Auteur, Drama, Folk, Indie, Internet, Latin, Movie, Sebastián Silva, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Magic Magic

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Empecemos diciendo que Magic Magic es una peli dirigida por Sebastián Silva, un joven chileno que eufóricamente está de moda en los festivales independientes de Estados Unidos y que con su Nana de 2009 logró reconocimiento multitudinario en Sundance, los Spirit, los más reconocidos festivales de Latinoamérica, Biarritz e incluso los Globo de Oro; en parte a estar en boga le permitió este año desarrollar dos piezas con repartos increíbles; de la primera hablaremos más tarde (Crystal Fairy); de la segunda es el motivo de esta entrada: Magic Magic.

Ya que hablamos del reparto, aparte de los también chilenos Vicente Lenz Burnier y Agustín Silva, Magic Magic está llena de retratos reconocidos en Hollywood como Juno Temple, Emily Browning, Michael Cera y la colombiana Catalina Sandino Moreno; más o menos todos de corte independiente que se unieron por tres meses para filmar este muy buen thriller psicológico.

Juno Temple interpreta a Alicia una joven californiana que visita a su amiga Sara, Emily Browning, en Santiago de Chile y es invitada a un paseo a la campiña con sus nuevos amigos; a ellas las acompaña el novio de Sara, Agustín (Agustín Silva), Bárbara (Catalina Sandino) y Brink interpretado por Michael Cera.

Por circunstancias inmanejables en la universidad Sara debe regresarse de inmediato y Alicia queda envuelta en un paseo al que siente no fue invitada y se siente muy incómoda; no quiere importunar pero sus pocos requerimientos la hacen ver como una niña consentida armando una fuerte controversia con Brink; su estado de ánimo se transforma a anormal gracias a la insomnia que estos problemas le ocasionan y todos los eventos sucedidos en la cabaña terminan por ser más que desafortunados.

La cinta maneja una tensión rica en momentos y de una agradable narración. Sebastián Silva demuestra que es un gran director de actores al explorar la versatilidad de Michael Cera que lejos está de ser el niño bueno y tímido que se nos acostumbra ver en Hollywood; además el trabajo de Juno Temple es genial y es reconocida en Sitges por su desempeño.

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Action, Adventure, Auteur, Brit, Documentary, Epic, Folk, Indie, James Marsh, Miguel Vaca, Movie, Romance, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Man on Wire

Man on Wire es un documental fantástico del director británico James Marsh (Project Nim), basado en la novela To Reach the Clouds del funámbulo(*) Philippe Petit.
* Confieso que gracias al documental me enteré que el hombre suspendido en una cuerda floja se le llamaba así.

Marsh empieza su documental como la crónica de un robo (sin joder en algún momento piensa uno que está viendo la introducción de The Dark Knight o algún aparte setentero de Carlos) pero de un momento a otro vemos a un francés hablando sobre los sueños, de cómo uno los busca, de cómo uno se hace consciente de ellos y de lo importante que es saber que hay algo sólido cuando uno persigue un sueño y retomamos el hilo del documental. Petit definió su vida cuando estaba en un consultorio de un odontólogo. En un dolor de muelas, se topa con la proyección de lo que iban a ser las Torres Gemelas del World Trade Center, unos edificios gigantescos en medio de Nueva York que iban a ser construidos a principios de los 70’s; traza una línea entre la Torre Norte y la Torre Sur para decir que en ese día, sabía qué quería ser cuando grande. Se robó esa página, de esa revista cualquiera con su sueño en proyección y se empezó a preparar en sus acrobacias. Desde luego esa epifanía no fue tal sin algo de preparación, a los dieciséis años fue expulsado de cinco escuelas y ya sabía hacer todo tipo de maromas sobre la cuerda floja pero se desinteresó del tema por encontrar el trabajo algo torpe y casi feo. Antes de ir a dicho odontólogo, comenzó a practicar equitación, esgrima, carpintería y escalada de rocas; fue entonces que la revelación se dió.

Empezó con la catedral de Notre-Dame de París, atravesando sus dos torres. Cruzó un cable de noche con un amigo de la infancia, en el día empezó su travesía y en la tarde fue arrestado. Después en 1973, viajó a Sídney y con otros amigos tensó el cable en el Harbour Bridge, donde después de finalizar sus maromas también fue arrestado. Su viaje de regreso a París -suponemos que deportado- tuvo un momento mítico en su carrera, al saber que esas torres con las que había soñado toda su vida, por fin estaban finalizadas y fue entonces que el proyecto de atravesarlas comenzó.

De ahí en adelante, nuestra primera impresión se hace realidad, Man on Wire sí es una «Heist-Movie», es la peli sobre un robo, literalmente los secuaces de Philippe Petit confabulan para quitarle la esencia a ese par de torres y volverlas su sueño, un ideal de una comunidad de locos que se reunieron para conspirar y soñar. Los confabuladores, los cómplices, los planes, las maquetas, los estudios, los análisis de esos estudios, las vestimentas, la tensión de los imprevistos, todo, todo en este documental actúa como si fuera un episodio más de los Ocean’s de Steven Soderbergh. Es maravilloso. Hasta el maldito logo de la World Trade Association, un refugio en la campiña francesa para ensayar y preparar a Philippe, es genial. Todo gracias al impulso, la sinergía, el complemento y la inercia de la exitación de seguir un sueño y abrazarlo con amor.

Este documental es una inspiración. Petit es una inspiración de cómo una persona puede perseguir sus sueños, sean los más descabellados o los más improbables, y compartirlos honestamente con las personas que lo rodean para motivarlos y en conjunto poderlos realizar. Es la definición de líder más precisa que he encontrado.

