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J’ai perdu mon corps

Cuando era universitario, venía de haber ahorrado en mi casa meses y meses para poder comprarme mi primer estéreo (AIWA) y para poder pagarme TV Cable. En mi cuarto había una cama sencilla, un armario con poca ropa, un par de colecciones, mis libros del colegio y en algún momento hubo una batería pero esa idea nunca maduró porque nunca tuve oído para la música. Cuando me fuí a vivir solo, prácticamente ese esquema se mantuvo -sin la batería que ya había vendido-. El apartamento donde vivía, en ese entonces era mucho más grande que mi casa de bachiller completa pero sólo ocupaba dos cuartos, la cocina y un baño; el resto no se usaba; en un cuarto auxiliar estaba mi cama y mi ropa, en el cuarto principal el TV con el baño que usaba, y estaban sin dueño, otro auxiliar, dos baños, la mayoría de los closets y la sala-comedor. Era gigante. Sólo me hubiera gustado tener una poltrona como la tengo hoy para ver mi cable; de resto no me hacía falta nada. Además de ver MTV y Cinemax, el canal que más me gustaba y del que guardaba mucho material era Locomotion. No se de dónde era, pero creería que era mayormente canadiense pues muchos de los cortos que pasaban eran tesis y proyectos de algún colegiado que ya no recuerdo pero que tenía la hojita roja de arce en la identidad.

Por ese entonces, veía Cartoon, Nickelodeon y MTV para ver Ren & Stimpy así como, Cow & Chicken, Courage The Cowardly Dog, Cat Dog, Two Stupid Dogs, Angry Beavers y, mi favorito, Rocko’s Modern Life. Y, sin embargo, me quedaba horas y horas viendo Locomotion, un canal de animación para adultos -que no tenían sexo o porno- con contenidos más profundos y psicológicos e.g. los bucles de Bill Plymton que descubrí no sólo hacía la rutina de los presidentes que tanto pasaban en MTV.

Algo de eso debió marcar mi estándar y el objetivo de la animación que quería producir. Igualmente la animación siempre me ha llamado mucho la atención. Cuando chiquito veía la Televisión Educativa y Cultural de Inravisión donde pasaban cortos animados de Checoslovaquia, Yugoslavia, la Unión Sovietica, Bélgica y Alemania. Los temas eran tan diversos como la técnica de sus animaciones; la «stop-motion» era lo que mayormente me atontaba y de la animación tradicional veía Oggy y Las cucarachas de Marc Du Pontavice.

No sé. Pasaron algo casi como 30 o 35 años desde que no escuchaba ese nombre: Marc Du Pontavice
¿Quién es?

Es el productor de J’ai perdu mon corps, una de las nominadas este año para mejor peli animada en Los Oscar y que podemos encontrar directamente en Netflix -así como The Irishman, The Two Popes, Klaus y Marriage Story– (y sí, le estoy haciendo algo de propaganda a Netflix porque gracias a ellos cada vez es más fácil de estar al día con todas las nominadas).

J’ai perdu mon corp
s es una peli existencialista:

– Puedes escuchar la lluvia?
– No, no puedo escuchar la lluvia. Desde aquí arriba sólo se escucha el viento

Este es parte de un diálogo entre dos personajes de la historia, su diálogo es evocación de sonido, de altura, de estratificación. Él en un primer piso es un repartidor; ella en un piso 35 es la cliente. Él un huérfano que ha sabido sobrevivir en el sistema, que quería ser astronauta de pequeño y ella enigmática, compleja y molesta. Los separa el azar y miles de metros y pisos de clase social ¿La pieza es una historia de amor? Absolutamente no. El héroe es una mano. Es un thriller épico sobre una mano. No sabemos de quién. Su autor y realizador, Jérémy Clapin, nos lleva a través de la historia en un juego de tiempos no-lineales. ¿Será la mano de Raouf, del padre, de la madre, de Naoufel? Sabemos que tiene un lunar y sus proporciones nos dicen que no es Naoufel bebé o niño ¿Quién es y por qué el énfasis con esta familia musulmana? Se nombra el destino y que somos esclavos de él ¿Cómo se repele el destino? Con una locura sacada de los cabellos que pueda llevarnos de un lado a otro sin plan y sin remordimientos. Se hace corto a plano medio, donde la mano está pegada a un cuerpo, nos sorprendemos porque ya estamos acostumbrados a verla sin antebrazo y siendo independiente, no la parte de un miembro que a su vez es parte de un organismo que seguimos sin descifrar. Avanza. Su fortuna depende de esquivar la muerte, es una locura que esté andando sin cuerpo pero logró repelerlo porque hizo una locura. La llevó a un lugar insospechado pero no hay remordimiento, está sobreviviendo y está escapando del destino. Hay momentos muy bravos en los que uno se deja llevar por la trama. Imagínense -no sucedió- pero imagínense que uno esté por ahí, tranquilamente y pummmm se encuentra una puta mano en la tina -tina, balde, olla, lavaplatos, cualquier recipiente con agua donde esta mano hubiera querido descansar-. O si uno se pone del lado de la mano, la escena de las ratas para mi es de T.E.R.R.O.R. absoluto.

Clapin nos sigue mandando pistas. La mano se sigue buscando y hay un letrero que dice “je suis lá” -yo estoy allá-. Dónde quedan los deseos, qué son los deseos, son las ideas que rodean esta escena. El vértigo de saber que se está acabando la historia porque se está definiendo la trama es increíble.

