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Captain America: The Winter Soldier

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La semana pasada publicamos la entrada de bienvenida a los estrenos de verano del 2014. En principio, iba a ser incluida la entrada de Captain America: The Winter Soldier pero en vista de lo particularmente atractiva que fue la pieza, es bueno decir que se merece una entrada aparte para hablar sobre ella.

Steve Rogers (Chris Evans), después de Nueva York, intenta adaptarse al mundo que le es extraño; busca a Peggy (Hayley Atwell) y trata de serle fiel a su nuevo comando en S.H.I.E.L.D. pero las cosas no son tan fáciles como aparentan. Por un lado, las directrices de S.H.I.E.L.D. van en contra de los principios de Rogers y en su pérdida de fe, la organización entera es atacada por un poderoso enemigo del pasado.

Marvel y Buena Vista han ido acertando golpes de suerte en su batalla en Hollywood por las taquillas y el dominio de las producciones basadas en comics. Básicamente, alentaron a Sony prematuramente a relanzar su franquicia del Hombre-Araña con The Amazing Spider-Man; un relanzamiento que parecía sólo hacer cambios en el fabuloso nombre del arácnido. Lo mismo pasó con Fox, que al igual que en Sony, está uniendo sus fuerzas creativas para armar universos cinemáticos independientes dentro de su reino.

Pero decimos que Marvel y Buena Vista han acertado golpes de suerte porque a medida que avanzan Las Fases del Universo Cinemático de Marvel diseñado por Kevin Feige pareciera que todo es infinitamente más frágil.

La gran ventaja de Marvel con respecto a DC es que desde su concepción fueron unificados en un mismo espacio y tiempo, Nueva York. DC y la mayoría de casas de comics, plantean sus héroes en la ficción y crean sus entornos como imaginarios; cuando por fin DC, en la crisis de los comics en los 80’s, decidió crear un sólo universo se vio en aprietos para explicar y hacerle entender a sus lectores fanáticos que Gotham, estaba al mismo nivel que Metropolis pero ahora eso parece irse tornando en una ventaja.

Elaboremos.

Marvel empezó sus intenciones de volverse un estudio productor de pelis sus propios comics allá en 2003 cuando estrenaron Hulk de Ang Lee y DareDevil de Mark Steven Johnson que fueron catalogados como grandes desastres de la industria del cine de comics.

El joven Kevin Feige decidió emprender una estrategia más agresiva y no sólo hacer un filme exitoso que generara una franquicia sino más bien porqué mejor no pensar en unir todo el universo en un gran megaproyecto comercial; lo que requirió del apoyo de un socio como Buena Vista para lograrlo.

En 2008, de la mano de Jon Favreau y Robert Downey Jr., el universo de Feige inició su Fase UNO con Iron Man; caló muy bien con la crítica, con los fanáticos y el renacer de Downey Jr. puso a Tony Stark como un líder natural dentro de Marvel; el as bajo la manga de Feige fueron los créditos finales que introdujeron a Samuel L. Jackson como Nick Fury presentándole a Stark La Iniciativa Avenger. Ese mismo año después de recuperar los derechos de Hulk, Marvel encamina a Louis Leterrier y Edward Norton (protagonista y guionista) en la realización del segundo filme de Marvel Studios con The Incredible Hulk; la fanaticada ruge fascinación por la interpretación de Norton como Bruce Banner; y Feige anota su segundo cuadrangular cuando al final de la cinta aparece Tony Stark hablando de La Iniciativa junto al General Ross.

–A pesar de lo desastroso que fue Iron Man 2– parece que de ahí en adelante todo fuera una gran historia–. Iron Man 2 juega con apariciones sugeridas del Capitán América; los agentes de S.H.I.E.L.D., Coulson (Clark Gregg), Fury y Romanoff (Scarlett Johansson), toman protagonismo; y, de nuevo al cierre de la cinta, Coulson devela el Martillo de Thor. Subsecuentemente, vino Thor de Kenneth Branagh y toda la trama para introducir su mundo, su universo y a Loki (Tom Hiddleston) –hasta ahora el mejor antagónico de su universo cinemático–; los mundos siguen compartiendo personajes y no sólo aparece Coulson como eje de la trama, también lo hace el agente Clint Barton o Hawkeye (Jeremy Renner); al final de la cinta, Fury le presenta a Selvig (Stellan Skarsgård) el Tesseract –en una escena filmada por Joss Whedon–. ¿Pero qué era el Tesseract? Unos meses más tarde Captain America: The First Avenger de Joe Johnston hace un arco de origen con Steve Rogers, introduciendo a Chris Evans como el capitán, enfrentando a Red Skull (Hugo Weaving) en 1945 y la formación maligna H.Y.D.R.A.; Red Skull basaba su poderío en el ocultismo junto a su científico jefe Arnim Zola (Toby Jones) y fue justo cuando encontró el Tesseract, una forma primitiva de la mitología escandinava, que se hizo realmente poderoso y temible.

Todo estaba en su sitio y Joss Whedon preparó el cierre de la Fase UNO con la reunión de The Avengers. Todo da frutos y en una sola cinta aparecen Tony Stark, Thor, Steve Rogers, Nick Fury, la agente Romanoff, Hawkeye, Coulson, por supuesto Bruce Banner y como base antagónica Loki y los Chitauri que termina siendo la peli más taquillera del año. El punto importante para resaltar es que Gwyneth Paltrow y su personaje Pepper Potts aparecen por la insistencia de Robert Downey Jr. pero Whedon no estaba convencido y da la siguiente razón: “uno necesita separar los personajes de sus sistemas de soporte en aras de crear el aislamiento que se necesita para funcionen en el equipo”. Suena como un gran entrenador y finalmente ese fue el puesto que obtuvo, dirigir globalmente todo el universo de Marvel en Buena Vista (MCU).

Se gestiona la Fase DOS del MCU y llegan Iron Man 3, Thor: The Dark World, los Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D. y The Winter Soldier; se anuncian Black Panther, Doctor Strange, Ant-Man y Avengers 2: Age of Ultron; finalmente, se revelan las intenciones de la Fase TRES con Thanos como villano y Guardians of the Galaxy pero ¿por qué se siente que todo empieza a tambalear?

La primera razón es una sensación sencilla y natural con lo que Marvel ha intentado a toda costa hacernos creer y es que todas sus piezas están unidas en un sólo universo; precisamente, eso que los ha hecho fuertes se ha vuelto su mayor vulnerabilidad. No es posible entender las cintas de Marvel independientemente y separar, las cintas autónomas de las cintas de ensamblaje. Es ridículo. No funciona. En parte, por eso la extensión de esta entrada.

Empecemos por Iron Man 3, independiente de la buena calidad de su realización con Shane Black o el desencanto de la fanaticada de cómo usaron al Mandarin (Ben Kingsley) y a Aldrich Killian (Guy Pearce) el resultado fue desastroso; por un lado, surgieron preguntas como porqué si Stark se podía quitar el reactor no se lo había quitado antes o ahora que «ya no existe» Iron Man, cuál es la función de Stark dentro de S.H.I.E.L.D. o quién liderará los Avengers; por otro lado y sumado a esto, vienen otras inquietudes que no pueden ser sólo solventadas con simples nombramientos o cameos de personajes importantes, por ejemplo ¿The Avengers es un grupo tan frágil que para ese entonces ya se desintegró? Si Stark es atacado de la forma en que sucedió ¿dónde estaba Romanoff, Hawkeye, Fury o Steve Rogers? Compañeros de batalla, sellados en la amistad hecha más allá de una casualidad o ¿es que todo lo dicho no son más que una iteración de frases vacías? ¿Dónde estaba Bruce Banner? ¿Por qué sólo aparece al final de la cinta como un sicoanalista? ¿Acaso no es esta la mayor idiotez jamás escrita?.

No. La mayor idiotez aún estaba por venir y en otro formato: Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D. Una serie de TV que ubica anacrónicamente un resguardo de agentes dentro de S.H.I.E.L.D. liderados por Phil Coulson; un equipo de desvalidos que tiene grandes potencias pero cero poderes sobrenaturales –por ahora–; a medida que avanza la serie sabemos que está ubicada después de Nueva York, después de The Dark World de Thor y antes de The Winter Soldier; la pregunta más obvia es la que sostiene la serie y es ¿cómo hicieron para revivir a Coulson? Pregunta que se responde al final de la temporada pero que deja un interrogante existencial clavado profundo dentro de las entrañas de Joss Whedon y que amenaza de muerte a Kevin Feige; con esa respuesta de cómo revivir a las personas ¿acaso alguien en este universo puede morir? Si no, apaque y vámonos.

