Auteur, Drama, Folk, Francis Ford Coppola, Indie, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Vacacion

Tetro

No soy muy fanático de las pelis de Francis Ford Coppola, más cuando sus producciones, las de American Zoetrope, significan la mayoría de las veces productos muy deficientes de calidad, incluidas las pastosas últimas pelis de su hija Sofia. Entre 1997 hasta la fecha, se dedicó más a producir pelis que a realizarlas; con tan sólo cinco largometrajes, en catorce años, contra treinta y tres títulos producidos, queda muy claro que su idea en el cine se volvió hacer dinero y disfrutar de su viñedo. 

Esto hace muy difícil confiar en el criterio del viejo, sin embargo, su increíble portafolio siempre será una excusa para darle una oportunidad -a su hija ni loco-. Gracias al ciclo indie al que nos tiene acostumbrado Cinemax en las noches nos llegó este mes Tetro y no tuve más opción que verla. 

Tetro es una peli en blanco y negro filmada en ese Baires que uno reconoce a través de unos acomodados afiches en una pared abandonada y la sencilla aparición de un bus de transporte público. Bennie, un joven camarero de un crucero norteamericano, llega a la ciudad y timbra en un apartamento para encontrarse con su hermano, al cual no ve en mucho tiempo cuando este huyó de su familia. Su cuñada lo recibe mientras, el otro anfitrión, muy seco, muy huraño, deja muy claro su desagrado por la visita. Finalmente, se encuentran, se saludan y empiezan a reconocerse, a revisitarse, no sólo en los diálogos, Bennie lo idolatra copiando cada uno de sus pasos, sus gustos, sus acciones, su arte, incluso ¿su yeso? De esta forma, Bennie encuentra un manuscrito autobiográfico de su hermano, obviamente oculto, y la peli se vuelca en un paralelo anacrónico donde Bennie intenta descifrar su mente y entender el porqué de su huída. 

El juego es divertido y de una calidad inquietante, me pareció sentir con mucha fuerza la grandeza de Coppola, la exquisitez del maestro y la herencia italiana -en un lugar tan italiano como Buenos Aires– tan presente en el estilo del director. La forma de manejar la historia y los planos también me parecieron odas a grandes maestros, no puedo afirmarlo con la claridad que quisiera pero Tetro me pareció muy cercana a Fellini y Antonioni en muchas de sus secuencias. La forma de desarrollar la historia y desencadenarla en su final es muy divertida, un tanto predecible para nosotros como espectadores pero igual permanecemos encandilados con el montaje y la gran belleza de su estética neoclásica. En serio, me sentí muy gratamente sorprendido y fue una de esas pelis en las que la expectativas simplemente fluyeron y fueron colmadas. 

Acompañando al director en el reparto estuvieron Maribel Verdú, Carmen Maura, Rodrigo De La Serna y Alden Ehrenreich pero sobretodo, la razón por la que me atreví a ver la cinta, Vincent Gallo; un actor, escritor y director de cine independiente con cuarenta y tres títulos en su portafolio donde ninguno se ha rendido frente a Hollywood o sus imposiciones. Sus desempeños son contundentes, su presencia es robusta y mantiene muy alto su estándar para escoger cada una de sus pelis. De resto su equipo lo cierra Osvaldo Golijov en la tanguera, argentina y también italiana música, Mihai Malaimare Jr. en las cámaras, su eterna mano de derecha, Walter Murch en el montaje y el mismo Coppola en el equipo de escritura y guión. 

Vale la pena ver al maestro detrás de las cámaras en vez de los cheques; vale la pena ver al viejo haciendo sus proyectos en vez de estar acolitando los deslucidos caprichos de la hija; vale la pena estudiar el cine clásico y entretenerse una vez más con una cinta de Francis Ford Coppola

Standard
Auteur, Coral, Drama, Emo, Epochal, Experimental, Folk, Indie, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Nuovo Cinema Italiano, Romance, Steven Soderbergh, Storytelling, Vacacion, Wong Kar-wai, World

Eros

Eros es la pieza colaborativa entre Michelangelo Antonioni, Wong Kar-wai y Steven Soderbergh sobre el basto tema del erotismo. Ya somos testigos de varios ejercicios de este exquisito objetivo, New York Stories, la misma Paris, Je t’aime o Tokyo! pero han sido más geográficos que un ejercicio de género como el porpuesto por estos tres directores.

