Sería muy odioso hablar de The Great Gatsby de Baz Luhrmann sin hablar de la versión de Jack Clayton de 1974. Incluso olvidando sus dos Oscar, sus tres BAFTA’s y el Globo de Oro, como dejar de lado el guión de Francis Ford Coppola y ese reparto ridículamente impresionante (Robert Redford, Mia Farrow, Bruce Dern, Karen Black, Scott Wilson y Sam Waterston). Baz Luhrmann, queriéndolo o no, entra en competencia con uno de los íconos de la cinematografía de Hollywood y aunque se destapa muy temprano en el año, seguramente será protagonista en las ceremonias de comienzos del próximo.
Por mi lado no he leído la novela de F. Scott Fitzgerald y tampoco he visto aún The Great Gatsby de 1974. Entré completamente inocente sobre todo al transfondo de la historia, tan sólo pervertido por estos comentarios que endiosaban tanto la cinta como la novela misma.
-En el mismo orden de arriba…- El reparto es el siguiente, Leonardo DiCaprio como Jay Gatsby, Carey Mulligan como Daisy Buchanan, Joel Edgerton como Tom Buchanan, Isla Fisher como Myrtle Wilson, Jason Clarke como George Wilson y Tobey Maguire como Nick Carraway. Si el elenco de 1974 era impresionante, el de hoy no lo es menos. Y dentro de la grandilocuencia, la pomposidad y la extravagancia que naturalmente ofrece Luhrmann en su versión, cada uno de los actores ofreció en justa medida sus capacidades, en un balance melódico con la cinta.
La pieza vuelve a tomar referencias estéticas cercanas a los inicios del realizador australiano y puede deberse al simple hecho que vuelve a trabajar en equipo de escritura con Craig Pearce -con quien desarrolló Strictly Ballroom en 1992, Romeo + Juliet en 1996, y Moulin Rouge! en 2001-. The Great Gatsby es perfecta para Luhrmann, una cinta épica, de época y de romance como subgénero de explotación, con una fotografía increíble (Simon Duggan) -a la que podría sobrarle el 3D o bien podría haber un apuntador para saber dónde ponerse las gafas y dónde quitárselas porque, al final, el 3D no aporta mucho y si fue un verdadero distractor- y una banda sonora muy sofisticada con cierto tono melancólico. El realizador afirma que nunca en momentos de mayor esnobismo y ligereza de moral podría ser mas conveniente el desarrollo de esta historia. Vale la pena verla en cine y esperar a ver cómo le termina de ir en los Oscar.
Nota personal. Como no conocía la historia fui gratamente sorprendido con los vestidos, los tocados, las luces y la parafernalia de la cinta. La novela es de 1925 y su final se conoce desde entonces. A continuación una guía para entender las relaciones de la novela a manera de infografía pero con contenido revelador que puede dañar la experiencia de la historia.