Luego de Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D. –con el nombre más largo y rídiculo que haya escuchado para una serie televisiva; Cuando quiero llorar no lloro o Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha, telenovelas colombianas, ya no parecen tan extravagantes–, llega Thor: The Dark World. Una cinta autónoma que retoma el arco romántico entre Jane Foster (Natalie Portman) y el dios del trueno; aunque Alan Taylor está al frente de una gran decisión al sacar la historia de la Tierra, no resuelve el tema de porqué Foster no apareció en Nueva York y se mete en un problema aún más grande que se esparce virulentamente a todo el universo de Marvel ¿existe realmente un enemigo aparte de Loki capaz de poner en jaque a algún integrante de la Iniciativa Avenger? Sabemos que la muerte no lo es; tampoco otro «dios asgardiano»; y menos una invasión de alienígenas con poderosas armas y tecnología mucho más avanzada.

Esta última duda evidenciada en Thor 2, recurrente en toda la trilogía de Iron Man y el ensamblaje de The Avengers, se torna un absurdo y nos envuelve con un poco de frustración sumado a algo de desinterés, indiferencia y menosprecio.

Los hermanos Russo, casi olvidados en nuestros archivos con pelis como You, Me and Dupree o Welcome to Collinwood, hicieron una gran labor con The Winter Soldier. Siguen fallando en el tema del universo continuo pero imaginamos es el puñal de Whedon hablando con su «aislamiento para que funcione el equipo»; ¿no es increíble que en el peor ataque de H.Y.D.R.A., en una crisis tan grande como la de Nueva York, no aparezca Iron Man, War Machine, Hawkeye o Bruce Banner?

Sin embargo, y como ninguna otra cinta de Marvel, los Russo triunfan grandemente en varios aspectos.

El primer punto, es que con The Winter Soldier hay un vuelco hacia la sorpresa, hacia la perplejidad de las revelaciones del giro dramático y, así sean dos o tres los giros, no es una serie de sorpresas que nos mandan de extremo a extremo sino más bien consecuencia del giro anterior, por eso al final quedamos sin aliento y tensos en el desenlace.

Lo segundo es que por segunda vez, un villano es tratado con dignidad en la historia; ni siquiera en relación con la fidelidad a los comics, porque no hemos leído mucho acerca de los arcos del Soldado de Invierno, sino dignidad en el sentido que es una fuerza contraria e igualmente poderosa que amenaza el estatu quo del héroe y de sus compañeros. Lo que nos lleva al siguiente punto.

Por primera vez, en el universo cinemático de Marvel, los personajes se relacionan con igual importancia en todo el universo; los agentes Fury, Hill (Cobie Smulders), Romanoff, Rogers se congregan de otras sagas y sienten amenazadas sus existencias. H.Y.D.R.A. renace como un gran grupo del mal tan pero tan importante que incluso es necesario un nuevo ensamble con los Avengers pero si es así repetimos ¿por qué no aparecieron?

El cuarto punto, no sabemos si trabajaron posterior a las críticas de Man of Steel, pero The Winter Soldier aprendió a congeniar con los puntos que no gustaron en su opositora; partiendo del hecho que Man of Steel es una gran cinta, las críticas opacaron un poco su éxito injustamente; El Capitán toma ventaja de ahí y se hace fuerte con un héroe que no asesina a sangre fría a pesar de cualquier circunstancia; no acaba completamente con una ciudad y a los pocos días aparece con una sonrisa dibujada en la cara; es responsable de sus actos porque es la imagen pura de Estados Unidos; y, finalmente, siendo una secuela enlaza muy bien puntos de la anterior salida, y justifica el hecho de una segunda o tercera parte.

A pesar de ciertos clichés, que realmente molestan en pequeños detalles de la historia, Los hermanos Russo, Marvel y Buena Vista lo hicieron realmente bien con The Winter Soldier pero desluce un poco lo ya hecho antes en la Fase UNO; no sabemos cómo vaya a atacar DC pero el hecho que la segunda parte de Superman involucre apariciones de Batman, Wonder Woman, Aquaman y otros de sus súperheroes podría ser un indicio de cómo aproximarían su propio ensamble y faltaría ver si en «las autónomas», como The Bat Man presupuestada para después del 2016, se cometen los mismos errores o se dan la libertad de hacer un relato anterior –en la línea de tiempo– de Superman para revisar estos temas con calma.

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Oscar, 86th Academy Awards

por Diego Taborda

por Diego Taborda

En la noche del domingo se entregaron los premios Oscar de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood en su versión 86; el evento tuvo como anfitriona a Ellen DeGeneres en una de las presentaciones más divertidas de los últimos años; Ellen no tuvo que congraciarse con nadie, ni abusar de nadie, ni subir el tono en sus comentarios para que disfrutáramos de la velada; por el contrario, sus bromas fueron sencillas, tuvieron juegos de palabras, mucha interacción con el público y estuvo al tanto de los medios hasta para lograr incluso un «selfie» con todos los artistas de la primera fila. Un humor inteligente y sin duda subvalorado hoy en día.

Hubo dos grandes ganadoras en la noche; Gravity de Alfonso Cuarón que con diez nominaciones logró siete estatuillas, arrasando en los Oscar técnicos y además logrando mejor director; la otra ganadora fue 12 Years A Slave que no ganó muchos Oscar pero se quedó con el más importante, el de mejor producción del año; al final, fue una forma bastante cordial de La Academia de dar su versión del empate entre estas dos producciones.

La perdedora total fue American Hustle que de nada le valió el favoritismo alcanzado con sus diez nominaciones, finalmente no alzó ni una sola estatuilla en la blanqueada más fuerte que yo recuerde; la moraleja para David O. Russell es que si quiere imitar a Martin Scorsese esto significa aguantarse un par de lustros sin conseguir reconocimiento en absoluto por parte de La Academia; y extendiendo la analogía, Amy Adams podría equipararse a los fetiches de Scorsese, que dependiendo como asuma su derrota podrá verla como un paso más en su carrera donde inevitablemente llegará su Oscar (Robert De Niro) u otra maldición dentro de Hollywood donde le será negado su reconocimiento año tras año, nominación tras nominación (Leonardo DiCaprio).

Estos fueron los ganadores de la noche.

Best Motion Picture of the Year al lado de Amy Adams, hay muchos que comparten esa maldición en sus reconocimientos como ya lo dijimos con DiCaprio o Johnny Depp; hay otros que logran salirse mediante su participación como productores como fue el caso de George Clooney y esta año, Brad Pitt. 12 Years Slave en una larga carrera logró imponerse en una dura definición con Gravity que venía arrasando todo en la noche y American Hustle que nominada en todo salió finalmente blanqueada tomando como última esperanza esta categoría. 12 Years Slave no creo que haya superado la calidad, la narración, el carisma, el desarrollo y la producción de Nebraska pero La Academia, alineándose con los Spirit la dió como triunfadora.

Best Performance by an Actor in a Leading Role sin mucha sorpresa Matthew McConaughey fue el ganador de esta categoría con un avasallador desempeño en Dallas Buyers Club y condenó a esperar otra oportunidad a Leonardo DiCaprio con su impresionante actuación en The Wolf of Wall Street; nadie más le hubiera podido quitar la estatuilla, en un reconocimiento que a todas luces parece justo.

Best Performance by an Actress in a Leading Role también indiscutible, la ganadora fue Cate Blanchett por su desempeño en Blue Jasmine. No le alcanzó a Amy Adams que sigue sumando nominaciones desesperadamente.

Best Performance by an Actor in a Supporting Role, al igual que Matthew McConaughey, con Jared Leto no había sorpresas; gran dupla que hizo que se destacara Dallas Buyers Club dentro de las producciones del año pasado; sin embargo, después de ver 12 Years A Slave no había ni una sola actuación, entre hombres y mujeres, principales o secundarios, capaz de superar a Michael Fassbender en una impresionante actuación digna de un genio.

Best Performance by an Actress in a Supporting Role la pelea si estuvo dura y esta fue una de las categorías que pudo haber vaticinado la blanqueada para American Hustle cuando Jennifer Lawrence cede ante el favoritismo de Lupita Nyong’o en su actuación de 12 Years a Slave.

Best Achievement in Directing cuando una producción empieza a arrastrar premios y premios, una de las figuras claves es el director; Alfonso Cuarón con el paso de la noche fue el claro vencedor y de alguna forma le fue arrebatado su Oscar final que hubiera sido una gran estocada; La Academia como decíamos estaba dividida y esa fue su forma de dar su opinión. Esto no pasó el año pasado cuando la mejor producción ni siquiera tenía dentro de los nominados a Ben Affleck director de Argo, mejor peli del año.

