Drama, Emo, Exploitation, Hollywood, Indie, Miguel Vaca, Movie, Paul Weitz, Storytelling, Thriller, Vacacion

Being Flynn

Rafa Puyana se encuentra en Vancouver y aún así logra mandarnos recomendaciones en el espacio que hemos denominado Su Ciclo. Esta vez nos trae la última peli de Paul Weitz, un director acostumbrado al género de explotación de Hollywood con todos sus matices posibles. Comedias, parodias, comedias físicas y hasta espectáculos de TV, la mayoría de las veces en un tridente como director, productor y escritor. Being Flynn es su primer filme independiente basado en la novela Another Bullshit Night in Suck City: A Memoir de Nick Flynn y Puyana nos alienta a verla por las sorprendentes actuaciones de Robert De Niro y Paul Dano.

De Niro se había dedicado cómodamente también al género de explotación -de esa forma se topa con Weitz en Little Fockers– y tal vez el único paréntesis para hacer algo más relevante fue The Good Shepherd donde se involucra por segunda vez como director. Ansiábamos verlo desarrollando sus papeles y no meras interpretaciones planas de comedia o serie B. Por su lado Dano, siendo muchísimo más joven, está en pleno fulgor de su carrera y mantiene un sano equilibrio entre el cine independiente y astutas decisiones comerciales que no necesariamente lo encasillan pero le permiten, obvio, flujo de caja y también frescura en sus desempeños. El reparto lo cierra una hermosa y más madura Olivia Thirlby y Julianne Moore como un suspiro de una mujer, ajetreada, exhausta, melancólica pero igual con el poder de acabarnos en una ensoñación con su belleza.

La verdad es que Being Flynn es una cinta hermosa y sorprende la extrema sensibilidad del realizador acostumbrado al estándar «hollywoodense». La historia se reparte entre dos narraciones; la de Jonathan Flynn como el obstinado y desordenado alcohólico que siente que nadie lo puede superar en su genialidad como escritor/poeta/pensador y la narración de Nick Flynn inseguro, benevolente, tratando de resolver sus fuertes problemas internos que lo conducen a la drogadicción y al desamparo. La rivalidad de las narraciones, a veces incluso yuxtapuestas, implica una delicada interpretación del conflicto paternal entre estos dos personajes donde la seguridad añeja de la narración del padre gusta por su elocuencia, su seguridad y su belleza, la del hijo es más visceral encaminada a la sensación vertiginosa de la timidez, la inseguridad y la poca determinación. Inversamente proporcional -dirían los matemáticos- el aumento de alcohol define la poca claridad del relato y el decaimiento en la salud mental de los personajes narradores hasta desencadenar sus resoluciones como protagonistas de la historia.

Más allá de la soberbia actuación de De Niro siento que la peli logra su gracia y magnitud en la cinematografía. El mismo afiche es una metáfora de ese momento sobrexpuesto de nuestros ojos en una resaca, en el frío de la calle y el azul que madruga sobre nuestros hombros agudizando nuestra culpa por los excesos. No es una fotografía obvia de vendimia pero es cálida y con una saturación especial en los momentos recordados, casi como un otoño donde los árboles se despiden de sus hojas y se tornan del color del pelo de Julianne Moore -lo máximo-. Su responsable Declan Quinn un veterano cinematógrafo que ya vimos en Leaving Las Vegas, In America y Rachel Getting Married. Pero también es muy importante el trabajo de montaje de Joan Sobel, otra veterana (Kill Bill -ambos volúmenes-, Boogie Nights, A Single Man), que logra jugar con el material de Quinn y Weitz para capturar un humor delicado y sencillo con una narración igualmente fresca.

No sabemos si la traen a salas fue estrenada apenas el 12 de abril de este año pero si lo hace está súper recomendada.

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Action, Miguel Vaca, Movie, Serie B, Vacacion

Bangkok Dangerous

Hablando de afrentas públicas, me topé con una peli que se veía mala, se justificaba mala y al final no sorprendió y fue mala.

Bangkok Dangerous de 2008 es un proyecto de Los hermanos Pang, Oxide Pang Chun y Danny Pang liderados tan sólo comercialmente por la estelaridad de Nicolas Cage haciendo de mercenario en un pésimo y trillado guión.

Si no nos bastó con Ghost Rider de 2007 o la franquicia súper comercial y medio aburrida de National Treasure que empezó en 2004 y ya busca una tercera parte, Bangkok Dangerous es la peli perfecta para enterrar definitivamente cualquier intención de ir a cine y compartir una peli con Cage.

No sólo ya no es creíble como héroe, su desgastado perfil y sus evidentes incrustaciones capilares denotan un viejo acabado y lo peor sin mucho criterio para la escogencia de sus producciones. Atrás quedaron The Weather Man de Gore Verbinski en 2005, Lord of War de Andrew Niccol en 2005 o Matchstick Men de Ridley Scott en 2003 que eran producciones comerciales pero con algo de calidad. Ahora ni esperanzas tengamos de repetir un evento si acaso similar a Adaptation de Spike Jonze en 2002, una obra maestra como Bringing Out the Dead de Martin Scorsese en 1999, un espectacular thriller como Snake Eyes de Brian De Palma en 1998 o un Leaving Las Vegas de Mike Figgis en 1995.

Señores y señoritas, aquel joven entusiasta, lleno de carisma y potencia que vimos alguna vez en Rumble Fish de Francis Ford Coppola de 1983, Raising Arizona de Joel Coen en 1987 o Wild at Heart de David Lynch en 1990 ha muerto y no creo que vaya a renacer de los muertos. Su condena la sella como productor de sus últimos adefesios y parece no querer dar vuelta atrás.

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