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Snowtown

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Hoy en día se ha vuelto cliché la expresión «basado en hechos reales»; lo hemos escuchado frecuentemente en las cintas de terror aprovechándose de un rumor, un chascarrillo o incluso una mentira que se agrandó y se volvió leyenda, tal vez, porque de alguna forma deja el impulso en el espectador de que lo que está sucediendo en la pantalla puede seguir sucediendo en su realidad; pero igual hoy en día, no se puede confiar demasiado en esta frase porque puede simplemente ser un pretexto para distorsionarlo todo completamente. Es tan común, incluso demasiado, que la otra vez estaba viendo una de esas parodias donde rehacen material de otras cintas y al poner la oración «basado en hechos reales» se complementaba con otro par que decían “…sólo los personajes, eventos, nombres, lugares han sido modificados para la protección de los hechos y cualquier relación con la realidad es pura coincidencia“; en este momento no recuerdo el título de la pieza -lástima- un movimiento audaz y sin embargo pasó al olvido.

Snowtown, o The Snowtown Murders como también se le conoce a la peli de Justin Kurzel, está apoyada en los asesinatos de John Bunting, sucedidos en Adelaida, una ciudad al sur de Australia en la península de Fleurieu, a finales de los 90’s. En esta ocasión hubiéramos esperado de corazón que la frase «basado en hechos reales» se hubiera referido al cliché, en vez de conmocionarnos con su espantosa realidad. Una familia maltrecha, compuesta por una madre (Louise Harris) y sus cuatro hijos, vive en un suburbio pobre de la ciudad que es, sin embargo, catalogada como la quinta más grande de Australia. La madre y los vecinos, entre ellos John Bunting interpretado por Daniel Henshall, se reúnen a discutir problemas del barrio pero su nivel de tolerancia es bajo, su ignorancia es alta al igual que su nivel de alcoholización. Lo que parece un juego sencillo de exorcizar los demonios que rodean a Snowtown para Bunting es la excusa perfecta para alimentar sus fuegos y justificarse frente a todos y actuar, en contraste con la apatía de las autoridades. El bonachón de Bunting poco a poco va tomando al toro por los cachos y empieza a dominar la situación hasta llevarla a sus más profundos límites.

Ruda como ella sola, Snowtown tiene sin embargo una exquisita narración, en parte gracias a las cámaras de Adam Arkapaw, el montaje de Veronika Jenet y la reservada composición de Jed Kurzel que combinados ponen los pelos de punta. Justin Kurzel se introduce en la familia de esta madre, y Bunting que ha logrado filtrarse, para explorar no sólo su disfuncionalidad sino además para resaltar lo descompuesta que está a pesar de las apariencias. En esa forma es muy similar a Animal Kingdom de David Michôd e incluso podrían ambos darnos cátedra de ese nuevo movimiento que explora la violencia de los suburbios australianos a finales de los 90’s.

La historia de un asesino en serie puede ser abordada como terror sencillo o físico horror con escalofríos profundos hasta los tuétanos. Justin Kurzel logra proveernos la segunda opción gracias a la espeluznante actuación de Daniel Henshall. La pieza ganó FIPRESCI y menciones de honor en Cannes, además de Chicago y casi todos los círculos independientes de Australia. En este momento, está siendo rotada por Cinemax y Netflix, y si se tiene temple de acero es bien recomendada.

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This Must Be the Place

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La primera vez que supe de esta peli fue en el festival de Cannes; aunque no ganó nada del listado de los importantes, si se llevó el Prix du Jury Œcuménique, concursó por la Palma de Oro y quise verla de inmediato.

This Must Be the Place escrita y dirigida por Paolo Sorrentino no fue una pieza fácil de asimilar. El corto-avance nos atrapa con la extravagancia de Sean Penn en un papel que difícilmente se clasificaría dentro de lo usual que el actor nos presentaría. Penn interpreta a Cheyenne, una estrella de Rock que vive de sus regalías en la madurez de sus años. No se dedica más a la música y por el contrario se siente su repulsión hacia la profesión que alguna vez le dio fama y fortuna. Con una apariencia gótica y un garbo erosionado por el peso de su conciencia, no sabemos mucho más que el conflicto interno que le sobrellevó acarrear con la culpa de la muerte de uno de sus fanáticos.

