Después de ver Roma, The Irishman, Marriage Story por Netflix, el saludo que tuvo Spike Lee con el mismísimo Martin Scorsese en la velada de los Oscar, para después enterarnos que Netflix planea sacar el siguiente «joint» de Lee, sólo me hace pensar que La Cadena está armando realmente, no lo llamemos mafia aún, una hermandad de hermanos y hermanas que los puedan apoyar en producir contenido y ser reconocidos; ni siquiera creo que les interese la estatuilla como tal, sí un reconocimiento pero sobre todo, ser denominados la cadena productora de audiovisuales más especial e importante, o sea, “La Nueva HBO“.
Ahora bien, hace no muy poco, por Netflix uno podía ver las dos partes de Che, The Informant!, Contagion, Side Effects, si la memoria no me falla Behind the Candelabra, y una de las dos Magic Mike. Si ahora podemos ver Logan Lucky y ya desarrollaron The Laundromat, eso quiere decir que otro de los hermanos es ya Steven Soderbergh y nada le apasiona más a Soderbergh que producir contenido y para luego romper el estatu quo. En resumen, vamos a tener un par de piezas más del director en Netflix y después ser testigos de una fogata viendo quemar los puentes detrás de él.
Aún no he visto The Laundromat pero al menos esta Logan Lucky es un producto más de la esencia de Soderbergh. Tal vez mi único pero es que tiende a ser en algunos pedazos fórmulas de cosas que ya ha logrado; por un lado, es un Ocean’s Eleven en el Bible Belt y por otro es como Out of Sight donde Hilary Swank reencarna el papel de Karen Sisco. Es una peli de robo, un spaghetti western como Birds of Prey, mejor actuada pero igual de divertida, entretenida y sobre todo muy bien filmadita.
Si hay alguien con buen ojo en Hollywood, es este man y se me antoja que podría estar dentro de mi top tres de cinematógrafos favoritos detrás de Roger Deakins, Hoyte Van Hoytema para estar peleando el tercer puesto muy de cerca con otro maestro como Matthew Libatique.
Un gran reparto y definitivamente la confirmación de que por fin Soderbergh tiene un actor fetiche y es Channing Tatum, con casi 5 pelis ¿?
Logan Lucky no es más y así es excelente. Recomendada para una velada de ocio, tranquilos en casa… Ahí, en la comodidad del hogar, es donde le está ganando la partida a Hollywood, y no les va mal en la tarea.
Knives Out es un descanso que se pega el director Rian Johnson después de haber dedicado su ingenio al Episodio 8 de Star Wars (The Last Jedi) y a Looper. El realizador acostumbra a dirigir y escribir sus piezas, imagino que después de un trabajo, no lo llamemos serio pero si, algo dramático disfruta mucho de cintas ligeras, que le promuevan distracción y divertimento.
Así como cambia de temática y rumbo, a veces también da unos giros con cambios completos en el reparto -donde Joseph Gordon-Levitt es tal vez el único que repitió una vez- y este es un claro ejemplo, aunque podemos tomar a Frank Oz como un invitado especial de una pequeña indulgencia. Su equipo por el contrario se hace fuerte y consistente con Steve Yedlin en la cinematografía, su primo Nathan en la composición de la música y el montaje con Bob Ducsay que los han llevado a numerosas nominaciones y reconocimientos como equipo en montaje, guión, partitura y producción.
No creo siquiera que Knives Out sea el mejor de sus divertimentos pero si la aventura de volver a tener un juego de Agatha Christie en pantalla ala Clue -el juego de mesa donde se adivina quién es el asesino- con sus giros inesperados, con los sospechosos de siempre y con sus estrambóticos personajes.
Si me lo preguntan, esta peli no es la única válvula de escape de Johnson. Lo es también para Daniel Craig y su fabuloso James Bond; para Chris Evans y su Captain America; para Michael Shannon y sus innumerables decisiones megadramáticas; para Toni Collette y toda las series psicológicas que están en nuestros catálogos de TV; incluso para Christopher Plummer que después de su Oscar, no ha parado de recibir papeles y papeles por doquier. El resto de personajes también disfrutan de una pieza ligera -para su propia diversión- pero también para abrirse o consolidar su posición en Hollywood.
El problema de la temporada de premios es que puede dejar muy mal parqueadas estas producciones porque las inflan demasiado. A cine para ver Knives Out hay que ir sin pretenciones o prejuicios, simplemente igual que ellos mismos a divertirse con un sano entretenimiento… ¿Quién fue?
Estaba seguro que no iba «abrir la boca» para emitir un sólo comentario alrededor de lo que pudiera ser muy divertido en una Bond 25 si Rami Malek es el anunciado villano.
Por la cabeza sólo se me pasó un personaje con algo de frenesí, angustia y errático, muy humano pero ojalá también pudiera ser todo eso con algo de deformidad física (que apenas fue elegantemente sugerida en Casino Royale con Mads Mikklesen y sus lágrimas de sangre o definitiva y prefectamente en Skyfall con Javier Bardem cuando se quita su prótesis facial); lo que quiero decir es que por mucho que estuve gritando de emoción cuando anunciaron que Sam Mendes repetía detrás de cámaras después de Skyfall, que el título de la pieza iba a ser SPECTRE y que Blofeld iba a ser Christoph Waltz, la decepción no hubiera podido ser más pareja a esa primera euforia.