Best Writing, Screenplay Written Directly for the Screen no estábamos muy convencidos con que el reconocimiento del Gremio de Escritores el alcanzara a Spike Jonze con Her para llevarse el Oscar, pero al final fue una bonita sorpresa en la noche.

Best Writing, Screenplay Based on Material Previously Produced or Published las opciones más poderosas estaban con John Ridley por su trabajo en las memorias de Salomon Northup y 12 Years a Slave. La Academia de nuevo coincidió con los Spirit y lo dió como ganador.

Best Animated Feature Film of the Year la ganadora fue Frozen.

Best Foreign Language Film of the Year la ganadora fue La grande bellezza repitiendo Su Globo de Oro y Su BAFTA.

  • The Broken Circle Breakdown de Felix Van Groeningen (Bélgica)
  • Jagten de Thomas Vinterberg (Dinamarca)
  • L’image manquante de Rithy Panh (Camboya)
  • Omar de Hany Abu-Assad (Palestina)

Best Achievement in Cinematography de nada valió que la ASC hubiera declarado que Roger Deakins y su cinematografía en Prisoners fuera la mejor del año; el ganador fue Emmanuel Lubezki por Gravity.

Best Achievement in Editing no nos equivocamos y la ganadora fue Gravity gracias al trabajo de montaje de Alfonso Cuarón y Mark Sanger.

Best Achievement in Production Design hubo un despliegue de virtuosismo en The Great Gatsby y al final se ratificó su favoritismo dando como ganadoras de la categoría a Catherine Martin y Beverley Dunn por su trabajo en la cinta.

Best Achievement in Costume Design una de las primeras puñaladas que recibió American Hustle fue cuando Catherine Martin recibió su primer Oscar por su trabajo en The Great Gatsby; un premio que tenía sello propio para la producción de David O. Russell.

Best Achievement in Makeup la estatuilla fue para Dallas Buyers Club en un trabajo sencillo y sobrio que se resalto con el compromiso de Matthew McConaughey y Jared Leto.

Best Achievement in Music Written for Motion Pictures, Original Score por su partitura original en Gravity, el ganador fue Stephen Price.

Best Achievement in Music Written for Motion Pictures, Original Song aunque Pharrell Williams prendió la noche cuando cantó ‘Happy‘ y evidentemente todo el mundo congenió con la canción, la ganadora finalmente fue la aburridísima ‘Let It Go‘ compuesta por Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez para Frozen; lo bueno es que no ganó la acartonada y también favorita ‘Ordinary Love‘ de U2.

  • Bruce Broughton por (‘Alone Yet Not Alone‘) por Alone Yet Not Alone
  • Pharrell Williams por (‘Happy‘) por Despicable Me 2
  • Karen O por (‘The Moon Song‘) por Her
  • U2 por (‘Ordinary Love‘) por Mandela: Long Walk to Freedom

Best Achievement in Sound Mixing la ganadora fue Gravity y definió otra blanqueada de la noche: Inside Llewyn Davis.

Best Achievement in Sound Editing la ganadora fue también Gravity.

Best Achievement in Visual Effects sin duda Gravity era la favorita indiscutible y como decíamos fue esta la que dió el puntillazo final y la declaró gran ganadora de los “Oscar técnicos“.

Best Documentary, Features nos parece muy complicado opinar en esta categoría cuando la única que no vimos fue precisamente la ganadora 20 Feet From Stardom; pero se nos hace muy difícil de creer que esta -igualmente ganadora en los Spirit sea igual o superior a The Act of Killing o Dirty Wars.

Best Documentary, Short Subjects el ganador fue The Lady in Number 6: Music Saved My Life

  • CaveDigger
  • Facing Fear
  • Karama Has No Walls
  • Prison Terminal: The Last Days of Private Jack Hall

Best Short Film, Animated por encima del favorito de Disney, el ganador fue Mr. Hublot.

  • Feral
  • Get a Horse!
  • Possessions
  • Room on the Broom

Best Short Film, Live Action el ganador fue Helium.

  • Aquel No Era Yo
  • Avant Que De Tout Perdre
  • Pitaako Mun Kaikki Hoitaa?
  • The Voorman Problem
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BAFTA’s 2014

por Diego Taborda

por Diego Taborda

El fin de semana pasado los premios British Academy of Film and Television Arts, mejor conocidos como BAFTA Awards, fueron entregados en honor a las producciones cinematográficas del año pasado. Al igual que los Spirit y los Oscar, estos premios británicos también estuvieron un pin tardíos.

Siempre ha sido satisfactorio porque no hay verdaderas desilusiones y por el contrario hay mucha congruencia con sus decisiones. He aquí los ganadores:

Best Film la ganadora satisfaciendo a unos y sorprendiendo a otros fue 12 Years A Slave producida por Anthony Katagas, Brad Pitt, Dede Gardner, Jeremy Kleiner y Steve McQueen.

Outstanding British Film, este año Gravity logra el empate en esta categoría producida por Alfonso Cuarón, David Heyman y Jonás Cuarón y los BAFTA’s hicieron lo mismo que el Gremio de Productores de Hollywood al dividir el premio de mejor producción del año.

Outstanding Debut by a British Writer, Director or Producer el escritor y director Kieran Evans de Kelly + Victor fue el ganador.

  • Colin Carberry y Glenn Patterson (escritores) por Good Vibrations
  • Kelly Marcel (escritora) por Saving Mr. Banks
  • Paul Wright (director/escritor/productor) y Polly Stokes (productora) por For Those in Peril
  • Scott Graham (director/escritor) por Shell

Best Director gran premio para Alfonso Cuarón quien arrasa con su trabajo en Gravity y se pone al frente del favoritismo de los Oscar.

Best Original Documentary Joshua Oppenheimer se gana el BAFTA por su excelentísimo trabajo en The Act Of Killing, un documental que nos deja perplejos y sin aliento.

  • The Armstrong Lie de Alex Gibney
  • Blackfish de Gabriela Cowperthwaite
  • Tim’s Vermeer de Teller, Penn Jillette y Farley Ziegler
  • We Steal Secrets: The Story Of Wikileaks de Alex Gibney

Best Original Screenplay este puede ser el premio de consolación que obtendría David O. Russell al lado de Eric Warren Singer por su trabajo en American Hustle porque al parecer en el resto de categorías va a ser blanqueado.

Best Adapted Screenplay felicitaciones a Steve Coogan y Jeff Pope por su deslucida Philomena, es la única ceremonia donde podrían ganar algo.

Best Film Not in English Language la ganadora y favorita fue La grande bellezza de Paolo Sorrentino. Es interesante que el documental The Act Of Killing participe en esta categoría.

  • The Act Of Killing dirigido y producido por Joshua Oppenheimer y Signe Byrge Sørensen
  • La vie d’Adèle dirigido y producido por Abdellatif Kechiche, Brahim Chioua y Vincent Maraval
  • Metro Manila dirigido y producido por Sean Ellis y Mathilde Charpentier
  • Wadjda dirigido y producido por Haifaa Al-Mansour, Gerhard Meixner y Roman Paul

Best Animated Film la ganadora fue Frozen, dicen que el corto antes de la peli paga la boleta pero ¿lo suficiente como para que Chris Buck y Jennifer Lee se lleven un BAFTA y un Oscar?.

Best Leading Actor sin Matthew McConaughey, que es la verdadera sorpresa aquí, cualquiera entre Chiwetel Ejiofor y Leonardo DiCaprio se lo hubieran podido ganar; al final, ganó el protagonista de 12 Years A Slave.

Best Leading Actress por su soberbio papel en Blue Jasmine, no hay sorpresas con Cate Blanchett.

Best Supporting Actor, este si que es un gran premio de consolación para Barkhad Abdi por su trabajo en Captain Phillips, porque sin estar Jared Leto sobrepasar a Michael Fassbender en su impresionante trabajo de 12 Years A Slave si que es una gran proeza.

Best Supporting Actress ya decíamos que en las nominaciones de esta categoría en los Oscar, no querían que David O. Russell se fuera con las manos vacías y aquí se confirma; Jennifer Lawrence pasa por sobre el favoritismo de Lupita Nyong’o con su desempeño en American Hustle.

Best Cinematography para Emmanuel Lubezki por Gravity. Nos sorprende profundamente que nuestro favorito y querido Roger Deakins ni siquiera fue nombrado.