El primer segmento se llama The Dangerous Thread of Things del maestro Antonioni y aborda el erotismo desde el clasicismo italiano, una geografía paradisiaca, un hombre en conflicto, dos mujeres hermosas. Un planteamiento que evoca la ansiedad y la angustia de los humanos que tienen su pareja al lado para exigirle esto que ya no pueden ofrecerles, pero que cuando se lo ofrece ya no es lo que les apetece. Un juego donde las víctimas buscan salidas fáciles y donde los victimarios permanecen insatisfechos. Siendo sinceros fue el que menos me gustó, la aproximación del maestro me parece un poco quedada, sin ritmo, ralentizada en unas actuaciones demasiado teatrales donde la historia no es muy consistente y el final llega inesperado pero medio absurdo.

El segundo segmento es encantador. Equilibrium de Soderbergh es erótico sin serlo explícitamente, es narrativa pura, descripción y eso fue más erótico que mostrar miles de desnudos. Soderbergh es un director maduro y seguro de si mismo, sabe lo que quiere; su estilo tiene humor, juegos de cámara, excelente fotografía y una narración impecable.

La peli termina con el segmento de Wong Kar-wai, una historia refinada bajo la paleta de Christopher Doyle que más profundo y extremo no muestra un sólo desnudo, su erotismo se siente a través de las telas, las relaciones carnales son concebidas de pensamiento y su delicadeza aborda exquisitamente una historia de amor imposible, una fantasía entre una señora, su satre y las manos que se tocan.

Estos ejercicios, estas colaboraciones son bien interesantes. Es el estudio de grandes directores haciendo lo que les gusta desde la comodidad de lo que les gusta. Es cine independiente libre y descarado. Una forma sana de entender el cine de verdad, sin pretenciones, sin elucubraciones demasiado elaboradas, simplemente el gusto por contar historias.

Standard
Drama, Epic, Epochal, Indie, Martin Scorsese, Miguel Vaca, Movie, Thriller, Vacacion

The Last Temptation of Christ

The Last Temptation of Christ es una peli que pensé no me había visto pero a medida que pasaba me resultaba demasiado familiar. Aún no tengo claro en qué momento lo hice pero estoy completamente seguro que no fue ayer mi primera vez. Cuando se estrenó en Colombia, yo tenía once años y mi mamá trabajaba como voluntaria en la Universidad Nacional cuidando el acceso a su proyección; tantos tabúes se habían roto con la peli que generó una ansiedad enorme además comercialmente había sido censurada, tanto, que el día de su estreno mi mamá me contó que se aglomeró la gente y practicamente pasaron por encima de ella y toda la gente en la taquilla. Se decidió presentarla porque de no hacerlo el vandalismo hubiera reinado.

Martin Scorsese no tan joven no tan viejo basó su peli en la novela de Nikos Kazantzakis y se cura en salud diciendo que es una interpretación de esa novela y que por ningún motivo se ha basado en los evangelios.

Cuando era chiquito me encantaba verme las pelis italianas que hablaban de la pasión de Cristo; el porqué no lo sé, me imagino que el sosiego del descanso de Semana Santa, el pescadito cocinado a usanza casera o simplemente porque eran pelis con una característica especial me llamaban mucho la atención. Me parece muy extraño que Scorsese hubiera hecho una peli de este calibre pero ya viéndola es mucho más claro el porqué. Scorsese ha basado su estética, su narrativa, su estilo en maestros del cine como Fellini, Antonioni, Brass, De Sica, Vsiconti y hasta Pasolini. Tal vez influenciado por lo controvertido de este último se arriesgó a hablar de las humanidades de este personaje histórico y describirlo como una persona débil, inseguro y hasta sexualmente ansioso.

La peli maneja toda la estética de esas pelis clásicas de las que hablaba pero se le suma la narrativa y las cámaras tan características de Scorsese. Al final es una divertida mezcla que nos muestra una pieza subversivamente controvertida. Las actuaciones son regularmente buenas, ni pésimas ni sobresalientes; un Willem Dafoe joven e histriónico, un Harvey Keitel haciendo el papel de un Judas extraño, muy cercano a la religión católica, de mano fuerte y fiel seguidor de Jesús no como siempre lo hemos conocido, una joven hermosa Barbara Hershey que se empotró en un papel bien delicado pero que lo sobrellevó con gran altura (le valió una nominación a los Globo de ese año), un joven muy joven Harry Dean Stanton y un misterioso en las penumbras que para sorpresa no fue nada más ni nadie menos que David Bowie como Poncio Pilatos.

El afiche, increíblemente bonito, Scorsese sumaba su segunda nominación en los Oscar como mejor director y lograba su primer premio en Venecia.