Cheyenne mantiene una relación estable con su esposa (Frances McDormand), con la hermana del susodicho difunto (Eve Hewson) y esa es su vida. Se confina en una mansión de Dublín más que nada intentano aislarse de su vida rockera pero sobre todo para visitar frecuentemente a los familiares del joven fallecido y poder entablar una relación con ellos para así poder liberar sus cargas. Es entonces que aprovecha una oportunidad que le da la vida de volver a ver a su padre en el lecho de muerte. Viaja a Estados Unidos con el infortunio de no alcanzar a verlo con vida. Mordecai Midler (Judd Hirsch) un cazador de nazis y amigo de su padre le cuenta que su gran anhelo fue capturar al oficial nazi que lo torturó toda su vida con el recuerdo de su experiencia en El Holocausto pero que nunca obtuvo su justicia. Su viaje familiar se vuelve entonces un road trip en busca de este nazi donde las oportunidades se las va brindando el mismo camino a medida que avanza y la dirección del destino que abraza.

La fotografía de Luca Bigazzi es hermosa en tonos y cámaras. Las locaciones de Dublín, Nueva York, todos los pueblitos hasta llegar a Nuevo México y de vuelta hasta Michigan son escogidos con un voraz apetito lleno de texturas, colores y encuadres. Es realmente un placer sentarse a ver esta pieza. Además logra aprovechar con planos muy cerrados la humanidad de Cheyenne y todos los que lo rodean, conquista un nivel de descripción de humanidad inusitado. La caza del nazi es la disculpa de Sorrentino para mostrarnos el gran desenvolvimiento, la aventura hacia el crecimiento y el desarrollo personal de Cheyenne. Cada uno de los viajeros en esta odisea le ofrecen una alternativa de vida y una luz en su oscuridad. El decrépito y decadente rockero se ha aferrado a su cruz con tanto ahínco que su modus vivendi es ridículo y pasado de moda. Su itinerario de iluminación lo inspira, lo salva y nosotros quedamos boquiabiertos con la lección de actuación que Penn nos ofrece frente a nuestros ojos. De principio a fin, esta metamorfosis, cumple su función sin una sola acción de remordimiento lo que también se vuelve una gran lección para nosotros. La venganza tan evidente al principio fue el camino hacia el conocimiento del perdón y de su verdadera madurez.

Tengo amigos que les encantó esta cinta -y que de paso podemos incluir en el ciclo de Rafa Puyana, que incluso la adoró-. Como les decía tuve que darle muchas oportunidades a la historia porque no lograba conectarme con la trama pero no puedo negar su calidad o su carisma. La peli me pareció un poco lenta pero el duelo final se me hizo que estuvo muy bien logrado y que merece una gran venia por haber podido desarrollar el desenlace de la historia de una manera tan sencilla pero firme. La primera vez que intenté verla, compré un disco en Amazon, una versión de lujo que llegó completamente destrozada, casi hecha polvo. Esperé un tiempo por su arribo a cartelera pero obviamente nunca llegó. Amazon se ofreció a cambiarla pero de todas formas venía con una limitante de zona que no me permite verla con mis dispositivos. Toda esta retahíla de acontecimientos para comentarles que mi experiencia empezó mal mucho antes de comenzar a ver la peli pero que recomiendo mucho, a pesar de todo. Tal vez la historia es un poco forzada y se tomó demasiadas libertades, tal vez el planteamiento es bastante desordenado y no vale la pena tantos giros en la trama pero la moraleja es bonita y el sentido es final reconfortante.

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Auteur, Exploitation, Folk, Gore, Indie, Jorge Michel Grau, Latin, Miguel Vaca, Movie, Serie B, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Somos lo que hay

Jorge Michel Grau es un joven director del DF mexicano que se especializó produciendo cortos documentales al principio de su carrera. Somos lo que hay es su primer largometraje y fue presentado tanto en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara como en la sección Quincena de Cannes, el año pasado con buena recepción del público y siendo una de las piezas destacadas de ambos festivales.

Somos lo que hay narra la historia de una familia mexicana, normal, ordinaria, ubicada en el DF, con todos sus problemas y luchas que dependen directamente del sustento del padre. La cinta empieza con un hombre de mediana edad trastabillando por un centro comercial, con los ojos perdidos y vomitando un líquido oscuro por su boca. Su cuerpo, ya sin alma queda rendido en medio de las vitrinas y los empleados del centro comercial lo recogen y limpian su reguero. La pieza hace un corto a la funeraria donde le están practicando una autopsia al cadáver del viejo y justo cuando llegan un par de detectives de la policía entendemos varias caminos de la trama. Uno, el viejo fue envenenado; dos, el viejo comía personas literalmente por antropofagia; tres, los agentes de la policía llevan meses persiguiendo una banda de caníbales que azota la ciudad.

