
Dos monstruos se juntan en la pantalla, el señor Jeffrey Jacob Abrams y el señor Steven Spielberg, para hacer Super 8. Un proyecto que empezó como el secreto mejor guardado de Hollywood cuando en la premier de Iron Man 2 se presentó un corto muy extraño protagonizado por Elle Fanning pero producido por este par de gigantes. No pudieron resolver cómo fue posible que tal secreto no se hubiera colado a prensa en absoluto pero ahí estaba en la pantalla.
Detrás de ese aire misterioso obviamente estaba Abrams, la vieja escuela de Spielberg acostumbrada a mercadear el reparto, la producción, la historia y la dirección, con por lo menos tres años de anterioridad para que empiece una peli, se dejó seducir por este insólito movimiento que causó la misma impresión e incluso más que cualquiera de sus producciones. Aún falta mucho para que se acabe la temporada de verano pero desde ya la crítica y el público califica este proyecto como uno de los mejores, atropellando toda la parafernalia de explotación alrededor de los comics de El Capitán América, Linterna Verde, Thor e incluso los cortos avances de Los Vengadores (aún me queda difícil compararla con el último capítulo de Harry Potter pero seguro se dan guerra).
Es una historia de niños, protagonizada por niños y con una clasificación apta para niños. Debo confesar que tenía miedo que fuera un salpicón con historias clásicas de Spielberg. Y si, pero no. Tiene rasgos de Close Encounters of the Third Kind, Jaws, E.T., Amazing Stories o incluso (sin ser una peli dirigida por él) se siente gran influencia de The Goonies, exitoso filme que produjo al lado de Richard Donner, pero logra salvar su originalidad con el propio estilo de Abrams. A nivel de producción, se siente la industria en cada uno de sus detalles, me permito rescatar el paso del tiempo y la escogencia de reparto, como factores invisibles para el público en general, por lo bien establecidos que están. La historia se hace creíble por la suficiencia en cada uno de sus detalles y valga la oportunidad para alabar el desempeño de Elle Fanning cuyos dotes histriónicos ya habíamos realzado en Somewhere pero aquí de nuevo con un par de pinceladas logra demostrar lo bien encaminada que está su carrera.
La música es compuesta por Michael Giacchino, un eje importante en el equipo de Abrams que ya trabajó con él en Star Trek, Lost y Fringe. Larry Fong por el contrario es más socio de la cinematografía de Zack Snyder con Watchmen, Sucker Punch y 300 aunque ya había trabajado con Abrams en Lost. A nivel de montaje, me he venido dando cuenta que un director es un eje importante en la concepción de una peli y su realización pero no es una pieza cinematográfica hasta que no pase por edición. Y lo más bonito es que, aunque algunas veces el director se sienta al lado del editor a armar su peli, se encuentra más valioso entregarle todo el material a una persona para que esa persona, entendiendo la intención primaria del director, la personalidad misma de la peli, arme todo el proyecto. Una decisión difícil que sólo se le puede confiar a una persona muy cercana y que haya trabajado con ellos durante muchos proyectos. Sucede con muchos directores David Cronenberg, Quentin Tarantino o incluso el gran maestro Martin Scorsese. Maryann Brandon y Mary Jo Markey son editoras que han trabajado con Abrams en Star Trek, MI3, Alias y seguramente van a seguir haciéndolo hasta que Abrams deje de realizar cine.
Como tal, Super 8 es una megaproducción de Hollywood que vale mucho la pena ver en cine, me emocioné, me sobresalté en varias oportunidades y me sentí de nuevo viendo ese tipo de pelis que me hicieron tan fanático de Spielberg pero que en algún momento dejó de realizar.
Nota personal: Al final de la peli, casi como epílogo de la historia hay un evento de Charles Kaznyk que definitivamente paga la boleta y es súper recomendado. Si va a cine no se levante hasta que no lo haya visto.
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