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Godzilla: King of the Monsters


Para hablar de Godzilla 2, tenemos que hacer necesariamente una pausa y revisar Godzilla 1. Han pasado cinco años y poco o nada podríamos recordar de esa pieza.

Su director, Gareth Edwards. Su Godzilla, una historia con mucha reverencia a los orígenes del Gojira japonés y por lo mismo una de las mejores producciones que se ha hecho del «kaiju» en occidente. Sus críticas, que casi no se muestra el monstruo en la totalidad de la peli pero si recordamos Monsters, es parte de la factura de Edwards para asumir el reto de una peli de esta categoría de explotación, en honor a Steven Spielberg y Jaws. Su aporte, pone a Godzilla en el pedestal que se merece después que Roland Emmerich destruyó el imaginario y no cumplió con las leyes del monstruo (Toho Studios e Ishirô Honda, coreógrafo del disfraz en 1954, se idearon una serie de leyes para que la leyenda de Gojira no fuera maltratada). Lastimosamente, Edwards emprende aventuras más grandes y lucrativas que lo alejan del proyecto y se le encarga la secuela al joven Michael Dougherty.

De esa peli se desprenden muchas anclas para esta historia, pero de nuevo, dejaron pasar cinco años y todo ese impulso, todo ese bagaje se pierde en la sedimentación del paso del tiempo. Hagamos un repaso rápido por los términos que nos dan pistas para abordar esta segunda edición de Michael Dougherty.

  • Kaiju gigantes genéticamente alterados cuya misión es destruir la humanidad
  • MUTO siglas para Massive Unidentifiable Terrestrial Organisms
  • Gojira es una respuesta política en el contexto de posguerra y posterior a los eventos de Hiroshima y Nagasaki, es la metáfora del miedo japonés a que Estados Unidos siga jugando a ser héroe del mundo con este tipo de armas nucleares
  • Dr. Ishirô Serizawa, interpretado por Ken Watanabe, hace un juego de enlace a la Gojira original con su apellido y el reloj que siempre carga en su bolsillo
  • Aunque Godzilla: King of the Monsters pareciera la segunda parte de la saga, en realidad, es el cierre de la trilogía monstruos con Kong: Skull Island de 2017; por eso, la justificación de los créditos con tantas referencias a los eventos ocurridos en Skull Island
  • Max Borenstein es el guionista de Godzilla, Kong: Skull Island, Godzilla: King of the Monsters y aunque ya se anuncia Godzilla vs. Kong, parece que aún no está incluido en el proyecto ¿le habrán cobrado las pésimas líneas de diálogo de empalagoso melodrama que terminan siempre bajando la nota de sus piezas?

En contraste, el Godzilla de Michael Dougherty no supera al Godzilla de Gareth Edwards, incluso tratando de resolver las críticas hechas originalmente, hay primeros planos al monstruo que terminan es ridiculizándolo. El drama entre los personajes de Kyle Chandler, Vera Farmiga y Millie Bobby Brown si es mejor que el entorno de Aaron Taylor-Johnson y Elizabeth Olsen pero el amplio renacer y despliegue de monstruos opacan un centro claro narrativo. ¿Era realmente necesario la presencia de Behemoth, Rodan, Scylla y Methuselah, sumados además todo el «galore» de Skull Island? ¿No era acaso suficiente con Godzilla, Ghidora y Mothra?

Aspectos de credibilidad y concordancia científica, considerados igualmente en Pacific Rim, son más subjetivos y se los dejamos a los puristas pero incluso, con esto dicho, son más grandes las indulgencias generadas por Dougherty y Borenstein, que entiendo a sus detractores en ciertos momentos de la historia. De pronto si no hubiera visto antes Chernobyl, no estaría pensando que posiblemente después de la exposición en Boston, dos años después, a Millie Bobby Brown se le estaría cayendo el pelo y que de pronto no es muy lógico que aguante una secuela en la saga, cuando cuatro años después ya haya muerto 😛

Personalmente la aparición de esa Hydra me dió escalofríos y Gojira volviéndose termonuclear es una mejora increíble. Un mejor arco narrativo de los TITANES habría dado para continuar la saga tranquilamente y asegurar más despliegues, más episodios, más confrontaciones y no acelerar desenlaces desafortunados.

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