La animación es un sistema de comunicación súper diferente al cine o a la TV. No hay, para mí, uno superior al otro -dentro de cada campo, hay mediocridad, bastardismo, mezquindad-. Pero así como en el cine, uno se enamora de las secuencias, en el TV del ritmo y de la narración, en la animación están los detalles. Dentro de los que me enseñaron a ser animador -intercalador de racamandaca-, siempre me decían que en la animación no hay imposibles, todo es posible dentro de la animación y por eso mismo, los detalles son lo que hacen la animación tan especial. Una conjugación de las imágenes rústicas con el audio que les da vida; suena a cualquier descripción audiovisual pero, en serio, un buen diseño de sonido hace que la animación sea buena o sea sobresaliente o sea simplemente genial. J’ai perdu mon corps es genial. Me recuerda mucho a Evangelion; los encuadres buscando más el detalle que el plano descriptivo medio, el audio siendo protagonista, los planos donde no hay mucha acción, largos suspensos entre toma y toma versus unas escenas de acción súper descriptivas y agobiantes.

El suicida es como un héroe. Sin miedo a la muerte, se atreve a cumplir una misión auto destructiva. Si tiene éxito, se muere. Pero si no, es posible que alcance una hazaña. La única mierda de esta peli es que es francesa y su hijueputa final es abierto. Indescifrable. Inconcluso. NO tiene sentido.

#odioElFinalFrancés

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Adam Shankman, Exploitation, Hollywood, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Musical, Romance, Vacacion

Rock of Ages

Es un musical. Ahí ya hay un pero, no soy fanático en absoluto de los musicales y hasta me aburren. Rock of Ages está basado en la obra de Broadway que montó Chris D’Arienzo a modo de opereta rock con clásicos de los 80’s, más exactamente grupos de glamrock glamoroso» donde los músicos se caraterizaban por esponjosas melenas y ajustadas mallas o jeans). Rock of Ages dirigida por Adam Shankman es la historia de una joven cantante de Oklahoma llamada Sherrie (Julianne Hough) que viaja a Los Angeles buscando fama y fortuna con tan mala suerte que justo cuando llega al Sunset Strip le roban todo el equipaje. Desamparada completamente y sin saber a dónde ir o qué hacer es socorrida por Drew (Diego Boneta), un ayudante en el bar “The Bourbon Room” ubicado en el Sunset. The Bourbon Room hace las veces de un bar legendario que para nuestra gran y positiva sorpresa el dueño, Dennis Dupree, es Alec Baldwin y su ayudante es Russell Brand. El papel de Baldwin es el de un viejo «rocker» que está hastiado de que le lleguen muchachitas como Sherrie pensando que tienen talento y que se estrellen contra el duro asfalto de L.A., le ha pasado miles de veces y por eso no quiere ayudarla pero Sherrie logra persuadirlo y empieza a trabajar como mesera en el Bourbon. En general, la historia es acartonada, predecible y de no ser por la gran energía de sus clásicos, la cinta sería cero propositiva. La cuestión es que si uno consigue entrar una botella de Jim Beam (o algún otro bourbon) al teatro podría disfrutarse al máximo y a niveles de molesta estridencia. Russell Brand, Paul Giamatti, Tom Cruise terminan haciéndolo muy bien y son muy simpáticos. Alec Baldwin logra sacar grandes apuntes tipo Jack Donaghy y literalmente la saca del estadio. Al final, si uno se divierte con las apariciones especiales de Sebastian Bach de Skid Row, Will Forte de SNL o el mismo papel de Bryan Cranston además de cantar/tararear todas las canciones de Def Leppard, Foreigner, Bon Jovi, Guns N’ Roses (entre muchos más) pues uno termina muy emocionado y envuelto en la cursi historia de Sherrie y Drew. Los teatros deberían, para esta y sólo esta función, vender el bourbon en sala a manera de los clásicos cine-bares; la función sería una coreografía completa de melenas agitándose al ritmo de las canciones como usualmente lo hacíamos cuando veíamos Head-Bangers en MTV 😉

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Adventure, Comedy, Miguel Vaca, Movie, Peyton Reed, Thriller, Vacacion

Yes Man

Jim Carrey nos tiene acostumbrados a un proyecto cinematográfico por año e incluso a veces dos. En 2008 fueron Horton Hears a Who! y Yes Man dirigida por Peyton Reed conocido director de The Break-Up y Down with Love pelis de corte comercial y regular factura.

Digamos que Carrey el último proyecto no sólo importante sino divertido, entretenido y hasta de excelente factura fue Lemony Snicket’s A Series of Unfortunate Events en 2004, después vino un desastre de taquilla donde él era productor Fun with Dick and Jane en 2005 y aunque fue chistosa no sabresalió mucho. Después vino The Number 23 en 2007 pero de nuevo no la logra como actor serio parece querer tomar muy malas decisiones al respecto.

Yes Man no sólo es un pico éxitoso en seis años de trabajo, además de ser una peli bien chistosa y consagrar a Zooey Deschanel como una actriz de poder en Hollywood, Yes Man es conmovedora inspiradora a crear proyectos alternativos apasionantes como crear una banda de rock teatral o tomar fotos bajo el lema Wrong Photography. El reparto lo completa Bradley Cooper, Terence Stamp, Molly Sims, John Michael Higgins, Fionnula Flanagan (Lost) y Luis Guzmán. La parodia es un poco la excusa de Liar Liar donde un abogado, mentiroso compulsivo no puede decir mentiras; en esta ocasión, un asistente de un banco debe decirle si a todo incluso al acoso sexual de una viejita octagenaria.

Para mi siempre será excusa ver una peli de Carrey y será el rey para MTV en los MTV Movie Awards. Esperemos escoja muy bien su siguiente proyecto aunque entre Where’s Waldo? y Sober Buddies que venga el diablo y escoja.

Nota personal. ¿Han visto los cortos de I Love You Phillip Morris? Se ve bien actuando con Ewan McGregor de homosexual.

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