SPECTRE no es que haya sido un desatino absoluto; me imagino que cuando se revisa en estos días Quantum of Solace no es tampoco tan, tannnnn mala, pero es que su precedente era Casino Royale, que fácilmente puede estar en el Top 3 de cualquier fanático de Bond. A SPECTRE le pasó lo mismo, con Skyfall que es una peli de vendimia pura, donde el mito se recoge en una sola pieza excepcional; uno agradecía que Craig hubiera repetido, la línea de drama se hubiera mantenido con Neal Purvis y Robert Wade, y que el maestro Sam Mendes reforzara ese encanto perdido en la infame de Marc Foster.
Sin embargo, no fue Mendes, no fue el equipo reiterante de Purvis, Wade y John Logan (recientemente añadido en Skyfall ), ni tampoco Waltz o Craig. En fútbol, uno puede perder y ganar (o empatar) pero se habla de cómo se logra ese resultado; para nadie es un secreto que soy delirante hincha del Liverpool, un equipo que juega el todo por el todo, le apuesta todo al rojo, en un cincuenta-cincuenta donde puede perder o ganar, no juega a defenderse y por lo tanto sus partidos son una montaña rusa de emociones; a uno no le importa si perdió 3-0 contra el Barcelona, lo que nos importa es que dominamos todo el partido, a la mitad del segundo tiempo íbamos perdiendo uno-cero y el equipo bufaba como un toro tratando de enterrar su estocada; no pudimos y nos hicieron el segundo; no renunciamos y nos sorprendió ese maldito tiro libre de 30 metros; y, sin embargo, seguimos combativos tanto que nos taparon la doble de Firmino y Salah que el vertical devolvió con ese doloroso sonido metálico. SPECTRE se relajó y dejó que la historia la avasallara; Blofeld estuvo bien y la historia estuvo bien pero hubo demasiada indulgencia que perdonar; para mi el pecado mayor fue la explosión determinante sobre Blofeld, esperé poder perdonar todo y ver al austriaco quemado, deforme, casi calvo y con una marca horrorosa en la mitad de la cara y nos salen con esto:
En serio, el maquillaje en la sutil quemadura de Sean Bean siendo el 006 de Goldeneye lo supera grandemente.
Hoy vuelvo a gritar de emoción, euforia y frenesí.
Revisaba IMDb y me topé que el director de Bond 25 es Cary Joji Fukunaga, fuerza gráfica demoledora en True Detective, creador de The Alienist, Beasts of No Nation y Maniac, que además pertenecerá a un reestructurado equipo de escritura al lado de Purvis y Wade, y otra leyenda andante, Scott Z. Burns, la mente detrás Side Effects, Contagion, The Informant! (dirigidas por Steven Soderbergh) y de Ultimatum cerrando la fantástica trilogía Jason Bourne.
Dice IMDb que el rumor es que regresan a los orígenes; que es muy posible que el arco histórico tenga relación con Dr. No. Por mi lado, quiero ver un partido abierto en pantalla, atacando todo el tiempo, dispuestos a ganar el encuentro hasta el último minuto y ojalá disfrutando un excelente desempeño de Malek con media cara deformada y un brazo cibernético.
Me encanta la referencia de Gert Fröbe en Goldfinger:
Bond: Do you expect me to talk?
Goldfinger: No, Mr. Bond, I expect you to die!
Después de haber logrado una muy buena cinta en Live and Let Die de Guy Hamilton, que definía el Bond que Roger Moore quería ser, la franquicia se fue desmoronando y nunca logró convencer completamente en su calidad; a pesar del éxito taquillero, James Bond volvía a ser una serie de pelis ramplonas y a veces de muy mal gusto; su identidad se perdía y el mismo Moore se hacía viejo.
En la décimo tercera salida de James Bond, Octopussy de 1983, regresa el británico John Glenn como director. De nuevo EON le apuesta a una gran producción con un presupuesto inicial de 27 millones para que al cabo de más o menos catorce semanas la cinta recibiera 187 alrededor del mundo.
George MacDonald Fraser, Richard Maibaum y Michael G. Wilson son los encargados de darle vida a una historia corta de Ian Fleming dentro de la colección Octopussy and The Living Daylights. Bajo la sospecha de que agentes soviéticos están tras el asesinato del 009, James Bond es enviado a investigar. Dicho agente fue encontrado muerto con un huevo Fabergé falso en su poder, entonces Bond sigue la pista de una subasta de un Fabergé original y logra intercambiarlos; en la misma subasta se sumerge en una disputa por el huevo con un príncipe afgano llamado Kamal Khan (Louis Jourdan) para después seguirlo hasta su palacio en India; es allá que descubre que Khan trabaja para el General Orlov (Steven Berkoff) quien quiere expander los límites de la Unión Soviética en Europa, sin embargo Magda (Kristina Wayborn), una de sus secuaces tatuada con un pulpo azul, le roba el huevo original; tratando de recuperar el huevo, el agente del MI6 llega a otro palacio, esta vez en Udaipur, dirigido por Octopussy (Maud Adams) la adinerada líder del culto del pulpo a cuyo séquito pertenece Magda; Bond logra esclarecer el plan completo de Orlov apoderándose de antiguos tesoros rusos cambiándolos por réplicas pero en un giro, un tanto más que ridículo, se da cuenta además que dichas réplicas contienen una ojiva nuclear que planea explotar en un espectáculo de exposición de los tesores dentro de una base aérea norteamericana para así desacreditar su plan armamentístico, desencadenar un desarme mundial y así apoderarse de las tierras abandonadas.