Best Editing para Dan Hanley y Mike Hill por Rush.

Best Production Design para Catherine Martin y Beverley Dunn por The Great Gatsby.

Best Costume Design para Catherine Martin por The Great Gatsby que aunque merecido sobrepasa el favoritismo de American Hustle.

Best Original Music para Steven Price por Gravity

Best Make Up & Hair para Evelyne Noraz, Lori McCoy-Bell y Kathrine Gordon por American Hustle.

Best Sound para Glenn Freemantle, Skip Lievsay, Christopher Benstead, Niv Adiri y Chris Munro por Gravity.

  • Richard Hymns, Steve Boeddeker, Brandon Proctor, Micah Bloomberg y Gillian Arthur por All Is Lost
  • Chris Burdon, Mark Taylor, Mike Prestwood Smith, Chris Munro y Oliver Tarney por Captain Phillips
  • Peter F. Kurland, Skip Lievsay, Greg Orloff y Paul Urmson por Inside Llewyn Davis
  • Danny Hambrook, Martin Steyer, Stefan Korte, Markus Stemler y Frank Kruse por Rush

Best Special Visual Effects para Tim Webber, Chris Lawrence, David Shirk, Neil Corbould y Nikki Penny por Gravity.

Best Short Animation para James Walker, Sarah Woolner y Yousif Al-Khalifa por Sleeping With The Fishes.

  • Bjorn-Erik Aschim, Friederike Nicolaus y Sam Taylor por Everything I Can See From Here
  • Ainslie Henderson por I Am Tom Moody

Best Short Film para James W. Griffiths y Sophie Venner por Room 8.

  • Ben Mallaby, Nat Luurtsema, Emma Hughes por Island Queen
  • Megan Rubens, Michael Pearce y Selina Lim por Keeping Up With The Joneses
  • Chee-Lan Chan, Jamie Stone y Len Rowles por Orbit Ever After
  • Anna Duffield y Jane Linfoot por Sea View

The EE Rising Star Award (votado por el público) Will Poulter.

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The Hunger Games: Catching Fire

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No soy fanático de la serie y tampoco he leído el libro de Suzanne Collins. Me limito a hacer mi apreciación sólo desde el punto de vista del espectador que va a cine a ver The Hunger Games: Catching Fire.

El encargado de dirigir esta pieza es Francis Lawrence que remplaza a Gary Ross gran triunfador del segmento melodramático juvenil, al vencer con su pieza casi toda la franquicia de Twilight. Se desconoce porque Lionsgate no continuó el proceso con Ross, ya que el casi inexperto director con un presupuesto de 78 millones logró 691 millones de taquilla (408 millones de ellos tan sólo en Estados Unidos); de pronto ahí está la respuesta y en un acto de justicia el realizador quiso negociar su posición y el estudio no lo vió con buenos ojos. Sea como sea, es así como, Francis Lawrence llega a dirigir Catching Fire y, no obstante, en una semana ya alcanzó los 572 millones siendo la gran candidata a destronar a Iron Man 3 como la reina del 2013 -esperando claro está The Hobbit: The Desolation of Smaug-; a diferencia de Ross, Lawrence ya firmó con el estudio Mockingjay, la resolución de la saga, y estos a su vez previendo la aceptación de la fanaticada la extendieron a dos partes que estaremos viendo en 2014 y 2015.

Sin entrar en la discusión de si The Hunger Games se parece a Battle Royale, de nuevo, al no haber leído el libro pueda ser que la introducción en este capítulo de la historia sea muy acertada y fiel al texto, pero mi punto es que en una pieza de dos horas y media dedicar tres quintas partes sólo al planteamiento, es un desperdicio, un desconocimiento del medio y de la herramienta. Esto hace que la peli sea una historia aburrida, de una angustiante lentitud y lo peor de todo sin un mayor propósito. Si, es interesante ver cómo se translada lo más exacto posible el material de una novela a una pieza cinematográfica y, que en esa acción, la descripción literaria amplíe el espectro, no en uno sino en tres o cuatro episodios; sin embargo si uno de esos capítulos requiere de menos duración, nadie -creería yo- que va a juzgar a Lionsgate si decide que uno de ellos dure sólo una hora y media.

Definitivamente, el realizador austriaco después de Constantine -que sin negar que es una cinta de explotación- se vendió al melodrama y después de hacer Water for Elephants (cinta basada en una novela de la mismísima Stephenie Meyer) terminó redondiando su protafolio con tres piezas del mismo calibre. No vale la pena entonces hablar del desperdicio de tener como protagonista a Jennifer Lawrence; o un reparto excelente con Donald Sutherland, Woody Harrelson, Elizabeth Banks, Stanley Tucci, Philip Seymour Hoffman, Jeffrey Wright, Toby Jones o Amanda Plummer; tampoco vale la pena decir que Josh Hutcherson personifica el rol más inútil en una historia reciente; The Hunger Games: Catching Fire es el orgullo de Hollywood y su mejor producto por estos días.

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Thor: The Dark World

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Thor: The Dark World de Alan Taylor y James Gunn no es una peli que se pueda analizar independientemente.

Es claro que desde Iron Man 3, la Segunda Fase del Universo Cinemático de Marvel (MCU) planteado por Kevin Feige (responsable y director de todas las pelis de Marvel Studios y productor de todo el nuevo MCU) ha comenzado. Por un lado, la primera fase trajo como consecuencia la reunión en Nueva York, lograda el año pasado a buen término en The Avengers; durante cinco entregas (Iron Man, The Incredible Hulk, Iron Man 2, Thor, Captain America: The First Avenger) Marvel quería encaminar sus historias hacia una franquicia más grande y aunque Feige era el conceptualizador de la idea, él mismo contrató a Joss Whedon para que la ejecutara, en una genial movida después de que Warner Brothers y DC Comics lo descartara para la realización del filme de Wonder Woman; Whedon entendió la gran perspectiva de Feige y aportó su estilo a estos cuatro súper-héroes que terminaron por darle un nuevo giro al negocio de hacer largometrajes en Hollywood.

Primero fue Sam Raimi con Spider-Man en Sony que después de mucho tiempo sacaba una divertida cinta de súper-héroes y era éxito tanto en crítica como en taquilla; no mucho después Bryan Singer con X-Men en Fox lograba apuntalar una interpretación del comic acercándose de manera personal a cada uno de los personajes; y después vino Christopher Nolan con su Dark Knight que es una profunda interpretación (permitida por Warner/DC) de un personaje de historieta para volverlo un individuo de carne y hueso; mientras Sony aseguraba una medianamente buena trilogía con Raimi y Fox se diluía con la fuga de Singer, fue Nolan el que le puso cifras exorbitantes a las producciones y volcó la atención de todos a este nuevo negocio. En el pico más alto de Warner/DC (2005-2008), Feige se devanaba los sesos tratando de encontrar una salida y la fue encontrando con Robert Downey Jr./Iron Man, Nick Fury, el agente Phil Coulson, la agente Natasha Romanoff y el resto de agentes de S.H.I.E.L.D.

Mientras Warner/DC descansaba en los regocijos de su billonaria franquicia (Batman de Nolan), Feige ya había desarrollado tres apuestas -entre ellas Thor– y sacaba el filo de su estocada; que finalmente se dió cuando convergieron todos las cuatro estrellas de Marvel/Buena Vista en The Avengers. La industria reaccionaba y no estaba preparada para el éxito Wheedon/Feige y empezaron desesperadamente a repetir la formula. Sin Raimi, Sony relanza Spider-Man y quiere desarrollar el arco de los Sinister Six; con Matthew Vaughn, Fox vuelve a mostrar los X-Men de una forma interesante y se prepara para reunir todos los repartos trayendo de vuelta a Singer para después tratar de sumarlo a los Fantastic Four -no obstante desconcertado perdió los derechos de Daredevil que regresaron a Marvel-; y finalizada la trilogía de Nolan, Warner/DC no quiere caer en el error de Sony e intenta desarrollar a Superman como un nuevo personaje tan fuerte como Batman y desencadenar todo su poder en la Liga de la Justicia.

Thor: The Dark World no llega entonces sólo como la secuela de la shakespeareana pieza de Kenneth Branagh sino que es el resumen de cómo va la segunda fase del Universo Cinemático de Marvel, y de esa forma, es la heredera de todo el peso responsable de sostenerla ya que está bastante avanzada. Al lado del segundo capítulo de Thor, Iron Man 3 tuvo su propio desenlace dejando posiblemente a Tony Stark sólo como testigo de los Avengers en los siguientes episodios, la segunda parte de del Capitán America, The Winter Soldier y la unión de historias/promociones en la serie de TV Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D..

