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Festival de Cine 4mas1 2011

El año pasado fui sorprendido gratamente con un festival de cine en Bogotá que nos trajo unas piezas únicas, que incluso hoy sólo han podido verse en ese particular circuito. Hablo del Festival de Cine 4mas1 que repito nos trajo cine de autor de la más exquisita selección; de esa ocasión sólo recuerdo haber visto Irène y, si no estoy mal, Kirschblüten pero definitivamente me tomó por sorpresa y no pude prepararme como hubiera querido (por ejemplo se me pasó Loong Boonmee raleuk chat de Apichatpong Weerasethakul que recién venía de ganar Palma de Oro en Cannes y a la postre fue nominada como mejor peli extranjera en los Spirits).

El Festival de Cine 4mas1 es organizado por la Fundación MAPFRE y paralelamente tiene una muestra de pelis en Madrid, México, Baires, Rio y Bogotá. Este año la programación es aún más suculenta y pueden accederla directamente haciendo clic aquí. Tengo el dossier de prensa y trataré de aquí a mañana hacer una pequeña selección, para informarles cuáles pelis podrían ser interesantes y cuáles imperdibles. El Festival es organizado de la mano de la Casa Malpensante en rotación de las salas de la Cinemateca Distrital y Avenida Chile.

El Festival además de cine de muestra, premia un listado de pelis que están en concurso. Estas pelis son elegidas por el público mediante votación al final de cada función y después de cierto tiempo, se anuncia la ganadora y se presenta también exclusivamente de nuevo en Madrid, México, Baires, Rio y Bogotá. Este año tienen la gran particularidad que todo El Festival se puede ver enLínea a través de MUBI en Colombia, durante la duración del evento, lo cual es un gran acierto si en cualquier de los casos, le queda a uno difícil asistir a las salas bogotanas.

Anoche, precisamente, fue la inauguración en Avenida Chile con la peli Senso de Luchino Visconti. No se si sea necesario una reseña en el blog pero fue divertido ver cine clásico en una sala de cine. Lo que si se es que, aunque no se puede descalificar una peli de otrora, Visconti no es mi director favorito por su exagerada teatralidad, su dramatismo musical y sus pequeños errores de continuidad. A mi parecer debieron abrir con la ganadora del año pasado porque creo hubiera podido ser aún más interesante.

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El Páramo

El viernes pasado se estrenó por fin una de las pelis que más ansiedad me había generado en los últimos meses, El Páramo. La primera vez que escuché de ella fue a través de una entrevista que le hice a Esteban Orozco (escritor del Diablo) donde discutíamos el interés de los realizadores colombianos por el género del thriller y el terror pero sobre todo cómo el público colombiano había recibido con aceptación un refresco en el género al que el mismo cine local nos había sometido. La idea no es seguir haciendo cine de izquierda que sólo hable de la situación socio-política de Colombia, la idea es que nosotros somos narradores por excelencia pero nuestra negación al folclor nos ha llevado a tratar de copiar fórmulas extranjeras que no necesariamente terminan siendo de la misma calidad o por lo menos se pierden en esa intención.

El Páramo es una peli muy interesante sobre un escuadrón de infantería del ejercito que debe tomar posición sobre unas instalaciones localizadas a 4.600 metros de altura, donde una facción parecida había pedido auxilio unas semanas atrás. Las condiciones geográficas colombianas de dicho punto se definen bajo las de un páramo; un punto donde escasea el oxígeno, el frío es muy agresivo y donde la niebla domina el sector la mayor parte del día. La peli trata con destreza la desorientación de este grupo de militares perdidos en estas condiciones agresivas, recluídos sin paredes y dominados por el miedo y la culpa de sus acciones en la guerra. Sin ser el centro de atención, la peli aborda sutil y elegantemente un conflicto más duro, más crítico y creo que es allí mismo donde la historia es genial. Estos soldados ya no son militares, ya no son guerrilleros, ya no son paramilitares. Son agentes de guerra y horror que viven cada día con sus conciencias. El director nos presenta el terror, crudo y desgarrado pero no de un enemigo neutralizado por las noticias amarillistas de nuestros canales de TV, o el descrito en comunicados por los altos mandos militares; el enemigo acecha y está dentro de nosotros mismos, es primo de la violencia, la idiosincrasia y la insensibilización del conflicto.

