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Her

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Hace rato, mucho rato, por allá temprano en el 2012, vimos por primera vez el corto-avance de la nueva peli de Spike Jonze y nos sobrecogimos en pensar que algún día la tendríamos en nuestras salas; al mismo tiempo dudamos y nos llenamos de melancolía porque no entendimos cómo fue posible que Where the Wild Things Are nunca se proyectó en Colombia y pensamos que de pronto iba a pasar lo mismo con Her; los impacientes encontrarán los medios para verla ahora mismo en internet y los otros no tendrán que esperar mucho porque en marzo llega a nuestras salas y la verdad es que vale la pena verla en una proyección cinematográfica.

Theodore Twombly tiene un nombre curioso, casi tan curioso y particular como todas los personajes de las historias de ciencia ficción; vive en un mundo no muy lejano al nuestro donde reconocemos que la sociedad y la tecnología han sufrido cambios o una pequeña evolución. Theodore, interpretado por Joaquin Phoenix, es un empleado en una especie de Hallmark del futuro donde escribe cartas de amor para personas con dificultad para expresar sus emociones; vive una vida solitaria después de fracasar en su matrimonio con Catherine (Rooney Mara) pero con la suficiencia que le brinda su trabajo para comer lo que desea tranquilamente, tener los más innovadores dispositivos, los más curiosos juegos de video y sobre todo las últimas actualizaciones en sistemas operativos; Her se centra en la situación creada por este hombre solitario y, ni siquiera la máquina sino el soporte lógico que a través de un corto cuestionario genera y personaliza una voz, una voz que Theodore pide sea el de una mujer; esta voz resulta ser cálida, curiosa, juguetona, intrigante, sensual, sexual y algunas veces demasiado extrovertida; la cualidad principal de esta voz dentro de su programación es que es inteligencia artificial así que igual que con las primeras cinco preguntas para iniciar el sistema operativo, que analizaron una pequeña situación, un tono, un perfil psicológico del usuario y definieron un cliente para que esta voz fuera lo más personalizada posible para Theodore, así mismo el sistema operativo va aprendiendo del usuario, va desarrollando un conocimiento específico y se empieza a personalizar especialmente para Theodore. La voz es interpretada por Scarlett Johansson.

Es claro para todos los que han visto esta peli que lo fundamental de ella no es si está bien hecha o si está bien dirigida o si está bien actuada; sus cinco nominaciones al Oscar -incluyendo mejor peli del año-, su Globo de Oro por mejor guión y sus nominaciones en los diferentes gremios hablan claramente de su factura; casualmente estas tres llaves se combinan a la perfección y por eso es que de pronto podemos discutir el siguiente punto que si es fundamental: cómo se desarrolla el amor en nuestra contemporaneidad. No sin antes afirmar que es un gran desacierto haberse olvidado de Joaquin Phoenix en la categoría de mejor actor principal en todas las galas donde la pieza ha concursado; sin él las sensaciones, las emotividades y las vulnerabilidades no hubieran podido manifestarse tan bien como lo hicieron.

Her es una cinta de ciencia ficción pura. No por desarrollarse en el futuro, sin importar si es cercano o si es posible; tampoco por demostrarnos cómo evolucionaría nuestra sociedad en un momento dado de la tecnología; Her expone una duda científica sobre la capacidad del ser humano de interrelacionarse con un aparato de inteligencia artificial, crear empatía con una entidad inanimada y lo más crucial entender la posibilidad de enamorarse de esa entidad enmarcado dentro de un panorama que se describe como árido para las relaciones interpersonales y, donde envueltos en nuestros dispositivos, cada vez nos hacemos más incapaces de leer los significados de una mirada, somos más vulnerables a una malinterpretación de nuestras acciones o simplemente nuestra introspección se apodera de nuestra personalidad si no estamos conectados a un dispositivo o una red social. Una de las grandes inquietudes de Theodore, sin embargo, es que en el momento en que siente celos de Samantha, el cliente con la voz interpretada por Scarlett Johansson, él no sabe si todo lo que ha vivido es una mentira codificada para generar precisamente ese nivel de empatía en los usuarios, no sabe si comparte una relación amorosa con ella o si es un guión provisto por el sistema operativo y colapsa.