Standard
Auteur, Miguel Vaca, Movie, Thriller, Vacacion, Wim Wenders

Lisbon Story

Lisbon Story

Lisbon Story fue escrita y dirigida por Wim Wenders en 1994, uno de mis directores favoritos. En teoría, Michelangelo Antonioni acababa de sufrir una apoplejía que le impedía continuar su trabajo (valdría la pena confirmarlo), eso o el hecho que Federico Fellini acababa de fallecer hicieron que Wenders desarrollara un verdadero tributo al Séptimo Arte (en honor para AntonioniFellini no importa).

Muchas cosas pueden decirse e interpretarse de una peli de Wenders, particualarmente, siento que gracias al Neoexpresionismo Alemán trato yo de sacar tantos significados como escenas hay en una peli que veo. Y es que ver planos eternos, inconclusos y completamente descriptivos dejan en el espectador una sensación absurda de que “aquí” debe estar sucediendo algo realmente diferente, que sí uno se sentase  a pensar definitivamente en la historia, le peli no describiría una simple banalidad, describiría una fuerte filosofía del mundo.

A Wenders no lo veía desde la universidad (ya veremos que pensaba yo de él en esa época), me encantaba explorar sus planos, sus diálogos, sus personajes. En esta peli en particular, hago referencia a lo que se ha vuelto recurrente, un director inmerso en el cine posmodernista. Tal vez, nadie como Wenders ha interpretado la pluralidad de culturas y el desasosiego de nuestra era. Un acertijo grande en nuestras vidas que nos ha venido atropellando en estos últimos años. La peli empieza con una Europa sin fronteras, o la filosofía de La Comunidad Europea, que es una afiliación económica donde varios países europeos se han reúnido bajo las mismas reglas financieras, la misma moneda pero sin abandonar completamente su cultura; Wenders lo asocia magníficamente con el dial de un babélico radio, cuyas frases cambian abruptamente a medida que se recorre el trayecto desde Berlín hacia Lisboa.

Aparece un rostro conocido, un rostro amigo, un fetiche en las pelis de Wenders, Rüdiger Vogler, un excelente actor que por ahora lo recuerdo en The Goalie’s Anxiety at the Penalty Kick (Die Angst des Tormanns beim Elfmeter) de 1971, The Scarlet Letter (Der scharlachrote Buchstabe) de 1973, Kings Of The Road (Im Lauf der Zeit) de 1976 o Until The End Of The World (Bis ans Ende der Welt) de 1991 pero de seguro ha actuado en muchas más pelis. Vogler interpreta a Phillip Winter, un ingeniero de sonido que acude al llamado de un director amigo. Es con Winter que recorremos Europa hasta llegar a Lisboa. Una ciudad ensoñadora que personalmente he venido anhelando desde Antonio Lobo Antunes y mis viajes a Brasil. Lisboa, un puerto de tejaditos de arcilla, encumbrada en una loma, con un paisaje marino, con hermosos acueductos, arcos ojivales y sus paredes de colores intensos y descarapelados por la sal del mar, sal que alcanza a llegarnos en las profundas bocanadas de aire fresco que toma Winter diariamente.

Se logra entender después que Winter es ingeniero de sonido y es cuando estos toman otro protagonismo; el foley o diseño de sonido se hace explícito, Madredeus que son los encargados de la banda sonora se hacen también expresos, incluso la belleza de la voz de Teresa Salgueiro se encarna en una delicada mujer de cejas profundas y tez blanquísima. Todo el cinema está presente, incluso la imagen pura en movimiento sin audio, sin color, está presente. La trama de un thriller de suspenso con carácter Hitchcockiano, está presente. Es una oda completa al cine, a sus protagonistas, a sus amantes.

Finalmente, hace su aparición Patrick Bauchau a quien recuerdo por el Ciego-Vidente de Carnivale una serie de HBO y su actuación de reparto en Panic Room de David Fincher de 2002. El último de los carácteres que hace que el cine es lo que es: El Director. Una divertida caricatura de un ser ensimismado, algo loco, algo neurótico, algo egocéntrico, tan pequeño que puede caber en un compacto BMW pero tan grande como un alemán en traje de lino caminando por las calles de Lisboa.

Para tener en cuenta, “La poesía de Fernando Nadie”, “Friedrich Nada”, son realmente puntos aislados? Realmente no significa nada para nosotros  La poesía de Nadie o Federico Nichts? Para mi son el punto neurálgico de un análisis existencialista y metafórico que hace Wenders como interpretación de la tragedia sobre la partida de un maestro como afirmación del resto de camino que debemos recorrer sólos, la orfandad del cine sin su Federico Fellini.

Standard