Entonces siendo Thor consciente de su responsabilidad, desarrolla con gran eficacia una trama más madura, más organizada y con mayor desarrollo que su predecesora. Los encargados de su realización son Alan Taylor y James Gunn; en principio, creo que el encargado iba a ser Alan Taylor solo, director exitoso de TV dramática como Los Soprano, Mad Men y por supuesto Game Of Thrones -que seguramente le dió el pase de entrada en la producción-, pero para compensar su inexperiencia en la gran pantalla le pusieron al lado a Gunn que es un escritor experimentado y ya había debutado detrás de cámaras en Super.

Esta vez, la historia se translada a Asgard donde la entereza del reino es amenazada por una legendaria raza de elfos oscuros, liderados por Malekith (Christopher Eccleston), que resurgen de su aprisionamiento gracias a una convergencia en los nueve reinos y la liberación de una gran y poderosa entidad conocida como “Aether“. Las investigaciones de la doctora Jane Foster en Londres sobre un extraño fenómeno de paralelaje y hoyos de gusano, la conducen directamente donde el Aether y esta por error lo absorbe en su organismo. Malekith vengador de su pueblo a causa de los asgardianos desiste de su misión y emprende la búsqueda de Foster, lo que alerta a Thor inmediatamente.

Tres cosas queremos ver en esta cinta y son perfectamente expuestas: el regreso de Loki que se ha vuelto más que un antagónico un personaje fundamental en la trama asociada con Thor; las conexiones y explicaciones de Nueva York, Foster/Thor y ahora Londres que fue anunciado en Agents of S.H.I.E.L.D.; y la puesta en contexto del MCU.

Cuatro cosas nos sorprenden: las múltiples caras de Loki que lo llevan a la traición y la vulnerabilidad; las muertes de protagonistas de primera línea; la historia de amor desenvuelta en un ambiente que no permite que sea melosa o aburrida; y la recolección de antiguos personajes como el profesor Erik Selvig que no fue olvidado en absoluto.

Dos cosas para considerar: uno sabe que se ha vuelto costumbre que en las escenas posteriores a los créditos se desarrollen conexiones o adelantos con otras sagas pero escenas posteriores a las escenas posteriores es ridículo, es decir, en esta peli no se levante del asiento sino hasta que salga el simbolito de ©2013; la otra cosa es que la relación de Thor con sus antagónicos apenas pasó raspando en esta pieza, ya que, siendo un súper-héroe de gran fuerza y poseedor del poder del rayo en su martillo parece que cae en el mismo problema de Star Trek: Into Darkness donde Khan es inmortal, han agrandado tanto su persona que difícilmente nos imaginamos un villano de la talla de su poder, esto debe mejorar o en un futuro cercano las cintas se van a volver aburridas sin riesgo aparente.

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Pacific Rim

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Hollywood lanza su quinta gran apuesta este verano. Ya pasaron por nuestras carteleras Iron Man 3, Star Trek: Into Darkness, Man of Steel, Fast & Furious 6 y ahora Pacific Rim del mexicano Guillermo del Toro. Hacemos de todas formas mención de honor a World War Z porque sin ser una de las favoritas logró sorprendernos gratamente e interesarnos en la novela de Max Brooks.

Pacific Rim es una apuesta actualizada de Del Toro para traernos, con grandes efectos logrados por computador, una peli de explotación de monstruos y destrucción masiva típica de la década de los 50’s. La lista de estas cintas es absurdamente larga y puede comenzar incluso con The Lost World de 1925 o King Kong de 1933 pero de las que verdaderamente estamos hablando son 20,000 Leagues Under the Sea, las de Gill-Man (Creature From The Black Lagoon, Revenge of the Creature, The Creature Walks Among Us) las de Godzilla (Godzilla, Godzilla Raids Again, King Kong vs. Godzilla, Ghidorah, the Three-Headed Monster), Attack of the 50 Foot Woman, The Black Scorpion, The Deadly Mantis o The 7th Voyage of Sinbad. Todo este listado se puede extraer del documental American Grindhouse y del portafolio recientemente revisado del finado Ray Harryhausen.

Si por algo puede sobresalir Pacific Rim es por sus efectos especiales. Un gran despliegue de trucos para demostrar la monstruosidad de los “Kaijus“, gigantes genéticamente alterados cuya misión es destruir la humanidad, así como los “Jäger” (ó “Jaegers“) respuesta robótica de la humanidad frente a esta amenaza. Harryhausen toma valor en esta entrada precisamente gracias a la creación de los efectos especiales mágicos y de alocada vanguardia en esas pelis de los 50’s. Del Toro al igual que Harryhausen nos encanta con un estudio minucioso de las proporciones de estas batallas colosales y logra convencernos de la posibilidad de cada una de ellas. Lástima que no hubo encuentros de día para lograr evaluar con mejor ojo todos los detalles envueltos.

La cinta, ejemplar de la serie B, no ofrece mucho más que diversión, entretenimiento y estridencia. Veremos si al final en los Oscar del próximo año logra, sin embargo, reconocimientos en las categorías técnicas. Es imposible no compararla con Evangelion -serie animada japonesa- y descalificarla por los vacios conceptuales que ofrece en el manejo de los “drifters” sobre los robots. Creerse realmente el manejo de la bestia a través de una dupla es verdaderamente complicado, incluso más que entender a Charlie Day como científico, tenedor del último bastión de esperanza para la humanidad.

Nota persona. Recomiendo revisar todas las versiones de afiches promocionales de esta pieza. Como la de Mondo no-oficial que abre esta entrada.

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Man of Steel

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Man of Steel llega a las carteleras colombianas y al igual que en el resto del mundo ya empezó a arrasar en taquilla. Las salas están llenas, las puntos de venta de boletería a reventar y la disponibilidad en reservas es absurdamente baja. Seguramente va a ser un éxito, sino el éxito de esta temporada.

¿Pero es tan buena como aparentaba ser? Es difícil lograr una respuesta corta sin pensar en el si, no, depende. Man of Steel no puede ser analizada como un fenómeno aislado, sin relación en el contexto económico en el que se está desarrollando. Por eso los factores deben medir cada una de sus variables y al final por promedio revisar de nuevo la pregunta.

A nivel de expectativas prometidas y colmadas, Man of Steel está logrando lo que el verano pasado alcanzó The Avengers; la fórmula de Whedon fue repetida este año por Shane Black que lanzó el primer golpe al inicio de la temporada con Iron Man 3 y logró posicionarse por un buen tiempo como la primera del 2013; su reinado tiembla con el avasallador paso de Superman que, no sólo abre con una cifra significativa sino que pasado el primer fin de semana, los números la catalogan en la historia como la más grande en taquillas de junio. Esto quiere decir que en el voz a voz, la cosa está funcionando y el público está saliendo muy satisfecho de la cinta.

A nivel de pelis basadas en comics, hay un grande detrás de Man of Steel que despierta todas nuestras grandes emociones en la pieza -y no es precisamente Christopher Nolan-. Desde que el equipo del Dark Knight se aseguró un puesto en la producción de Superman, todos los cinéfilos nos emocionamos al encontrar la promesa de una nueva cinta con el desarrollo de la historia de David S. Goyer y Christopher Nolan; tal vez nos pareció una decisión muy acertada de Warner Brothers, para asegurar la calidad de Batman, poner al frente a Nolan y su esposa Emma como el equipo de técnico responsable de solucionar reparto, música, cinematografía, edición e historia. De esa forma, llegó una mezcla heterogénea de recomendados de Warner así como otros por parte del matrimonio Nolan-Thomas; pero el grande en esta pieza es definitivamente Zack Snyder como su director. Snyder ha venido armando un portafolio consistentemente de adaptaciones del comic que lo catalogan como uno de los mejores -sino el mejor- entre una gran lista de artistas encabezada por Matthew Vaughn (Kick-Ass, X-Men: First Class), el mismo Nolan (The Dark Knight), Robert Rodriguez (Sin City), Bryan Singer (X-Men, X-Men II) y Sam Raimi (Spider-Man). El miedo de los fanáticos con Snyder era que había desarrollado una forma de contar sus historias abusando del recurso del tiempo-de-bala que hubiera sido desastroso en Man of Steel; pero no sólo no aparecieron las lentísimas cámaras sino que enfrentado a su más cercano pariente, como lo es Batman, Superman llega a nuestras pantallas con una agradable frescura. Se siente nuevo, humanizado y concatenado perfectamente en el universo de Nolan y su Dark Knight, que fue realmente lo más esperado en la pieza.

