Pocas pelis han logrado causar tanta impresión y tanta atracción como el segundo largometraje de Tim Burton, Beetlejuice de 1988.
Hasta ahora tan sólo había una peli en este blog que había sido calificada con la excelencia máxima, The Adventures of Baron Munchausen.
Curiosamente, ambas son pelis que me vi de chiquito pero que al revisarlas de adulto me siguen conmoviendo de la misma forma que en el pasado.
Beetlejuice fue la primera peli que alguna vez me repetí en cine, pero más extraño aún es que no fue una, ni dos veces las que me la volví a ver, fueron siete veces y sumado a eso después la empezaron a pasar en Cinemax y me la seguí repitiendo. En resumen y parafraseando al mismo Burton, mis credenciales apuntan a que me he visto Beetlejuice trece veces y cada vez que la veo me parece más chistosa.
Yo ya venía anotando ciertas datos cuando iba a cine en esa época, ya me había aprendido un par de directores alemanes, estadounidenses y uno japonés pero nunca había escuchado hablar de Burton y descubrirlo en la pantalla gigante del teatro Embajador fue lo máximo. El Embajador era uno de esos cinemas adaptados para CinemaScope que tenía una pantalla como de treinta metros de ancho por quince de alto perfecto para formatos Panavision. No tenía aún el mejor sonido de una sala de cine en Bogotá pero se podía apreciar perfectamente, y en gran escala, la maravillosa musicalización original de Danny Elfman. Gracias a este evento particular se me grabaron esos dos nombres para siempre: Danny Elfman y Tim Burton.
Seguí asidua y fervorosamente las carreras de Burton y de Elfman y me dí cuenta que muy pocas veces se separaron en sus proyectos. Repasé todas sus pelis y afortunadamente las trajeron casi todas a Colombia. En recopilaciones u homenajes logré ver Pee-wee’s Big Adventure, Vincent (su tesis de grado) y estoy pendiente de Frankenweenie que no la he logrado ver.
Muchos años después me di cuenta que el protagonista de Beetlejuice era Michael Keaton y comparar su actuación con el inquilino de Pacific Heights o el mismo Batman de Burton fue increíble. Siento que su carrera después se fue a pique y empezó a hacer cuanta peli de medio peso le proponían (sólo hasta ahora que Toy Story 3 fue anunciada vemos de nuevo su crédito en una súper producción) pero definitivamente su desempeño en Beetlejuice fue excelente.
El reparto lo completan una bella y joven Geena Davis, un irreconocible Alec Baldwin, Winona Ryder, Jeffrey Jones y Catherine O’Hara. Como es costumbre, Burton le hace un homenaje a alguna figura representativa del medio, unas veces fue Martin Landau (que incluso le mereció Oscar como mejor actor de reparto por su interpretación de Bela Lugosi en Ed Wood de 1994), Vincent Prize o Christopher Lee recientemente. En Beetlejuice, el homenaje fue para Robert Goulet y Simmy Bow, siendo el último papel en Hollywood para este último.
La peli no fue bien reconocida en los Oscar de ese año, apenas se llevó mejor maquillaje pero en los Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films barrió con nominaciones y premios.
Para mi escuchar esa estrambótica tonada, llena de circo y extravagancia, al inicio de la peli con tomas aéreas del pueblito de Nueva Inglaterra, con ese magnífico corte a la maqueta de Adam (Alec Baldwin) me anuncia una excelente peli y una hora y pico de entretenimiento garantizado.
Ya habrá tiempo para escribir sobre Groundhog Day de Harold Ramis en 1993 que es otra peli que me asegura lo mismo y puedo calificar con excelencia máxima.