Auteur, Epochal, Exploitation, Fantasia, Film Noir, Gore, Guillermo del Toro, Hollywood, Latin, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Romance, Sci-Fi, Serie B, Spy Film, Storytelling, Thriller, World

The Shape of Water


Unable to perceive the shape of You,
I find You all around me.
Your presence fills my eyes with Your love,
It humbles my heart,
For You are everywhere.

Tengo que reconocer que ir en contra per sé de la peli que La Academia este año reconoció como la mejor, debería ser tildado de esnobista. Es fácil decir que no es la mejor pieza, que debió haber ganado otra pero, en serio, ¿debió haber ganado otra? ¿Pudo siquiera haber podido ganar otra?

¡Hombre! A esta altura no lo sé…
He visto una y cada una de las nominadas y cada una de ellas me ha sorprendido –incluso The Post de Steven Spielberg me parece que es honroso que el legendario director pruebe otras fórmulas, y que como decía en la reseña termine haciendo algo más parecido a Eastwood que a su trabajo ordinario–.

Me sorprendió de entrada la fuerte carga de sensualidad con la que abre esta pieza. Fuerte pero delicada, es erótica pero no pornográfica. Rodeados de agua, la imagen sólo es revelada después cuando entendemos como dos cuerpos, extasiados, agitados y sonrientes pueden estar rodeados de agua. Agua, agua, agua, todo es agua y su alusión es sexo. El agua hirviendo, los huevos flotando, las gotas de agua, las burbujas de agua, la condensación del líquido en los techos y paredes, los desnudos de Sally Hawkins entrando a la tina, el relato todo evoca amor, libido, pasión, sexo y sin embargo no de manera literal, es como una Amélie dirigida por Bigas Luna. Y no es tan desquiciado nombrar la pieza de Jean-Pierre Jeunet, el ambiente de los 50’s, con esos tonos verdes y su protagonista medio «afrancesada» con su corte de pelo, su vestuario, la forma de manejar sus pañoletas o sus sombreros son casi una metáfora directa de Audrey Tautou.

Pero lejos está Guillermo del Toro de tener como objetivo interpretar previos autores. Por el contrario es fiel a su estilo fantástico. El cuento de hadas que logra desarrollar en esta cinta puede llegar a relacionarse sin problema con el preámbulo de cualquiera de sus personajes, o Abe Sapien en Hellboy o incluso «El Pálido» de El Laberinto del Fauno –curiosamente también interpretados por el que parece ser su actor fetiche Doug Jones–. Lo que hace bonito su reconocimiento en Los Oscar, y como lo describe en su discurso de aceptación de la estatuilla, es que su cine no es extraordinario, lleva haciéndolo por más de 25 años, es su estilo, es su forma de hacer las cosas, es su rutina. Y como un maestro artesano, su calidad deviene del paso de los años, su conocimiento arraigado y su voluntad de seguir haciendo las historias que a él le gustan. Redundantemente, se siente que le encanta realizar tanto Pacific Rim, Blade (2) como El Laberinto o Hellboy sin discriminación alguna.

Contrario a The Post, el virtuosismo de Sally Hawkins, Octavia Spencer, Michael Shannon, Richard Jenkins y Michael Stuhlbarg no es sólo una demostración de destreza sino que aportan con su participación detalle al barroquismo de Del Toro en su pintura. The Shape of Water es una historia localizada en la posguerra, en plena Guerra Fría, es una peli de espías ambientada a finales de los 50’s o incluso inicios de los 60’s. Tranquilamente podría ser una historia anacrónica en esta descripción pero, otro de los reconocimientos que hace La Academia es el éxito en Dirección de Arte, y así en el contexto de sus paisajes, encontramos una serie de piezas cinematográficas que definen el tiempo; The Story of Ruth de 1960 se lee en las marquesinas del teatro Orpheum; Mister Ed en el TV de 1961; menciones en las líneas de diálogo a Royal Wedding con Fred Astaire de 1951; incluso su «Hombre Anfibio» puede ser una interpretación del clásico Creature from the Black Lagoon de 1954. Si conocemos a Hollywood, sabremos que lo enloquece los homenajes a su historia y bastaría con estas citas para hacerse a una estatuilla pero el autor, de nuevo, no lo encuentra suficiente y sigue su camino de menciones con Shirley Temple y Bill «Bojangles» Robinson en The Little Colonel (1935), Hello Frisco, Hello (1943) –que además ganó Oscar a mejor canción por You’ll Never Know que alanzamos a escuchar bien bajito en la peli–, That Night in Rio (1941) con Carmen Miranda y me imagino que muchas más que se me escaparon después de revisar las referencias que recordaba.