Zack Snyder acaba siendo el director en una apuesta muy arriesgada, conciliada entre el estudio y Syncopy, gracias en primer plano a que Nolan no quería dirigir más comics y que el golpe ofrecido por Marvel con Joss Whedon en The Avengers causo demasiada mella. Para Warner no fue suficiente transformar las pelis basadas en comics, lograr la mejor trilogía en este campo y además volver ícono una de las figuras más importantes de DC y de los comics en general. Warner quería más, quería dominar taquillas y crear una franquicia sin límites de producción; crear un universo como el de Marvel y tener a su disposición toda una gama de historias increíbles cada una como un hito de producción versus las retribuciones de taquilla. Entre el éxito de Marvel y el río revuelto de sus derechos de explotación repartidos en tres estudios más, la respuesta era desarrollar la historia de Superman y buscar reunir una Liga de la Justicia a corto plazo. La dirección no podía ser una opción audaz, no podía ser tampoco una opción interesante, el director debía ser sólido, creativo e interesado a un plan a largo plazo. No había respuestas obvias y, sin embargo, Snyder resaltaba como la más sobresaliente.

Snyder recibió perfectamente las indicaciones de Nolan como entrenador. En el último punto a analizar de Man of Steel, a nivel del universo de DC Comics, Snyder logró contarnos una historia de un niño adoptado, dividido entre sus diferencias y los valores aprendidos, en vez de la obvia historia de Kal-El como alienígena en La Tierra. Clark Kent (Henry Cavill) es un individuo en crisis, en búsqueda de su identidad, criado en un hogar lleno de amor y con la calidad de servicio presente en cada una de sus acciones; su vida en este sentido se enfrenta a golpes durísimos de confianza en el cual está involucrado su padre, Jonathan Kent (Kevin Costner). Por otro lado, es un fenómeno adaptándose a la sociedad que constantemente lo segrega; sus aparentes migrañas y su comportamiento lo apartan del estándar y lo vuelven blanco de burlas y rumores. Un evento desencadena su ira, su frustración y su desolación para terminar deambulando por el mundo tratando de olvidar su naturaleza. La narración de toda esta etapa es sencillamente magnífica, uno de los pilares de la pieza, sin duda.

Snyder además desarrolló la pre-historia que no teníamos de Krypton, desenfundó varias raíces, creo contexto y le dio fuerza al General Zod como un personaje voluntarioso, estricto, recto y radical. Zod en esta ocasión es representado por el gran Michael Shannon, que gracias a este desenvolvimiento y en contraste con la interpretación de Terence Stamp (Superman II; 1980), no es un ser maligno, no es déspota per sé, por el contrario, se revela como un ser vigilante de su raza y preocupado de su eminente extinción. Aunque el fondo de Krypton parece ser un requerimiento de Snyder, tomar los antagónicos y demostrar sus vulnerabilidades o sus dobles intenciones, en aras de aceptarlos como seres en conflicto, ni buenos ni malos, es una característica primordial de Nolan y Goyer, y que en esta historia agradecemos porque Zod es un personaje increíble.

Shannon no es el único destacado. El juego de relaciones entre los padres de Superman y Superman es soberbio gracias a Russell Crowe, Kevin Costner y Henry Cavill. Los tres conjugan un dinamismo importante y creíble para nuestros ojos gracias a las capacidades de sus actores, sobre todo de Costner que es el pilar dramático de la historia. Pueden afirmar que Cavill no es un gran actor por lo insípido de algunas partes de su desempeño mas es porque en parte está encarnando a un súper-héroe pero uno no siente una payasada o una ridiculez armada alrededor de él; además en los duros momentos emocionales sufrimos con su mirada, sus gritos y su tono -si un actor tiene tono y variaciones de él en sus líneas durante una peli, no es cualquier fulano insignificante, es un actor con fundamentos- . Al lado de estos cuatro actores, Amy Adams, Diane Lane, Laurence Fishburne completan la cosmogonía del Hombre de Acero y ¡vaya si lo hacen bien! . De esta forma, Snyder demuestra sus capacidades como director de actores que como hemos visto en el blog, en varias ocasiones, un actor no encuentra el balance de sus capacidades -sin importar si es novato o un monstruo- porque la dirección de sus líneas no fue completa o dicho de otra forma fue huérfana de rumbo.

Cerrando un poco la entrada, de lo único que se puede renegar de Snyder es que si por un lado abandonó las cámaras en tiempo-de-bala (para bien) y las reemplazó con temblorosos encuadres, por el otro lado exageró con las colisiones, explosiones y destellos. Hans Zimmer es un gran artista, es un excelente compositor y tiene un refinado oído para determinar perfiles con sus fragmentos, algunas veces melodiosos, otras veces estridentes pero siempre característicos de los personajes. El exceso de bombazos y estallidos opacó por completo a Zimmer. Muchas personas alaban el trabajo del maestro en Man of Steel, para mi pasó sin pena ni gloria; sentí los momentos de acompañamiento de la música pero sencillamente me perdí todo el trabajo de Zimmer y es una lástima.

Se vienen las decisiones duras para Warner y ojalá que la premura de ellas o el éxtasis del buen ejercicio con Superman no los enceguezcan. Snyder afirmó que si lo requerían para realizar una Liga de la Justicia primero se debía madurar un poco más el personaje de Superman; eso quiere decir que habrá una segunda parte de Man of Steel -improbable una tercera pero nunca se sabe- para después continuar con la congregación más esperada desde el anuncio del fin de la Trilogía del Caballero de la Noche. En la cinta hay que estar atentos a las referencias de Lex Luthor y Bruce Wayne que tácitamente aparecen en la historia por medio de sus corporaciones (LexCorp y Wayne Industries respectivamente). La sensación de sentirlos cerca es emocionante, sin embargo, las impertinencias del estudio puede hacerlos tropezar fuertemente. Warner quiere Liga de la Justicia para el 2015, un lapso prudente para una buena producción pero Snyder quiere una segunda parte lo cual no alteraría los planes de Warner si el realizador saca su pieza el próximo año -¿no es esto demasiado prematuro?- para después encargase de La Liga en un periodo demasiado corto. La única posible respuesta para una agenda tan apretada es que Snyder haga una «Peter-Jackson»; que previendo las decisiones de Warner haya grabado las dos partes de una vez, se dedique a posproducción el próximo año de la secuela y a preproducción y filmación de La Liga de la Justicia en los dos años siguientes.

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Fast & Furious 6

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Cuando Justin Lin decidió tomar en sus manos la tercera parte de The Fast and The Furious, la serie ya estaba apagada con una abominable continuación que sólo marchitó los ya acabados clichés y las acartonadas carreras. Fue entonces que trajo a Chris Morgan y rehizo la historia, se apoyó en el mismísimo Vin Diesel para hacer una aparición especial en su Tokyo Drift (lo llamaremos de aquí en adelante Fast 3), para darle continuidad y preparó la historia para su siguiente fase: volverla una multimillonaria franquicia.

Lin, Morgan y Vin Diesel, que además de ser la estrella protagonista sería el productor, propusieron armar una historia que tuviera continuidad en cada capítulo. De cierta forma, hicieron lo que hemos venido estudiando con James Bond pero contemporáneo. Mujeres bonitas y sensuales, grandes escenas de persecución, locaciones exóticas y un thriller de suspenso detrás, tipo «heist movie». No había un espía o un súper agente protagonizando pero si había federales y malhechores. Un clásico juego de policías y ladrones.

El giro no fue fácil ni una movida segura pero fue un éxito absoluto. Salvó la serie, le inyectó una mitología que no tenía, fue atractiva para un público más joven y aunque Fast 3 apenas superó la marca de producción y se duplicó (85 millones de dólares de inversión / 158 millones de dólares reocogidos), Fast 4 logró cuadruplicarse con el mismo presupuesto inicial (85 millones de dólares / 363 millones de dólares recogidos) y Fast 5 simplemente fue record de taquillas (626 millones de dólares recogidos). Con la sexta salida obviamente se espera una retribución más alta pero ¿podrá Fast 6 llegar al límite del millar de millones? El rumor por ahora es que Lin sale de la dirección y pasa el testimonio al malayo James Wan pero si lograra rebasar el límite de los mil millones, ¿Universal dejaría escapar a Justin Lin genio y creador de los cuatro exitosos capítulos de una franquicia, inexistente cuando él la tomo?. Lo sabremos después. El caso es que por ahora Fast 6 es la favorita al trono como reina del verano -por ahora después de Iron Man pero va por muy buen camino -.