La preocupación al centro de la familia del viejo, evidencia lo disfuncional de su situación. Sin un líder al frente, los hermanos se pelean por sobresalir, la madre los corrige con la esperanza que continúen su legado y la hermana aporta la sangre fría para que los miembros tomen las decisiones correctas. Dichas confrontaciones definirán el recorrido de la trama y su desenlace.

Grau concursó con esta pieza en los premios Ariel donde logró dos nominaciones (mejor partitura y mejores efectos especiales); también participó en Avoriaz dentro los premios del festival de cine de Gérardmer donde ganó premio especial de jurado empatando, nada más y nada menos, que con Akmareul boatda (I Saw the Devil). La peli es una gran cinta de gore, narrada con prestancia, con una mezcla de actores naturales y otros más veteranos como Paulina Gaitán o Daniel Giménez. De una excelente factura y acompañada de una música original impecable debemos reconocer que no todas las veces nos vamos a topar con piezas gore de esta calidad y el hecho que sea latinoamericana hace de su rareza una gran virtud.

Somos lo que hay está siendo rotada por Cinemax en estos días en un pequeño ciclo de suspenso latinoamericano.

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Auteur, Brit, Drama, Indie, Lynne Ramsay, Miguel Vaca, Movie, Vacacion, World

We Need to Talk About Kevin

Pensaba que la crítica era un tanto descuidada cuando afirmaban que We Need to Talk About Kevin proponía la mejor actuación de Tilda Swinton y me ponía a pensar si realmente era posible superar Io sono l’amore, Michael Clayton o Broken Flowers. Personalmente, Swinton logra su máximo desempeño en Io sono l’amore pero esta cinta le puede hacer un buen contrapeso y por suma de elementos estructurales incluso ser tan interesante.

We Need to Talk About Kevin está basada en la novela del mismo nombre de Lionel Shriver. Lynne Ramsay es una joven realizadora escocesa que nos trae su interpretación proponiendo un frenético juego de tiempo para presentarnos la vida de Eva Khatchadourian (Tilda Swinton). Eva es una mujer exitosa, podríamos aducir que una especie de corresponsal, de pronto uno de esos viajeros que vemos en los canales de turismo que viajan y viajan para dar sus recomendaciones sobre Buñol, Rangún o París, uno de esos viajeros que tanto envidiamos y odiamos por tener el trabajo perfecto. Eva es neoyorquina, sofisticada, cosmopolita y aventurera. Su pasión por los viajes se ve truncado súbitamente por un embarazo no deseado y comienza su pesadilla. Sus calidades como madre la frustran, su incapacidad para calmar a su hijo la desconcierta y la falta de comprensión la llenan de un profundo vacío. De repente, todos los juegos de Ramsey se vuelven reflexiones de Eva sobre su pasado y de cómo ella tenía arreglada su vida en una realidad superflua pero feliz.

El producto de esa insatisfacción, de esa incapacidad y de esas frustraciones es un niño desenfrenado, desatado y sádico. Un niño llamado Kevin que fue capaz de leer a su mamá desde los dos años, manipularla a los ocho y envilecerse a sus dieciséis. We Need to Talk About Kevin es la historia de este niño en particular y la lucha de su madre para sobrevivirlo. Hay varios temas geniales en la pieza de Ramsay sin embargo antes de discutirlos a fondo, me gustaría dejar claro que no estoy muy de acuerdo en el regusto que deja la cinta al esclarecer la culpa de esta mujer por haberse extasiado en su juventud y sentirse orgullosa de su éxito. Una culpa judeo-cristiana que ataca los instintos naturales de los seres humanos por el placer y su búsqueda en el hedonismo. Muchos de los grandes traumas de la intelectualidad moderna se debieron a la asunción de estos dogmas y duramos mucho tiempo en nuestra contemporaneidad tratando de superarlos.