La peli me encantó en planteamiento, en la discusión que plantea, pero creo que me dejó boquiabierto en otros dos aspectos completamente aislados; el primero, el diseño de producción y la dirección de arte de K.K. Barrett y Gene Serdena, respectivamente, que nos involucran en ese mundo creíble y cercano que puede ser el mañana de las futuras telecomunicaciones; impecables ambos, nos dejan inmersos inmediatamente en la trama sin distraernos sino que al contrario nos regocijamos y lo hacemos aún más creíble para nuestros adentros; el segundo punto importante para nosotros, pero no mucho para La Academia, fue la fotografía; desde su debut en los largos, Jonze siempre trabajó con Lance Acord que le dió esa sensación onírica tan particular de los guiones de Charlie Kaufman o interpretativa del estilo de Maurice Sendak; en esta ocasión trabaja con uno de los genios recién descubiertos de los países nórdicos como lo es Hoyte Van Hoytema. Van Hoytema lo conocimos por primera vez en Låt den rätte komma in de Tomas Alfredson y su magnífica historia de vampiros, en The Fighter de David O. Russell y de nuevo con Alfredson en la adaptación de la novela de John le Carré, Tinker Tailor Soldier Spy; vuelve Van Hoytema a obnubilarnos, a hipnotizarnos, a transgredirnos con una sugestiva atmósfera pálida y nublada contrastada con los rojos del vestuario, cálidos y algunas veces ácidos; con encuadres íntimos y cercanos; y, con iluminaciones igualmente personales e íntimas. De los nominados no sabría a quién quitar porque todos son muy buenos pero seguro alguno haría campo suficiente para que el nórdico fuera reconocido como el mejor de su campo -este año Van Hoytema es esperado por su trabajo, también de ciencia ficción con Christopher Nolan en su esperadísima Interstellar-.

Spike Jonze, aparte quizás tan sólo de Mark Romanek, es el único de esa tendencia de grandes directores de videos que siempre le ha apostado por las sugerencias visuales y la vanguardia visual; a diferencia de Romanek que no ha estado muy abierto a desarrollar muchos más proyectos de largometrajes, y que más bien se devolvió a los videos, Jonze ha logrado combinar las dos corrientes para seguir proponiendo alternativas gráficas, seguir explorando la comunicación de los avances de la tecnología de la imagen y seguir siendo fiel a ideas creativas que incluso lo ponen en la punta más innovadora de Hollywood como director y como escritor, haciendo esa labor tan fascinante que logró con exquisitez en los 90’s con todos sus videos de los Beastie Boys, Björk y Fat Boy Slim.

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Tinker Tailor Soldier Spy

Aunque llegó muy tarde, Tinker Tailor Soldier Spy es una de las pelis que más deseé ver al final del año pasado. No sólo porque su director, Tomas Alfredson, me había fascinado con Låt den rätte komma in sino porque además Gary Oldman parecía haber encontrado la fórmula de reconocimiento para la gran institución que representa.

Obviamente, a Oldman lo tenemos súper presente como Jim Gordon, en la trilogía de Batman de Nolan (Batman Begins, The Dark Knight, The Dark Knight Rises) pero con tan sólo recordar a Sid Vicious, Rosencrantz, Drexl Spivey, Dracula o Stansfield en Léon uno pudiera ofenderse con la ausencia de un mayor reconocimiento por parte de La Academia pero como sabemos: Así es Hollywood y no necesariamente los mejores son los que se destacan.

Tinker Tailor Soldier Spy es el paso de Alfredson a un proyecto más comercial, menos independiente de la mano de The Weinstein Company y basado en una novela policiaca del archiduque John le Carré quien con su estilo redefinió el género ‘del espia y la guerra fría‘. Esta cinta como ninguna otra contemporanea lejos de mostrar persecuciones de carros, grandes peleas o grandes romances enfoca lo único que podríamos definir como el verdadero estilo de vida de un espia. Una silla en un cuarto por horas, fumando cigarrillos hasta el cansancio y ejecutando órdenes y prioridades. No hay mucha sofisticación en el tema pero si una gran cadena de conjeturas, análisis y uniones que pueden tomar mal parqueado a un espectador desprevenido y adormecerlo instantáneamente.

La peli en si es un éxtasis histriónico con un reparto impresionate y de un desempeño deslumbrante. Al lado de Oldman El Mendigo, aparecen John Hurt como el eje, Toby Jones El Hojalatero, Colin Firth El Sastre y David Dencik El Pobre. Después de ellos y con una gran capacidad para enredarse entre eventos, líneas y momentos Mark Strong, Tom Hardy, Stephen Graham, Simon McBurney y para balancear un poco la bella Amanda Fairbank-Hynes. El ritmo es pausado, muy rítmico casi que acompasados de la mano del maestro Alberto Iglesias que con su partitura suntuosa pone a marchar al mismo tempo todos los personajes. Recordemos que esta composición majestuosa le valió nominación en los Oscar de este año.

Alfredson se trae a la producción a Hoyte Van Hoytema quien se encarga de la fotografía de la peli redondeando un Londres en los ’70’s con un tono pastoso y enmohecido, casi que se siente el olor a humedad en los muebles o la amargura del chicote en las prendas de vestir. Ya habían trabajado juntos esplendidamente en Låt den rätte komma in y su comunicación se sobreentiende en la armonía de todos los planos que igual no serían lo que son si un buen montaje a cargo de Dino Jonsäte, cerrando el tridente en un equipo formidable en guión, cinematografía y edición.

La peli es excelente para una noche de cine donde no haya muchos distractores o demasiadas cosas en qué pensar. Tal vez me demoré un poco en la entrada y ya no está en cartelera pero siempre se puede dar una ronda por Cuevana para darle una oportunidad pero seguramente todo su diseño de producción, su partitura y su fotografía terminen pareciendo comunes y corrientes.

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