sería raro verla rondando las categorías de mejor guión adaptado, cinematografía, diseño de producción, dirección e incluso mejor actor principal. La historia otorga un grado de madurez al joven director que se ve desde el manejo y dirección de cada uno de sus personajes hasta cada una de sus batallas personales que casi se vuelven grandes capítulos durante la peli.

El tono de la fotografía de Rodrigo Prieto (Biutiful, Brokeback Mountain, Los abrazos rotos) y la dirección de reparto de Lora Kennedy pasando por el diseño de producción de Sharon Seymour logran enmarcar una historia con una fidelidad absoluta a cada uno de los referentes del archivo que fue sacado a la luz por Bill Clinton para poder hacer pública la gestión heroica de Tony Mendez. Es realmente impresionante y loable como cada una de las tomas estaba basado en una fotografía, en un archivo o un nombre específico -el compromiso de Affleck con Warner Brothers es que está interesado sólo en proyectos donde él pueda actuar y dirigir, y digamos que por lo mismo él es el único que no tuvo que pasar el filtro de reparto donde él es el único que no se parece tanto a su referente histórico; un Jeffrey Wright hubiera funcionado mil veces mejor fisionómicamente-.

Mendez, interpretado por Affleck, es un agente de la CIA durante el climax de La Guerra Fría que se especializó en extraer testigos, norteamericanos o agentes de importante valor en posiciones estratégicas, en lugares donde la situación estaba álgida o el estatu quo se derrumbaba. Por mi parte, entro en conflicto con la trama de la cinta que es una oda a este tipo de intervenciones ilegales de los Estados Unidos en países cuyos intereses se ven afectados. Digamos que aquí están tratando de liberar a seis personas “inocentes” de una horda que es ciega, irascible, sorda y estridente. Pero que no se nos olviden las demás, las ignominiosas, las horribles, las apestosas, las de Chile, Argentina, o Timor Oriental. Si podemos de algnua forma apartarnos de esa situación política y trivializar un poco el transfondo de la peli podemos llegar a disfrutarla mucho. No hay un segundo en la trama donde el ritmo se caiga, no hay un momento en la historia donde no estemos aferrados a nuestras sillas sufriendo con cada uno de los personajes, no hay un sólo momento de la peli que uno pueda predecir a menos claro que haya conocido de antemano el incidente. La cinta es hermosa y consistente en muchos sentidos. Me encanta que Affleck gracias a Warner se haya unido a Grant Heslov y George Clooney que como productores se deleitan haciendo piezas independientes y un poco contestarias. Seguramente, si esta relación es fructífera y se desarrolla con buenas taquillas, el futuro de este actor-escritor-director será mucho más que deslumbrante.

Standard
Action, Brit, Duncan Jones, Exploitation, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, Sci-Fi, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Source Code

Artist: Olly Moss

Mi misión en esta entrada es que vayan a ver esta peli en salas. Yo se, es difícil, yo también vi Love and Other Drugs, Prince of Persia, The Day After Tomorrow y un par más que seguro nos alertarían de una peli comercial protagonizada por Jake Gyllenhaal pero es un voto de confianza por otras que también protagonizó (más a nivel independiente) pero que tienen su gracia como Brokeback Mountain, Highway y Donnie Darko. No son muchas y tampoco se si son suficientes.

Entonces la idea no es dejarse llevar por su protagonista y tampoco por su coprotagonista, Michelle Monaghan, que no es que sea mejor pero sus pelis comerciales si son mucho más entretenidas; el reparto lo completa Vera Farmiga y Jeffrey Wright aportándole carácter y fundamento.

Esta peli es realizada por Duncan Jones (Moon) un director joven que estoy empezando a creer le gustan mucho los proyectos de ciencia ficción, sin muchas pretenciones o demasiado futuristas. Iba a decir sin muchos efectos especiales pero con Hollywood la ciencia ficción es muy efectista y exagerada sin embargo el criterio de este director hace que apenas se sientan en los momentos necesarios, terminan siendo parte de una foto enmarcada y casi melancólica “…donde el fuego los abraza” o “…donde la cápsula cambia y se vuelve confinamiento”. No abusa, no se queda corto.

La trama es desconcertante y se desarrolla sin afán con un ritmo pausado. Narra la historia de un hombre consciente de su muerte a ocho minutos de que esta suceda y la apuesta es que haría una persona en sus zapatos. ¿Afrontar la inevitabilidad? ¿Intentar vivirlos al máximo? ¿O tal vez tratar de extenderlos lo máximo posible?. Pueda que nos imaginemos el desenlace pero nunca dónde nos llevará el director, lo cual la hace sorpresiva, imponente y si me lo permiten esperanzadora. Mi cruzada de verla en salas es porque no vale la pena perderse toda la acción en pantalla pequeña cuando definitivamente es un condimento importante en la historia.

Standard