¿Quieren ponerse siniestros? Los eventos del 11 de Septiembre hacen que los planes para Man on Wire sean imposibles de hacer hoy en día, no sólo por la obvia ausencia de los monumentos que sostendrían el cable sino precisamente porque esos eventos no permitirían la aguda vigilancia que hizo Philippe sobre la vida de Las Torres ya que podría ser juzgado como un acto de terrorismo o por lo menos la planeación de uno de ellos. Sin embargo, y ahora me remito a la referencia de Das Leben der Anderen (donde K, en sus reportes como el agente HGW XX/7, desarrolla un amor fraternal con su objeto de vigilancia el escritor Georg Dreyman), Petit y sus cómplices son como ningún otro ser humano amantes y testigos de la existencia de estas torres desde su nacimiento hasta su fin. Sus lágrimas conmovedoras recorren todas y cada una de sus caras cautivados por lo divino de su travesura, y lo ingenuos que fueron frente a la grandiosidad de su acto. Su llanto es sobrecogedor y cada uno entiende el amor de esa empresa en los 70’s contrastado -y sin decirlo muy inteligentemente Marsh– con su vacío en Tribeca.

La escena final del encuentro con Annie, su compañera, es como un permiso de Kubrick con A Clockwork Orange, la travesura finalizada, la apariencia de Petit demasiado cercana a los rasgos de Malcom McDowell y una entrega sincera de euforia y amor en sexo puro y carnal. El pináculo de la juventud enmarcando la conquista de un triunfo prematuro. La pieza le otorgó a Marsh un Oscar, un Spirit como mejor documental, BAFTA como filme británico sobresaliente y obviamente Sundance tanto como mejor documental del mundo así como gran premio del jurado.

Para mi la pieza es grandiosa en el manejo de tensiones y figuras cinematográficas que no son muy comunes de ver en un documental. Por un lado la música original Michael Nyman es absolutamente fantástica, fresca y juguetona, rasgo característicos de la personalidad de Petit. La combinación de imágenes de archivo, con imágenes de la reconstrucción de los hechos y la postura de fotografías increíbles a manera de sonoviso hacen genial la narración, generan impacto, conmueve -hay incluso un pedazo en la historia donde él habla de estar colgado y decide mirar para abajo justo después de eso hay un cambio a un picado al vacío de Las Torres y es vértigo puro-.

Nota personal. Dos puntos a manera de conclusión y ya alejándome un poco del tema de la pieza, hay dos preguntas que quedan en el aire al final del proyecto. La primera es el asombro de Petit de que el norteamericano le pregunte sin cesar el porqué de sus acciones; cuando se describe un acto divino -dice- es normal tratar de buscarle explicaciones terrenales pero Petitno tenía razones para haber hecho lo que hizo, simplemente estaba siguiendo un sueño y el no tener razones hace más bonita la lógica de su acto -replica-. La segunda es que Petit fue llevado después del incidente donde un psiquiatra y pidió agua, este le preguntó el porqué y Petit enardecido le explica todo lo que ha pasado y que le parecía muy loco que no se la dieran, ¿acaso están locos ustedes?, -el doctor anota- este hombre está perfectamente normal; a lo que yo me pregunto ¿si atacar al inquisidor de la locura como desequilibrado es la suficiente respuesta de la cordura?

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The Wrestler

The Wrestler

The Wrestler es una peli de Darren Aronofsky, un director que por más sencilla que sea la peli no nos deja tranquilos después que encienden las luces del recinto. Me sucedió con Pi, me sucedió con Requiem for a Dream, me sucedió con The Fountain. Esta es una ocación de aquellas en las que la peli no es sencilla y uno sale completamente acabado, es un drama llevado al cien por ciento de su trama, con unos personajes cargados de mucha fuerza muy bien desarrollados y de un realismo brutal.

Las pelis de Aronofsky, generalmente, no son bonitas en fotografía, son pelis crudas y como tales la fotografía menos elaborada hace que todo sea más desgarrador, y en ese orden, todo es sencillamente consistente, el maquillaje, la iluminación, las cámaras, los planos, la utilería, la trama, todo es brutalmente sencillo y conmovedor, un ejemplo es ver a esta nudista interpretada por la bellísima Marisa Tomei y sentirla de día con un maquillaje realmente plano donde se le alcanzan a notar algunas arrugas, donde no hay nada más que su expresión y su historia de madre soltera.

Pero la peli no es sencilla. La peli es una obra muy bien elaborada que es complementada por dos sendas actuaciones que valieron dos nominaciones de La Academia, una larga lista de nominaciones en festivales independientes y un Globo de Oro; Marisa Tomei interpretando una madre soltera, en el ocaso de una carrera de bailarina exótica y por el otro lado el legendario Mickey Rourke haciendo el papel de un luchador de lucha libre que también en su ocaso descubre que se debe retirar y tratar de enmendar algunos errores con la gente que ama.

Finalmente, Mickey Rourke en el papel de su vida, logró varios premios en festivales independientes y su pirmer Globo de Oro, Aronofsky fue nominado en el mismo ámbito y se llevó mejor dirección en los Independent Spirit Awards. Marisa Tomei también ganó en independientes e incluso Bruce Springsteen quien también ganó un Globo de Oro por la canción “The Wrestler“; valga la pena acotar que así como en todas las pelis de Aronofsky hay una dedicación muy exhaustiva en la música, esta peli no es la excepción y aunque por la misma naturaleza del filme muchas veces abundan silencios vicerales, incómodos, brutales, de vez en cuando aparecen Guns N’ Roses, Quiet Riot, Scorpions, Ratt, Cinderella, Slaughter y Firehouse dándole un picante divertido al resto de la trama.

Aronofsky no defrauda, es una peli enriquecedora en muchos aspectos. Hay que verla con la mayor vulnerabilidad posible y disfrutarla al máximo.

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