Las hitorias del súper agente cada vez se han vuelto más rebuscadas y los giros en la trama rayan en la ridiculez y el absurdo. Como decíamos antes se desdibuja la esencia que había desarrollado Roger Moore para desarrollar un personaje infantil, sin mucho desarrollo y de nuevo el 007 vuelve a sus rondas de mujeriego, teniendo relaciones sexuales con dos o tres chicas Bond por peli; por ejemplo, en este episodio una dupla de suecas; lo que resulta más molesto es el llamado exagerado e innecesario de atención hacia una de ellas en el título como objeto de mercadeo.
Después de un periodo de duelo (For Your Eyes Only), M vuelve al ruedo encarnado por Robert Brown; lo acompaña obviamente Desmond Llewelyn (Q), Lois Maxwell (Moneypenny) y los ya reconocidos Geoffrey Keen (Sir Fredrick Gray, Minister of Defence) y Walter Gotell (General Gogol).
La gran curiosidad, sin embargo, fue que ese mismo año, Sean Connery vuelve como el agente secreto del MI6 a sus 53 años, en una producción paralela, gracias a que el escritor Kevin McClory se había quedado con los derechos de la historia de Thunderball y con los personajes de S.P.E.C.T.R.E. -por esa razón nunca más volvimos a saber de Ernst Stavro Blofeld —- sin embargo, en la novela For Special Services aparece una señorita Nena Bismaquer que resulta ser su hija y se rumora que de esa forma se puede concretar el regreso en los Blofeld a los Bond de Daniel Craig-; McClory como productor invierte 36 millones de dólares y recibe 160; uno podría pensar y porqué entonces no continuó desarrollando historias del 007, sencillamente porque sólo tenía los derechos de Thunderball y no podía usar una sola historia más de Fleming; el nombre de la cinta fue Never Say Never Again, de la cual haremos reseña al final de toda la producción de EON, y tiene relación a la frase del mismísimo Connery al final de la producción de Diamonds Are Forever cuando sentenciaba que “nunca más” volvería a interpretar al 007.
Bond 6 es crucial dentro de la genealogía de la franquicia. Era 1969 y Sean Connery había renunciado dos años atrás después de haber protagonizado cinco pelis como el súper agente 007. No sólo interpretó el personaje de ficción de Ian Fleming sino que lo caracterizó y lo hizo una figura pública. Hablar de James Bond es hablar en cierta forma de Sean Connery y cada actor que pase al frente va a ser juzgado con esa misma vara. Sumado a la salida de la estrella, las cintas no lograban romper taquillas de la forma deseada como sucedió en Goldfinger o la misma Thunderball y Eon Productions, productora de la multimillonaria empresa, cada vez veía más apretado el nudo aunque igual las cifras seguían siendo ridículas (se invertían nueve y se recibía un ciento millones de dólares, es decir, una retribución mayor al 1.000%). El caso es que On Her Majesty’s Secret Service fue la primera pieza sin Connery, recibió ingresos que no se veían desde 1964 y eso asustó a todo el mundo.
Durante la búsqueda del reemplazo de Connery, Albert R. Broccoli y Harry Saltzman querían un sustituto exacto del escocés, que tuviera el atractivo de Laurence Olivier y la rudeza de Cary Grant. Tarea que no sólo iba a ser complicada sino que de alguna manera imposible por el gran carisma desplegado por el actor dentro y fuera de la pantalla. Sin embargo, el australiano George Lazenby acababa de filmar unos comerciales para una popular marca de chocolates donde con una impresionante sonrisa, vestido formalmente, cargaba un guacal de madera al hombro y lograba saludar a las chicas sin casi inmutarse. Eon se interesó en él y le pidió a su agente que lo llamara para una audición, la cual no dudó en traerlo de vuelta de unas vacaciones en París. Lazenby con una apariencia relajada quiso dar una buena impresión y lo primero que hizo cuando llegó a los estudios, fue buscar una barbería; pidió una meticulosa afeitada y de peinado un «Sean Connery». En ese mismo lugar se encontraba Broccoli y afirmó que este sería su siguiente estrella. Pero aún le faltaba mucho por recorrer al modelo australiano. Ambos, Broccoli y Saltzman, no lograban decidirse aún y teniendo parte del libreto pusieron a hacer pruebas a sus cinco mejor opcionados. A Lazenby, que no era actor, le tocó pelear con su coreógrafo de peleas y le rompió la cara. No saben si fue el golpe, la forma en que peleó o el hecho de que hubiera tumbado a una mole bielorrusa como lo era Yuri Borienko pero eso bastó para que ambos productores dieran la aprobación por el australiano.
El primer error de la producción fue sentar en la silla del realizador a Peter Hunt. Aunque su producto final es de un promedio aceptable, los anteriores directores trataron de poner su punto de vista sobre los personajes de Fleming, al contrario de Hunt que se interesó por hacerle un homenaje a Terence Young -director de Dr. No, From Russia with Love y Thunderball que en lo personal hasta ahora es lo peor de la serie-. Peter Hunt había participado en todas las cintas de James Bond como editor, y en un par como asistente de dirección; era muy amigo de Albert R. Broccoli y rogaba por una oportunidad; al final, fue esta relación la que le permitió al editor emergente quedarse con el puesto y en su vacante dejar como responsable a John Glen. Por un lado, la cinta gana sinceridad al Hunt decidir que quería filmar al mínimo en estudio. No hay que dudarlo, las locaciones suizas y la fotografía de Michael Reed permiten menos montaje falseado en posproducción y unos bellísimos encuadres nunca antes vistos -incluso hoy en día hay escenas verdaderamente increíbles gracias al balance de dichas tomas aéreas con las secuencias filmadas por John Eaves, patinador profesional, que hizo la mayoría de las persecuciones a nivel de la nieve-.
