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Arbitrage

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El poder es la mejor coartada

Así abre este afiche sobre Arbitrage, la más reciente pieza y cierre de la ópera prima del joven director Nicholas Jarecki. Un impresionante y apasionado thriller de suspenso envuelto en lo más profundo de la nobleza neoyorquina donde la corrupción absorbe todo a su paso.

Llama la atención la pieza por cómo la crítica abrazaba el desempeño de Richard Gere aquí en esta peli. Nominación al Globo de Oro y una ligera indignación por no haber logrado aunque sea otra nominación en los Spirit. Cuando la empecé a ver pensé a los 10 minutos que era una típica cinta de Gere, ostentoso, lujurioso y de alguna forma emproblemado. Susan Sarandon hace su aparición haciendo de su esposa y fue una grata sorpresa porque sinceramente no la esperaba. Por la que si aguardaba era por Brit Marling, aunque pasaron otros 10 minutos y no entendía que hacía ella acompañando a Gere en una historia tan poco extraordinaria. Pero, finalmente, al terminar el primer acto empecé a notar como cada una de las piezas empezaba a encajar y como alrededor de su protagonista se establecían unos soportes impresionantes, no sólo eran Sarandon y Marling, también estaban Tim Roth, Nate Parker -que al final fue el que se llevó la gloria en dos de los círculos independientes donde participó la cinta- y el resto del reparto que es bastante bueno.

Richard Gere interpreta a Robert Miller, ad portas de la tercera edad celebrando sus sesenta años. Apuesto, exitoso, un gran orador, casado con una estupenda mujer y padre de dos hijos. Uno de ellos es Brooke interpretada por Marling, abnegada empleada que trabaja en la firma como jefe de operaciones financieras. No sabemos nada del pasado de Robert Miller, sólo que debe 200 millones de dólares y va a pagarlos con la firma de un contrato de adquisición a una firma bancaria que está interesada en tener su negocio, como sinónimo de solidez en su portafolio. Todo se le empieza a complicar por temas ajenos a su dominio y empieza a sacar lo peor de si para no quedar en la calle. La duda que nos deja Jarecki es si efectivamente por fuerzas de las circunstancias Miller se vuelve así de torcido o es la constante dentro de su quehacer con la que ha estructurado su imperio.

La argumento del thriller es sencillo, y como buen indie lo desarrolló el mismo Jarecki. La fotografía (Yorick Le Saux) y demás elementos de ambientación son moderados destacándose de pronto la partitura original del admirado Cliff Martinez. La verdad es que el nivel de actuación de Richard Gere en la cinta si levantó mucho su promedio normal pero en dos o tres ocasiones que se enfrentó a Susan Sarandon o a Brit Marling se nota que su nivel está por debajo del de ellas. Me impresionó la forma en que se manejaron un par de planos de Sarandon que con completa elocuencia demuestra frustración, desdén o apatía.

Gran cinta y se está rotando en cartelera comercial en este momento. Hay que tenerle el ojo muy encima a este joven realizador neoyorquino. Seguramente vamos a tener un par de sorpresas en un futuro cercano.

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Sound of My Voice

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Otra vez Brit Marling nos trae una sorpresa de ciencia ficción. La primera fue Another Earth de Mike Cahill que fue sencillamente espectacular. Esta vez de la mano de Zal Batmanglij (también director) escribe un thriller de suspenso con nociones de ciencia ficción.

Un par de cineastas documentalistas, están elaborando un reportaje sobre una líder de una secta (Marling) que afirma haber viajado del futuro hasta nuestros días. El par de cineastas quieren desenmascararla y Sound of My Voice cuenta las peripecias para lograrlo. La líder de la secta envuelve a los integrantes de este grupo en el Valle de San Fernando con discursos tranquilizadores y de una sencilla estructuración. No les pide que hagan nada realmente raro simplemente, viven en calma, meditando y haciéndole preguntas que los puedan preparar para lo que se avecina. La líder además cuenta que no está completamente aclimatada en el ambiente de nuestro presente y vive resguardada en el sótano de una casa, aislada y encubierta, alejada del sol y del aire que respiramos. La premisa de la cinta es definir nuestro pensamiento sobre esta carismática líder para saber si es realmente una viajante del futuro o es una estafadora que busca algo de sus fervientes seguidores así nunca lo exprese.

Marling con apenas 31 años se vuelve una gran referencia en el cine, no sólo independiente, sino también en la industria convencional. Por ejemplo, pronto se estrenará en nuestras salas Arbitrage de Nicholas Jarecki, donde ella es protagonista y donde los expertos dicen fue expuesta la mejor actuación en la carrera de Richard Gere, que incluso le valió nominación a un Globo de Oro -esto para afirmar que, incluso en la industria, su tacto para escoger un proyecto define un sentido muy claro de sus intenciones profesionales-. Parece ser que con Batmanglij venían trabajando en Sound of My Voice antes incluso de Another Earth. Batmanglij afirma que trabajar con Marling en el equipo de escritura es supremamente placentero porque definen una historia casi matemática de lo que quieren ver pero que ella toma su aventura por el camino de la actuación y se rinde completamente a las demandas del director, que también está en su propia aventura, sin ser intrusiva o problemática; sólo hasta el final de la producción, el director la llama y la invita a revisar bocetos del montaje donde ella humildemente da sus impresiones pero su grado de confianza sobre el producto final recae totalmente en el realizador.

Sound of My Voice fue nominada a dos categorías en los Spirit (mejor actriz principal y mejor ópera prima). Logra la categoría de peli sobresaliente sin ser excepcional. El desarrollo de la historia y la intriga está muy bien llevado pero a diferencia de Another Earth, existen un par de vacíos en la trama que dispersan la atención del espectador y definitivamente, a excepción del rol de Marling, los personajes no quedaron tan bien resueltos y desarrollados como en el trabajo previo con Cahill. El resto de la producción, como la cinematografía de Rachel Morrison, la partitura de Rostam Batmanglij o el montaje de Tamara Meem, es aceptable, es indie, de bajo presupuesto pero no se siente que haya faltado algo en especial para que lograra evolucionar más la pieza. De pronto, es simplemente la ingenuidad o falta de experiencia del director en su primer largo. Ya veremos qué sucede en The East, el siguiente proyecto de Batmanglij, también co-escrito con Marling, pero con aires de superproducción con el estudio Scott Free (Ridley Scott) detrás.

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