Ali Abbasi, Drama, Exploitation, Fantasia, Folk, Gore, Indie, Internet, Miguel Vaca, Movie, Sci-Fi, Serie B, Storytelling, Svensk Film, Vacacion, World

Gräns

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¿Qué es esto?

Me disponía a comer y me tocó parar por completo ¿Es maquillaje?

¡Claro que debe ser maquillaje! Pero ¿Qué es esto? Realmente es muy inquietante por no decir pertubador, ahora, he buscado y definitivamente es maquillaje. Es nuestra vieja conocida Eva Melender de Brön. ¡Pordiós qué maquillaje! De razón estuvieron nominados Göran Lundström y Pamela Goldammer en esa categoría. De acuerdo, hay gente que nunca ha visto Game of Thrones. Todobién. No juicios por aquí. Sin embargo, a veces, algo tan espectacular como Star Wars, Avengers o Game of Thrones, deja de ser una posibilidad y se vuelve una tarea… Esta gente de maquillaje en Gräns, ha trabajado en Doctor Who, The Wolfman, Clash and Wrath of the Titans, Hansel & Gretel: Witch Hunters, Game of Thrones y True Detective: Tercera temporada. No es cualquier cosa, podrán ser producciones de Serie B, unas muy buenas y otras muy malas ¿pero en maquillaje? Impecables.

Me voy a alejar de lo obvio, que es un excelente trabajo de maquillaje.

La trama se desarrolla en la historia de Tina, una chica que no es igual a las otras chicas de su especie, ¿es humana? Ciertamente, tiene unas facciones fuertes y un cuerpo robusto pero podemos asegurar que sí, es humana. Tiene un talento. Su olfato, puede detectar rabia, miedo, remordimiento en los humanos, ha encontrado un lugar perfecto en el mundo: una agente de aduanas en la frontera de Suecia, al parecer con Noruega, a la altura de Skognäs -nada significativo sólo es que la historia parece ser tan peculiar y específica en el detalle máximo geográfico, que la hace a su vez un lugar cualquiera de Suecia, en el medio de la nada, en el medio del bosque-.

A primera instancia es una historia de fantasía y aventura pero entrelíneas, hay un lenguaje muy muy fuerte sobre los transgénero, y cualquier persona que se sienta inconforme con su apariencia, su sexualidad y su género. El espectro sexual es amplio y diverso. La batalla de sus transgresores se da porque en el estándar de los heterosexuales, durante mucho tiempo hemos tratado de mantener un binarismo que hoy en día gracias a mucha socialización estamos tratando de dejar atrás. Dicha batalla no ha sido sencilla, se le considera al transgresor, pecador como poco, pero escuchamos que hay una fuerte arremetida hacia ellos en forma de matoneo donde se connota que son asquerosos, deformes, depravados, parásitos de su propia diversión o monstruos. Precisamente, los calificativos que han mantenido sumisa a Tina durante toda su vida hasta que encuentra a Vore, un transgresor de la transgresión, un infractor, ¿una media naranja para Tina?

Rica. Llena de mucha sutileza y muchos esquemas en el imaginario que se deben estudiar; otro ejemplo, ya para cerrar, no es gratuito el título de la obra tampoco: «frontera»; límite entre qúe y qué, ¿entre humano y otra cosa? ¿Entre normal y anormal? ¿Quién es normal, el que está adentro o la que está afuera? ¿Entre macho y hembra? ¿Entre local y migrante? Esa es otro tema, no obstante, esta que acompaña esta entrada, fue la versión que yo determiné pero puede también ser otra la intención del realizador Ali Abbasi, de pronto, desde su perspectiva sueco-iraní quiere hablar del musulmán migrante y la segregación religiosa que ha sufrido; o quién sabe si John Ajvide Linqvist sencillamente quería un relato macabro de una extraña Blancanieves (Låt de gamla drömmarna dö). Con esto lo que quiero afirmar es que no es una pieza sencilla que se pueda admirar, calificar o clasificar desde un punto de vista único, lo que la hace resaltar entre las de su categoría -me refiero a las nominadas a mejor maquillaje en los reciente Oscars-. Gran descubrimiento y qué bueno encontrarnos de nuevo con Linqvist -que ya conocimos con Låt den rätte komma in-.

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Ana Lily Amirpour, Exploitation, Folk, Indie, Internet, Miguel Vaca, Movie, Netflix, Serie B, Vacacion, Vampire, World, الفيلم الإيراني

A Girl Walks Alone at Home

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Es raro hablar por estos días de pelis que no estén concursando en los Oscar pero es que pocas veces se puede tener acceso a cine independiente de tan buena calidad como A Girl Walks Alone at Home de Ana Lily Amirpour. Yo tuve la oportunidad de verla a través de Netflix pero se puede aprovechar en este momento que se encuentra en rotación de salas alternativas en Bogotá.

