Ami Canaan Mann es una chica en Hollywood que ha logrado sobrevivir siendo todera en todos los campos técnicos de la producción, tanto para cine como para TV. The Texas Killing Fields, es una producción de su padre Michael Mann y es la primera pieza de su ópera prima que logra desarrollar de manera independiente con un reparto lleno de estrellas. En principio, el proyecto lo iba a dirigir Danny Boyle pero este se apartó de la producción porque le pareció demasiado oscura para poder filmarse.
Aunque su promedio es bien flojo, en parte por los desempeños de Sam Worthington y Jeffrey Dean Morgan –Worthington actuando muy plano y Morgan muy forzado y poco creíble- la cinta sobresale precisamente por las actuaciones de Chloë Grace Moretz, Stephen Graham y Jessica Chastain. Sorprende de Chastain que, así lidere el reparto (The Tree of Life, The Debt) o tenga pequeñas líneas en el guión (The Help, Take Shelter), se tome tan en serio sus papeles y los haga relucir. En esta pieza en particular Chastain interpreta a una desesperada y frustrada detective que no logra desenredar su caso y pide ayuda a la pareja de su ex-esposo. Su papel logró llamar la atención en La Biennale de 2011 y logró reconocimientos en San Diego, Los Angeles, Ohio y Austin por su excelencia.
El problema grande de la peli es la inexperiencia de Mann y la incapacidad de dirección de su reparto, que no entendió el sentido de la pieza, se sobreactuó o se extralimitó pero pocas veces fueron todos realmente armoniosos. Esta inexperiencia además permite que la cinta se vuelva predecible y por lo tanto el impacto de la historia disminuye con el paso de los fotogramas.