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True Detective

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En el presente de las series, la cosa se pone un poco más complicada.
Quitando de plano, las que ya finalizaron sus términos y se acaban de despedir del aire; y sacando las atracciones que se han vuelto una pesadilla como e.g. The Walking Dead, The Flash, Billions o Luke Cage; finalmente, queda una lista larga de series que gracias a Netflix estoy viendo de los países nórdicos que merecen destacarse como Dark, The Rain, Borderline, Border Town, Case, Deadwind, Innøcents, Trapped, Quicksand, Nobel y otro tanto de OnDirecTV donde uno queda en vilo pues no se sabe si ya se acabaron con un final abierto o un «cliffhanger» para la siguiente temporada como Borgen, The Cry, Trust Me, Strangers, Fortitude y Trauma.

Pero en general, estamos hablando de 40-50 títulos que tengo abiertos -metiendo el resto de Netflix, FOX, Paramount y FX– y así es muy difícil escoger una sola serie para reseñar. Mis opciones más cerradas podrían ser Sharp Objects, Atypical, Love, True Detective y Butterfly. Tan buena la una como la siguiente y en diferentes géneros para escoger. Si pueden verlas, se las recomiendo a ojo cerrado.

Arriesgándome a tomar una decisión entre estas cinco me decidiría por True Detective.

Así como Edward Berger dirigió toda Patrick Melrose (la gran mayoría de Deutschland) y Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club) hizo lo propio con Sharp Objects, Cary Joji Fukunaga dirigió toda la primera entrega de True Detective y marcó una pauta importante en la franquicia, de ahí en adelante. Se rumoreaba en HBO que para lograr las siguientes salidas de la serie, no se podía ejecutar de la misma manera y la dirección de los episodios se debía repartir, teniendo los libretos completos, como sucedía en cualquier otra cadena con un producto premium.

El resultado fue la segunda temporada. Una serie con seis directores (John Crowley, Justin Lin, Daniel Attias, Janus Metz, Jeremy Podeswa, Miguel Sapochnik), Fukunaga en la producción al igual que Woody Harrelson, Matthew McConaughey y Nic Pizzolatto (creador y escritor) que garantizaban la calidad del producto. No sólo fue una buena temporada, sino que personalmente me pareció mejor elaborada, mejor desarrollada y mejor finalizada -mi decepción con el último episodio de la primera temporada es grande-. Obviamente si se había perdido algo de la narración en la ausencia del director californiano pero su esencia estaba viva.

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Hay gente que sigue preguntándose, prendida como en ese bucle y no avanza, de si la primera fue mejor que la segunda temporada. Estamos en 2019, y ese fue un tema de 2014-2015, lo cual no los dejó enterarse de esta bellísima entrega.

Corrigiendo errores de la segunda temporada, que los hubo, se le confiere a tres directores el desarrollo de la tercera edición, Daniel Sackheim, Nic Pizzolatto y Jeremy Saulnier. Alejándose, no completamente de las abducciones y los cultos, Pizzolatto esta vez nos cuenta la desaparición de un hermano y una hermana; yo le calculé más o menos finales de los años 50; y se le encarga del caso al obstinado Detective Wayne Hays (Maharshala Ali) para resolverlo, se le ofrecen todos los recursos por lo que la desaparición de dos niños ad portas de las elecciones se vuelve delicado pero justo cuando empieza a tener fundamento su investigación, la necesidad de rápidos resultados pudieron encausar de manera errónea la investigación. Décadas y décadas pasan. El caso permanece entre abierto y cerrado. No se sabe si está resuelto o no. Porque el viejo detective ahora de 79 años, vive entre la demencia y su Alzheimer.

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Simplemente fantástica.

Ya habíamos hablado de ella, en las nominaciones al Oscar. El equipo de trabajo para maquillaje, esta vez se resalta no solamente como algo sobresaliente sino porque esta misma sobriedad y naturalidad desarrollan una realidad chocante en Gräns.

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Green Book

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Hubo una Promesa Oriental que nos aseguró un Oscar de La Academia; después vino Una Historia Violenta, y se perdió en el futuro de un Camino desolador y parece que se le sigue escapando este escurridizo premio a nuestro Fantástico Capitán.

