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Too Big to Fail

Para poder ver Too Big to Fail de Curtis Hanson es recomendable primero que le echen una ojeadita a Zeitgeist o Inside Job. Hanson es un gran director de cine y de adaptaciones literarias por excelencia; me encantó por primera vez con L.A. Confidential -muy nominada en los Oscar y que incluso ganó mejor guión y mejor actriz para Kim Basinger– después por cosas de la vida leía Wonder Boys de Michael Chabon y el director logró una excelente versión de la novela.

Too Big to Fail es una producción de HBO para TV, basada en la novela del mismo nombre de con un reparto de locura que va desde William Hurt hasta Billy Crudup o Paul Giamatti y que relacionamos en el blog porque aunque no ganó nada en los recientes Emmy fue nominada en casi todas las categorías, dándole un revuelo impresionante y que aprovechamos para recordarles que la cadena la está rotando fuertemente este mes.

Hanson no se va con rodeos en esta peli, por eso es importante documentarse un poco antes. Queda bastante claro en Inside Job todas las sucias jugadas de los banqueros, corredores de bolsa, economistas y miembros del gobierno mismo que en una alianza macabra, no vista desde los años de Rockefeller a principio del siglo XX -y que condujo a la gran depresión de los años 20’s en Estados Unidos-; empezando por Alan Greenspan que en ese entonces fue nombrado Presidente de la Reserva Federal comienza una campaña en contra de las restricciones a los bancos y sus transacciones. Se orquestó de la manera más vil posible un juego donde los bancos prestaban plata, a los inversionistas, los corredores tomaban esa plata y conscientemente la ponían en negocios de alto riesgo, donde tanto ellos como los grandes inversionistas aseguraban su plata con altas pólizas y, finalmente, mediante terrorismo bancario los mismos corredores se encargaban de hacer colapsar dichos negocios para recoger las dividendos de las grandes pólizas.

Esto dejó como gran perjudicados a los pequeños inversionistas. El grueso de la clase media y clase media baja de norteamericanos que de buena fe invirtieron no sólo en acciones sino en vivienda e hipotecas. Los economistas, cómplices en el maquiavélico juego, llegaron con sus teorías a ratificar las buenas gestiones del mercado y a echarle la culpa a la burbuja inmobiliaria. Inside Job demuestra con hechos como al gobierno le tocó untarse las manos para salvar a estos criminales que simplemente rotaron de puestos, abandonando sus sillas presidenciales para ocupar puestos en el gobierno o prestigiosas posiciones académicas.

Too Big to Fail atiende, tal vez para mí, el caso más grave, el de Henry Paulson. Un banquero importante que lideraba las acciones de uno de los cuatro bancos más importantes de Norteamérica y del mundo entero, Goldman Sachs. Paulson completamente untado de esta miel de codicia y malversaciones siente el apocalipsis de su banco y pide ayuda al gobierno y a sus camaradas banqueros. Vende sus acciones en el punto más alto posible, logra salvar su pescuezo y como si fuera poco el gobierno Bush lo pone al frente de la Secretaria del Tesoro -algo así como el Ministerio de Hacienda– donde continúa o perpetúa el juego para sus amigos. El colapso de los bancos y las acciones anti-capitalistas de nacionalizar los bancos con inyección de capital y regulaciones internas no se dejan esperar. Su chivo expiatorio es Richard Fuld (James Woods), presidente de Lehman Brothers que al igual que Paulson o Lloyd Blankfein -en Goldman Sachs-, John Thain -en Merrill Lynch– o John J. Mack -en Morgan Stanley-, juega a tratar de salvarse en el mismo juego, con las mismas reglas de todos y pierde su cabeza. El gobierno lo deja morir aparentando una inexistente justicia capitalista hacia las malas acciones financieras, mientras con la otra mano trata de tapar el hoyo de AIG, la aseguradora de los bancos que al final fue la que se chupó todos los desperdicios tóxicos inmobiliarios del mercado.

