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Spring Breakers

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A simple vista Spring Breakers es una peli vaga, frívola y de un desarrollo pobre. Cuatro jovencitas (Selena Gomez, Vanessa Hudgens, Ashley Benson, Rachel Korine) de universidad están desesperadas porque el campus está ya vacío y todo el mundo disfruta de esta pausa que se da a finales de marzo, cuando se le da la bienvenida a la primavera y se despide del frío, el aburrido inicio del año y todo lo que implica para un ser humano el invierno. Estas jovencitas han venido planeando un viaje al sur de la Florida, a las playas de Saint Pete, desde hace un año y no permitirán que nada se interponga entre ellas y su sueño; no sus mamás, no sus tutores, no sus clases, no sus otras amigas y no ni siquiera la falta de presupuesto. Ellas viajarán y vivirán sus vidas al máximo en estas playas.

Los excesos típicos de estos lugares han sido divulgados y documentados en muchos especiales de Spring Break en MTV, VH1, o en Wild On de E!. Nuestra perspectiva es que estos gringos locos y decadentes llegan botando la casa por la ventana y se olvidan de todo en segundos. La diversión que se describe es alrededor de alcohol, gritos frenéticos de euforia, playa, mar, cuerpos esculturales y, repito, mucha decadencia. Cuando Harmony Korine se pone al frente del relato toma cuatro dulces niñas -dos de ellas de Disney– y las pone a plena luz del día en situaciones de mundanal ruido, drogas, sexo y alcohol. Su narración es exquisitamente estridente y para ello su complemento perfecto es Cliff Martinez (Drive), quien es capaz de juntar musicalmente a Ellie Goulding con Skrillex y lograr elocuentemente el contraste perfecto de distorsión en el que estas niñas se encuentran. Su sonrisa se acaba cuando sus excesos levantan sospechas en la policía local y son juzgadas por ello. Son de nuevo confinadas y se les pone una fianza. Sólo una de ellas, antes de salir de la cárcel, es capaz de recapacitar sobre los hechos. Aparece estoicamente James Franco, en una de sus transformaciones más profundas, para salvarle el pescuezo a estas cuatro jovencitas. Franco interpreta a Alien, un rapero gángster que al parecer nació en aquel lugar, entre narcotráfico, excesos y aspiracionales. Su influencia y su patrocinio detona otras perversiones en las niñas que las llevarán a otros nuevos límites.

Harmony Korine, de quien ya conocemos Gummo, tiene una visión retorcida del mundo y eso lo hace increíblemente especial. Nacido en California, su infancia fue de «skaters», drogadictos de cocaína y ácidos. Korine que junto a Mike Mills (Beginners) son cinematográfos que caben dentro de la clasificación de «Beautiful Loosers». Este grupo de artistas, ilustradores y cineastas son producto de una generación de jóvenes apáticos y negligentes que fueron encontrando su destino en el día a día de sus vidas. Es difícil, no tener un prejuicio de ellos o sus productos, pero sin mucho esfuerzo y sin metas reales, se dedicaron a pendejear y pasar el rato; en el mientras tanto se hicieron famosos. Su afección por el primitivismo, lo ingenuo y lo naif, los llevó a destacarse como artistas en cada uno de sus campos. Korine por su lado tiene una narración agresiva y ácida en sus largos combinado con una perspectiva retorcida y pop (no como algo popular sino como con la explotación de los ídolos populares).

El trabajo de Korine, es diferente al «camp» de John Waters que finalmente si es muy plano y con una apología directa a lo grotesco, casi sin sentido. En Spring Breakers le damos vuelta a una road-movie donde estas niñas encuentran cada una su doppelgänger y deciden qué aprenden de él. La forma en cómo repite o cómo nos pone a interactuar Korine con sus personajes versus sus moralejas personales a lo largo de la cinta, gracias a la edición de Douglas Crise, nos permite elucubrar que por una lado entendieron lo bueno y por el otro amaron lo malo. Desconocemos su desenlace en un genial final abierto.

Nunca he podido salir de ver una peli de Harmony Korine (escritor de Kids, Gummo, Spring Breakers) y decidir con convicción si fue buena o mala. Siempre quedo patinado un buen tiempo para después definitivamente quedar con el regusto de algo exquisito, por su estética, por su narración, por su crítica subversiva y contestataria. En Spring Breakers, aparte de la excelente composición musical y la edición, sobresale el desempeño de James Franco como un gran monstruo, un personaje oscuro que infunde miedo con tan sólo observarlo. Ojalá logre los respectivos reconocimientos y pueda alcanzar nominaciones en los Spirit o los Oscar del próximo año.

Gracias a Franco, Martinez, Crise y Korine esta peli vale la pena verla en cine. Una muy grata sorpresa de nuestra cartelera comercial.

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Pink Flamingos

Via Revista Neon

Hace unas semanas hubiera hablado muchas pestes de esta peli, si hubiera estado en la universidad creo que hubiera dicho que es una obra divertida e incluso de culto, hoy pienso bien diferente pero no por el hecho de una madurez psicológica o algún desenvolvimiento personal por el estilo. John Waters es un actor, escritor, fotógrafo estadounidense y director de cine que nació en Baltimore en 1946 y se hizo reconicido por su material trasgresor en Hollywood.

Recientemente vi un documental muy interesante llamado This Film Is Not Yet Rated donde se hace referencia a la actitud censora de la Motion Picture Association of America (MPAA) aquella que pone al principio de los cortos si una peli esta ratificada o no. Su poder es inmenso como corrupto, promueven el cine comercial auspiciada por los grandes distribuidores, los estudios, y en general, todos los poderes de Hollywood. Los independientes concursan en festivales pescando patrocinios y al lograrlo con uno de renombre este exige su calificación a través de la MPAA que a su vez amangualada con los mismos patrocinadores deciden que exiben y que no.

El resultado es triste, mientras el contenido independiente ha sido bombardeado y boicoteado en las últimas dos décadas de todas las formas posibles, el cine comercial es promovido y catapultado a través de sus primos cercanos. Así, mientras en Boys Don’t Cry de Kimberly Peirce era censurada por la escena de violación sobre Brandon Teena y logra una clasificacion NC-17 películas como I Spit On Your Grave de Steven R. Monroe se jacta casi sin sentido de una violación parecida de casi 20 o 30 minutos con una clasificación R mucho más asequible al público comercial.

Muchos directores incluído Waters van en contravía de esta absurda política y han fortificado su material hacia lo más profundo de su crítica. Pelis como Hairspray y Polyester son burlas directas de Waters a esos sectores reaccionarios de Hollywood. En ese sentido se hace divertida de ver, de calificar. Lejos de pensar como en la universidad donde hubiera adorado los filmes de Waters por pertenecer a la estética Camp donde se enfatiza la frivolidad, la clase media ingenua, la petulancia y el impacto como elementos clave, en este momento creo admirar su obra por su actitud contestaria frente al sistema. La trama es una serie B sobre los anhelos de Divine en convertirse en el ser más cochino y repulsivo de la faz de la Tierra. Su cometido se logra perfectamente, el absurdo para llegar hasta allá atraviesa todos los estándares y estructuras morales de la sociedad occidental. Cinemax está rotando la versión del aniversario número 25 con comentarios del autor y escenas borradas.

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