Beasts of the Southern Wild tuvo mucho revuelo el año pasado desde que ganó mejor drama en Sundance, hasta principios de este cuando logró opcionarse a cuatro Oscar de La Academia, incluidos mejor dirección, guión adaptado, actriz principal y mejor largometraje. Es decir, concursaba por cuatro de las más prestigiosas categorías de la ceremonia -faltándole sólo mejor actor principal para estar dentro del grupo de los Big Five del que tanto hemos hablado-.
Si me lo preguntan, el promedio de los nominados este año a mejor peli en los Oscar estuvo entre mediocres y basuras comerciales (algunos incluso excedidos en chovinismo). Tan sólo el austriaco Michael Haneke y Benh Zeitlin, director de «Las Bestias» estuvieron a la altura de presentar piezas realmente dignas de una competición; el resto de las sobresalientes, brillan por la pobre curva de sus comunes colegas.
La entrada la empezamos con verdaderas malas noticias: «Las Bestias» no llegarán a nuestras salas de cine debido a la intransigencia de los dueños de los derechos de distribución la cinta. En una jugada que quería apalancar dos o tres pelis con «Las Bestias», el negocio quedó en que por lo pronto ninguna se va a mostrar en el país -lo triste es que si llegasen, el estado en el que se encuentren va a ser muy parecido al de The Master que se veía notoriamente afectado y que perjudicaba la percepción de la historia-. Por mi lado, yo la pedí a Amazon y fue una de las grandes joyas que logré en ese paquete, no sólo porque la calidad de la peli es inmejorable sino además porque la gran cantidad de material complementario es sencillamente abrumador.
Beasts of the Southern Wild es la historia de Los Doucet, Daisy y Wink, en una locación sureña de Louisiana, llamada ‘The Bathtub‘, al parecer ilegalmente adyacentes a una gran represa. Wink, interpretado por Dwight Henry, es un hombre entrado en sus 40’s con una fuerte y delicada deficiencia cardiaca. Vive solamente con su hija Daisy pues su esposa los abandonó en algún momento indeterminado. Frecuentemente, Daisy es llamada por sus pares como ‘Hushpuppy‘ -por su gritería e insosegable ímpetu-; esta niña es interpretada por Quvenzhané Wallis a la edad de cinco años. El papel originalmente estaba escrito para una niña mayor, casi de ocho años, pero los directores de reparto se toparon con esta gema preciosa, ni siquiera en bruto, por el contrario, brillante, resplandeciente, genial, única y no pudieron resistirse a adaptar su historia con Wallis. La amenaza de tormenta hace huir a todos los vecinos de Bathtub quedándose sólo un puñado a resistir las inclemencias del clima y del paisaje inundado. Su capacidad de supervivencia se ve gravemente amenazado por los animales muertos, ya en descomposición, lo que los obliga a tomar una decisión importante que los pondrá en el centro de atención de toda Louisiana. La amenaza más importante no es la inundación o los eventos desatados con su solución, la amenaza sobreviene de tener a Servicios Sociales encima, con la posibilidad de que Hushpuppy sea apartada de Wink por la condición de su grave estado de salud.
Bestias del Sur Salvaje nos recuerda esas imágenes después de Katrina, cuando grupos de personas oponían resistencia con escopetas, en los techos de sus casas inundadas, y disparaban indiscriminadamente a los helicópteros que trataban de rescatarlos. Beasts of the Southern Wild contextualiza esa situación con una de tantas historias en la que estos pobladores ven desafiada la prolongación de su existencia como animalitos en peligro y de cómo, dichos animalitos, instintivamente podrían convertirse en monstruos salvajes con tal de demostrar su poder.
La peli es rica en muchos sentidos. Zeitlin es un director de un par de cortometrajes -entre ellos Glory at Sea– pero Las Bestias es su primer largometraje en la historia. Como director, desemboca una gran admiración por la madurez de no sólo asumir la realización del proyecto con una perfección impecable sino lo profundo del tema y la concordancia en toda la historia de su propia autoría. Zeitlin además como cualquiera de los grandes maestros sabe dirigir a su reparto y saca verdadero oro de cada uno de los personajes explotados audazmente de actores naturales -volvemos al tema de las mentiras innatas, de las que nos habla Jhonny Hendrix Hinestroza, cuando un actor reconocido es escogido para un papel específico-. Quvenzhané Wallis, por ejemplo, fue capaz de dominar a sus directores de reparto, echarse toda la responsabilidad del protagonismo encima y lograr un desempeño impresionante e imponente, tanto que a veces pienso que con sus ínfimos cinco años, siendo su primera y, hasta ahora, única peli, Wallis hubiera sido merecedora legítima e indubitablemente de la estatuilla por encima de todas sus competidoras.
Les recomiendo absolutamente esta cinta y, si pueden, ver todo el detrás de cámaras de la producción: Es centelleante, da escalofríos y conmueve hasta los tuétanos.