Las circunstancias de creación de una peli colombiana permiten naturalmente unas especificaciones que uno podría sólo advertir en el cine de autor. Las productoras de cine en las industrias del mundo toman un guión, lo revisan con su equipo de escritores interinos, lo presentan a los agentes, convencen a los directores, contratan un reparto y se empieza a rodar. En Colombia, el que sueña con cine escribe una historia, la revisa con sus amigos, se financia, busca actores, a veces se filma un piloto, se vuelve a ajustar el guión, se busca financiamiento y si al final del proceso hay plata se termina de filmar pero generalmente es el realizador el que enfoca la peli. El crisol es interesante porque permite un experimento y unas libertades que tienen la potencia de ser piezas cinematográficas notables, no sólo en Colombia sino en el mundo mismo. Pero la verdad ha venido siendo otra, a veces el presupuesto mata la mayoría de los proyectos, las productoras y distribuidoras adoptan estos prototipos y los moldean a sus propios intereses, y al final son sólo muy pocas piezas las que terminan siendo honestas y originales.

El Páramo es ópera prima de una calidad sobresaliente. Logra desarrollar la historia fluidamente planteando el conflicto muy temprano, desarrollando la trama sin mucho afán y el desenlace se resuelve inesperadamente para el espectador pero consistentemente con el resto de la historia. Me gustó mucho el diseño de sonido y, aunque se abusó demasiado del recurso en primerísimos planos, las cámaras y dirección de fotografía de Alejandro Moreno fueron muy interesantes en la peli porque mantuvieron esa tensión al máximo, aunque hay que decirlo, la producción es bastante onerosa por las largas jornadas de filmación en esta locación que las tomas apenas si la mostraron; pudieron haberla filmado gran parte en un estudio y no nos hubiéramos dado cuenta. Finalmente, Osorio toma una decisión que es el verdadero éxito de la cinta al resolver no poner caras famosas en su escuadrón. Sus actores en el primer fotograma nos afirman que son soldados, no hay nada que explicar y se les cree de facto esa afirmación. Esto ahorra mucho tiempo vital en la atención del espectador. Obviamente, estamos frente al terror y algunos desempeños son exagerados pero el director supo lograr ese balance tan delicado para poder guiarlos hacia donde él quería. No es fácil y es el principal de mis elogios en la producción.

Hay detallitos que quedan sueltos en la trama, no son demasiado graves, repito es una ópera prima, son de ponerle atención y ser objetivos la próxima vez pero al final son los que le quitan brillo a la pieza. Me hubiera gustado que el director abordara de lleno este género en su siguiente proyecto pero los rumores dicen que se lanza a un romance. Por ahora le deseo una excelente taquilla y desde ya quedamos expectantes de lo que se venga con su rúbrica.

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Saluda al Diablo de mi Parte

La sensación de esperar ansiosamente una de las pelis colombianas más importantes del año sólo puede ser superado con la experiencia de verla en cine. El balance es muy positivo y es el mismo que cuando vi Al Final del Espectro de Los Hermanos Orozco, se está haciendo cine de muy buena calidad, obviamente muy independiente pero además El Diablo (que es como caprichosamente este par de personajes nombran su última producción) se enfrenta a un género que en Colombia no se le ve con buenos ojos cuando es realizada por nosotros mismos.

En su primer intento, Los Orozco y, en general, el grupo de producción de Sanantero Films, le apostaron al thriller de suspenso, al cine de bajo presupuesto pero con la impecabilidad de una megaproducción que no parecía colombiana. Muchas veces he dicho, el cine colombiano es por naturaleza Dogma 95, sin la extravagancia y provocación de Von Trier, pero Los Orozco tienen un enfoque muy interesante que le está dando una posición y una identidad a la industria del país en el mundo. No lo voy a negar, lo discutíamos hace un par de semanas con Alejandro Ramírez ad portas de la premiere de Todos Tus Muertos, se necesita que alguien haga el trabajo sucio y se eche al hombro ese cine comercial que lleva gente a salas de manera masiva como lo hacen las producciones de Dago García para que otros directores como Moreno, Osorio Marquez o los mismos Orozco puedan sentarse tranquilamente a experimentar y hacer cine libremente. En serio los resultados son muy buenos y eclécticos.

