Ya han pasado dos años desde que Paul Feig, de la mano de Judd Apatow, nos presentara Bridesmaids como una alternativa válida del humor comercial de Hollywood centrado en personajes femeninos sólidos; varios componentes de la producción fueron tan buenos que fueron reconocidos inmediatamente por La Academia que dio nominaciones por mejor guión a Kristen Wigg y mejor actriz de reparto a Melissa McCarthy. Este año, Feig vuelve con McCarthy, de la mano de otra escritora (Katie Dippold) y con Sandra Bullock de coprotagonista a seguir explotando la mina de oro que encontraron.
Bullock actúa como una poderosa agente del FBI que conducida por su pretenciosa, petulante, opresiva y poco carismática personalidad es transferida a Boston en la búsqueda de pistas sobre un cartel de drogas reinante en el lugar del cual se conoce muy poco. McCarthy igualmente poderosa en su distrito, actúa como un agente de policía que infringe el terror tanto en las calles como en el departamento de policía. Ambas son forzadas a actuar en equipo dentro del mismo caso y deberán aprender a compartir sus conocimientos para procurar lo mejor sino quieren botar todo lo alcanzado por la rivalidad de sus personalidades. McCarthy y Bullock transmiten una química inusual en la pantalla que hace súper agradable los momentos que compartimos con ellas en escena -imagino que la mayoría de ellos más que improvisados-.
Sandra Bullock vuelve a sus raíces, Melissa McCarthy se ratifica como la nueva reina de la comedia -que no sólo todo lo que hace es gracioso sino que además se vuelve éxito de taquilla-, Katie Dippold es un nuevo talento dentro de Hollywood y Paul Feig logra anotar otro cuadrangular con una vigorosa y enérgica comedia física. Al lado de Bullock y McCarthy, grandes estrellas cómicas también aportan su granito de arena como Marlon Wayans, Jane Curtin (aunque su papel es insignificante), Taran Killam, Thomas F. Wilson, Bill Burr y Demian Bichir donde al final todos salimos beneficiados por instantes de absurda hilaridad.
Feig ha sido audaz en el desarrollo de este nuevo tipo de comedia y se apunta con algo más de riesgo en su siguiente proyecto, esta vez de la mano de Channing Tatum en una comedia gay. Feig afirma que es un gran admirador de la comedia romántica pero que quiere agitar un poco el formato para buscar puntos interesantes donde Hollywood realmente no ha ido con profundidad. Suena bien y ojalá dentro de pocos años no tengamos que hablar de comedia para hombres, comedia para mujeres o comedia para lesbianas/gays/bisexuales/transgéneros/intersexuales y simplemente podamos hablar de comedia romántica a secas.