Hunt tuvo otro gran acierto. Al tenerse que demostrar frente al público y hacerse al nombre de Bond, el director le pidió a George Lazenby que hiciera todas sus escenas de acrobacias sin doble. Como habíamos dicho, el modelo australiano sin verdadera experiencia en el medio aceptó sin dudarlo. Lazenby no sólo ofrece un James Bond, más centrado, más humano, menos pendenciero sino que además lo presentó más humano -casi todas las características que le alabamos hoy en día al Bond de Daniel Craig-; Lazenby comprometido con su papel, lee y relee la novela y completamente conmovido llora. ¡James Bond por primera vez llora!. Lastimosamente esta escena pasa por el juicio de Eon y es retirada de la maqueta final. El resto del reparto también sufre modificaciones pero permanecen intactos Bernard Lee que sigue siendo M, Lois Maxwell como Moneypenny y Desmond Llewelyn no puede faltar siendo Q. Esta vez, Bond es forzado a retirarse del servicio porque durante dos años no ha tenido pistas sobre Ernst Blofeld; indignado empieza una operación personal y se topa con el Conde Balthazar de Bleuchamp quien quiere averiguar su linaje a través del profesor Sir Hilary Bray, genealogista del College of Arms de Londres. Bond sabe que es un truco de Blofeld y llega hasta su refugio ubicado en lo más alto de los Alpes Suizos y descubre su fachada: El Instituto para la Investigación de las Alergias Piz Gloria. El 007 debe entender el nuevo plan de Blofeld para dominar al mundo, revelarlo y acabar con él. De paso tratar de atrapar al Número Uno de SPECTRE.
Antes de llegar a Piz Gloria, el 007 ha cortejado fielmente a su chica Bond, la Condesa Teresa di Vicenzo interpretada por Diana Rigg (Dama Real de la Corona de Elizabeth II, actriz de la serie de TV The Avengers y de la actual Game of Thrones). La condesa se vuelve el gran amor de Bond hasta el punto en que le propone matrimonio. Los arquetipos y preconcepciones sexistas vuelven a dañar la tónica de la relación pero la escena de la propuesta es bien lograda e impactante. Su desenlace es excelente.
Esta vez Ernst Blofeld es interpretado por Telly Savalas pero con su aparición comienzan los grandes problemas de continuidad. Por un lado, en You Only Live Twice, el actor Donald Pleasence muestra por primera vez la cara del Número Uno. Un caucásico, de testa pelada y una horrible marca en su ojo derecho. Tenemos que ser condescendientes con el tema del actor y la renovación del reparto -que algo si afecta en credibilidad- pero ¿y la cicatriz? Blofeld en la última escena de You Only Live Twice conoce cara a cara a Bond ¿por qué aquí no cae en la cuenta de su presencia? La única solución que puedo llegar a comprender es que efectivamente Richard Maibaum (guionista) se aprovechó de una ligereza técnica de Fleming en la novela de Casino Royale donde hay más de un 007, por eso es posible que George Lazenby rompa la cuarta pared y nos hable al principio de la cinta de la forma que lo hace -pero igual no explica el problema de los rasgos de Blofeld-.
Terminando de rematar la pieza, tanto Peter Hunt como John Glen trajeron de vuelta las payasadas y las volvieron protagonistas en muchas de las secuencias. No sólo decidieron volver a usar aceleración de los cuadros sino que además Hunt filmaba y filmaba tomas asegurando poder cuadrarlas todas en edición; el resultado es un masacote ininteligible con saltos de eje por doquier. La forma de referirse a todos esos errores es contado de manera anecdótica por John Glen y lo único que me permite pensar es que el Casino Royale con Peter Sellers, no estaba tan desfachatado después de todo.
A pesar de Hunt, de Glen, de Maibaum, de Broccoli, de Saltzman y del mismo Maurice Binder que realiza para esta pieza la peor secuencia de títulos de la colección, On Her Majesty’s Secret Service sale aireante como una buena cinta Bond. Pareciera que todos conspiraron para que la peli fuera un fiasco pero Lazenby, Rigg y Savalas lograron ponerle el tono necesario para que fuera todo lo contrario e incluso los Globo de Oro por primera vez nominaron a un James Bond como promisoria estrella. La producción igual no rindió lo que se esperaba y el presidente de United Artists lo explica muy bien, “había que buscar un culpable y finalmente Lazenby fue el sacrificado“.
Nota personal. Dicen que Eon Productions vio carisma y continuidad en George Lazenby y le ofrecieron un contrato para realizar siete piezas más; dicen que la agente del australiano le aconsejó que no tomara este contrato porque la franquicia estaba muerta y anticuada; dicen que Lazenby se creyó demasiado rápido el papel de estrella y se volvió arrogante en la producción y en la promoción de la cinta; dicen que Eon requería un personaje consistente dentro y fuera de la pantalla y Lazenby se negaba a cortarse el pelo y a afeitarse por fuera del estudio. Fuera lo que fuese, George Lazenby pasó a la historia y fue su primera y única vez como el súper agente 007. Fue por lo tanto muy pertinente escoger este afiche para ilustrar esta entrada porque es crucial no saber quién es el nuevo James Bond ni quién será, pues Sean Connery se había ido y Lazenby estuvo de paso.
