Con todo el alboroto que hay ahora con el cuento de Prometheus, la precuela de la franquicia de Aliens, me interesé por ver Alien: El Octavo Pasajero una peli de 1979!!! Y además parte de la ópera prima del gran director Ridley Scott (su primera peli fue The Duellists en 1977 y su tercera Blade Runner en 1979 – la que posiblemente también entre en el juego de las franquicias de Hollywood próximamente).
Los siete pasajeros del remolcador comercial Nostromo, Dallas, Ripley, Kane, Brett, Lambert, Parker, Ash, interpretados respectivamente por Tom Skerritt, Sigourney Weaver, John Hurt, Harry Dean Stanton, Veronica Cartwright, Yaphet Kotto e Ian Holm, se topan con una señal inteligente que no puede ser decodificada pero por reglamentación contractual deben revisar en orden de no perder su paga. Al llegar al destino sugerido, una nave no-terrestre está estrellada y emite señales de advertencia, han sido contaminados e invadidos por una especie alienígena súper agresiva. Manipulados por Ash permiten el ingreso a la nave y empieza una cacería terrorífica de cada uno de los pasajeros del remolcador.
Alien, se volvió franquicia e inspiró a los mejores directores de Hollywood (Cameron, Fincher y hasta el francés Jeunet) para continuar la saga de ciencia ficción más espeluznante de los últimos tiempos, volviéndose Ripley un ícono del género gracias a la continuidad que logró darle Sigourney Weaver a través de los cuatro episodios de la historia.
La peli le fue muy bien en reconocimientos y le permitió a Scott entrar en el juego de las grandes producciones de Hollywood sin mayores problemas. Ganó Oscar a mejores efectos especiales y otros seis premios en diferentes festivales y ceremonias de premiación por su cinematografía. El gran logro de la peli fue sintetizar el imaginario fetichista de Hans Rudolf “Ruedi” Giger (mejor conocido como H.R. Giger), un artista surrealista suizo dedicado a la pintura, la escultura y el diseño de interiores. Su trabajo es reconocido como los «biomecánicos» de Giger de contenido mayormente fetichista y le permitieron llevarse el Oscar al lograr pasar impecablemente a la pantalla su locura. A veces los efectos especiales deben ser sencillos y sorprendentes para no afectar la trama de la historia, en esta peli no son el bastión esencial pero no dejan de impactar cada vez que uno repasa la peli, por lo ingeniosamente elaborados.