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Frankenweenie

Por más que lo intente, siempre digo que no vuelvo a ver una peli de Burton en sala pero por algún tipo de morbosa obsesión o algún tipo de juego del destino siempre termino en primera fila en una de ellas.

Desde un buen tiempo atrás he venido desconfiando del criterio del realizador y su genialidad se me ha vuelto una fórmula, una figura iconoclasta que no propone o más bien ya no se disfruta. En Corpse Bride, por fin logró hacer un proyecto completo en stop-motion pero se sentía monótono y repetitivo -recordemos que Nightmare Before Christmas erróneamente se le atribuye pero en realidad fue dirigida por Henry Selick y producida por Burton porque en algo de clarividencia se sintió limitado para desarrollar todo el proyecto él solo-. Después vino Sweeny Todd que a pesar de la animadversión que siento frente a los musicales logró entretenerme y cautivarme; Johnny Depp se volvía una figura recurrente como su actor fetiche pero por lo mismo dejaba un regusto de obstinación así el desempeño de Depp fuera siempre destacado. Alice fue el colmo, terminó por hastiarme y convencerme de qué en adelante sólo habría chispazos de lo que alguna vez fue un gran director de cine como por ejemplo Dark Shadows.

Pero de nuevo por azares que uno no comprende la semana pasada vi Frankenweenie.

En los inicios del director hubo dos piezas fundamentales que definieron su estilo: Vincent que fue su “tesis” como animador de Disney con una excelente y exquisita narración del legendario Vincent Price y Frankenweenie filmado en 1984 guía las orientaciones de su gusto por la serie B, la ciencia ficción y que vemos magistralmente reflejado en dos de sus piezas más grandiosas Mars Attack y Ed Wood.

Con una convicción firme de hacer los proyectos que más le gustan, le gusta trabajar con sus esposas, con Johnny Depp, con leyendas del cine como Vincent Price, Martin Landau y Christopher Lee. En Frankenweenie aunque no aparece ni Helena Bonham Carter ni Depp, vuelven al reparto Catherine O’Hara, Winona Ryder y Martin Landau, con referencias a Lee -en la cinta de terror que estaba viendo la familia- y a Price -en los rasgos del personaje de Mr. Rzykruski-. La historia es retomada del corto de 1984 y ampliada para incluir más personajes. La gran diferencia -obviamente la técnica- y la inclusión de la partitura original de Danny Elfman que es fantástica.

La pieza es de buena factura, está bien narrada y para mi positiva sorpresa muy divertida.
Les dejo las referencias originales:

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Dark Shadows

Muchas pelis de Tim Burton en los últimos años han terminado saturándonos y es una verdad a voces. Su capacidad de repetirse ha finalizado en una caída vertiginosa donde la sorpresa y la fascinación ya no son características de la experiencia cuando vemos una obra del realizador.

Dark Shadows parece alejarse de erróneos movimientos que encausaron Alice in Wonderland, Charlie and the Chocolate Factory o la misma Corpse Bride -muchas de sus últimas cintas igual lograron que me divirtiera como Sweeney Todd, Planet of the Apes, Sleepy Hollow pero su decaimiento era innegable-. La conciencia de su decadencia supuso entonces otras salidas más eficientes en Hollywood como estar del lado de la producción o la sugerencia creativa pero la inquietud de la dirección lo seguía desvelando. En Dark Shadows, a pesar que su equipo casi permanece inalterado con Danny Elfman grandioso al frente de la música, Chris Lebenzon en el montaje, su esposa Helena Bonham Carter y su actor fetiche Johnny Depp, vuelve a sentirse esencialmente «burtoniano» y divertido. Pero igual no es suficiente.

Esta vez la historia estuvo a manos de Seth Grahame-Smith, un escritor muy joven con el que viene trabajando (Abraham Lincoln: Vampire Hunter la escribe Grahame-Smith, la produce Burton y la dirige Timur Bekmambetov) para traernos un cuento de brujas y vampiros enraízado a finales del siglo XVIII, con una orientación apropiada para desarrollar el resto de la trama en la decada de los 70’s. ¿Por qué esa década? Se siente que es sólo un capricho, una época que le funciona a otros directores como Tarantino o Anderson y lo aplica de una forma simplista sin mayor necesidad o urgencia. Es agradable su humor aplicado a pequeños detalles pero en ciertos momentos llega al tope de la ridiculez. El desarrollo de los personajes es pobre y los giros muy forzados. En resumen, no le fue bien en absoluto a la trama.

Destaco la labor excelsa de Bruno Delbonnel que logra capturar la esencia de Burton, la recrea en la susodicha década y permite sentir que tanto él como el director se divirtieron haciendo la peli. Ya habíamos nombrado a Elfman que querámoslo o no se le debe reconocer su genialidad para darle rúbrica y ambientación a cada momento en la filmografía del director. Y a nivel de reparto me encantaron Eva Green con quizás el mejor papel desarrollado -además que aparece inmensamente exquisita- y Michelle Pfeiffer. No desentona pero si aburre Depp y el resto del reparto no logra convencer, ni siquiera el querido Jackie Earle Haley. La culpa y responsabilidad es de Burton que se siente como se le salieron de las manos y se le sobreactuaron a medida que avanzaba la trama. Muy mal Chloë Grace Moretz.

La cinta la vi en formato IMAX y vaya si ayuda el tema de la técnica de proyección. La majestuosidad de ese formato es una cosa de locos. Es divertido las apariciones de Alice Cooper y Christopher Lee pero aparecen como artilugios del director en otra extensión de sus fetiches. Si no van a pagar el IMAX, no pierdan la plata en una boleta. Descárguenla por ahí o esperen a que la pasen en TV en HBO o MovieCity para verla en la comodidad del hogar un domingo en la tarde.

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