Una más curiosidad es que en la búsqueda de la locación del Piz Gloria, nombrado en la novela de Fleming, Hunt encuentra este restaurante rotatorio en las cercanías de Mürren, a medio terminar. Se acuerda con los dueños que la producción pagaría la finalización de la obra con tal de poderla utilizar a su antojo en la filmación. No sólo se terminó el restaurante sino que aún sobrevive con el mismo nombre de Piz Gloria con la capacidad de albergar a 400 comensales.
Ya son tres años trabajando en este blog. Hemos acumulado en ese periodo 860 entradas, más de 80 mil visitas y un agradable acumulado de 2.000 comentarios. Todas estas cifras son más que alentadoras para continuar viendo cine con ustedes, cada vez que pueda.
Muchos hablan del 2012 como el año con el pico de las mejores pelis de la década -tardía- que termina, no sólo por la buena calidad de las producciones sino además por la cantidad de piezas que fueron promovidas. Gracias a esto esta entrada puede llegar a ser bastante extensa y nos ha tomado más de tres semanas llegar a redactarla completamente pero rigiéndonos por una pequeña regla de sólo nombrar cinco títulos por categoría, hemos logrado resumirlo bastante bien. Lastimosamente, se nos van a escapar un par de producciones importantes que hubiéramos querido incluir pero que no lograron llegar a nuestras salas o pantallas. A continuación este el listado que hemos preparado para ustedes sobre lo que vimos en este año.
Siendo estrictos con la clasificación y resumen del año hasta este momento, no hubo ninguna cinta perfecta -con una clasificación de 10 sobre 10- y la única ilusión para que esto cambie sería de pronto esperar a que The Master de Paul Thomas Anderson se estrenara en nuestras pantallas -porque Thomas Anderson siempre nos ha guardado una bella sorpresa con cada una de sus piezas-. Pero The Master no es la única esperanzadora a este nivel, también están Amour de Michael Haneke, Killing Them Softly de Andrew Dominik, Mud de Jeff Nichols y The Paperboy de Lee Daniels; lo que nos dice efectivamente que aún falta mucho por revisar para finalizar este año.
En este pequeño balance ya empieza a aparecer un protagonista y gran ganador, Matthew McConaughey. Con cinco producciones, Magic Mike, Killer Joe, Mud, The Paperboy y Bernie -si la aceptamos como una pieza temprana del 2012-, McConaughey demuestra que fue poco ortodoxo en sus decisiones de trabajo y que por el contrario fue muy arriesgado. De ser la cara más bonita de Hollywood casi que pasó a ser el texano más peligroso. Su riesgo le permitió con grandes directores independientes que sin duda sacaron lo mejor de él. Aunque pasó desapercibido en los Oscar de este año y en los SAG’s, en los Spirit logró dos nominaciones como actor principal y actor de reparto. Como una alineación especial de los planetas, no creo que Soderbergh, Nichols, Daniels o Friedkin vuelvan a dirigirlo el mismo año, en cuatro diferentes producciones. Sería este el año más especial dentro de toda su carrera y ojalá alcance los premios que le son tan merecidos en este periodo.
Si hablamos de las mejores pelis del 2012 para mi existe sólo una y es Looper de Rian Johnson. Looper no sólo marcó expectativa sino que casi fue impecable en el uso de los viajes a través del tiempo, en donde tan fácilmente se pueden generar incongruencias. No es una cinta perfecta, como lo decíamos antes, en este año no hubo tal, pero logró manejar audazmente la historia, los vacíos y el ritmo en la trama hasta desencadenar un final espectacular. Looper además de ser una cinta de ciencia ficción permite que una serie de subgéneros se entretejan y sea aún más fascinante su experiencia. Realmente sobresaliente el trabajo de maquillaje que sutilmente pudo vendernos el truco de que Joseph Gordon-Levitt era el joven pasado de Bruce Willis y la partitura original de Nathan Johnson. Otras que no desentonaron fueron Seven Psychopaths de Martin McDonagh, Skyfall de Sam Mendes, The Avengers de Joss Whedon, Madagascar 3: Europe’s Most Wanted de Eric Darnell, Tom McGrath y Conrad Vernon. Todas a niveles muy diferentes, lograron cumplir sus promesas frente a los espectadores pero debemos hacer una excepción y nombrar, además, Moonrise Kingdom de Wes Anderson. Anderson con su estilo súper definido y su perfecta artesanía nos devuelve un resumen de su carrera en una historia de amor enmarcada en los bellos parajes de Rhode Island.
Aparecen apenas dos “rompe-taquillas” de todo el paquete de megaestrenos, Skyfall y The Avengers, que a su manera lograron sobresalir de la competencia y lograr millonarios retornos sin afectar sus agendas internas; por un lado, Skyfall fue la mejor forma de celebrar los 50 años de la franquicia, se erige como la mejor peli de James Bond de todos los tiempos (supera claramente a Casino Royale) y reconfirma a Daniel Craig como el mejor Bond; por el otro, The Avengers siendo una peli de súper-héroes de comics y un “rompe-taquillas” de verano fue la única que prometió, respondió, no defraudó y siendo la primera en revelar su golpe dejó muy mal parqueadas al resto con un estándar muy alto para superar.
