Mis amigos me compartieron Blunderbuss, el último disco de Jack White. Mientras yo y mi no-oído, mi oído-sordo o mi ausencia total de refinamiento musical tratábamos de entender los trabucazos de puro sabor del señor White mis amigos enardecían con cada de una de las tonadas y trataban de cuadrar cómo y cuándo sacarlas en un «jam session» de GarageBand 😉 Yo por mi lado y de la forma más conveniente posible grabé It Might Get Loud por Cinemax, un documental de Davis Guggenheim que reúne de manera “informal” a Jimmy Page, David Howell Evans (The Edge) y Jack White.
Estos tres grandes músicos fueron convocados por Guggenheim en un cobertizo abandonado para discutir sobre la guitarra eléctrica pero sin la obligación de tocar nada en absoluto, aunque sus instrumentos iban a estar presentes con todo el audio preparado por si animaban a algo más. Con esa sentencia los tres guitarristas se reunieron atraídos como ratones a una gran y sabrosa pieza de queso. Yo la grabé tratando de escuchar a White como músico para darle un poco de sentido a Blunderbuss.
Davis Guggenheim es un reconocido documentalista en Hollywood, no sólo como realizador sino como productor. Su último título conocido fue An Inconvenient Truth pero detrás de este hay una gran carrera de documentales y piezas de TV.
It Might Get Loud empieza con un plano muy sucio de White armando una «slide-guitar» con una tabla de madera, un par de puntillas oxidadas, una cuerda y una botella de Coca-Cola como caja acústica. Asombroso. Le pone un micrófono y empieza a rasgar esa cuerda de manera brillante. El corte pasa sobre el planteamiento de lo que va a ser la reunión de Page, Evans y White, una simple entrevista con unos personajes icónicos que termina volviéndose un documental al crear contexto con el recorrido musical de cada uno de ellos. Creo que no debo decir nada más, la pieza tiene valor por la reunión de los tres artistas, la forma en como abordan cada uno su instrumento -me encanta que la de White es una pieza de plástico pero le funciona perfecto para poder hacer uso de sus distorciones- y, obvio, es importante a nivel histórico por las discusiones mismas sobre la guitarra eléctrica.
Emocionados y empotrados cada uno en sus instrumentos el documento histórico se vuelve impactante, electrizante y muy entretenido.