Échenle ojo a este corto avance. La peli es The King’s Man.
No revisen los créditos, ni las etiquetas de la pieza.
¿No es fantástica?
Me atrapó viendo otros avances en IMDb.com (más precisamente el segundo capítulo de It que ya no viene escrito por Cary Joji Fukunaga, la aventura espacial Ad Astra de James Gray y chismecitos sobre Wonder Woman 1984 de Patty Jenkins); pero de repente entra este video en cola con el plano de un ocaso, un mancito en falda, que uno asume es escocés, corriendo en cámara lenta, con un soldado a cuestas mientras son atacados en un campo de batalla; después una rápida serie de cortes de plano que nos contextualizan entre 1914 y 1918, una especie de logia secreta y Ralph Fiennes entrenando a un nuevo recluta.
Me llamó mucho la atención.
La forma en la que se presentan los eventos, las cámaras y algo de lo que se deja entrever en la historia. Le echo ojo a los créditos y el director es Matthew Vaughn.
¡Hombre! Este señor es prenda de garantía y ahora la tercera salida de la, ya divertida e interesante, obra ilustrada de Dave Gibbons, Kingsman, a la cual se le hace también referencia al final del avance con un pequeño guiño tipográfico. Vaughn lo conocí por primera vez a través de Layer Cake, luego Kick-Ass y First Class.
Vaughn demuestra que si le hubieran dado más pita en la franquicia de X-Men, aún tendría cosas por contar.
En el presente de las series, la cosa se pone un poco más complicada.
Quitando de plano, las que ya finalizaron sus términos y se acaban de despedir del aire; y sacando las atracciones que se han vuelto una pesadilla como e.g. The Walking Dead, The Flash, Billions o Luke Cage; finalmente, queda una lista larga de series que gracias a Netflix estoy viendo de los países nórdicos que merecen destacarse como Dark, The Rain, Borderline, Border Town, Case, Deadwind, Innøcents, Trapped, Quicksand, Nobel y otro tanto de OnDirecTV donde uno queda en vilo pues no se sabe si ya se acabaron con un final abierto o un «cliffhanger» para la siguiente temporada como Borgen, The Cry, Trust Me, Strangers, Fortitude y Trauma.
Pero en general, estamos hablando de 40-50 títulos que tengo abiertos -metiendo el resto de Netflix, FOX, Paramount y FX– y así es muy difícil escoger una sola serie para reseñar. Mis opciones más cerradas podrían ser Sharp Objects, Atypical, Love, True Detective y Butterfly. Tan buena la una como la siguiente y en diferentes géneros para escoger. Si pueden verlas, se las recomiendo a ojo cerrado.
Arriesgándome a tomar una decisión entre estas cinco me decidiría por True Detective.
Así como Edward Berger dirigió toda Patrick Melrose (la gran mayoría de Deutschland) y Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club) hizo lo propio con Sharp Objects, Cary Joji Fukunaga dirigió toda la primera entrega de True Detective y marcó una pauta importante en la franquicia, de ahí en adelante. Se rumoreaba en HBO que para lograr las siguientes salidas de la serie, no se podía ejecutar de la misma manera y la dirección de los episodios se debía repartir, teniendo los libretos completos, como sucedía en cualquier otra cadena con un producto premium.
El resultado fue la segunda temporada. Una serie con seis directores (John Crowley, Justin Lin, Daniel Attias, Janus Metz, Jeremy Podeswa, Miguel Sapochnik), Fukunaga en la producción al igual que Woody Harrelson, Matthew McConaughey y Nic Pizzolatto (creador y escritor) que garantizaban la calidad del producto. No sólo fue una buena temporada, sino que personalmente me pareció mejor elaborada, mejor desarrollada y mejor finalizada -mi decepción con el último episodio de la primera temporada es grande-. Obviamente si se había perdido algo de la narración en la ausencia del director californiano pero su esencia estaba viva.
Hay gente que sigue preguntándose, prendida como en ese bucle y no avanza, de si la primera fue mejor que la segunda temporada. Estamos en 2019, y ese fue un tema de 2014-2015, lo cual no los dejó enterarse de esta bellísima entrega.
Corrigiendo errores de la segunda temporada, que los hubo, se le confiere a tres directores el desarrollo de la tercera edición, Daniel Sackheim, Nic Pizzolatto y Jeremy Saulnier. Alejándose, no completamente de las abducciones y los cultos, Pizzolatto esta vez nos cuenta la desaparición de un hermano y una hermana; yo le calculé más o menos finales de los años 50; y se le encarga del caso al obstinado Detective Wayne Hays (Maharshala Ali) para resolverlo, se le ofrecen todos los recursos por lo que la desaparición de dos niños ad portas de las elecciones se vuelve delicado pero justo cuando empieza a tener fundamento su investigación, la necesidad de rápidos resultados pudieron encausar de manera errónea la investigación. Décadas y décadas pasan. El caso permanece entre abierto y cerrado. No se sabe si está resuelto o no. Porque el viejo detective ahora de 79 años, vive entre la demencia y su Alzheimer.
