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The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2

El fin de semana pasado me fui a ver Breaking Dawn, la segunda parte.

No hace mucho en MovieCity estaban rotando The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1. Llámenlo morbo o precaución si simplemente me animaba a ver la segunda parte en salas pero me la ví para asegurar no perderme ninguna parte de la serie.

Alguna vez dije en este blog que la saga de Twilight apostándole al romanticismo, a la cursilería y el sofisticado -pero ya trillado- tema del vampirismo habían logrado cautivar un público objetivo quinceañero, que encantado podría ver sin chistar cualquiera de las piezas que Stephanie Meyer había creado para él. También me pareció que aunque la primera versión de la saga fue más bien sosa, New Moon, su segunda parte, lograba pagar la boleta por los licántropos o Quileutes que descendían de los lobos como hijos. No estuve nunca muy emocionado por la serie y para su tercera parte Eclipse decidí volver a verla en TV desencantándome completamente del tema.

Pensé en algún momento que ese era el fin de la pesadilla pero apareció Breaking Dawn y alargó un poco la pena. Estaba completamente decidido a ver la segunda parte en TV, porque no había nada en absoluto que me hiciera cambiar de opinión, pero era el desenlace, era el final, ya me había visto todas las demás, porqué no darle su último adios en cine para el enfrentamiento con los Volturi.

La verdad es que Bill Condon no es un mal director y en 2011 cuando sacó The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1 quedé un poco decepcionado pero algo me decía que la serie no debió haberse partido en dos partes. Además era un poco desatinado que si la primera parte fue tan mala para qué repetir de director en la segunda. Al verme el final de la serie, queda claro que la división fue más una imposición, que una decisión propia y que el extremo y ridículo sentimentalismo de la primera parte se debía a un forzado alargue exigido por el estudio para sacarle el máximo provecho a todo el jugo del cierre.

Tengo entendido que no hay más, que este es el fin y se acabó -pero ya lo había pensado en el pasado y surgió una nueva continuación-. Por ahora se podría afirmar que fue un gran final. Hay muchos factores en los que la peli falló con ganas, como el uso exagerado de imágenes por computador, Renesmee manipulada miedosamente en el cuerpo de bebé y de adulta, la acartonada relación de Edward y Bella o las pésimas actuaciones, entre otras muchas de, de Kristen Stewart y Robert Pattinson -si no saben darse un beso no entiendo como en primer lugar pudieron haber tenido una hija-. Sin embargo la cinta se hace fuerte en otros aspectos que son asombrosos. En serio disfruté esta pieza. La adaptación de Bella a sus nuevos poderes, con unas cámaras interesantes, el clímax de la historia en su máxima potencia, las actuaciones equilibrantes de Billy Burke y Michael Sheen pero sobre todo la batalla. Una de las más cruentas, sangrientes, gráficas y escalofriantes batallas en la historia de lo que he visto en cine.

Lo demás quítenlo. Todo es promedio o pésimo pero la batalla envuelve, asusta y conmueve. Me quito el sombrero frente a Condon que se sacó su espinita y le permitió a Twilight irse con dignidad. The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 sin duda la mejor de la serie -aunque en su balance general, apenas pase raspando su calificación-.

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