
Una de las cosas más importantes que está experimentando el cine colombiano es el vuelco de la mirada como industria, y lo discutíamos el viernes con Alejandro Ramírez. Obvio, pero re-obvio, que hace falta mucho camino por recorrer pero de nuevo estamos teniendo impulso, de nuevo el público vuelve a creer y de nuevo estamos llenando las salas.
Un aporte importante es que la calidad de las pelis independientes ha subido mucho su nivel y que el número de pelis comerciales no se ubican estratégicamente sólo el 25 de diciembre. Por el contrario hay una buena cantidad de piezas comerciales e independientes y lo mejor es que en el horizonte viene otro camionado. Por un lado hay que apoyar el cine comercial, ese que no nos gusta tanto, ya que en su buena sombra come el independiente, el contestario, el alternativo, el que renace con la industria. Lo divertido es que el cine independiente colombiano (y lo decíamos hace poco) no es completamente mamertario, hay comedias, hay thrillers y hay costumbrismo.
Todos Tus Muertos de Carlos Moreno se presenta en cartelera esta semana y no la tiene fácil. Su lanzamiento compite con nada más y nada menos que el capítulo final de Harry Potter, la segunda semana de Transformers y a mucha gente que le gusta el cine también le gusta el fútbol y estamos en plenos cuartos de final de la Copa América. Bueno, entonces es de alabar que en este fin de semana que pasó las salas estuvieron bien llenas mostrando este largometraje: Felicitaciones.
Hace como tres o cuatro meses, no me acuerdo ya, me topé con el afiche de esta peli y me encantó. Me recordó que tenía que hacer la entrada de Sundance porque estaba concursando (con beneplácito supe de sus logros), me pareció muy divertido el corto y, finalmente, me llenó de mucha expectativa (ahora que vi la peli de pronto fue demasiada).
Lo primero que hay que aportar al espectador ingenuo que va a ver la peli sólo viendo el corto es que no es una comedia y está lejos de serlo. En medio de la desgracia, en medio de la ignominia, suceden cosas tan aberrantes y tan desquiciadas que el sarcasmo y el humor negro afloran, sí, pero no es comedia.
El “Bizcocho” interpretado por Álvaro Rodríguez es un campesino agregado en una finca de un pueblito del Valle del Cauca que trabaja cultivando maíz y un domingo cualquiera después de alistar su casa y pegarse su desayuno arranca para el campo a desyerbar los cultivos. Se encuentra con una montaña de muertos arrumados en medio del maíz y empieza el calvario porque peor que ser responsable de una masacre es ser inocente y testigo.
Me gustó. El mensaje es claro, no se pone con rodeos por el contrario es directo y adornado de un exquisito humor. No es una peli para todo el mundo y las expectativas se deben mantener bajas porque tampoco es la mejor peli del cine colombiano sin embargo el riesgo y la calidad de la fotografía es bien divertida (con razón ganó Sundance Diego F. Jiménez mejor cinematografía). Tiene un estilo setentero cercano a Lumet o Truffaut donde el diálogo es muy teatral y entonado, a veces no gusta pero tampoco es que opaque la peli en general. No es un cine al que estemos acostumbrados pero vale la pena y además seguimos apoyando la incipiente industria que se va acomodando.
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