A diferencia de Al Final del Espectro, El Diablo está cargado de un fuerte contenido político que hace evidente la indisposición, tanto de Esteban como escritor como de Juan Felipe como director, de nuestra situación como colombianos en esta actualidad que nos tocó vivir. Corrupción, violencia e intolerancia tres demonios que son matizados por olvido e indiferencia en un coctel que nos tomamos diariamente y en ayunas los bogotanos, los paisas, los costeños, los desplazados, los reinsertados, los violentos, todos nosotros. El espectro se amplía y se hace universal cuando al equipo entran los peruanos, los venezolanos, el discurso es mucho más completo y la problemática más latinoamericana que nunca.

Edgar Ramírez (Carlos) interpreta a un reinsertado de la guerrilla que es extorsionado por una víctima del secuestro. Este último le exige venganza a cambio de buen trato para con su hija que está en su poder por lo que debe empezar a matar a cada uno de sus victimarios. En general, es un thriller de acción y suspenso que desencadena un vertiginoso final.

Las actuaciones de sus protagonistas tienen un buen promedio en desempeño pero es de alabar y destacar al impresionante Ricardo Vélez que enmarca una posición beligerante, reaccionaria, vengativa e intolerante de nuestra sociedad colombiana. Deja todo de sí en cada línea y para mi es lo que paga la boleta. La tensión generada por este personaje me mantuvo en vilo toda la peli pero obviamente no es sólo él quien lo logra. A su lado, Ramírez, Carolina Gómez y Albi de Abreu ayudan a este discurso. Sin embargo hay tres puntos adicionales que hacen súper viable esta peli en salas. La fotografía y encuadres de Luis Otero son impresionantes porque denotan una calidad inusitada, un ambiente desolador y árido casi como de posguerra muy inusual en una Colombia que recordamos verde y hermosa; el montaje y la continuidad, más allá de una o dos tomas que personalmente sentí forzadas, estuvieron a cargo de Los Orozco mismos y puedo afirmar que fueron súper cuidadosos y meticulosos en la edición de la peli; y, finalmente, la composición musical de Jermaine Stegall es protagonista expreso del diablo y me atrevo a decir que erizarán las fibras más profundas de Alejandro Ramírez cuando la vea (si es que no lo ha hecho ya).

La peli la estrenan este viernes que viene y no esperaría más que éxitos y buenos comentarios. Me siento muy orgulloso de haber sido su espectador, me siento muy orgulloso de la calidad de nuestro cine contemporáneo y desde ya siento la ansiedad del nuevo proyecto de Los Hermanos Orozco que nos dan garantías de buen cine esta vez con un thriller de acción su siguiente peli anuncian es un thriller de ciencia ficción.

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Sidney Lumet (1924-2011)

Via Revista Neon

Tres circunstancias sucedieron en la Ceremonia de los Oscar de 1977 que marcaron el ridículo más grande que jamás haya hecho La Academia y dos de ellos tuvieron que ver con el reciente fallecido y maestro Sidney Lumet.

El primero Taxi Driver dirigida por Martin Scorsese no fue ganadora del Oscar como mejor película del año, el segundo Sidney Lumet no fue ganador del Oscar como mejor director y a pesar de sus diez nominaciones y sus cuatro Oscar (tres por actuación y otro por mejor guión original), el tercer evento fue que Network no fue ganadora del Oscar como mejor película del año. El cuarto evento hubiera podido ser que a pesar de Taxi Driver o Network la ganadora mejor película del año fue Rocky.

No nos digamos mentiras, a La Academia le encanta hacer el ridículo, seis veces se negó a darle el Oscar como mejor director a Scorsese y si esta entrada estuviera dirigida para honrar a este gran director, las tres circunstancias de bochorno en ese 1977 hubieran sido Taxi Driver no fue ganadora del Oscar, Taxi Driver no fue ganadora del Oscar y Taxi Driver no fue ganadora del Oscar.
En fin, Scorsese recibió por lo menos un Oscar en vida (no por su mejor peli) pero Lumet se fue en blanco, cinco veces nominado y tan sólo un honorífico en 2005.