La anglo-iraní (residente en Estados Unidos) ha hecho su portafolio cinematográfico a partir de cortometrajes de serie B que le fueron armando su fama no sólo de realizadora alternativa sino incluso la empiezan a comparar con Quentin Tarantino. Ciertamente, esta pieza empieza primero como un corto en 2011 que gana mejor cortometraje en el Festival de Cine Iraní de Noor y eso le da impulso para que tres años después se anime a hacerlo largo. Su carrera al reconocimiento empieza su recorrido por Sundance donde levanta las miradas de la crítica, luego recorre –entre otros– Ohio, Londres, Dublin, Glasgow, Sitges, Los Fangoria, Los Gotham y completa su travesía con las nominaciones de mejor ópera prima, mejor cinematografía y “Alguien a Quien Echarle un Ojo” en Los Spirit del año pasado.

Y claro, es un filme de vampiros, pero sobresale su narración, su fotografía en blanco y negro y su juego de planos llenos de exquisito erotismo. La primera vez que escuché de este filme, me llamó la atención la esencia de su materia y el origen de su realizadora. ¿Cómo podría ser el enfoque de una iraní sobre la temática de vampiros? La respuesta es una peli llena de una profunda elegancia, evocando el periodo clásico del género, y una actitud contestaria metaforizando al ‘chupasangre’ en un régimen despótico como el iraní. Ella, su capa y su desplazamiento en patineta le meten picardía y genialidad al planteamiento de una mujer que lejos de ser caprichosa quiere explorar su sensibilidad reprimida.

A Girl Walks Alone at Home se suma a Låt den rätte komma in de Tomas Alfredson y Bakjwi de Park Chan-wook pelis que se resienten de la lamentable comercialización del vampirismo de Twilight o Vampire Diaries y que con ingeniosos giros se vuelven clásicos instantáneos en el género. Estas tres, sumadas a The Hunger y Bram Stoker’s Dracula hacen parte fácilmente de mi top 10 de Vampiros, y claro está, no me olvido de los Dráculas de Christopher Lee y Bela Lugosi o la tripleta exquisita de Nosferatus de F.W. Murnau, Werner Herzog y E. Elias Merhige (Shadow of the Vampire). Veremos cómo continúa su proceso Ana Lily Amirpour ahora que se lanza en su siguiente proyecto con una de caníbales.

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Dawn of the Planet of the Apes

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Hace un par de años Rupert Wyatt fue encargado de relanzar la franquicia del Planeta de los Simios y todos temimos que iba a ser otro guiño a las acciones de Charlton Heston, por allá al final de los años 60, tal como sucedió con la desafortunada Planet of The Apes de Tim Burton en 2001. La de Burton no fue especialmente una mala pieza sino más bien una decepción. Grandes avances en maquillaje, grandes avances en tecnología, cámaras, narrativa y, al final, un pésimo resultado tratando de resolver lo más icónico del Planeta de los Simios, su desenlace.

Fue entonces cuando Wyatt, de la mano de Rick Jaffa y Amanda Silver, recrearon el posible inicio de la revolución con Rise of the Planet of the Apes. Will Rodman (James Franco) es un científico que busca una ayuda para el Alzheimer que sufre su padre; investiga la regeneración de células cerebrales mediante el uso de un virus y está en un punto muerto donde no puede controlar los efectos secundarios violentos de la droga administrada directamente en simios; cuando al laboratorio se le acaba la paciencia y determina la eutanasia de todos los especímenes infectados, Rodman adopta un pequeño recién nacido que resulta infectado por su madre gracias a la comunicación intrauterina. Este joven es Caesar, el líder de los simios que busca su libertad cuando siente que los humanos lo han abandonado y traicionado.

En ese punto habíamos dejado la historia y el punto alcanzado por Wyatt era realmente alto. Tan alto que cuando nos enteramos que no iba a participar en la segunda parte de la serie y que su sucesor iba a ser Matt Reeves experimentamos físico pánico.

Matt Reeves es el nuevo director y es reconocido en Hollywood por sus trabajos melodramáticos en TV como Felicity, Miracles o Conviction; así como el reciente enlatado de Låt den rätte komma in (Let Me In) protagonizado por Chloë Grace Moretz que más que enlatado fue la versión hablada en inglés de la impecable cinta danesa de vampiros. Claro también fue el director de Cloverfield y esto añadía una cierta porción de duda razonable a su gestión, un poco de esperanza para que la secuela tuviera algo de gracia y calidad.

Pues bien el resultado es la justa medida del sentimentalismo de Felicity, la imaginería de Cloverfield y el drama visual de Let Me In. Un raro salpicón que se fundió perfectamente en el guión de Mark Bomback y los reincidentes Rick Jaffa y Amanda Silver.