Para entender la cinta, me puse a ver de principio a fin toda la franquicia.

Debo reconocer que no fue fácil, el tema es redundante, el esquema es obvio y el género es completamente de explotación; lo cual hace su experiencia súper desgastante y monótona. Sin embargo, desde Fast 3 hasta Fast 5, afortunadamente el tono fue evolucionando para hacer más agradable la historia. El truco fue sencillo. Después de Fast 2, que dejó un equipo incompleto, Justin Lin decide dar un giro en Tokyo para demostrar lo que era capaz de hacer; efectivamente no rindió lo suficiente en taquilla pero de la mano de Morgan y Vin Diesel empiezan a escribir la cuarta parte aún sin saber si Universal estaría interesada en continuarla; desmiembran el equipo (en Fast 4 muere Letty pero regresan O’Conner y Toretto como dupla), lo traen de vuelta poco a poco (en Fast 5 regresa Vince, Monica fuentes), y, finalmente, en un duelo del bueno contra el malo pareciera que se cerrara el círculo que habían planeado desde el principio (aparece el agente Hobbs con noticias de Letty y entran nuevos personajes, como Tego Leo y Rico Santos).

Fast 6 es definitivamente la pieza de despedida que Lin quiso hacer. Inclusive, da un poco de melancolía pero igual lo hace en el punto más alto y tiene esa redondez que tanto gusta cuando un proyecto a largo plazo es manejado consistentemente por un equipo sintonizado; además, la entrada de los agentes Hobbs y Riley, reaviva la dinámica de la primera cinta. La puesta en escena es impresionante. Supera todas las persecuciones del pasado y logra meterle puntos de interés nuevos. Brillaron por su ausencia Tego Leo y Rico Santos pero los que estuvieron me conmovieron, incluso me aguaron el ojo. Muy buen trabajo de Luke Evans como antagónico complementado por el regreso de John Ortiz, que aunque odié su personaje en Fast 4 por cómo lo explotó y lo sobreactuó con ese acento latino demasiado forzado, aquí se le da su lugar y se le honra en la mitología que venimos hablando.

A la cinta de todas formas parece que le hubiera faltado un episodio más, lo que hace pensar que de pronto Lin esperaba seguir más en producción y se apresuró para llegar al punto que se había marcado inicialmente. Al final, se notó que el estudio metió mano y presionó al realizador -que finalmente fue lo que obligó su salida-. Hay escenas forzadas, inverosímiles y demostrarlo es complicado porque obviamente es fantasía, es explotación y es cursi pero bajo la estructura que se venía manejando el ritmo permitió errores de congruencia que antes o no sucedían o se resolvían en otros capítulos.

Ya veremos que pasa con Fast 7, ya veremos si Universal continúa con Lin o con Wan. El caso es que si no se han visto la peli vale la pena verla en IMAX hay escenas que simplemente roban el aliento…

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Star Trek: Into Darkness

La siguiente entrada puede ofrecer contenido revelador que puede afectar la experiencia de la peli para aquel que no se la haya visto.

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Por fin llega la segunda parte de una de las recientemente renovadas franquicias, alimentada inteligentemente por J.J. Abrams y su equipo de escritores de primera línea (Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof). Afirmo «inteligentemente» porque su salida en 2009 con Star Trek le permitió reinterpretar la serie, hacerla suya, desarrollar una nueva visión muy personal y redefinir la dirección sin que se pudiera decir que era un relanzamiento, un enlatado o una versión de lo visto anteriormente. Abrams logró aportarle un balance al tema de la fidelidad de la historia con giros en el argumento y además alcanzó lo que parecía poco posible al hacer emocionante lo que se había vuelto un espacio muerto de culto entre fanáticos, requetesúper-fanáticos y algunos admiradores del tema. Tanto así que Star Trek es llamada la undécima salida de la saga y no el reinicio de la misma.

Pero en Star Trek: Into Darkness, lejos de las innumerables incongruencias que la historia puede llegar a tener, Abrams fue víctima de su propia medicina, no pudo soportar todo el éxito de su primer episodio, su truco del «mistery box» resulta fatuo y se ve desdibujado en el desarrollo de su segunda edición.

A decir verdad, creo que fui muy indulgente con Iron Man 3, por ser la primera de las candidatas en lanzarse al ruedo este año para que los espectadores la juzgáramos y creo que con Into Darkness es posible que se me haya ido un poco la mano y sea más drástico, pero dejando aparte el entusiasmo y la emoción al experimentar la cinta, creo que se comete un número considerable de errores que de pronto no dañan la experiencia de momento pero si a posteriori, al irla descifrando poco a poco (de pronto, en algún momento me pasó lo mismo con The Dark Knight Rises vs. Avengers vs. el Dark Knight o lo que en algún momento también me sucedió con Quantum of Solace vs. Casino Royale – ambas pelis, The Dark Knight Rises y Quantum of Solace, mejoraron notablemente su experiencia en segundas o terceras repasadas – pero pues esas son las subjetividades a las que uno se enfrenta cuando hay diferentes variables de momento, formato o estudio).

Retomamos el buen curso de la historia cuando Kirk se hace a la silla del Capitán de la USS Enterprise y logra controlar el ímpetu de su Primer Oficial, Spock, que lo juzga por cada instrucción que imparte. Una rutina divertida para un par de personajes que apenas están desarrollando la mitología de su propia relación. Ahí se acaba Star Trek.

En esta segunda salida, Abrams empieza la historia involucrando a Kirk y McCoy en una persecución en un planeta primitivo. Su intención es llamar la atención de sus habitantes para alejarlos de un volcán en erupción que va a destruirlos y salvarle de paso el pellejo a Spock que está dentro del cráter tratando de apaciguarlo. Para hacerlo, tiene oculta la nave debajo del agua y pasándose por alto la Directiva Principal -de no involucrarse fundamentalmente con otras culturas- hace emerger la USS Enterprise y rescatar a Spock. De vuelta a la Tierra, Kirk es destituído de su cargo, por haber alterado el curso de la historia de dicho planeta, al haber hecho evidente la presencia de una nave espacial en un lugar donde ni siquiera se han inventado la rueda. En principio, es alejado de la USS Enterprise, sin embargo, el Almirante Pike lo vuelve a reclutar como su primero al mando, un giro tedioso para volver a la misma dinámica de la primera parte. Mientras tanto, John Harrison, un ex-oficial de la Flota Interestelar, se apodera del pánico de nuestro planeta al volar la biblioteca de la Flota Interestelar y atacar a sus capitanes de más alto rango cuando se reúnen a discutir qué hacer al respecto. Pike muere en el atentado, Kirk logra aplacar el ataque y Spock vuelve a hacer equipo en la USS Enterprise gracias a que Kirk convence al Almirante Alexander Marcus de vengar a su amigo yendo tras el responsable. La misión esta vez es descubrir los motivos de Harrison para aterrorizar la Tierra y destruirlo en su guarida establecida en Kronos, un planeta desolado en un cuadrante prohibido y vigilado por Klingons.

J.J. Abrams es un gran director de acción y logra cautivarnos con todas sus escenas centrales en esta pieza. No sólo es adrenalina pura, ambientación musical y escenas complicadas con dobles de acción, los colores son brillantes y el diseño de producción sumado al buen montaje generan resoluciones que nos inspiran a extasiarnos. Sin embargo su error más tonto fue subestimarnos y crear una atención demasiado grande en el rol de John Harrison. Debo reconocer que fui impresionado al descubrir que este personaje interpretado por Benedict Cumberbatch era en realidad Khan. Khan Noonien Singh, líder invasor, de humanidad mejorada que fue puesto en reclusión criogénica y despertado en una de las pocas pelis que me he visto de Star Trek, The Wrath of Khan. No puedo asegurarlo con claridad pero tengo entendido que Cumberbatch maneja fielmente el perfil original de Khan donde dominó la Tierra en las famosas Guerras Eugénicas de los 90’s. Al traer a colación a Khan, J.J. Abrams pervierte todo lo que había alcanzado en su primer capítulo y hace que Into Darkness se vuelva «un relanzamiento, un enlatado o una versión de lo visto anteriormente» en The Wrath of Khan. Con el agravante que Khan sintetiza quince años de historias y relaciones entre los personajes para revertirlas en un final sin duda «shakespeareno». Abrams de la manera más ingenua, se echa la soga al cuello, se permite la comparación con una de las cintas más interesantes de ciencia ficción que he visto y termina sufriendo la maldición de Total Recall de 2012 sobre Su Original.