Esta vez el desempeño de Swinton no se ve afectado por el resultado directo de su actuación, al igual que The Iron Lady, el maquillaje y vestuario de la protagonista, más que acompañar, complementan un excelso ejercicio histriónico. Tilda Swinton es un mosntruo, es un monstruo de la misma especie de Michael Fassbender, en esta peli no sólo es diferente a todas sus presentaciones diferentes sino que cronológicamente es una mujer fragmentada y cada una de sus épocas tiene una apariencia y un comportamiento diferente. Por su lado, John C. Reilly lo hace bien pero no me convence como esposo de esta gran mujer -mismas deficiencias simpáticas que le sentí en Carnage-, sin embargo se siente como un padre relajado, llevadero, empático. Mi punto sobre la culpa se empieza a sentir aquí mismo, cuando Eva no es la única responsable del desenfreno de Kevin, el ausentismo del padre es un claro agravante en la educación de un niño, tratar ser el amigo y no la figura paterna, desafían la mente de un niño y le tergiversan su sentido de lo correcto y lo incorrecto.

Hasta ahora impecable Ramsay en su tesis y en el empoderamiento de su proyecto. Ahora bien, uno pensaría que hasta aquí el director de reparto -el grandioso y veterano Billy Hopkins– ya logró sus objetivos. Pues no. Su mayor logro no fue escoger a Tilda Swinton, su agudeza y destreza se ve reflejada en la escogencia de los tres actores para los tres momentos de Kevin: A los dos años (Rock Duer), a los ocho (Jasper Newell) y a los dieciséis (Ezra Miller). Si hablamos de Tilda Swinton, definitivamente hay que hablar de esta joven promesa llamada Ezra Miller. Lynne Ramsay hace un excelente trabajo dirigiendo a sus actores y el perfil retorcido de Kevin se nota en el niño de ocho años y en el trabajo de Miller absorbiéndolo y entendiéndolo perfectamente. Pero igual uno queda boquiabierto frente a este Damian contemporáneo. Frío, calculador, psicótico, simpático, retorcido, todos las facetas de Kevin logradas con absoluta exquisitez.

Si aún no están convencidos de irla a ver en cine, si después de decirles que su partitura es delirante (Jonny Greenwood), que su montaje es obra de la más fina artesanía (Joe Bini) de pronto se convenzan de que ganó mejor actriz en los European, resonó en los Globo de Oro, en el Gremio de Actores, en los BAFTA’s de este año, Ramsay ganó mejor dirección en los British Independent y en Cannes concursó por la Palma de Oro pero la tenía muy dura compitiendo con Terrence Malick, Nicolas Winding Refn y Lars von Trier.

Nota personal. Se habrán dado cuenta que no nombré el trabajo de Seamus McGarvey director de fotografía y responsable de la cinematografía de esta peli. Pues resulta que lo dejo al final como un apartado personal para compartirles el ejercicio que hice con su, también sobresaliente, labor. Resulta que el color rojo tiene una significancia muy fuerte en la pieza. Rojo es el momento de pasión, de locura, de añoranza de Eva. También implica la manipulación, la sevicia, la mezquindad, la crueldad, la maldad. Cuando es joven y está en la tomatina de Buñol, el color está presente, la toma cenital y la sensación de la gente apretujada da una sensación de asfixia, de sexualidad, de gozo, de felicidad absoluta, de éxtasis; cuando Eva se resiente de su maternidad viste de rojo, se alimenta de rojo, bebe rojo; y cuando ella ha sobrevivido los eventos con Kevin, es atacada de muchas rojas maneras. Esto me puso a pensar en los momentos en los que el rojo está presente e hice la siguiente lista:

  1. Tomatina de Buñol, Valencia
  2. Reloj desenfocado e intermitente que nombra las 12:00
  3. El mismo reloj que ahora enfocado anuncia las 12:01
  4. El atentado contra su casa es con pintura roja
  5. La mermelada del sanduche de Kevin
  6. La salsa de tomate sobre los huevos revueltos con cáscaras
  7. El vestido rojo de navidad cuando por fin vuelve a sonreír
  8. El vino rojo
  9. El fondo de sopas de tomate L. Ramsay’s alegoría a las sopas Campbell’s pero renombradas con el nombre de la realizadora
  10. La sangre del hamster en las manos de Eva
  11. La pintura en las manos de Eva cuando limpia su casa
  12. Camiseta roja del niño de dos años cuando van a ir al pediatra para revisar si es autista
  13. Las sillas de la agencia de viajes donde va a pedir trabajo Eva
  14. La pelota con la que intenta jugar Eva con Kevin cuando este tiene dos años
  15. La camiseta del papá cuando está jugando video-juegos con Kevin -dicha camiseta no es completamente roja, es de rayas rojas y blancas, sólo los resortes son completamente rojos-
  16. El primer arco que recibió Kevin como regalo
  17. El vestido de Eva cuando está con el padre aguardando por el diagnóstico de su hija