Reeves encontró la forma, tarea nada fácil, de superar Rise of the Planet of the Apes partiendo de un guión de los mismos creadores de la misma historia; ensamblando un reparto muy bueno que va desde Gary Oldman hasta el sensacional Jason Clarke, pasando por una dulce y aguada Keri Russell (Felicity) y obviamente Andy Serkis de nuevo como Caesar. La trama se olvida de la génesis del virus y avanza donde la desolación del Apocalipsis humano hace brillar la sociedad de los simios, liderados por Caesar y refugiados en lo más profundo de los Red Woods californianos. Este nivel de paz alcanzado se ve alterado por un grave incidente, un humano transgrede sus límites y llega hasta el dominio de los simios, en busca de una represa para reparar su hidroeléctrica, pero en el camino se topa con dos simios aislados, entra en pánico y mata a uno de ellos desencadenando la furia e indignación del resto de la manada. Caesar con la cabeza más fría que el resto de sus similares decide confiar que fue sólo una eventualidad, expulsa a los humanos que acompañaban al accidentado instigador y les perdona la vida. Dicha determinación divide al grupo sobre todo porque Koba (Toby Kebbell), con sus dolorosas memorias de tortura cicatrizadas en su cuerpo quiere aprovechar este único momento de venganza y siente el desplante de Caesar como una gran frustración.

En adelante, se evocan los sentimientos de un simio que vivió la parte más cálida de los humanos y el otro que vivió la más fría ignominia, desencadenando dos fuerzas igualmente poderosas, combinadas con la peligrosa volatilidad de los atrincherados humanos. Un gran planteamiento que desborda una gran peli.

El final abierto hacia una siguiente fase de la franquicia queda perfectamente intacto. Pero al parecer no todo el equipo de guionista va entero, pues sólo se escucha de Mark Bomback, y de nuevo FOX nos pone a sufrir así Matt Reeves esté confirmado. Ojalá se vuelvan a combinar las audacias del director, la genialidad del maestro Michael Giacchino en la composición musical –que logro la escalofriante mezcla de tonos clásicos extraídos de las piezas originales con composiciones originales dando como resultado un incomparable ambiente, tanto ambiental como sentimental–, un posible reparto basado en Jason Clarke, Andy Serkis y Toby Kebbell que en serio dan la nota de genialidad en esta pieza.

Para los que no han visto la cinta, la boleta se paga (con estos ya nombrados items pero además) con la fotografía de Michael Seresin –por la inclusión de esos planos secuencia tan importantes en el cine, sobre todo ese del tanque así como la imagen de Koba atravesando el fuego que da escalofríos verdaderos–, el diseño de producción de James Chinlund que poco a poco va evolucionando la comunidad de simios incluso con sutilezas en el vestuario, perdón la repetición pero vale de nuevo la nombrada de Michael Giacchino y el laborioso trabajo de Terry Notary, entrenador de actores que desarrolló lo que él llama un «humancé», una especie de chimpancé más evolucionado y que se dió el lujo de actuar como Rocket. Este «humancé» es un logro muy importante, aparte de su comportamientos el plano final con el cierre a primerísimo plano de los ojos del simio hace que se difumine el límite entre la bestia y el humano aportando un punto más a la larga lista de aciertos

Muchos momentos y muchos guiños para destacar en esta excelente peli… Creo que me la voy a repetir un par de veces más.

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RoboCop

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Los enlatados son una gran moda en estos días de la industria en Hollywood. No sólo se rehacen versiones del pasado, también se lanzan megaproducciones de pelis recién hechas en países de menor cobertura de distribución y se relanzan orígenes de arcos narrativos de historias porque se supone pueden ofrecer aún más taquilla; aunque muchos de los enlatados vienen del género del terror, las franquicias mismas se han vuelto un enlatado de si mismas como una molesta e impertinente serpiente de Uróboros.

Rehacer versiones de una pieza cinematográfica es una salida válida para compensar la falta de algún elemento en el pasado como por ejemplo algún avance técnico o una visión más moderna de la trama. Generalmente, un enlatado suena mal porque se ha venido viendo como reflejo de la falta de creatividad de los recursos de la industria norteamericana en el cine, tanto en sus escritores como en sus directores y productores; sin embargo varios maestros han logrado desarrollar grandes piezas de arte, icónicas incluso, basados en la reinvención de clásicos de otrora, dentro de los cuales Martin Scorsese y Brian De Palma parecen los más destacados; el subgénero ha caído en un ciclo inaudito donde la pompa de los estudios hacen ver como originales tales enlatados como City of Angels (Der Himmel über Berlin de Wim Wenders), Let Me In (Låt den rätte komma in de Tomas Alfredson), The Girl with the Dragon Tattoo (Män som hatar kvinnor de Niels Arden Oplev) o más recientemente Oldboy (Oldeuboi de Park Chan-wook) pero no son más que recreaciones planas sin mayores aportes a la historia.