Una gran ovación se merece el cine colombiano este año pues tuvimos para escoger muy buenas cintas. La Sirga de William Vega, Sofía y el Terco de Andrés Burgos, Chocó de Jhonny Hendrix Hinestroza, y si hacemos un esfuerzo, Apaporis de Antonio Dorado y El cartel de los sapos de Carlos Moreno son las destacadas de este periodo. Sobre todo las tres primeras, marcan un hito en el estilo de hacer cine en Colombia, definiendo una narrativa, una selección de reparto y una temática de expresión muy propias de un fenómeno que aún nos queda muy difícil definir como movimiento y -aunque nos faltó ver La Playa D.C., Apatía y El Resquicio– seguramente no van a ser las últimas de este movimiento.
Pero como en todo, siempre existen desafortunadas equivocaciones, este año no fue la excepción. Sin ser malas, las decepciones del 2012 fueron Argo de Ben Affleck porque comparada con su previa The TownAffleck se rindió frente a una chovinista y a la vez muy bien elaborada artesanía, Prometheus de Ridley Scott porque Lindelof sigue pensando que la fórmula de Lost es ilimitada y aplicable a todo y en Prometheus no sólo hay una gran cantidad de incongruencias que rompen la trama y su tensión sino que además posteriormente descubrimos que el guión original tenía mejor relevancia pero fue masacrado por la petulancia de él, The Bourne Legacy de Tony Gilroy porque descubrimos que fue creada para continuar la franquicia sin mayor sentido que eso, The Hobbit: An Unexpected Journey de Peter Jackson porque sencillamente es una gran salida en falso y The Dark Knight Rises de Christopher Nolan porque aunque es consecuente con toda la trilogía, Nolan fue víctima de su propio invento y todo lo que había construido sobrecayó sobre él duramente. The Dark Knight Rises es tal vez la cinta con la tengo más problemas, de alguna forma, borró con el codo lo que había definido perfectamente con sus dos salidas anteriores, además que Nolan infantilmente fue demasiado pertinaz, reticente y receloso con la imagen del Joker lo que provocó vacíos aún más profundos en la trama. Su universo más humanizado, más real y consecuente terminó dilucidando precisamente desdén y apatía hacia la franquicia para proveer un final que sólo es adecuado en una alucinación dolosa de Alfred.
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Daniel Craig es un gran actor de profesión que empezó su carrera en la TV y fue incursionando en el cine con pelis que también serían expuestas directamente en ese formato. Su primera gran cinta fue Elizabeth de Shekhar Kapur en 1998 con un papel pequeño pero después su pauta fue protagonizar unas cinco o seis piezas de corte independiente para por fin llegar a Lara Croft: Tomb Raider en 2001. Su desempeño ya era reconocido para entonces y protagonizó al lado de Tom Hanks, Road to Perdition en la siguiente peli de Sam Mendes después de ganar el Oscar de la Academia.
El cine independiente no fue una plataforma de lanzamiento hacia su estrellato, en realidad, es su nicho natural, donde se siente más cómodo y por eso a pesar de su notoria popularidad sigue desarrollando papeles que equilibran su portafolio entre lo comercial y lo «indie». Layer Cake, The Jacket, Munich y Casino Royale vinieron después siendo el Agente 007 el pináculo de su carrera en la industria. Aunque esto no le impediría seguir trabajando en el tipo de pelis que más le gustan, sus compromisos y ocupaciones si lo harían, a tal punto que sólo Flashbacks of a Fool, The Invasion y Defiance fueron sus únicos títulos hasta Quantum of Solace.
Daniel Craig es bien apreciado en este blog por sus títulos, la calidad de su desempeño y la diversidad de sus personajes pero sobre todo porque su James Bond fue conjurado de una forma magistral en Casino Royale por Martin Campbell, dándole un nuevo giro al personaje y presentando su génesis como en ninguna otra salida del 007. La reunión de Sam Mendes de nuevo con el actor, en la tercera salida del agente del MI6, generaba unas expectativas altísimas, colmadas absolutamente y que a la postre definieron el bajo rendimiento de Marc Foster con Quantum of Solace que nunca estuvo a la altura de esta nueva era.
Lo primero que hay que decir es que Mendes es un gran fanático del 007 y se siente desde el respeto por los personajes míticos –Q, M, Moneypenny– hasta la inclusión del clásico Aston Martin DB5, en una oda a ese personaje que marcó su infancia -incluso el Aston Martin conserva las placas ‘BMT 216A‘ que usó Sean Connery y el guiño a Escocia de donde también el legendario actor nació es una muestra del divertimento en el que se volvió esta última producción-. Obviamente, Javier Bardem hace un gran papel como antagónico así como Judi Dench, Naomi Harris, Ralph Fiennes, Ben Whishaw, Albert Finney y Bérénice Marlohe -como La chica Bond– pero el verdadero protagonista contrario a lo que la crítica ha expuesto es sin duda James Bond con sus cincuenta años de existencia y sus veintitrés filmes realizados.
