Rachel Mwanza es Rebelle (o War Witch como se la conoce en inglés). Mwanza interpreta a Komona una niña que es sacada violentamente del cálido hogar de sus padres y debe asesinarlos para aliviarles el dolor de una muerte aún más trágica, mientras el resto de su aldea es saqueada y destruída; se une forzosamente al ejercito del Gran Tigre Real (Mizinga Mwinga) y gracias a las pesadillas que tiene con sus padres, un brujo la empieza a adoctrinar en los campos de la hechicería y la magia negra. Su vida es sólo perdonada mientras sus predicciones le funcionen al Gran Tigre Real pero sólo hasta que alguna de ellas le falle a la causa de su insurgencia.
Kim Nguyen nos trae una historia inteligentemente anacrónica y sin claras referencias geográficas. No soy erúdito de la geografía africana, en absoluto, pero gracias a las noticias -y pelis- de Uganda, Nigeria, Sudán del Sur o incluso Zimbabue podríamos afirmar que Rebelle se ubica en alguna parte al sur del Sahara, en la Africa Central o incluso más meridional. Las referencias a esta subversión se vuelven míticas cuando se mezclan los movimientos de las guerrillas de Mogadishu, las doctrinas de Koni al sur del Sudán o el horrendo accionar de Idi Amin en Uganda. La historia se vuelve argumental gracias a la narración de Komona que nos cuenta como en dos años pasa de ser una niña, a una rebelde, embarazada, viuda y de un destino destrozado; no hay una aparente esperanza y tal vez las referencias anacrónicas o la falta de mayor puntualidad geográfica se debe precisamente a que esta niña es analfabeta y su poca conciencia no le permiten analizar el conflicto con una mejor perspectiva.
Kim Nguyen llega haciendo mucho ruido con Rebelle al lograr nominaciones en prestigiosos círculos como los Spirit, Sitges, Tribeca e incluso los Oscar pero no termina de convencer.
Al final, la fotografía es muy bonita, el drama de Komona da frutos en La Berlinale y logra un merecidísimo Oso de Plata para Rachel Mwanza pero en este tipo de piezas es muy complicado armar este tipo de imaginarios y ser planos en la crítica socio-política de contexto. Su historia se torna melodramática y su éxito se siente politizado. El uso de actores naturales da un gran impulso pero Rebelle parece una historia bonita, sencilla y con un gran interés para captar premiaciones; se siente una agenda interna y no es muy agradable; Nguyen quiere hacernos sentir lástima de Komona sin construir algo alrededor.