Quizás uno de los más repudiados directores de los 80’s curiosamente se ha vuelto objeto de recreación por estas épocas: El holandés Paul Verhoeven. Verhoeven gusta sin ser demasiado indulgentes del cine basura; le encantaba la explotación de la comunicación a través de figuras televisivas y a veces lo combinaba con algo de ciencia ficción; sus cintas eran de bajo presupuesto e iban del delirio a la hecatombe cinematográfica pero para no recordar sus pasos en falso quedémonos precisamente con sus aciertos –que por mi lado son cuatro–: Basic Instinct, Total Recall, Starship Troopers y RoboCop.

No se si eran geniales sus piezas pero por lo menos estas cuatro fueron muy divertidas y como vimos recientemente cuando reseñamos Total Recall envejecen bien, que ya es mucho que decir de una serie B. No obstante, Total Recall y Basic Instinct parecen pertenecer a otra categoría; Basic Instinct por su temática de thriller de suspenso policiaco; Total Recall porque fue un ejercicio a medio camino que ya iba muy adelantado por el duque David Cronenberg. Tanto Starship Troopers como RoboCop manifiestan la esencia desgarradora, sangrienta y ecléctica de las producciones de Verhoeven; por lo mismo, si uno dice que estas son sus mejores piezas sus peores casi que se vuelven innombrables.

RoboCop es una de esas pelis futurísticas, con una visión oscura de nuestro destino; desorden, caos, corrupción, violencia desmesurada y control de las masas mediante los medios de comunicación. Su narración es contrariante porque mientras uno asiste a la cinta hay constantes interrupciones, uno a uno, de propagandas de productos solares o cortes informativos con las últimas noticias del noticiero de las 7PM.

La visión descarada de los 80’s nos permitió aceptar esta cinta y asumirla como una gran pieza de ciencia ficción; sin embargo, recién lo decíamos en los primeros renglones de esta entrada, el peor enemigo de una producción de Hollywood, es la industria misma cuando empiezan a volver todo franquicia, continuación de la continuación; uno de los grandes errores de RoboCop, saliendo en completa defensa de Verhoeven fue RoboCop 2 de Irvin Kershner y más aún RoboCop 3 de Fred Dekker. No hay mucho que decir, la Uróboros se comió hasta el último pedazo de su cola y se volvió un asqueroso monigote donde ni siquiera estaba el gran Peter Weller.

Veinte años después, José Padilha el director brasilero de Tropa de Elite (1 y 2), se monta en el tren de traer este personaje y hacerlo contemporáneo. MGM, Columbia Pictures y Sony Pictures hacen una gran apuesta y empiezan por atraer un reparto de muchos kilates; Michael Keaton como el dueño de OCP, Jackie Earle Haley como la mano derecha y corrupta de OCP, Gary Oldman como el científico que trae a la vida este cybrog, Jay Baruchel el vendido de mercadeo, Samuel L. Jackson como el manipulador de las noticias, Michael Kenneth Williams como el compañero fiel de trabajo, Abbie Cornish como la esposa y Joel Kinnaman como Alex Murphy.

Los estudios trajeron de vuelta a Edward Neumeier como escritor que no es mucha garantía de calidad pues él mismo fue el creador de las ignominiosas segunda y tercera parte de la saga. Pero lo interesante fue que Padilha si armó un equipo de lujo creativo brasilero que da una mirada refrescante a la visión ochentera de Verhoeven; son ellos Pedro Bromfman en la partitura, nada más y nadie menos que Daniel Rezende (Cidade de Deus) en el montaje y Lula Carvalho como director de fotografía.

La historia sigue envuelta en una peligrosa Detroit en 2028 cuando el crimen y la anarquía dominan la ciudad. OCP es una contratista del estado que viene ejerciendo exitosamente su labor de reposición de la calma en el Medio Oriente, mediante robots tácticos regidos por comandos de su jefe Rick Mattox (Jackie Earle Haley); Raymond Sellars (Michael Keaton) CEO de OCP necesita expandir su negocio de vuelta en la nación pero se topa con varias trabas en el congreso que no le permiten incluir robots inanimados en el control de ciudadanos; su opción es entonces crear un cyborg, mitad hombre mitad robot, para la labor y encomienda al doctor Dennett Norton (Gary Oldman) de la tarea, que después de muchos estudios decide irse por un joven policía que perdió la mayoría de su cuerpo en un atentado terrorista perpetrado por la mafia de Detroit y albergada por la corrupción de su departamento de policía.