No hablo particularmente a profundidad de la trama porque en esta cinta de romance, al igual que en una peli de M. Night Shyamalan, su guión es parte de la magia en el planteamiento, el desarrollo y el desenlace. Realmente muy satisfecho con esta peli y no podría estar más de acuerdo con sus galardones en La Academia.

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The Hobbit: The Desolation of Smaug

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Se debe reconocer que la segunda parte del Hobbit es vastamente superior a su primera parte, An Unexpected Journey y que incluso podría ser comparada con The Fellowship of the Ring para superarla. Contrario al resto de pelis que conforman estas dos franquicias, The Desolation of Smaug nos lleva a esos momentos de los 80’s en que adorábamos las historias de aventuras como Indiana Jones, The Goonies, Conan, Labyrinth o The Adventures of Baron Munchausen -incluso cabe incluir Back to the Future así su aventura sea más de ciencia ficción-.

En este capítulo, la docena* de enanos, Bilbo Baggins y Gandalf continúan su travesía hacia la «Montaña Solitaria» (no se el número exacto de enanos pero seguro son más de diez); deben atravesar el «Bosque Oscuro» pero Gandalf descubre una pintura que lo hace desviarse hacia el norte sin mayores explicaciones para sus compañeros de travesía; los advierte de no perder el rumbo y de no entrar a La Montaña sin él. Mientras unas arañas gigantes atacan al grupo y los aprisionan, Gandalf se encuentra con Radagast (aquel hechicero que guarda los pajaritos bajo su sombrero) para investigar las tumbas de Nazgûl, siendo para mi el punto más crucial de este episodio.

Por su parte, Bilbo y los enanos, son rescatados/capturados por Elfos, entre ellos Legolas, no sin antes Bilbo descubrir como el anillo empieza a corromper su carácter; reclusos en el Reino del Bosque de Thranduil, ambos reyes, Thorin y Thranduil, intentan llegar a un acuerdo para la liberación de la compañía pero el orgullo herido del rey enano no le permite negociar con el oportunista elfo y prefiere quedarse recluso que colaborar en la codicia del reino que los aprisiona; a la vez, que Bilbo libera a los enanos haciendo uso del anillo, un grupo de Orcos liderados por Azog, atacan El Reino en busca de ellos por órdenes de Dol Guldur; encontrándolos precisamente en las puertas del desembocamiento del río en las cascadas, los orcos se enfrentan a los elfos, que persiguen a los enanos, que también atacan a los orcos.

El desenlace de esta aventura termina con la compañía en una barcaza humana dirigiéndose a la ciudad de Esgaroth, al lado del lago ad portas de La Montaña; Esgaroth, pero sobre todo sus habitantes descendientes de Dale, tienen una fantástica historia relacionada con los enanos y Smaug, el dragón que vigila el botín escondido bajo la montaña y que planta los cimientos de la tercera parte del Hobbit.

Peter Jackson y Guillermo del Toro acuñan una de sus mejores pelis, esbozando todas las conexiones dentro de las dos franquicias de Tolkien. Es tan buena que por fin hay algo interesante para contar en la siguiente etapa. Qué pasó con Thranduil, Galadriel y Elrond, qué decide Thorin sobre el Arkenstone, cómo regresa Bilbo a su Pradera, cuándo recupera Gollum su anillo, cómo es el desenlace entre Smaug y Bard, cómo se juntan Saruman con Sauron; todas estas inquietudes generan una expectativa grandiosa que tan sólo puedo identificar como excitación en aquellos fanáticos que leyeron sus libros.

Aparte de que la aventura y la acción anduvieron en paralelo durante toda la cinta -cosa que derrumba, arrasa y hunde todo el primer capítulo del Hobbit-, Benedict Cumberbatch alcanza uno de sus mejores desempeños en el año (por encima de Into Darkness, The Fifth Estate), sin siquiera aparecer en pantalla; bastaron su voz, su tono y su profunda calidad histriónica para darnos escalofríos en las entrañas de Smaug y nos prepararemos para verlo renacer del fuego de Sauron cuando se reivindique como el nigromante o hechicero de magia negra causante de la verdadera devastación de toda la Tierra Media. Aunque aún nos falta por ver August: Osage County y 12 Years a Slave, es claro que Cumberbatch nos muestra poco a poco su plumaje y sus grandes capacidades, tomando por fin, después de muchos años de pequeños papeles, el mando del estrellato del cinema mundial y dando cátedra del antagonismo que no veíamos desde Gary Oldman, Kevin Spacey, F. Murray Abraham o incluso más atrás con Vincent Price.