Espero con esta nota no haber revelado mucho contenido dentro de la peli pero al igual que el tiempo, es un error tratar de reconectarlo en orden cronológico. La desesperación de Eva conllevan a la constante reformulación de su psiquis y ese ejercicio al desorden mental de su historia. Puede que a uno le cuenten el final de esta cinta pero eso no afecta ni la sensación ni la racionalización de la misma.

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Auteur, Den Danske Film, Drama, Exploitation, Indie, Lars von Trier, Miguel Vaca, Movie, Sci-Fi, Vacacion, World

Melancholia

Melancholia nos llegó un poquito tarde a salas de cine pero agradecemos el hecho que por lo menos la trajeron. Lars Von Trier es uno de esos directores que causan conmoción con cada filme que saca a la luz pública y por ejemplo Antichrist calificada como misogina no fue traída comercialmente.

Von Trier concursó en Cannes codo a codo con Terrence Malick, él con Melancholia y Malick con The Tree of Life. Lo interesante es que ambos proyectos contemplaban cuestiones existencialistas y apocalípticas desde dos puntos muy diferentes. Von Trier con una visión más naturalista y científica, Malick abogando por el creacionismo. The Tree of Life fue una cinta que disfruté con todo mi ser, por la factura, la partitura, la fotografía, la escogencia de reparto, mi primer encuentro con Jessica Chastain y la perfecta interpretación de Brad Pitt como un padre del medio oeste norteamericano; pero siendo completamente honestos no tiene nada que hacer con Melancholia.

Melancholia es la alabanza a la inevitabilidad. Somos, un sistema frágil de ínfima importancia en el orden universal. Nuestras acciones en la vastedad del vacío infinito suenan como las patas de una mosca que se está relamiendo frente a un alimento en descomposición. No importa si nos destruímos o lanzamos una bomba atómica y nos aniquilamos. No importa si somos buenas personas y evitamos el colapso personal, un meteoro que nos apunta nos destruirá sin remedio. La cinta tiene un prólogo-epílogo que define su filosofía. Esperamos durante toda la cinta entender a qué se refiere el director y buscamos dentro de todos los eventos dramáticos una leve esperanza que nunca llega. Una boda en la campiña parece no enterarse de los apocalípticos eventos que se avecinan y la única consciente emocionalmente es la novia, que actúa de manera errática e incluso deprimida. Como siempre con Von Trier el eje de esta cinta son los diálogos y las formas de pensamiento pero esta vez se involucra en una producción llena de efectos especiales y dentro de cine de género, algo completamente opuesto a su forma de hacer cine. La fotografía es impecable y la partitura es majestuosa, una ambientación musical implacable. Sobresalen del reparto Kirsten Dunst como la melancólica novia, su hermana interpretada por Charlotte Gainsbourg que repite con el director después de Antichrist, Alexander Skarsgård el novio y Stellan Skarsgård como el jefe de la novia. El resto de actores intervienen en el paisaje de Von Trier como pequeñas pinceladas de sus relaciones interpersonales.

Al final, Cannes se congració con Malick en una acción reprochante ante el boquisuelto de Von Trier. El danés trata siempre de generar controversia a manera de publicidad e incluso como una necesidad de su ego para llamar la atención. Esa vez habló de más en la conferencia de prensa ad portas a su premier, haciendo apologías a Hitler y comentarios demás, que no tenían necesidad de hacerse en ese momento. Al final fue tomado como de muy mal gusto y después en competencia no pudo zafarse de ellos.

Cannes es su instancia favorita para lanzar todas sus pelis -hasta ese año Von Trier era considerado el consentido, un chico malo pero también una figura estelar-. En esta ocasión el Festival finalmente lo vetó y lo nombró «persona non grata». Un hecho que le importó cinco e incluso como vemos en el afiche de promoción internacional usa como un logro más. Lástima porque la cinta hubiera ganado palma de oro, Von Trier mejor director y se reocnfirmaría a Kirsten Dunst como la mejor del festival.