En principio, es la misma historia de los 80’s; en principio, el planteamiento de RoboCop de Verhoeven es mucho más dramático y sanguinario, recordar la muerte de Murphy es realmente duro; en principio, todo parece apuntar a ser un nuevo gran descache de Hollywood pero, Padilha sutilmente se sale con la suya; unos ajustes en el traje, una forma diferente de presentar a Murphy y un desarrollo –más lavado de la historia original– igual con su toque sanguinario permiten emoción y entretenimiento.

Es una buena peli esta de José Padilha: Si, pero sólo en IMAX
Vale la pena un enlatado de RoboCop basado en estas premisas: No, hay muchas historias originales e interesantes para desperdiciar talentos en estas babosadas ligeramente alteradas para que se adapte a nuestra época; por lo menos si podemos decir que en el reto del mejor enlatado (de Verhoeven) la batalla la ganó de lejos José Padilha sobre Len Wiseman (Total Recall) y esperaríamos un apoyo más fuerte por parte de la industria a nuevos proyectos del ingenio brazuca.

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Her

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Hace rato, mucho rato, por allá temprano en el 2012, vimos por primera vez el corto-avance de la nueva peli de Spike Jonze y nos sobrecogimos en pensar que algún día la tendríamos en nuestras salas; al mismo tiempo dudamos y nos llenamos de melancolía porque no entendimos cómo fue posible que Where the Wild Things Are nunca se proyectó en Colombia y pensamos que de pronto iba a pasar lo mismo con Her; los impacientes encontrarán los medios para verla ahora mismo en internet y los otros no tendrán que esperar mucho porque en marzo llega a nuestras salas y la verdad es que vale la pena verla en una proyección cinematográfica.

Theodore Twombly tiene un nombre curioso, casi tan curioso y particular como todas los personajes de las historias de ciencia ficción; vive en un mundo no muy lejano al nuestro donde reconocemos que la sociedad y la tecnología han sufrido cambios o una pequeña evolución. Theodore, interpretado por Joaquin Phoenix, es un empleado en una especie de Hallmark del futuro donde escribe cartas de amor para personas con dificultad para expresar sus emociones; vive una vida solitaria después de fracasar en su matrimonio con Catherine (Rooney Mara) pero con la suficiencia que le brinda su trabajo para comer lo que desea tranquilamente, tener los más innovadores dispositivos, los más curiosos juegos de video y sobre todo las últimas actualizaciones en sistemas operativos; Her se centra en la situación creada por este hombre solitario y, ni siquiera la máquina sino el soporte lógico que a través de un corto cuestionario genera y personaliza una voz, una voz que Theodore pide sea el de una mujer; esta voz resulta ser cálida, curiosa, juguetona, intrigante, sensual, sexual y algunas veces demasiado extrovertida; la cualidad principal de esta voz dentro de su programación es que es inteligencia artificial así que igual que con las primeras cinco preguntas para iniciar el sistema operativo, que analizaron una pequeña situación, un tono, un perfil psicológico del usuario y definieron un cliente para que esta voz fuera lo más personalizada posible para Theodore, así mismo el sistema operativo va aprendiendo del usuario, va desarrollando un conocimiento específico y se empieza a personalizar especialmente para Theodore. La voz es interpretada por Scarlett Johansson.

Es claro para todos los que han visto esta peli que lo fundamental de ella no es si está bien hecha o si está bien dirigida o si está bien actuada; sus cinco nominaciones al Oscar -incluyendo mejor peli del año-, su Globo de Oro por mejor guión y sus nominaciones en los diferentes gremios hablan claramente de su factura; casualmente estas tres llaves se combinan a la perfección y por eso es que de pronto podemos discutir el siguiente punto que si es fundamental: cómo se desarrolla el amor en nuestra contemporaneidad. No sin antes afirmar que es un gran desacierto haberse olvidado de Joaquin Phoenix en la categoría de mejor actor principal en todas las galas donde la pieza ha concursado; sin él las sensaciones, las emotividades y las vulnerabilidades no hubieran podido manifestarse tan bien como lo hicieron.

Her es una cinta de ciencia ficción pura. No por desarrollarse en el futuro, sin importar si es cercano o si es posible; tampoco por demostrarnos cómo evolucionaría nuestra sociedad en un momento dado de la tecnología; Her expone una duda científica sobre la capacidad del ser humano de interrelacionarse con un aparato de inteligencia artificial, crear empatía con una entidad inanimada y lo más crucial entender la posibilidad de enamorarse de esa entidad enmarcado dentro de un panorama que se describe como árido para las relaciones interpersonales y, donde envueltos en nuestros dispositivos, cada vez nos hacemos más incapaces de leer los significados de una mirada, somos más vulnerables a una malinterpretación de nuestras acciones o simplemente nuestra introspección se apodera de nuestra personalidad si no estamos conectados a un dispositivo o una red social. Una de las grandes inquietudes de Theodore, sin embargo, es que en el momento en que siente celos de Samantha, el cliente con la voz interpretada por Scarlett Johansson, él no sabe si todo lo que ha vivido es una mentira codificada para generar precisamente ese nivel de empatía en los usuarios, no sabe si comparte una relación amorosa con ella o si es un guión provisto por el sistema operativo y colapsa.