Sería muy loco que Peter Jackson abandonara su capricho del HFR (High Frame Rate que se relaciona a los 48 cuadros por segundo con los que se proyecta la cinta en formato digital), porque este formato ni le quita ni le pone a la pieza y se convierte en, tan sólo eso, un capricho. Sin embargo, la destreza y profundo abrazo hacia el 3D hacen de The Hobbit: The Desolation of Smaug una peli exquisita para ver en cines; el 3D aporta descripción, desarrollo, contexto y es parte de los acentos de tensión en la narración de la historia; un muy buen ejemplo de cómo usar la herramienta.

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Pacific Rim

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Hollywood lanza su quinta gran apuesta este verano. Ya pasaron por nuestras carteleras Iron Man 3, Star Trek: Into Darkness, Man of Steel, Fast & Furious 6 y ahora Pacific Rim del mexicano Guillermo del Toro. Hacemos de todas formas mención de honor a World War Z porque sin ser una de las favoritas logró sorprendernos gratamente e interesarnos en la novela de Max Brooks.

Pacific Rim es una apuesta actualizada de Del Toro para traernos, con grandes efectos logrados por computador, una peli de explotación de monstruos y destrucción masiva típica de la década de los 50’s. La lista de estas cintas es absurdamente larga y puede comenzar incluso con The Lost World de 1925 o King Kong de 1933 pero de las que verdaderamente estamos hablando son 20,000 Leagues Under the Sea, las de Gill-Man (Creature From The Black Lagoon, Revenge of the Creature, The Creature Walks Among Us) las de Godzilla (Godzilla, Godzilla Raids Again, King Kong vs. Godzilla, Ghidorah, the Three-Headed Monster), Attack of the 50 Foot Woman, The Black Scorpion, The Deadly Mantis o The 7th Voyage of Sinbad. Todo este listado se puede extraer del documental American Grindhouse y del portafolio recientemente revisado del finado Ray Harryhausen.

Si por algo puede sobresalir Pacific Rim es por sus efectos especiales. Un gran despliegue de trucos para demostrar la monstruosidad de los “Kaijus“, gigantes genéticamente alterados cuya misión es destruir la humanidad, así como los “Jäger” (ó “Jaegers“) respuesta robótica de la humanidad frente a esta amenaza. Harryhausen toma valor en esta entrada precisamente gracias a la creación de los efectos especiales mágicos y de alocada vanguardia en esas pelis de los 50’s. Del Toro al igual que Harryhausen nos encanta con un estudio minucioso de las proporciones de estas batallas colosales y logra convencernos de la posibilidad de cada una de ellas. Lástima que no hubo encuentros de día para lograr evaluar con mejor ojo todos los detalles envueltos.

La cinta, ejemplar de la serie B, no ofrece mucho más que diversión, entretenimiento y estridencia. Veremos si al final en los Oscar del próximo año logra, sin embargo, reconocimientos en las categorías técnicas. Es imposible no compararla con Evangelion -serie animada japonesa- y descalificarla por los vacios conceptuales que ofrece en el manejo de los “drifters” sobre los robots. Creerse realmente el manejo de la bestia a través de una dupla es verdaderamente complicado, incluso más que entender a Charlie Day como científico, tenedor del último bastión de esperanza para la humanidad.

Nota persona. Recomiendo revisar todas las versiones de afiches promocionales de esta pieza. Como la de Mondo no-oficial que abre esta entrada.

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3D, Action, Adventure, Animation, Epic, Epochal, Exploitation, Fantasia, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, New Zealand Cinema, Peter Jackson, Road Movie, Storytelling, Thriller, Vacacion, World

The Hobbit: An Unexpected Journey

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La introducción a la nueva trilogía de Peter Jackson, The Hobbit: An Unexpected Journey, no es más que un desatino como franquicia que el director neozelandés defiende con fervor apasionado -y cuando se confunde pasión con cariño u objetividad los resultados no son los mejores-. Debo aclarar primero que nunca me he leído un libro de Tolkien y que mi reseña sobre The Hobbit es más como espectador de cine que como fanático de los cuentos de la Tierra Media.

La gran expectativa de esta cinta era el nuevo formato HFR que básicamente introduce veinticuatro cuadros más por segundo. Ya había ensayado las grandes salas digitales y pues mi sensación es que de lejos es muchísimo mejor la experiencia en el IMAX que en cualquiera de ellas pero había dos disyuntivas que debía solucionar antes. La proyección del IMAX en Colombia es directamente desde el celuloide -es decir, no podría experimentar el HFR digital en este gran teatro- además por una resolución, que aún no entiendo, la peli se está proyectando solamente en una versión doblada al español. Por mucho que me guste el formato IMAX, mi respeto hacia el idioma original es mucho mayor y decidí probar el formato digital HFR de 48fps en una pantalla de gran formato.

