Hay una cosa que me encanta de las comedias indies y es que uno nunca puede definirlas como comedias, dramas, suspenso o serie B pues sencillamente tienen de todo. Seeking a Friend for the End of the World es el caso siendo una «road-movie», peli de catástrofe, drama, comedia romántica, thriller y una peli de apocalipsis.
Lorene Scafaria es su escritora-directora. Seeking a Friend es su primera pieza pero su -también corta- carrera cinematográfica en Hollywood se desarrolló primero como actriz y escritora. Su historia tiene un encanto cercano con The Tree of Life y Melancholia a nivel de inevitabilidad. Plantea el fin del mundo y lo incapaces que somos de cambiar semejantes hechos. La peli entonces es una cuenta regresiva sobre la premisa de una catástrofe.
En general, raya en lo cursi. Bastante. Pero es honesta y cumple su promesa lo cual la hace grandiosa y desgarradora. No logró sacarme lágrimas pero si me hizo un nudo en la garganta. Keira Knightley lo hizo bien aunque se notaba que había momentos de improvisación donde sencillamente se sobreactuó y Scafaria no supo controlarla -por ejemplo, la última llamada a su familia, donde el tono se volvió agudo, no había pausas de interlocutor a interlocutor y todo parecía un gran y molesto melodrama-. Por su parte, Steve Carell mantuvo un perfil bajo, apesadumbrado, oscuro, casi deprimido y desolado. Un desempeño que aunque no es al que nos tiene acostumbrados tampoco es que sea demasiado sobresaliente. Su contraste con la euforia del fin del mundo hacía su rol gracioso, me recordó mucho a Will Ferrell en Everything Must Go.
La historia está repartida en tres actos que definen su estructura narrativa. Primer acto, el mundo se va a acabar; quedan tan sólo veintiún días. Carell tiene el peor trabajo en estos momentos siendo un agente de seguros de vida. El segundo acto, los protagonistas se juntan y aparecen sensaciones de desespero, frenesí y negación; quedan catorce días. Lo más increíble es el giro que da el guión con esta excusa perfecta para ser y decir todo lo políticamente incorrecto que se nos ocurra, de cualquier forma y en cualquier sentido. La cinta se vuelve «road movie». Finalmente, tercer acto; quedan menos de doce días. Melancolía. Aparece el último protagonista -secundario-, Martin Sheen en un papel importante para el desenlace manejado visceralmente por la realizadora.
Aunque sensiblera, es un gran logro haber mantenido el tono oscuro dentro de la comedia y la premisa del principio. La están rotando en este momento en salas.