Es cierto, que Abrams juega con los fanáticos y les suelta regalitos de cuando en vez. No soy yo el más indicado para enumerarlos pero son bastantes y muy divertidos; sin embargo, creo que los traiciona, no con ocultarles la verdad sobre Khan -por eso siento que no es un comentario revelador o «spoiler»- sino con la falta de fidelidad al desenlace de The Wrath of Khan que hubiera hecho de esta peli una gran hazaña -incluso con la transposición de sus personajes-, sin importar que al final la hubiéramos catalogado como reencauche ya que sin duda hubiera sido una historia mejor elaborada. Más allá de la destrucción infantil de los perfiles logrados en la primera parte, del protagonismo exagerado de Uhura, de la repetición de Scotty como un personaje calcado de Mission: Imposible o la falta de equilibrio entre McCoy y Spock, el gran daño causado por los libretistas se ocasiona en la apresurada resolución de esta historia -en la serie original después de The Wrath of Khan se toman todo un capítulo llamado The Search for Spock para resolver el percance- que al final pareció un afán del director por abrazar su nuevo proyecto en Star Wars. Seguramente vamos a tener un tercer episodio de Star Trek -anunciado ya para 2016- con un nuevo director pero con el problema de cómo resolver el fiasco entregado por Abrams en Into Darkness.

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Iron Man 3

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Tan en boga hoy en día el tema de las trilogías que Iron Man no podía ser la excepción y llega su tan esperada tercera parte. Esta vez de la mano de Shane Black quien ya había dirigido a Robert Downey Jr. en el excelente film noir Kiss Kiss Bang Bang. No lo hace mal y a pesar de que Jon Favreau se apuntó uno de los cuadrangulares más importantes en la historia de la franquicia al escoger a Downey Jr. como el mujeriego y conquistador Tony Stark, la verdad es que su segunda parte tiene muchos desaciertos, así al final cumpla su cometido de diversión. Black es un escritor por excelencia y se siente más cómodo si está involucrado per sé en el equipo de escritura -en ese sentido ya es un logro teniendo en cuenta que después de Die Hard, Lethal Weapon es uno de los clásicos de la acción mejor calificados y él es el creador/colaborador de todas sus partes en la serie-.

Al igual que Avengers el año pasado, Iron Man se lanza al ruedo de primeras para dar inicio a la temporada de grandes éxitos del verano en Hollywood. Al final, ser favorita es más difícil de lo que parece y no todas las piezas logran soportar dicha presión -como sucedió con Prometheus o el mismo Dark Knight Rises-. El tercer episodio logra hacer bien el ejercicio al colmar las expectativas que promete, ya es un éxito de taquilla redondeando los 950 millones de dólares recaudados y personalmente creo logra el mismo impacto espectacular de The Avengers el año pasado.

Antes de analizar la peli hay varios antecedentes para tener en cuenta como por ejemplo que es la primera pieza después de la fase uno del Universo Cinemático de Marvel (MCU de su nombre en inglés). Pareciera no ser un gran tema pero siendo Black el guionista, y uno «no tan aficionado» a los comics, la responsabilidad es muy fuerte. Hay que decir que la gran ventaja que ha tenido Marvel, desde la crisis de los 80’s. es que sus historias se han mantenido, unidas, integradas y consistentes en un sólo universo, en un sólo plano unidimensional. En este Iron Man, no sólo no se evita sino que se abraza este concepto, se hacen alocuciones a los eventos de Nueva York del año pasado, lo que significó para Tony Stark estar envuelto en el asunto como un mortal ser humano y, así como tal, descubrir que detrás de toda esa aura pretenciosa, autosuficiente y segura está un hombre que es vulnerable en todo sentido.

Black consigue lo que Sony Pictures en cuatro episodios no ha logrado con Spider-Man, un personaje cercano al espectador. Su Iron Man no tiene miedo de caer en los clichés por el contrario les saca partido cada vez que se aproximan, -en un gran resumen- es un melodrama que se enriquece con comedia sencilla de digerir y a la vez logra que Tony Stark sea carismático y simpático para cerrar con una frase genial para la serie, para Shane Black y para el mismo Robert Downey Jr.: “yo soy Iron Man“. Esa frase más que el culmen del argumento, es la perfecta sentencia de toda la franquicia y el negocio de las pelis basadas en este tipo de historias. En los comics, el héroe central de Marvel Comics es Spider-Man, después podrá venir todo el infinito cosmos de los X-Men, después los Avengers, y así el líder de estos últimos sea Tony Stark, como Iron Man, al final es un personaje sin mucha relevancia. Pero en el cine se ha demostrado exactamente lo contrario, los derechos de producción y explotación de los personajes de Marvel se han repartido en varios estudios. Fox tiene Silver Surfer, Galactus a los X-Men y los Fantastic Four, Sony Pictures a Spider-Man y aunque poco a poco Marvel Studios ha ido recobrando derechos de personajes como DareDevil aún está todo muy atomizado y ninguno tiene un liderazgo claro. Sin embargo, el éxito de Iron Man permitió pensar en Thor, en el Capitán America y los mismos Avengers. Antes del Iron Man de Jon Favreau, los personajes de Marvel sólo habían tenido un gran éxito con la trilogía de X-Men pero precisamente su tercera parte eliminó fogosidad y los humos se calmaron demasiado. De resto, no lograban buenas taquillas, las historias se reiniciaban constantemente con nuevos repartos y nada parecía tener consistencia.

«Yo soy Iron Man» pone en vilo que Robert Downey Jr. dice que después de llegar a sus cincuenta años no quiere seguir haciendo el papel de Tony Stark pero a la vez que si no es él, no lo es nadie. Lo pone en una posición muy ventajosa, porque en Marvel son inteligentes y saben que no pueden dejar ir a su mejor complemento; esta semana escuché incluso que Downey Jr. ofreció seguir en el MCU si y solo si le ofrecían 100 millones de dólares. La decisión está en Marvel y Disney, y si lo aceptan vendrán nuevas conjeturas de cómo podría seguir apareciendo después de lo sucedido en esta peli.

Hablando de la cinta en general, los avances de la trama nos trajeron a colación al Mandarín interpretado genialmente por el gran Ben Kingsley. Este personaje es un gran contrincante de Iron Man y precisamente con él es donde se pone capcioso el guión. De pronto, los refanáticos de Iron Man podrían estar esperando el enfrentamiento que estos dos personajes tuvieron en las páginas del comic, ala Bane vs. Batman en Dark Knight Rises, pero este es otro de los adoctrinamientos que recibimos de Shane Black con sus licencias como guionista. En vez de poner a aprender Kung-Fu de la nada a Tony Stark, Black amenaza su persona de la manera más terrenal posible, hace enlaces en la cosmogonía de Stark que no conocíamos, desarrolla un impresionante antagónico con Guy Pierce y le da redondez a cada uno de los personajes con un desarrollo medido -para que no parezca una coral- y con un sentido único -para que se justifique su aparición-. Lo más bonito es que a pesar que existe un aire de traición al comic, lo revierte con la aparición de personajes clásicos en la historieta como Bambi, Ellen Brandt, el mismo Mandarín y Rescue en lo que me parece un gran desenlace para la historia de amor detrás de la gran hazaña épica que es Iron Man 3.

-Una gran lección de escritura si entendemos los grandes problemas que tuvimos con el personaje de Gary Oldman en Lawless-.

Lo más divertido de todo es que gracias a Shane Black el cuadro de explotación que es una cinta de comic se siente evolucionada por la combinación de dos géneros cinematográficos. Iron Man 3 es por un lado un western donde Tony Stark desafía a sus contrincantes a un duelo en medio del pueblo y debe aceptar las consecuencias de sus actos. Y por el otro es una road-movie desde Tennesse hasta California donde aprende a perdonarse, a conocerse y sanar sus más profundas heridas. Al final disfruté mucho la peli aunque me dejó un profundo y agridulce sinsabor. Para los que fuimos a ver las escenas después de los créditos hubo una gran decepción al no aparecer las tan anunciadas escenas de Ant-Man dirigidas por Edgar Wright y siguiente proyecto dentro de los Avengers después de finalizar su trilogía de Blood and Ice Cream con Simon Pegg y Nick Frost. A cambio obtuvimos un dato adicional, los ataques de pánico de Tony Stark no se eliminaron así como así en el enfrentamiento de sus miedos, necesitaron de terapia y que mejor para darla que el mismísimo doctor Banner 😉

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