Por momentos, el HFR nos provoca mareos y dolor de cabeza. Es necesario que nos vayamos acostumbrando con muchas más piezas antes de impugnarlo completamente -pues directores como Bryan Singer están dispuestos a seguir experimentando con él, incluso Singer afirma que su X-Men: Days of Future Past quisiera rodarla enteramente en ese formato-. Hay algunos «travelings», sin embargo, se sienten más osados y audaces porque se elimina completamente la borrosidad natural del movimiento que sumado al 3D nos envuelve de alguna forma más en la escena. Es difícil describirlo, nuestros ojos apenas se están adaptando pero parece que aún tiene mucho potencial.

En recientes entrevistas a Jackson, había una primera intención del realizador de pasarle completamente la batuta a Guillermo del Toro. Jackson afirmaba que este acto inmediatamente iba a refrescar el proyecto y poderlo relanzar como otra gran franquicia. Aunque la mano de Del Toro se nota en la pieza, hubiéramos querido que todo su ingenio se hubiera involucrado al cien por ciento. Seguramente la claridad del mexicano no hubiera permitido extender esta historia innecesariamente. Una razón sencilla es que si The Lord of The Rings son tres libros y permitieron tres regularmente buenas piezas, ¿por qué The Hobbit que es un sólo libro requeriría una ampliación de este tipo? Esta decisión hace que de facto The Hobbit: An Unexpected Journey sea una cinta muy densa, cadenciosa y poco estimulante. Defiendo que es una historia impresionantemente atractiva para niños pero un niño no está preparado para ver tres horas seguidas una historia con ese ritmo. Gran error de fundamento.

Si The Hobbit hubiera sido una parte de la franquicia de un sólo capítulo apreciaríamos mucho más la transformación de Martin Freeman para parecerse al joven Bilbo Baggins que interpretó previamente Ian Holm; el ritmo de la narración pudiera ser descriptiva pero no contemplativa, insulsa y con la sensación de que no pasó nada al final de la cinta más que florituras que adornan el verdadero inicio de la aventura; apreciaríamos todos los engranajes encajando uno a uno en la historia como la aparición de Gandalf el Gris, Radagast o Saruman, Thranduil, Elrond o Galadriel; o incluso estaríamos emocionados por saber más aún más de los orígenes de Gandalf, Galadriel y Gollum. Pero no. Fue mucho más importante recrear al detalle la pieza literaria que a medida que avanzaba la historia cada nuevo nombre o cada nuevo giro era como un mazo ablandando nuestra paciencia. Fue más importante jactarse de los avances de los nuevos efectos especiales que abundaron por toda la pieza que el verdadero objetivo de contar una historia que terminó disolviéndose en prepotencia y petulancia -errores que ya lo habían sacrificado en King Kong, The Lovely Bones e incluso Tintin-. Es tan absurda esta decisión que nos enfrentamos en casi tres horas, a un listado de casi cincuenta y dos items de personajes y ni una sóla figura antagónica clara.

Digamos que no todo es una pesadilla. Aparte de la historia sin dirección clara que nos ofrece Jackson, es muy buena la sensación del cuento narrado al estilo de The Lord of The Rings en una ambientación que ya reconocemos propia de Tolkien. Hubo eso sí un factor increíble y que me embelesó inmediatamente y fue la música. Esos cantos celtas acompañando las jornadas épicas de los personajes, esa forma de traer a colación los personajes con ciertos acordes en esas tonadas y, en general, las sensaciones exaltadas por esta partitura hacen que no sea más grave la clasificación.

The Hobbit es una peli que hay que verse por cultura general, yo recomendaría verla en IMAX pero el idioma original es invaluable.

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Agustí Villaronga, Cine de España, Drama, Epochal, Folk, Indie, Miguel Vaca, Movie, Vacacion, World

Pa negre


Pa negre de Agustí Villaronga es una peli importante para España, no sólo porque siendo española habla de La Guerra Civil Española (si nos sentamos a reflexionar son contadas con la mano las historias que hacen referencia al tema; Belle Epoque de Fernando Trueba, Vacas de Julio Medem o recientemente Balada Triste de Trompeta de Álex de la Iglesia; ni siquiera podemos contar El laberinto del Fauno de Guillermo del Toro pues Del Toro es mexicano; por ahora puedo recordar estas tres, seguramente hay más pero en serio no muchas más, a tal punto que se ha convertido en un tema tabú por varios años y sólo ahora empieza a develarse en la inquietud artística de sus cineastas) también es importante porque es la primera cinta hablada completamente en catalán que concursa y es promovida por España para concursar por el Oscar. Le hicimos seguimiento durante ese periodo y tuvo bastantes posibilidades de llegar a los finalistas pero le faltó ese céntimo para el peso.