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Auteur, Brothers, Drama, Folk, French Cinema, Indie, Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, Miguel Vaca, Movie, Vacacion, World

Le gamin au vélo

Le gamin au vélo (fácilmente traducible al español como El gamín de la bicicleta) es una peli tan interesante como estresante.

No soy muy fanático del cine francés, no por su carácter vivencial casi ordinario, por lo visceral de sus historias o por el dramático desempeño de sus actores. Todo eso está muy bien. Realmente, se disfruta mucho el desarrollo de una peli francesa hasta que uno llega al final y se es envuelto por una sensación de insatisfacción por sus finales abiertos. Casi la misma sensación que sentimos recientemente con Martha Marcy May Marlene.

Le gamin au vélo es una peli escrita y dirigida por los hermanos Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne quienes nos transmiten la historia cruda de un niño de trece años que se ve recluido en un centro gubernamental para niños abandonados. Este niño, recién aparece en pantalla, ha perdido a su abuela, no tiene madre y busca frenéticamente a su padre que inesperada e intempestivamente desaparece de su vida. Lo llama por teléfono, no cree en sus tutores, se escapa del colegio para ir a timbrar su apartamento, se comunica con el conserje del edificio porque no quiere creer que su padre lo ha abandonado y para colmo de males se entera que él vendió su bicicleta porque se vio en dificultades para pagar los servicios públicos.

Reticente, incrédulo, obrando erráticamente el niño se siente atrapado, hasta que una peluquera se interesa y se hace cargo de él. El guión nos muestra una personalidad frágil que en cualquier momento puede detonar en una gran maldad. Esa es la virtud de esta gran peli, su fotografía, su caracterización o su música casi ausente no son nada comparado con los grandes niveles de tensión que sufre el espectador esperando que este pajarito, este juguete roto, se transforme en una rata o algo más despreciable.

Le gamin au vélo llega a nuestra cartelera comercial/independiente después de haberse mostrado en el gran Festival 4+1, ganó Gran Premio de Jurado en Cannes así como también fue nominada a Palma de Oro, ganó mejor guión en los European Awards y fue nominada un sinnúmero de veces como mejor peli en los Globo de Oro, en los Spirit, en Vancouver y en los César.

Si usted soporta los finales y el drama francés, en su máxima expresión, esta cinta es definitivamente para usted 😉

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Den Danske Film, Nicolas Winding Refn, World

Drive

En el pasado festival de Cannes, súper comentado por el gran duelo entre Terrence Malick y Lars Von Trier -además de la aparatosa e impertinente salida en público del danés-, se nombró a Nicolas Winding Refn como mejor director por esta peli, Drive. Aguantamos mucho a ver si la traían a salas pero como siempre se demoraron una eternidad hasta que me tocó verla hace un par de semanas en Cuevana. Siempre es el mismo temita con los distribuidores pues lo mismo sucedió con Melancholia y The Tree of Life que no tiene ningún sentido en absoluto a sabiendas que han tenido muy buenas taquillas y han tenido muy buena recepción de la crítica. Drive, por lo menos, tocará repetírsela en salas porque la empezaron anunciar en vista de su nombramiento en los Oscar y vale mucho la pena.

Es la historia de amor de un acróbata de Hollywood, especializado en conducción de automóviles para el doblaje en pelis de acción, quien se enamora perdidamente de su vecina. El acróbata es interpretado, por el chico de moda, Ryan Gosling y la vecina por la bellísima Carey Mulligan. La historia parece sencilla, un poco densa y contemplativa al principio pero la excelente música compuesta por Cliff Martinez mantiene una falsa calma y un estado de tensión impresionante donde el espectador queda presto a un giro dramático que le vienen anunciado con anterioridad. Este factor y las destacadísimas actuaciones de Albert Brooks, Ron Perlman y sir Bryan Cranston hacen que uno no se coma el cuento del novelón romantico expuesto frente a nuestros ojos. Gosling parece prever también dicho giro y con una sólida parsimonia frente a la cámara espera su momento para actuar -tanto así que incluso ni parpadea en uno de los tantos momentos excéntricos de la peli que empiezan a chocarnos como espectadores de a poco en poco-. Aparece en pantalla Oscar Isaac para terminar de atirantar la angustia y Christina Hendricks que desata el vertiginoso desenlace de la historia, casi como un carro dirigiéndose a un muro de contensión.