Este año se va uno de los más prolíficos directores de la industria, alcanzando la muy envidiable suma de 72 pelis, 36 nominaciones y 33 reconocimientos a nivel mundial por su estilo de dirección. Casi con una peli por año hasta los 90’s, no tan consistente como Kubrick o el mismo Scorsese, Lumet es reconocido como un director de actores, donde su habilidad radicaba en generar actuaciones de primera talla en su reparto y generalmente muy bien calificadas por la crítica, no es gratuito que Al Pacino, Peter Finch, Faye Dunaway, Beatrice Straight, Ned Beatty o William Holden hayan sido favoritos y nominados por sus grandes papeles (extrajo una buena actuación de Vin Diesel en Find Me Guilty y eso es mucho decir).

Por eso hablar de Lumet es hablar del cine mismo y su muerte es un gran vacío para los cinéfilos de vieja data y los contemporáneos. La primera peli que vi del director fue bastante tardía Strip Search en 2004 y me encantó la posición que mantuvo frente a la violación de los derechos civiles que permitía el gobierno Bush mediante las libertades de intrusión, seguimiento y arrestos preventivos a particulares con la disculpa de combatir el terrorismo. La segunda peli que vi fue Before the Devil Knows You’re Dead de 2007, su última pieza, un duro conflicto entre dos hermanos sumidos en un crimen que no pueden echar para atrás y que marca la quebradura de cualquier relación familiar entre ellos y sus padres. Finalmente, con Network quedé completamente atrapado en su discurso y la tarea de revisión que nos queda por delante a los que no conocemos todo su material es tan grande como basta e interesante.

Concha de Plata en San Sebastian, un Pasinetti en Venecia, ningún Oscar tan sólo uno honorario, lastimero y piadoso, un Globo de Oro, ninguna Palma en Cannes, un Oso de Oro, un FIPRESCI y un OCIC en la Berlinale. Se empiezan a ir los grandes y el espacio para llenar su vacío es demasiado amplio. El cine de autor peligra.

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Pink Flamingos

Via Revista Neon

Hace unas semanas hubiera hablado muchas pestes de esta peli, si hubiera estado en la universidad creo que hubiera dicho que es una obra divertida e incluso de culto, hoy pienso bien diferente pero no por el hecho de una madurez psicológica o algún desenvolvimiento personal por el estilo. John Waters es un actor, escritor, fotógrafo estadounidense y director de cine que nació en Baltimore en 1946 y se hizo reconicido por su material trasgresor en Hollywood.

Recientemente vi un documental muy interesante llamado This Film Is Not Yet Rated donde se hace referencia a la actitud censora de la Motion Picture Association of America (MPAA) aquella que pone al principio de los cortos si una peli esta ratificada o no. Su poder es inmenso como corrupto, promueven el cine comercial auspiciada por los grandes distribuidores, los estudios, y en general, todos los poderes de Hollywood. Los independientes concursan en festivales pescando patrocinios y al lograrlo con uno de renombre este exige su calificación a través de la MPAA que a su vez amangualada con los mismos patrocinadores deciden que exiben y que no.

El resultado es triste, mientras el contenido independiente ha sido bombardeado y boicoteado en las últimas dos décadas de todas las formas posibles, el cine comercial es promovido y catapultado a través de sus primos cercanos. Así, mientras en Boys Don’t Cry de Kimberly Peirce era censurada por la escena de violación sobre Brandon Teena y logra una clasificacion NC-17 películas como I Spit On Your Grave de Steven R. Monroe se jacta casi sin sentido de una violación parecida de casi 20 o 30 minutos con una clasificación R mucho más asequible al público comercial.

Muchos directores incluído Waters van en contravía de esta absurda política y han fortificado su material hacia lo más profundo de su crítica. Pelis como Hairspray y Polyester son burlas directas de Waters a esos sectores reaccionarios de Hollywood. En ese sentido se hace divertida de ver, de calificar. Lejos de pensar como en la universidad donde hubiera adorado los filmes de Waters por pertenecer a la estética Camp donde se enfatiza la frivolidad, la clase media ingenua, la petulancia y el impacto como elementos clave, en este momento creo admirar su obra por su actitud contestaria frente al sistema. La trama es una serie B sobre los anhelos de Divine en convertirse en el ser más cochino y repulsivo de la faz de la Tierra. Su cometido se logra perfectamente, el absurdo para llegar hasta allá atraviesa todos los estándares y estructuras morales de la sociedad occidental. Cinemax está rotando la versión del aniversario número 25 con comentarios del autor y escenas borradas.

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