Skyfall -pésimamente traducido al español como “Operación Skyfall“- es una de las mejores pelis de James Bond que he visto hasta el momento. Bond convirtiéndose en el sofisticado y conquistador agente que todos conocemos, los vacíos en la historia llenándose poco a poco y a falta de persecuciones una gran carga de drama y sentido de la historia. Las locaciones combinadas con la cinematografía de Roger Deakins son increíbles y la música de Thomas Newman entregándonos escalofríos cuando sonaban los acordes de la guitarra eléctrica o los metales de «My name is James Bond» reafirman el hecho de que tendremos y estamos preparados para más 007, para más de este rudo, áspero y asertivo James Bond.
Hay varias pelis dentro de las nominadas este año a los premios de La Academia que he visto y aún no he hecho reseña en el blog. Voy a empezar con esta de Tintín, no sólo por el revuelo de la pieza misma, también por la mega producción que armaron Peter Jackson y Steven Spielberg, la dirección del mismo Spielberg pero sobre todo la gran indiferencia de Hollywood en las nominaciones anunciadas hace pocos días por el presidente de La Academia.
En un principio, cuando no la ví referida en los nominados a mejor peli o blanqueada en la categoría de animados pensé que como había sido lanzada tan tarde de pronto no concursaba este año pero ¡Oh! Sorpresa cuando veo a John Williams nominado por mejor edición musical en la pieza, rápidamente di una ojeada por la sección técnica y tampoco logro nominación por efectos especiales, edición de sonido, mezcla de sonido o incluso dirección de arte. No es la peli del año pero no hay que quitarle méritos, es impresionante desde cualquier punto de vista técnico. Podría equivocarme pero muy seguramente le pasaron factura a Spielberg por retomar y hacer homenaje a un escritor como Hergé criticado por sus comentarios racistas y antisemitas. Ya sabemos que La Academia está regida por judíos recalcitrantes que adoran las cintas lastimeras del holocausto o son súpersensibles con cualquier indicio de suspicacia que los ponga como los malos del paseo.
Spielberg muy ingenuo si no lo detectó en Munich cuando también fue prácticamente blanqueado en esta pieza donde hizo implícito una retaleación vengativa del pueblo judío sobre las muertes acaecidas en las Olimpiadas de Munich en 1970 o como se les conoció después, los eventos del Septiembre Negro.
Mi visión de las novelas gráficas de Tintín no da para tanto. No soy tan conocedor o tan purista para criticar el buen uso de las tres historias o la invención de un tercio de la historia – sin necesidad en absoluto-. Si podemos obviar estos puntos relativos a los fanáticos creo podemos destacar porque la desolación de nominaciones en los premios es bastante injusta.
Primero lo primero. Súper merecido John Williams, no veía una presentación de créditos tan hermosa y tan bien (me perdonará el término Alejandro Ramírez) musicalizada. Impresionante, fluída, fresca, con sonidos opacos, juguetones y muy diferentes a las orquestaciones a las que nos tiene acostumbrados, parecía Danny Elfman. Además que acompañada de esa delicada gráfica bidimensional amalgamada con el 3D es una perfecta opertura para una gran pieza, no veía unos créditos tan bonitos e impactantes desde Catch Me If You Can también de Spielberg. Luego toda la peli es una obra maestra ahí si con toda la audacia, prepotencia y poder de Williams que a simple oído exponía una gran secuencia de aventuras muy impactantes y muy emocionantes.
Digamos que por ahora va a ser complicado que empiecen a dar nominaciones en los Oscar o en los SAG’s por actuaciones en una pieza animada, de ser así Andy Serkis tendría ya una tripleta de nominaciones (aquí interpreta al Capitan Haddock y a Sir Francis Haddock, en Rise of the Planet of the Apes interpreta a Caesar y cómo olvidar a Gollum en toda la franquicia de The Lord of the Rings y The Hobbit). El resto del reparto es impresionante Jamie Bell, Simon Pegg, Nick Frost, Toby Jones y el impresionante Daniel Craig que transformó completamente su voz en un increíble antagónico.
Si pasó desapercibido la mezcla de sonido, la edición de sonido, la dirección de arte, es injusto que no hayan por lo menos reconocido la ardua, minuciosa y artesanal labor de Michael Kahn como editor de la peli. La historia es fluida, de pronto se ralentiza un poco en la ciudad en los tres cuartos de la peli, pero siento que es un problema de guión, de resto impecable. Con unos fundidos magníficos tanto de corte planos como de generación de 3D para algunas secuencias.
Hablando del guión y siendo completamente justos, a pesar de tener a Edgar Wright en el equipo de escritura, mi percepción es que se sobreactuaron, se sobreexcitaron y Spielberg en ningún momento fue capaz de controlarlos. Digamos
Me tomé casi dos semanas antes de escribir una entrada en el blog. Necesitaba un aire porque la verdad me estaba tomando demasiada cordura venir desarrollándolo al ritmo que lo venía haciendo. En el tintero hay mucha peli y mucha producción que me vi y que todos de alguna forma esperábamos ver. Sin embargo rompo mi ayuno con una pieza que se venía esperando desde hace mucho tiempo y que recién me vi anoche, Mission: Impossible, Ghost Protocol.
Una peli de Brad Bird, producida por Jeffrey Jacob Abrams, bajo la megaproducción del estudio Paramount y aún con su mayor estrella vigente Tom Cruise. Mucho se ha venido diciendo de la cuarta parte de la franquicia, que es la mejor de las cuatro, que Tom Cruise entrega su testimonio a Jeremy Renner, que el paso de Bird de los muñequitos animados a la acción es brillante, Abrams es el nuevo Rey Midas y así muchas habladurías para lo cual hay una sóla respuesta: Hay que ver esta peli.