Winding Refn que ya habíamos visto escribiendo-dirigiendo Valhalla Rising y Bronson tiene un sentido extraño para la realización. Su estilo es ecléctico y no define claramente una dirección o una intención en sus pelis, entonces podríamos enfrentarnos a un drama épico mitológico o un docudrama introspectivo con un profundo olfato independiente y con una excelente dirección de su reparto. Trabajando para él, Mads Mikkelsen y Tom Hardy se ganaron un puesto en el corazón de la crítica cinematográfica mundial por sus impecables interpretaciones. Hardy por su descaro y su estrafalaria conducta como un reo difícil de manipular y Mikkelsen como el calmado guerrero que se dirige a su muerte indefectible. Esta vez Ryan Gosling se deja llevar por los hilos de Winding Refn para desarrollar un introvertido rol, de sangre fría y muy calculador. Un papel que si lo pensamos bien refresca lo que venía haciendo para Hollywwod con Crazy, Stupid, Love, Blue Valentine, Half Nelson o Lars and the Real Girl donde interpreta jóvenes enamoradisos y de alguna forma vulnerables. Al lado de Mulligan generan una química muy agradable y por eso cuando se plantea el peligro para la pareja se agrega otro nivel de zozobra para el espectador.

Una gran peli, con una gran fotografía, una excelente partitura, un reparto de un desempeño impresionante y un director que juega con las emociones del espectador a su gran antojo. Repito, ya que la traen a salas si no la han visto es una cita inaplazable y si ya la vieron vale la pena repetir la experiencia en la solemnidad de la proyección.

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Aussies, Auteur, Folk, Indie, Julia Leigh, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Sleeping Beauty

Qué gran decepción fue Sleeping Beauty. Los rumores de su baja calidad debido al poco revuelo en los festivales de Cannes y Sydney se hicieron realidad en una peli que como Paula define muy bien es “una pieza que quiso ser como Eyes Wide Shut pero que no la logra” y si partimos del hecho que la de Kubrick no es una buena peli entonces qué podríamos esperar de esta.

Obviamente, esta cinta, al igual que cualquier otra que lance la hermosa Emily Browning, será una cita obligada para mi y en esta digamos además que el público masculino podría estar más que satisfecho con sus profundos desnudos y sus encantadoras curvitas. Pero más allá de eso la peli no deja de ser un mal bostezo.

Julia Leigh para este proyecto es la ahijada de Jane Campion, ilustre neozelandesa ganadora del Oscar a mejor guión por The Piano e igualmente nominada como mejor directora para la misma peli y que ahora apoya la producción de la australiana pero digámoslo bien claro, el desempeño de Campion es más bien accidentado así como al parecer también es su criterio en la promoción de nuevos realizadores. Leigh es escritora también en esta cinta y trata de evocar un cuento de hadas de una joven y hermosa niña que es sumida en un sueño profundo por una bruja malvada, en este caso una madame de una casa de citas para que un grupo de oligarcas muy selecto y un tanto depravados aprovechen sin penetración sus desnudos sueños.

La historia se plantea muy bien y por lo mismo se generan expectativas inmediatas muy interesantes que sumados a la fotografía (Geoffrey Simpson) y la música (Ben Frost) prometen una pieza especial. Pero el nudo se demora demasiado en desarrollarse, casi que el resto de la pieza, y más que un desenlace de la trama, la escritora-directora nos pone un punto aparte en un lugar donde despertar del sueño es tan sólo lo más interesante. A mi parecer, Leigh desconoce el tema de un buen final abierto, que más que una interrupción en el diálogo propuesto por una pieza cinematográfica son unos puntos suspensivos que dejan abiertas mentes a variadas interpretaciones o finales alternativos. Leigh atenta contra el espectador mismo lo deja sumido en un abrebocas demasiado largo y demasiado corriente.

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Actor, Folk, Hollywood, Jodie Foster, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Thriller, Vacacion

The Beaver

Muy a pesar del rechazo que Paula me pueda proporcionar, debo decir que The Beaver tiene aspectos muy buenos y que hasta podría decir que me gustó. Es posible que la traigan a salas puesto que su directora y actriz principal es Jodie Foster y ella generalmente ha tenido buenas taquillas en nuestro país. Igual hace más de diez años que no dirigía, puede ser interesante para algunos su regreso.