Simplemente fantástica.
Ya habíamos hablado de ella, en las nominaciones al Oscar. El equipo de trabajo para maquillaje, esta vez se resalta no solamente como algo sobresaliente sino porque esta misma sobriedad y naturalidad desarrollan una realidad chocante en Gräns.
Estaba seguro que no iba «abrir la boca» para emitir un sólo comentario alrededor de lo que pudiera ser muy divertido en una Bond 25 si Rami Malek es el anunciado villano.
Por la cabeza sólo se me pasó un personaje con algo de frenesí, angustia y errático, muy humano pero ojalá también pudiera ser todo eso con algo de deformidad física (que apenas fue elegantemente sugerida en Casino Royale con Mads Mikklesen y sus lágrimas de sangre o definitiva y prefectamente en Skyfall con Javier Bardem cuando se quita su prótesis facial); lo que quiero decir es que por mucho que estuve gritando de emoción cuando anunciaron que Sam Mendes repetía detrás de cámaras después de Skyfall, que el título de la pieza iba a ser SPECTRE y que Blofeld iba a ser Christoph Waltz, la decepción no hubiera podido ser más pareja a esa primera euforia.
SPECTRE no es que haya sido un desatino absoluto; me imagino que cuando se revisa en estos días Quantum of Solace no es tampoco tan, tannnnn mala, pero es que su precedente era Casino Royale, que fácilmente puede estar en el Top 3 de cualquier fanático de Bond. A SPECTRE le pasó lo mismo, con Skyfall que es una peli de vendimia pura, donde el mito se recoge en una sola pieza excepcional; uno agradecía que Craig hubiera repetido, la línea de drama se hubiera mantenido con Neal Purvis y Robert Wade, y que el maestro Sam Mendes reforzara ese encanto perdido en la infame de Marc Foster.
Sin embargo, no fue Mendes, no fue el equipo reiterante de Purvis, Wade y John Logan (recientemente añadido en Skyfall ), ni tampoco Waltz o Craig. En fútbol, uno puede perder y ganar (o empatar) pero se habla de cómo se logra ese resultado; para nadie es un secreto que soy delirante hincha del Liverpool, un equipo que juega el todo por el todo, le apuesta todo al rojo, en un cincuenta-cincuenta donde puede perder o ganar, no juega a defenderse y por lo tanto sus partidos son una montaña rusa de emociones; a uno no le importa si perdió 3-0 contra el Barcelona, lo que nos importa es que dominamos todo el partido, a la mitad del segundo tiempo íbamos perdiendo uno-cero y el equipo bufaba como un toro tratando de enterrar su estocada; no pudimos y nos hicieron el segundo; no renunciamos y nos sorprendió ese maldito tiro libre de 30 metros; y, sin embargo, seguimos combativos tanto que nos taparon la doble de Firmino y Salah que el vertical devolvió con ese doloroso sonido metálico. SPECTRE se relajó y dejó que la historia la avasallara; Blofeld estuvo bien y la historia estuvo bien pero hubo demasiada indulgencia que perdonar; para mi el pecado mayor fue la explosión determinante sobre Blofeld, esperé poder perdonar todo y ver al austriaco quemado, deforme, casi calvo y con una marca horrorosa en la mitad de la cara y nos salen con esto:
En serio, el maquillaje en la sutil quemadura de Sean Bean siendo el 006 de Goldeneye lo supera grandemente.
Hoy vuelvo a gritar de emoción, euforia y frenesí.
Revisaba IMDb y me topé que el director de Bond 25 es Cary Joji Fukunaga, fuerza gráfica demoledora en True Detective, creador de The Alienist, Beasts of No Nation y Maniac, que además pertenecerá a un reestructurado equipo de escritura al lado de Purvis y Wade, y otra leyenda andante, Scott Z. Burns, la mente detrás Side Effects, Contagion, The Informant! (dirigidas por Steven Soderbergh) y de Ultimatum cerrando la fantástica trilogía Jason Bourne.
Dice IMDb que el rumor es que regresan a los orígenes; que es muy posible que el arco histórico tenga relación con Dr. No. Por mi lado, quiero ver un partido abierto en pantalla, atacando todo el tiempo, dispuestos a ganar el encuentro hasta el último minuto y ojalá disfrutando un excelente desempeño de Malek con media cara deformada y un brazo cibernético.
Me encanta la referencia de Gert Fröbe en Goldfinger:
Bond: Do you expect me to talk?
Goldfinger: No, Mr. Bond, I expect you to die!