La peli me encantó en planteamiento, en la discusión que plantea, pero creo que me dejó boquiabierto en otros dos aspectos completamente aislados; el primero, el diseño de producción y la dirección de arte de K.K. Barrett y Gene Serdena, respectivamente, que nos involucran en ese mundo creíble y cercano que puede ser el mañana de las futuras telecomunicaciones; impecables ambos, nos dejan inmersos inmediatamente en la trama sin distraernos sino que al contrario nos regocijamos y lo hacemos aún más creíble para nuestros adentros; el segundo punto importante para nosotros, pero no mucho para La Academia, fue la fotografía; desde su debut en los largos, Jonze siempre trabajó con Lance Acord que le dió esa sensación onírica tan particular de los guiones de Charlie Kaufman o interpretativa del estilo de Maurice Sendak; en esta ocasión trabaja con uno de los genios recién descubiertos de los países nórdicos como lo es Hoyte Van Hoytema. Van Hoytema lo conocimos por primera vez en Låt den rätte komma in de Tomas Alfredson y su magnífica historia de vampiros, en The Fighter de David O. Russell y de nuevo con Alfredson en la adaptación de la novela de John le Carré, Tinker Tailor Soldier Spy; vuelve Van Hoytema a obnubilarnos, a hipnotizarnos, a transgredirnos con una sugestiva atmósfera pálida y nublada contrastada con los rojos del vestuario, cálidos y algunas veces ácidos; con encuadres íntimos y cercanos; y, con iluminaciones igualmente personales e íntimas. De los nominados no sabría a quién quitar porque todos son muy buenos pero seguro alguno haría campo suficiente para que el nórdico fuera reconocido como el mejor de su campo -este año Van Hoytema es esperado por su trabajo, también de ciencia ficción con Christopher Nolan en su esperadísima Interstellar-.

Spike Jonze, aparte quizás tan sólo de Mark Romanek, es el único de esa tendencia de grandes directores de videos que siempre le ha apostado por las sugerencias visuales y la vanguardia visual; a diferencia de Romanek que no ha estado muy abierto a desarrollar muchos más proyectos de largometrajes, y que más bien se devolvió a los videos, Jonze ha logrado combinar las dos corrientes para seguir proponiendo alternativas gráficas, seguir explorando la comunicación de los avances de la tecnología de la imagen y seguir siendo fiel a ideas creativas que incluso lo ponen en la punta más innovadora de Hollywood como director y como escritor, haciendo esa labor tan fascinante que logró con exquisitez en los 90’s con todos sus videos de los Beastie Boys, Björk y Fat Boy Slim.

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Tinker Tailor Soldier Spy

Aunque llegó muy tarde, Tinker Tailor Soldier Spy es una de las pelis que más deseé ver al final del año pasado. No sólo porque su director, Tomas Alfredson, me había fascinado con Låt den rätte komma in sino porque además Gary Oldman parecía haber encontrado la fórmula de reconocimiento para la gran institución que representa.

Obviamente, a Oldman lo tenemos súper presente como Jim Gordon, en la trilogía de Batman de Nolan (Batman Begins, The Dark Knight, The Dark Knight Rises) pero con tan sólo recordar a Sid Vicious, Rosencrantz, Drexl Spivey, Dracula o Stansfield en Léon uno pudiera ofenderse con la ausencia de un mayor reconocimiento por parte de La Academia pero como sabemos: Así es Hollywood y no necesariamente los mejores son los que se destacan.

Tinker Tailor Soldier Spy es el paso de Alfredson a un proyecto más comercial, menos independiente de la mano de The Weinstein Company y basado en una novela policiaca del archiduque John le Carré quien con su estilo redefinió el género ‘del espia y la guerra fría‘. Esta cinta como ninguna otra contemporanea lejos de mostrar persecuciones de carros, grandes peleas o grandes romances enfoca lo único que podríamos definir como el verdadero estilo de vida de un espia. Una silla en un cuarto por horas, fumando cigarrillos hasta el cansancio y ejecutando órdenes y prioridades. No hay mucha sofisticación en el tema pero si una gran cadena de conjeturas, análisis y uniones que pueden tomar mal parqueado a un espectador desprevenido y adormecerlo instantáneamente.