Hay muchas buenas excusas para ir a una sala y ver a Viggo Mortensen desempeñar un encantador, divertido y retador personaje; hay otras tantas como para no hacerlo. Ya no voy mucho a cine y no estaba muy seguro de que este Green Book iba a ser especial, siendo sincero, me aburren mucho las premisas trilladas donde se acude a “una verdadera amistad”, “conmovedora” o “no te moverás de tu silla hasta que no entiendas de principio a fin la relación entre ellos”. Pero. Pero más que un actor siempre me atrae más un escritor o un director. Y en este caso era uno de los Farrelly, Peter Farrelly.

Los Hermanos Farrelly nos dejaron clásicos instantáneos como Dumb and Dumber, There’s Something About Mary o Me, Myself and Irene. Comedia física y pesada. Ramplona pero elaborada y, hay que reconocerlo, bien escrita. Pero mientras sus comedias se fueron diluyendo en chistes, cada vez más blandos y sin gracia, Peter se arriesga a hacer una comedia independiente -y ya saben lo que opino de las comedias independientes, pueden ser absolutamente maravillosas y mágicas-; una comedia independiente puede ser dramática y de ciencia ficción, puede ser romántica, conmovedora, casi sin chistes y, sin embargo, ser fantástica. Se acercaban los Oscar y la agitación es inevitable por esa época, habíamos decidido ir a cine con Roxxx a verla pero el golpe que más nos disparó a la sala fue haberle hecho fuerza en la gala a Olivia Colman y Peter Farrelly, para finalmente, en contra de todas las probabilidades ganar sus respectivas categorías.

A esta peli entré con los prejuicios de Intouchables. Una fórmula repetida donde se acude al sentimentalismo, algo de humor barato y algo de melodrama con un final predecible (#spoilerAlert) donde termina siendo Driss (Omar Sy) el mejor complemento existencial para Philippe (François Cluzet) y estableciendo los fundamentos para una amistad de toda la vida. Basura.

Casi desde las primeras escenas de Green Book esa idea se nos voltea completamente. El prejuicioso es el ostentoso negro que a su vez es virtuoso del piano; su objetivo es aventurarse en una empresa de dar conciertos en lo más profundo del sur de Estados Unidos de 1962; quiere dar un golpe de opinión como el que intentó en su momento hacer Nat King Cole. Para lograrlo necesita un valet, pero no cualquiera, en lo más candente del racismo norteamericano requiere a alguien que lo defienda (claro, acostumbrado a su estilo de vida quiere que además lo cuide, le sirva, lo consienta) y recurre a un bruto neoyorquino, mezclado con la mafia italiana y los judíos del Bronx. Nos preguntamos cómo van a conciliar este par el viaje que están planeando y más cuando los prejuicios de uno se sobreponen a los del otro.

El centro de la historia deja de ser la validación de la amistad entre estos dos personajes tan disímiles, la historia se concentra en un «pulp», un panfleto hecho a la medida de un negro con ganas de osar adentrarse por esos confines y no salir linchado.

El contraste es impresionante y la evolución, típica de una «road-movie», es impecable. El final del viaje conlleva enseñanza tanto para ellos como para nosotros como espectadores. De nuevo, una gratificante experiencia ver el desempeño de Viggo en una pieza sencilla, cargada de humor, tensión, vívido colorido y, porqué no, lágrimas también; con Roxxx le apostamos a que no es que tenga todo esto mezclado, es umami y el regusto al final es sublime.

Mahershala Ali no se queda atrás. Por lo menos para mi se congratula con su actuación; había sido una completa decepción su trabajo en Moonlight; hasta sus líneas de Luke Cage eran más dignas de algún reconocimiento. Pero en esta pieza, un tieso e introvertido personaje, desarrolla sus peores miedos para comprometerse con la culminación de su aventura -si es que enfrentar el racismo de una completa zona geográfica tiene algo de peripecia o hazaña y más bien pudiera ser suicidio puro-.

En fin, el sinvergüenza, descarado, inusitado y sin credenciales loables dentro de La Academia, Peter Farrelly fue capaz de llegar con su peli y alcanzar nominación a mejor montaje, salirse con la suya para alcanzar estatuillas a mejor peli, mejor actor de reparto, mejor guión original y lograr otro excelente trabajo de nuestro querido Viggo Mortensen.

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