El artificio es bien complejo. Fueron cuatro bancos los que prácticamente se repartieron los dividendos de Estados Unidos a los ojos perplejos del gobierno y este no pudo hacer nada gracias a los movimientos del susodicho honorable Alan Greenspan. El chistecito casi colapsa la economía mundial y a pesar de su casi inmimente hundimiento, la banca años después sale airosa a decir que fueron «demasiado grandes para fallar». Una descarada corrupción que ni el presidente más progresista, la encarnación del cambio y la esperanza -como lo fue Barack Obama para sus electores- ha podido modificar. Obama creyente de sus ideales aterrizó en un puesto donde lo único que pudo hacer fue acceder a ponerse los hilos de la marioneta en la que se convirtió. Permitió la continuidad del juego banquero y más recientemente otorgó incluso un veto político y racista al pueblo palestino en contra de sus deseos frente a la ONU de ejercer su derecho natural como nación, una clara contradicción de su campaña y de sus principios.

Comparada con los filmes nombrados que hablan de la corrupción bancaria como Zeitgeist o Inside Job, Too Big to Fail es una buena peli -por lo menos muy superior a la burla de Casino Jack que sólo trató de frivolizar el crimen y la corrupción a la que habían llegado estos corredores.

Nota personal. Marcelo Zarvos a quién relacionamos en The Beaver por su excelente composición musical, en esta ocasión también nos trae un excelente desempeño. Una orquestación maravillosa y una ambientación impecable durante toda la pieza.

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The Burning Plain

No se si ustedes estén cansados de las pelis con mosaicos argumentales, esos que tienen líneas de desarrollo paralelas donde en algún momento de la peli todo confluye y se resuelven todas las dudas, todos los acertijos, todas las apuestas. Gracias a mi prima supe que se llamaban películas corales y entre ellas podemos encontrar Short Cuts de Robert Altman, Happiness de Todd Solondz, Magnolia de Paul Thomas Anderson, Requiem for a Dream de Darren Aronofsky, más recientemente Amores Perros, 21 Grams, y Babel de Alejandro González Iñárritu o Crash de Paul Haggis y pues el uso de la herramienta estuvo bien.

The Burning Plain es una peli escrita y dirigida por Guillermo Arriaga que es el mismo autor y guionista de Amores Perros, 21 Grams, y Babel y obviamente el recurso de la narrativa coral está presente. Repito, no se si llegue a cansar pero independiente de la narrativa, de esta peli hay que decir que, es una historia oscura, con personajes densos, muy auténticos que nos dejan la sensación de un argumento muy bien estructurado y sobretodo una peli muy bonita.

Tal vez el único detalle que le reclamo a la peli es que en esa estética de mosaico uno empieza a echar globos tratando de descifrar la peli y al intuir la trama, el final se vuelve un tanto predecible.

Dos grandes actrices ganadoras del Oscar lideran el reparto de esta peli; por un lado, Charlize Theron protagonista de la historia macro, nos muestra una mujer descarnada, desilusionada, sin brillo en sus ojos contrastando una doble vida donde administra un restaurante exitoso, donde es muy amable, servicial, diligente, inteligente comensal y muy sexy; la otra actriz es Kim Basinger que si bien el personaje de Theron es la protagonista, el de Basinger es el rifle de Babel. Las dos actuaciones son impecables así como el del resto del reparto John Corbett, José María Yazpik, Robin Tunney, J.D. Pardo, Rachel Ticotin y Jennifer Lawrence.

Me sorprendió mucho Corbett que nos tiene acostumbrados a comedias romanticas de la mano de Nia Vardalos o Sarah Jessica Parker, en esta peli no tiene un protagónico pero de una manera sobria y delicada cumple su papel. Muy buena dirección de actores por parte de Arriaga.

Como si esto fuera poco para el primer largometraje de Arriaga, la producción la completan los siguientes pesos pesados: Hans Zimmer y Omar Rodriguez-Lopez en la música, Robert Elswit en las cámaras, Craig Wood en el montaje y en el casting Debra Zane.

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