La peli en si es un éxtasis histriónico con un reparto impresionate y de un desempeño deslumbrante. Al lado de Oldman El Mendigo, aparecen John Hurt como el eje, Toby Jones El Hojalatero, Colin Firth El Sastre y David Dencik El Pobre. Después de ellos y con una gran capacidad para enredarse entre eventos, líneas y momentos Mark Strong, Tom Hardy, Stephen Graham, Simon McBurney y para balancear un poco la bella Amanda Fairbank-Hynes. El ritmo es pausado, muy rítmico casi que acompasados de la mano del maestro Alberto Iglesias que con su partitura suntuosa pone a marchar al mismo tempo todos los personajes. Recordemos que esta composición majestuosa le valió nominación en los Oscar de este año.

Alfredson se trae a la producción a Hoyte Van Hoytema quien se encarga de la fotografía de la peli redondeando un Londres en los ’70’s con un tono pastoso y enmohecido, casi que se siente el olor a humedad en los muebles o la amargura del chicote en las prendas de vestir. Ya habían trabajado juntos esplendidamente en Låt den rätte komma in y su comunicación se sobreentiende en la armonía de todos los planos que igual no serían lo que son si un buen montaje a cargo de Dino Jonsäte, cerrando el tridente en un equipo formidable en guión, cinematografía y edición.

La peli es excelente para una noche de cine donde no haya muchos distractores o demasiadas cosas en qué pensar. Tal vez me demoré un poco en la entrada y ya no está en cartelera pero siempre se puede dar una ronda por Cuevana para darle una oportunidad pero seguramente todo su diseño de producción, su partitura y su fotografía terminen pareciendo comunes y corrientes.

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Tinker, Tailor, Soldier, Spy

Tomas Alfredson es un sueco que reconocemos por Låt den rätte komma in, un interesantísimo thriller de suspenso envuelto en un marco de vampiros. Hasta ese momento sólo trabajó en la industria local sueca pero al vender los derechos de esta peli a Hollywood y permitir que desarrollaran una versión de su obra llamada Let the Right One In bueno, se selló un pacto donde ojalá con Alfredson no suceda lo mismo que con su compatriota Lasse Hallström (The Shipping News, The Cider House Rules, What’s Eating Gilbert Grape), que siendo muy bueno, se vendió a Hollywood, se fue diluyendo y terminó haciendo piezas romanticonas de bajo perfil.

Alfredson, en esta oportunidad, desarrolla un filme comercial, un thriller de suspenso de espías e intriga, basado en la novela de John le Carré pero esta vez no interviene en el equipo de escritura. Por ahora, está en la industria británica que suele ser menos mecánica pero igual es industria y debe producir rentabilidad. Aunque la producción es británica, la parte esencial de su equipo sigue siendo conformado con los suyos; Hoyte Van Hoytema, cinematografía y Dino Jonsäter, montaje, trabajaron con Alfredson en Låt den rätte komma in.

Gary Oldman (George Smiley)
Mark Strong (Jim Prideaux)
Tom Hardy (Ricki Tarr)
Benedict Cumberbatch (Peter Guillam)
Colin Firth (Bill Haydon)
John Hurt (Control)
Ciarán Hinds (Roy Bland)

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Bakjwi

Qué buen realizador ha resultado ser Park Chan-wook.
El escritor-director tiene catorce títulos entre largos y cortos y parece ser muy fiel al género de serie B que le encanta. Desde venganzas hasta esta de vampiros Chan-wook nos da una muestra del cine coreano con un acercamiento exótico y una ejecución delicada. Esta es la cuarta peli que analizamos del autor (Sympathy for Mr. Vengeance, Oldboy, Lady Vengeance) y cada vez más se le nota una madurez que progresivamente nos ha mostrado piezas más complejas y más divertidas.

A pesar que su dupla con el cinematografo Chung Chung-hoon, me encanta y en esta peli no decepciona con sus lentes, su fotografía y sus movimientos de cámara, el espectáculo se lo roba completamente Cho Young-ook con una maravillosa edición musical. Chan-wook plantea una historia de vampiros contemporánea y Young-ook lo contrasta con piezas del clasicismo más hermoso, con vientos de madera y cuerdas entonando las emociones más profundas y dando las pinceladas más extraordinarias, casi épicas de una escena de vampiros. Recobra el maltratado género de vampiros, si con la elegancia estética pero con una rudeza más afin al estilo de Chan-wook. Thirst clasifica entonces dentro de las mejores pelis de vampiros al lado de la sueca Låt den rätte komma in y la «hollywoodense» The Hunger. Obviamente Dracula de Francis Ford Coppola es una peli indiscutiblemente hermosa pero su tema es mucho menos arriesgado mostrando un vampirismo mucho más clásico.

