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Eros

Eros es la pieza colaborativa entre Michelangelo Antonioni, Wong Kar-wai y Steven Soderbergh sobre el basto tema del erotismo. Ya somos testigos de varios ejercicios de este exquisito objetivo, New York Stories, la misma Paris, Je t’aime o Tokyo! pero han sido más geográficos que un ejercicio de género como el porpuesto por estos tres directores.

El primer segmento se llama The Dangerous Thread of Things del maestro Antonioni y aborda el erotismo desde el clasicismo italiano, una geografía paradisiaca, un hombre en conflicto, dos mujeres hermosas. Un planteamiento que evoca la ansiedad y la angustia de los humanos que tienen su pareja al lado para exigirle esto que ya no pueden ofrecerles, pero que cuando se lo ofrece ya no es lo que les apetece. Un juego donde las víctimas buscan salidas fáciles y donde los victimarios permanecen insatisfechos. Siendo sinceros fue el que menos me gustó, la aproximación del maestro me parece un poco quedada, sin ritmo, ralentizada en unas actuaciones demasiado teatrales donde la historia no es muy consistente y el final llega inesperado pero medio absurdo.

El segundo segmento es encantador. Equilibrium de Soderbergh es erótico sin serlo explícitamente, es narrativa pura, descripción y eso fue más erótico que mostrar miles de desnudos. Soderbergh es un director maduro y seguro de si mismo, sabe lo que quiere; su estilo tiene humor, juegos de cámara, excelente fotografía y una narración impecable.

La peli termina con el segmento de Wong Kar-wai, una historia refinada bajo la paleta de Christopher Doyle que más profundo y extremo no muestra un sólo desnudo, su erotismo se siente a través de las telas, las relaciones carnales son concebidas de pensamiento y su delicadeza aborda exquisitamente una historia de amor imposible, una fantasía entre una señora, su satre y las manos que se tocan.

Estos ejercicios, estas colaboraciones son bien interesantes. Es el estudio de grandes directores haciendo lo que les gusta desde la comodidad de lo que les gusta. Es cine independiente libre y descarado. Una forma sana de entender el cine de verdad, sin pretenciones, sin elucubraciones demasiado elaboradas, simplemente el gusto por contar historias.

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Hollywood, Kurt Wimmer

Equilibrium

¿Qué será lo que hace tan interesantes y/o entretenidas las pelis de Christian Bale? No importa si actúa bien o se sobreactúa o si las pelis son súper comerciales o súper independientes, uno como espectador pasa un buen rato y disfruta llanamente. Puede ser un excelente agente pero sería demasiado ingenuo para cualquier persona pensar que Celebrity Talent Promotions sea la responsable de este fenómeno que incluso lo promociona para dar discursos en torneos de golf|. A mi forma de ver Bale, es un galés con cierto prodigio que lo llevó desde la impresionante interpretación de Empire of the Sun de 1987 dirigido en ese entonces por Spielberg hasta casi volverse fetiche del gran Christopher Nolan en sus más recientes pelis.

Lastimosamente, hay lunares en su carrera y esperaba que Kurt Wimmer con su versión matrixuda de Un Mundo Feliz no fuera uno de ellos. No es complicado comparar The Matrix de 1999 con esta versión de 2002. Pero al hacerlo se queda corta. Aunque no me gusta el final del producto original de los hermanos Wachowski, The Matrix parece estar mucho más llena de contenido, historia, dinámica, cinematografía y hasta musicalización que esta copia barata. Ni Emily Watson, ni Christian Bale, ni Sean Bean, tres grandes del cine pueden salvarla.

Wimmer escritor feaciente de Hollywood se limitó a parafrasear el cuento original y nos entrega una obra bastante regular. Si no es por Bale, creo que ni me hubiera tomado la molestia.

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