Por mi lado siento que no es la mejor de la franquicia, sigo pensando que MI3, la anterior, dirigida por el mismo Abrams sigue siendo insuperable a nivel de trama y desarrollo de tensión. Ghost Protocol lleva al límite a IMF, toda su línea de agentes, analistas, espias y contraespias pero cometen errores fundamentales que terminan por atentar en la afición y su propia atención en la historia de la peli.
Lo primero que hay que decir es que el espectador no tiene descanso. Son un poco más de dos horas de profunda tensión y grandes eventos que dejan boquiabiertos y sin aire a los seguidores de la historia. Brian De Palma, en la primera parte se encargó de dar la primera estocada cuando presentó su ícono, Jim Phelps, como un héroe cansado y como su mayor traidor -el mismo Peter Graves actor de la serie de televisión cuando le ofrecieron este papel se negó a traicionar su imaginario-. Seguramente, Josh Appelbaum y André Nemec presionados por Bird y Abrams quisieron lograr tal tipo de impacto en escenas mucho más gráficas, de un contexto más general y así, como vimos en los cortos, la destrucción del Kremlin es aterrador en pantalla. Lo bonito es que trataron de darle continuidad a la historia, y aunque fue muy tímido, Ghost Protocol es la primera de la serie que se aferra a una cosmogonía, las otras parecían grandes paréntesis sin conexión de no ser por el mismo Cruise y por Ving Rhames que lograron armar los tres equipos anteriores de IMF. Aprovecho para desafiar con mi primera gran crítica, a la peli. Mientras Daniel Craig con su versión de Bond complementa el gran imaginario de Ian Fleming, que sin serlo rodea la sofisticación, la elegancia, las mujeres y el humor fino, Cruise venía desarrollando con Ethan Hunt un héroe de acción impresionante donde las cámaras se deleitan con sus acrobacias sin doble; Ghost Protocol es un atentado contra ese trabajo desarrollado, Hunt sigue siendo un gran héroe de acción, pero a la vez quiere ser sofisticado, a la vez es maltratado hasta la crisma y siento que pierde su identidad entre un Bourne Ultimatum multiplicado por un Quantum of Solace.
Es cierto, el toque de Bird en la acción y en la dirección de cámaras de la peli hacen súper entretenida la peli. Su gran aliado es definitivamente Michael Giacchino que nos cautiva e himnotiza con su composición y ambientación musical. Evidentemente Giacchino es una carta impuesta e imprescindible de Abrams por lo que su trabajo domina desde Alias, Lost y Fringe, hasta incluso Star Trek o recientemente Super 8 pero Giacchino tiene también vasta historia con el mismo Bird o Pixar. Desarrolló la música de The Incredibles, Ratatouille y Up, dos de ellas direcciones espectaculares de Bird que tienen el toque genial de Giacchino.
La peli es filmada en iMax, siendo Bird al lado de Christopher Nolan los encargados de liderar la revolución en contra de la moda del 3D en el cine. Aún es muy prematuro afirmar quién tiene la razón o quién va a triunfar en esta dura guerra de taquillas y estudios de producción. Lo que si es cierto es que mientras podamos deberíamos aprovecharlos al máximo. Esta peli la están dando en Bogotá en Plaza de las Américas en el formato original pero el gran aliciente es que dentro de los cortos esta el famoso «sneak peak» de Batman, The Dark Knight Rises -una cita obligada que aún yo no he hecho pero que es obligatorio para todo amante del cine, del iMax y de Nolan-.
Tal vez el lunar más grande es la misma presencia de Tom Cruise como responsable de la parte dramática de la pieza. Aunque no queda claro si Jeremy Renner toma el bastión del equipo de IMF, sería un gran ganancia para la franquicia un relevo y asumir los nuevos retos con este nuevo equipo que se conforma con Paula Patton y el inmenso Simon Pegg. Ya hemos visto el éxito de Renner en pelis de corte independiente de acción o drama con excelentes resultados como The Town o The Hurt Locker.
De antemano me disculpo porque no estoy muy de acuerdo en generar demasiada expectativa en las pelis, buscando cualquier información alrededor de ellas o incluso divulgando contenido revelador de su trama. Cosas que han venido sucediendo irregularmente con The Dark Knight Rises de Christopher Nolan o Bond 23 que durante mucho tiempo tuvo a sus fanáticos en vilo por la bancarrota del estudio que poseía sus derechos, la Metro-Goldwyn-Mayer.
De dicha bancarrota se crearon muchos rumores y se empezó a seguir fervientemente la producción del Bond 23. Lo cual imagino tambié fue positivo porque dió confianza a la producción a seguir adelante por la pasión de sus fanáticos. La gran noticia de esta semana fue que Bond 23 ya tiene nombre y es: Skyfall. Pero para los que no lo sepan aún han salido noticias relamente interesantes como la confirmación de Daniel Craig para continuar esta saga, Sam Mendes volviéndolo a dirigir después de Road to Perdition, la confirmación de Judi Dench de nuevo como M, Javier Bardem como el villano y un papel extra para Albert Finney como jefe de M.
En honor a este proyecto les dejo con una conferencia de prensa con algunos actores, su director y los productores.
Espero la disfruten.