El crecimiento del director también se ha visto beneficiado con sus reconocimientos; mientras que con Lady Vengeance logró León de Oro en Venecia y en Cannes con Thirst y Oldboy el Gran Premio del Jurado, la Palma de Oro le ha sido esquiva. A nivel personal, siento que las pelis de Chan-wook a veces pierden rumbo dentro de su complejidad y que ese rumbo se rescata con creces en el desenlace pero la atención del espectador puede verse afectada. No digo que por eso mismo no haya tenido más reconocimientos pero si puede ser que su visión más oriental de la cinematografía haya influído en la acepción occidental de su obra.

Nota personal: Encontré dos afiches para esta peli, uno estaba censurado. El censurado es el cura sosteniendo a la infiel esposa, una relación peligrosa que puede caer no muy bien entre los católicos, el otro es el que está dispuesto en esta entrada, el cura apenas la toca pero aparecen sus piernas desnudas que hacen más implícita su relación carnal.

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Afiches más Destacados

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Låt den rätte komma in

Ilusionado por lo que leía en libros, revistas, artículos y recortes sobre Ingmar Bergman asistí alguna vez a una peli sueca en un festival de Eurocine a mediados de los 90’s; decían que estaba basada en un guión del director. En esa época no sabía que para ir a este festival hay que revisar muy bien las pelis porque no necesariamente traen lo mejor, lo más nuevo o lo más sobresaliente. Efectivamente, fue golpeado con un bodrio sueco que me dejó sin aire por casi una década.

Últimamente, hemos asistido cada vez más frecuentemente a cine comercial escandinavo y la experiencia ha sido delicadamente exquisita. Noruegos, suecos y si me lo permiten daneses y alemanes nos han llenado con una brisa de nuevo cine que nos enriquecen con una bocanada de nuevas perspectivas y nuevas historias. No estoy hablando necesariamente de Stieg Larsson y su trilogía de Millenium pero si también.

(Cuidado: es muy posible que de aquí en adelante encuentren contenido revelador de la peli)
Hablo especialmente de Låt den rätte komma in, una peli realmente hermosa que está llena de sorpresas pero sobre todo que es fiel al género de Vampiros. Una de las grandes calamidades de Twilight o Vampire Diaries en TV es que traicionaron el género y lo volvieron ridículo, superfluo e incluso le fallaron a las reglas mismas de ser vampiro. Esta peli del aclamado director Tomas Alfredson nos da no sólo una nueva mirada sobre los vampiros sino también nos vuelve a poner las reglas muy claras. Son inmortales, se alimentan de sangre humana, no entran a un lugar si no les es permitido pero sobre todo son frágiles a la luz solar (digo esto último porque la verdad sentí un malestar grande cuando en Twilight el mayor riesgo de un vampiro de enfrentarse a la luz solar era que la piel le brillara como diamantes: Basura).

Un nuevo ingrediente, es que siempre los hemos visto como muertos en vida, necrofílicos o despiadadamente fríos. Låt den rätte komma in nos trae una peli donde nos contradicen este dogma y nos afirman que están vivos, que sienten empatía, que se enamoran. No dejo de pensar que Håkan, interpretado por Per Ragnar, fue alguna vez un dulce niño que se enamoró perdidamente de Eli. Qué giro maravilloso. Dicho esto, la dulzura con la que está hecha esta peli es impresionante, no hay un sólo eslabón en esta peli del cual uno pueda denigrar feacientemente siendo tal vez las actuaciones su punto más débil. Su trayectoria en festivales fue impresionante sesenta premios y diecisiete nominaciones hablan muy bien de la peli (aún no entiendo porqué carajos no fuí a verla a cine a tiempo – sabía que no iba a durar en cartelera y sin embargo la dejé pasar – hoy día me arrepiento mucho). Las cámaras y la fotografía a cargo de Hoyte Van Hoytema son increíbles, el director no estuvo dentro de nuestros favoritos escritores-directores pero si se encargo de la dedicada tarea de montaje al lado de Dino Jonsäter para entregarnos una sinfonía muy agradable; hablando de música, Johan Söderqvist comparte con nosotros una calmada musicalización que genera una tensión latente en el nudo de la peli.

El frío es palpable y Estocolmo se plantea entonces como un sitio predilecto de vampiros, no como la estación romantica donde estos sedientos seres son nobles o distinguidos personajes, un ámparo fértil para poder vivir tranquilos sin levantar demasiadas sospechas a costa de nosotros los humanos.

Nota personal: El arrullo del vampiro cuando está emocionado o hambriento, ese que parece una paloma en celo, es realmente pertubador, definitivamente muy bien logrado. ¡Qué nos sigan trayendo pelis escandinavas por favor!

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