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Pacific Rim

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Hollywood lanza su quinta gran apuesta este verano. Ya pasaron por nuestras carteleras Iron Man 3, Star Trek: Into Darkness, Man of Steel, Fast & Furious 6 y ahora Pacific Rim del mexicano Guillermo del Toro. Hacemos de todas formas mención de honor a World War Z porque sin ser una de las favoritas logró sorprendernos gratamente e interesarnos en la novela de Max Brooks.

Pacific Rim es una apuesta actualizada de Del Toro para traernos, con grandes efectos logrados por computador, una peli de explotación de monstruos y destrucción masiva típica de la década de los 50’s. La lista de estas cintas es absurdamente larga y puede comenzar incluso con The Lost World de 1925 o King Kong de 1933 pero de las que verdaderamente estamos hablando son 20,000 Leagues Under the Sea, las de Gill-Man (Creature From The Black Lagoon, Revenge of the Creature, The Creature Walks Among Us) las de Godzilla (Godzilla, Godzilla Raids Again, King Kong vs. Godzilla, Ghidorah, the Three-Headed Monster), Attack of the 50 Foot Woman, The Black Scorpion, The Deadly Mantis o The 7th Voyage of Sinbad. Todo este listado se puede extraer del documental American Grindhouse y del portafolio recientemente revisado del finado Ray Harryhausen.

Si por algo puede sobresalir Pacific Rim es por sus efectos especiales. Un gran despliegue de trucos para demostrar la monstruosidad de los “Kaijus“, gigantes genéticamente alterados cuya misión es destruir la humanidad, así como los “Jäger” (ó “Jaegers“) respuesta robótica de la humanidad frente a esta amenaza. Harryhausen toma valor en esta entrada precisamente gracias a la creación de los efectos especiales mágicos y de alocada vanguardia en esas pelis de los 50’s. Del Toro al igual que Harryhausen nos encanta con un estudio minucioso de las proporciones de estas batallas colosales y logra convencernos de la posibilidad de cada una de ellas. Lástima que no hubo encuentros de día para lograr evaluar con mejor ojo todos los detalles envueltos.

La cinta, ejemplar de la serie B, no ofrece mucho más que diversión, entretenimiento y estridencia. Veremos si al final en los Oscar del próximo año logra, sin embargo, reconocimientos en las categorías técnicas. Es imposible no compararla con Evangelion -serie animada japonesa- y descalificarla por los vacios conceptuales que ofrece en el manejo de los “drifters” sobre los robots. Creerse realmente el manejo de la bestia a través de una dupla es verdaderamente complicado, incluso más que entender a Charlie Day como científico, tenedor del último bastión de esperanza para la humanidad.

Nota persona. Recomiendo revisar todas las versiones de afiches promocionales de esta pieza. Como la de Mondo no-oficial que abre esta entrada.

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Action, Epic, Exploitation, Folk, Gore, Hollywood, Marc Forster, Miguel Vaca, Movie, Neues Deutsches Kino, Serie B, Thriller, Vacacion, War, World

World War Z

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Lo primero que toca entender de World War Z es que está basada en la homónima «novela pulp» de Max Brooks. Una historia, que como él mismo lo explica en American Grindhouse, trata del miedo que sintió al experimentarse hipotéticamente en un apocalipsis zombi. Brooks escribió la novela como manual de preparación para una hecatombe de proporciones mundiales y su libro, al igual que el de otros artistas pulp contemporáneos como Seth Grahame-Smith o John Landis, se volvió una pieza de culto importante en nuestra cultura popular.

La cinta viene precedida de una serie de malas críticas producto del apasionamiento propio del fanático que ve como maltratan sus ídolos sea cual fuere la propuesta. Lo segundo es que la producción anunció un retraso debido a la necesidad de refilmar escenas completas en algunas locaciones europeas, lo que significaba que el equipo entero, el reparto y el director asistieran pero se filtró que Forster no iba a participar en esas tomas porque quería seguir trabajando en el montaje y posproducción del resto de la pieza; la acción del alemán fue considerada como desobligante y se inventaron rumores sobre su verdadero ánimo frente a la cinta, lo cual puso a trabajar fuertemente a la gente de prensa de Paramount para lograr desviar la atención y tratar de salvar la taquilla de la peli.

Marc Forster es un gran director y es variado en su portafolio. Podemos disfrutar un drama visceral como Monster’s Ball, un melodrama romántico con Finding Neverland o una muy buena comedia romántica con Stranger Than Fiction. Tal vez la que menos me ha gustado es Quantum of Solace pero debo reconocer que la he visto un par de veces más y ha mejorado muchísimo incluso comparándola de nuevo con Casino Royale. Machine Gun Preacher fue su última peli -los que la vimos nos tocó por MovieCity– y es una biopic sobre Sam Childers un pastor originario de Pensilvania que creó una iglesia en el sur del Sudán para rescatar niños en el fuego cruzado de su guerra y cuando se vió maniatado se alzó en armas para contrarrestar las fuerzas del LRA, lideradas por Joseph Kony; la verdad muy promedio y muy chovinista.

Lo que si sabemos de Forster, como vemos, es que está bien comprometido con Hollywood y su establecimiento. Sus piezas rondan lo comercial pero, en general, son destacadas con buen promedio.

World War Z, protagonizada por Brad Pitt, nada en contra de la corriente para salvarse de su negativo lastre. Administra expectativas bajas y sorprende gratamente en el desarrollo de su trama. Pitt encarna a un exfuncionario de la ONU que sin mayor contexto decidió renunciar a su puesto porque estaba afectando la relación con su familia (su esposa Mireille Enos y su par de hijas). Pudo haber sido peligros directos contra su persona, excesos y adicciones al trabajo o ataques a su psique por lo presenciado en el campo, pero sea lo que sea a lo que dedicase su tiempo sabemos que estaba en el terreno de la investigación y que era muy bueno en ello, tanto que en el brote de la infección el gobierno de los Estados Unidos decide a dedo, de entre sus más de trescientos millones de habitantes, seleccionar quién puede y quién no puede habitar el portaaviones que guía la nueva estrategia en contra de los infectados. Pitt y su familia son uno de los elegidos.

La historia brota en acción casi que desde el minuto 5. Es divertido saber cómo se van a nombrar los muertos-vivientes en cada una de las piezas del género y cómo se van a comportar porque eso define su clasificación; generalmente los más creativos en estos pequeños detalles tienen un punto a favor; en World War Z había varios nombres pero el que más se me quedó grabado es el de los «zekes» en el reducto japonés.

Como en casi toda la cosmogonía zombi no se sabe cómo explota la epidemia pero cuando lo hace es agresiva y voraz. En muchos ejemplos del cine hay contaminación a través de la sangre, en este caso es una combinación rápida entre mordida y saliva porque al parecer el agente sanguíneo no lo transmitía o por lo menos no con la efervescencia en que lo hace la mecánica tarascada. World War Z no es una pieza de terror como tal, pertenece al subgénero de zombis y en particular al de «los rápidos» -en este caso a los muy rápidos-; tienen periodos de hibernación en su ayuno y son súper sensibles a las alteraciones auditivas. La peli se puede catalogar como un thriller de acción con un planteamiento y desarrollo consistentes donde la infección de este patógeno es increíblemente devastadora, fulminate y voraz. Las dimensiones de esta nueva guerra son mundiales y recuerden que zeta significa zombi 😉

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