La peli arrasó en Los premios Gaudí con trece premios, dos nominaciones y prácticamente pasó lo mismo en Los Goya con nueve premios y cuatro nominaciones.

La historia está basada en la novela de Emili Teixidor y cuya adaptación realizó el mismo Villaronga. Un niño se topa con los cadáveres de un padre y un hijo para después enfrentar el escarnio público cuando su padre es acusado del asesinato. Tratando de ayudarle al papá a encontrar la verdad se hace consciente de la realidad de los adultos y de como las mentiras con las que se alimenta ese mundo son un contaminante letal incluso para la inocencia infantil que habita su colegio, su familia, su pueblo.

El final es fantástico y demuestra la indiferencia del pueblo español sobre los crímenes de la guerra y la posguerra proclamándose ella misma como un testimonio crítico de la realidad fílmica española que hablamos al principio de esta entrada. La tenía guardada hace rato porque la pasó Cinemax hace varios meses pero sólo hasta ahora tuve tiempo de verla. Si la vuelven a rotar aconsejo no dejarla pasar o por lo menos como hice yo, guardenla para buscar el momento adecuado para verla.

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Auteur, Cine de España, Drama, Folk, Guillem Morales, Miguel Vaca, Movie, Romance, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Los ojos de Julia

Podríamos empezar esta entrada diciendo que Guillermo del Toro se ha convertido en el nuevo Jerry Bruckheimer de España y ha logrado con su talento penetrar fuertemente en Hollywood mediante thrillers de acción, psicológicos y de suspenso. Del Toro es un mexicano de Guadalajara que estudió cinematografía y se vinculó con el maquillaje y los efectos especiales a muy temprana edad. Participó en varios proyectos que le dieron fama mundial como por ejemplo ser el fundador del Festival de Cine Mexicano de Guadalajara pero la situación socio-económica de México era bastante complicada y terminó exiliándolo a él y a su familia. Al refugiarse en el exterior, recibió un presupuesto abultado de Hollywood a través de Miramax Films y realizó Mimic en 1997. Le siguieron El espinazo del Diablo, Blade II, Hellbboy I, El laberinto del Fauno y Hellboy II, todas reconocidas súper producciones y éxitos de taquilla. Paralelo a su dirección, su trabajo no es menos importante y deslumbrante, es escritor destacado (recientemente ayuda a Peter Jackson con la franquicia de The Hobbit), maquillador, artista de efectos especiales, actor con un par de líneas en unas cuantas producciones y sobre todo productor con una envidiable lista de 25 pelis, bien, bien interesantes.

Repito, podríamos empezar esta entrada diciendo que Guillermo del Toro se ha convertido en el nuevo Jerry Bruckheimer de España pero ni siquiera Bruckheimer es tan audaz como del Toro, su ingenio no logra tantas especialidades y sus producciones son mucho más comerciales; del Toro gusta honestamente del comic, del cine independiente, del cine de autor, del cine comercial y de los proyectos eclécticos. Hablar de Guillermo del Toro, es hablar de suspenso, comic, animación, efectos especiales, comedia e incluso drama.

Belén Rueda es recurrente en los proyectos de del Toro, su portafolio tan sólo tiene 14 pelis y dos de ellas son de este productor, El orfanato y Los ojos de Julia ambas thrillers de suspenso. Esta última siendo justos no es tan buena, su director Guillem Morales raya en la cursileria y destruye el buen trabajo que viene armando con el espectador, intrigándolo y llenándolo de ansiedad. La cinematografía tan relativa a los ojos y el sentido de la vista es impecable, a cargo de Óscar Faura creo que es lo mejor de la peli. Otro acierto innegable es la actuación de Rueda y el misterio narrado con ingenio, ambos elementos mantienen en vilo la sensación de la verdad ocultad y es bonito ir encontrando detalles que el director y de nuevo su director de fotografía persisten en ocultar.

Lástimosamente no me gustó el final, no puedo decir mucho para no dañar las expectativas de los que aún no la han visto pero a pesar de ser impredecible, la cursilería no fue un buen ingrediente. Muy distinto a El orfanato donde muy a pesar del thriller el final es el ingrediente especial para definir la calidad de toda la pieza y que su riqueza emocional enmarca una de las mejores pelis de del Toro.

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