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Bond 4: Thunderball

Continuación
Thunderball

Con Thunderball se completan cuatro años consecutivos estrenando un capítulo nuevo de la serie de Ian Fleming sobre James Bond, el agente de inteligencia británico al servicio de La Reina y del MI6. Infortunadamente, la chabacanería y ramplonería superada de Dr. No y From Russia with Love cuando el francés Guy Hamilton dirigió la serie, vuelve con la dirección de Terence Young.

En contraste con la ausencia de SPECTRE en Goldfinger, Thunderball se centra en darle forma a esta siniestra organización. Bond, vuelve a asesinar a uno de sus agentes que trata de escabullirse fingiendo su propio funeral y esto genera gran descontento dentro de SPECTRE principalmente en Ernst Blofeld, su líder absoluto que vuelve a aparecer después de un año de ausencia. Le es entonces encomendada una ambiciosa misión a Emilio Largo, Número Dos en la organización, y es la de infiltrarse dentro de la OTAN para robarse dos bombas nucleares. Su cometido llega a buen término y esto le permite a SPECTRE extorsionar a Occidente, con la amenaza de atacar una sus principales ciudades. Entre la espada y la pared, la única esperanza recae sobre el agente 007 quien siguiendo un par de pistas y corazonadas logra llegar a Bahamas y empieza a desenredar la estratagema de Largo. Una de las ramas que ayudan a dilucidar el plan de SPECTRE es Domino (Claudine Auger) -la chica Bond de este capítulo, la cuarta de la serie- que lo lleva a enfrentarse directamente con el Count Lippe y con Fiona Volpe cercanos ayudantes de Largo.

Los títulos iniciales fueron diseñados por Maurice Binder sobre la música original de Tom Jones -que anecdóticamente afirma que al sostener el tono de la canción en una prolongada nota se desmayó en el estudio-. Al igual que en el resto de la serie, la presentación se reduce a un tema que nombra el título de la peli, mujeres desnudas pavoneándose por la pantalla y una sinopsis de lo que será la trama. En Thunderball este resumen se define en burbujas y mujeres filmadas bajo el agua, eso y el hecho que por primera vez apareciera el crédito de “director submarino” (Ricou Browning) permite prever que gran parte de la cinta se desarrollará bajo el agua.

Thunderball es bien regular y ordinaria. En principio, Eon Productions (Broccoli y Saltzman) tenían pensado lanzar On Her Majesty’s Secret Service después de Goldfinger pero después de los problemas que tuvieron Ian Fleming y Kevin McClory con los temas de derechos de Thunderball decidieron apresurarse y sacarla adelante cuando lograron una pequeña conciliación; lastimosamente Fleming después del concepto a favor muere y no puede ver la obra culminada. La mitología permanece intacta (Sean Connery como James Bond, Bernard Lee como M, Lois Maxwell como Moneypenny y Desmond Llewelyn como Q) a no ser por Felix Leiter que otra vez es remplazado, esta vez por Rik Van Nutter. La trama vuelve a ser súper compleja pero con la misma decisión, no se si obtusa o terca, de desarrollar el final a tan sólo diez minutos de acabarse la peli. Si, las escenas bajo el agua son importantes pero son mal manejadas, se notan muchísimo los dobles y se hacen ininteligibles para el ojo del espectador -si uno en esta época está acostumbrado a toneladas de información en una toma y se pierde, no puedo imaginarme qué podría entender una persona de estas escenas en 1965-. Las escenas de pelea son lerdas y en aras de hacerlas más dinámicas Young decide aumentar la velocidad de la cinta volviendo, en serio, todo el capítulo una payasada. El esquema argumental de James Bond es cada vez más acartonado y predecible, sobresalen los estereotipos, es mucho más sexista -se tira en promedio tres mujeres por capítulo-, es más superficial, más inverosímil y en mi parecer mucho menos carismático.

No estoy seguro si Young vuelve a dirigir otro capítulo de James Bond pero este es desastroso. Lo positivo del asunto es que Ian Fleming muere en 1964 y por lo menos se lleva la mejor visión de los Bond hasta el momento. Thunderball obtuvo tres veces más presupuesto que su predecesora y aunque es retribuido con 141 millones de dólares, con una buena aceptación del público norteamericano, es inversamente proporcional a lo acontecido en el resto del mundo (donde se aporta tan sólo un 52% al total de las regalías en una franca reducción). Igual el negocio es más que redondo y asegura más ediciones a futuro, pero por primera vez en su historia si afecta la frecuencia de una peli por año y abre una brecha de producción, siendo la siguiente de Sean Connery, You Only Live Twice en 1967 y la infame parodia de Casino Royale con Peter Sellers. Lo más divertido de este capítulo son los nombres de los agentes. Por ejemplo, Fiona Volpe que significaría «Fiona Arpía» del italiano, el Count Lippe que significaría «Conde Labio» del francés o el mismo Emilio Largo. He llegado a pensar que hoy en día estos nombres funcionarían muy bien para actrices y actores porno.

Nota personal. Nos hemos dedicado a resaltar al final de cada episodio de Bond, las escenas o tropos que después futuras versiones recrean. De esta forma, se puede tener en cuenta la muerte del Coronel Jacques Bouvar, aunque el vínculo que vamos a usar más adelante es un poco traído de los cabellos ;). Emilio Largo hace su aparición como Número Dos, un agente que también tendrá referencias posteriores esta vez en las series de Austin Powers. Como lo anotamos anteriormente gran parte de la acción transcurre bajo el agua pero no olvidar la persecución en lancha. Los artilugios de Q retoman las bondades del Aston Martin DB5, un ubicador encapsulado, un respirador para buceo portátil con hasta cuatro minutos de oxígeno, una cámara infrarroja, un dispositivo geiger, un lanza bengalas pero no olvidar la aparición del primer chaleco propulsor de la serie.

Desde la primera entrega de artefactos que fue una Walther PPK hasta el listado que vemos en este capítulo, podemos observar lo interesante que se han vuelto con el paso del tiempo.

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