The Beaver es la historia de un hombre, encarnado por Mel Gibson, en una profunda depresión por la cual tiene abandonada su vida, su esposa y sus hijos. Se mueve por inercia hasta que un día se encuentra un títere de un castor que le cambia la vida cuando a través del muñeco, empieza por primera vez, en mucho tiempo a comunicarse con la gente y con sus seres queridos. Logra tomar de nuevo las riendas de la compañía y gran parte de su familia. La pregunta entonces que se empiezan a formular sus allegados es hasta qué punto el castor es terapia y hasta qué punto es locura.

La Foster lanzó por primera vez The Beaver en La Berlinale y luego siguió su carrera de promoción en Cannes, siempre defendiendo estoicamente a su protagonista como actor y muy amable como persona, todo por la mala prensa que ha venido acumulando Gibson con sus problemas de alcohol, racismo y antisemitismo (igual ella siempre llegó sola).

La peli tiene tres puntos que podrían hacernos pensar que tiene sus orígenes en Europa Central: el narrador omnipresente, la música folclórica y el tema. Todos excelentemente articulados y que le dan el gran toque de calidad que debato con Paula; de esos tres el que más me gustó fue la música de Marcelo Zarvos. Sin embargo, el detalle que más me encantó fue la voz que Gibson le proporcionó al castor; hacía mucho tiempo que el actor nos ofrecía un acento americano lavado o que cabía bastante bien en los albores de otras épocas más antiguas como The Patriot o el mismo Braveheart; en The Beaver volvemos a escucharlo en un ordinario australiano muy parecido al que nos presenta Jason Gann en Wilfred y es la primera sensación de sentir dos entidades distintas en la peli. La voz es sencillamente genial y hubiera podido ser aún más impactante si Hagen Bogdanski, director de fotografía, no hubiera sido tan tímido con sus cámaras; Bogdanski insinuó con algunas tomas la situación pero cometía errores sencillos de foco que revelaban de nuevo el truco, debió ser más audaz y haberle aportado más al títere.

Siendo honestos con Paula, llega un momento que la historia deja de ser creíble. Foster actúa bien, Gibson actúa bien, Anton Yelchin, Cherry Jones y Jennifer Lawrence actúan bien (esta última en particular me sorprendió porque en sus papeles previos de X-Men o Winter’s Bone logra darle un carácter muy dramático a sus papeles, aquí actúa como una niña popular muy tranquila con un desenvolvimiento paulatino pero la primera vez que salió en pantalla fue difícil reconocerla, en serio cada vez la considero como una figura icónica en el cine en un futuro cercano; además la escogencia de sus papeles es bastante acertada hasta el momento). Es decir, el problema no está en el reparto, ni en su dirección. Por un lado, la historia se va desluciendo en ritmo y credibilidad. Como que en algún momento el tema está agotado y se empieza a empantanar. Foster igual no lo sortea bien y el endulzamiento rosa que le va profiriendo a la cinta termina por desvirtuarla y es cuando Paula afirma que pierde todo respeto por Gibson y por la historia misma. A mi parecer es una carencia de pericia de la realizadora que no me parece tan grave pero que si no deja de afectar el balance final de la peli.

Si la traen a salas, como consejo, vale la pena pagar la boleta por su música y el reparto pero prefería esperar a verla en TV o alquilarla.

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Auteur, Drama, Русское Kино, Folk, Indie, Melodrama, Road Movie, Sergei Loznitsa, Storytelling, Trailer, Vacacion, World

Schastye moe

Schastye moe (Mi dicha) es una peli de 2010 dirigida por Sergei Loznitsa y es la historia de un hombre que se pierde, como el mismo corto lo afirma, en lo más profundo y podrido de Rusia. Una visión tragicómica de la descomposición de la sociedad, de la desesperanza y el desasosiego.

Se ve muy bonita y la traigo a colación por estar Loznitsa nominado a Palma de Oro en los Cannes de este año. Se le nota fuerte en costumbrismo, una composición musical interesante por el folclor y una fotografía muy atractiva cercana a Fargo de los Hermanos Coen. Su desenlace es indescifrable lo cual la hace aún más interesante.

Viktor Nemets (Georgy)
Vladimir Golovin (Viejo)
Aleksey Vertkov (Joven teniente)
Dmitriy Gotsdiner (Comandante)
Olga Shuvalova (Joven prostituta)
Maria Varsami (Maria)
Boris Kamorzin (Conductor de camión)

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